• CAPILLA ABIERTA TODOS LOS DÍAS

Oración del 25 de Enero de 2009

En este momento, a partir de la lectura de la palabra, la palabra del Señor empezó a entrar en cada uno de ustedes, en cada uno de vuestros familiares, en todas aquellas personas que amamos y también los otros, que amamos pero que no nos aman y empieza a hacer maravillas y para esto ¿qué hay que hacer?, ser simple y humilde, tolerante, bueno. Oración del 25 de Enero de 2009

Habla Artemio:

Todos tienen el cuadernillo de los cánticos, para ponernos un poco a tono, 5: sonríe que Jesús te ama…. 7, a ver si podemos: canto, canto, canto porque me lleno de gozo…, bueno, vamos a ver ahora, le pedimos al Señor que llene nuestra vida de gracia, entonces buscamos 20, el darle la gracia significa en este tema el aceite para que la ponga en nuestra alma, entonces decimos así y cada vez estamos más fervorosos, más cerca de la lectura de la palabra, sabiendo, como siempre decimos que toda la ceremonia gira alrededor de la lectura de la palabra, porque es lo único que sana, entonces: pon aceite en mi lámpara Señor…. Entonces cuando pedimos que ponga aceite estamos pidiendo: llená de gracia Señor nuestra vida, si no tuviéramos la gracia del Señor que nos alienta y nos sustenta seríamos huerfanitos ¿eh?, entonces con mucho fervor a ver: pon aceite en mi lámpara Señor…, es decir llená Señor nuestro corazón con tu gracia, necesitamos Señor ese soplo como lo hiciste cuando empezamos a vivir en la panza de mamá, nos miraste a los ojos y nos llamaste por nuestro nombre, hoy también Señor necesitamos que vuelvas a mirarnos para que nos llenes, nos llenes de todo lo que es tuyo, por eso: Señor Jesús tu eres mi guía…. ¿Y por qué le pediremos al Señor con tanto énfasis y tanto esfuerzo y tanto fervor?, porque 23, queremos ser como las águilas, son los pájaros que están más cerca del sol porque van a una altura tan grande ¿eh?, entonces decimos: los que esperan, los que esperan, los que esperan en Jesús…, levantamos las manos como si fueran águilas: como las águilas, como las águilas…. ¿Por qué?, 21, ¿por qué todo esto?, ¿por qué?: Cristo te necesito para amar, para amar…. Para todo esto necesitamos renovarnos como seres humanos, en gran parte nacer de nuevo y se lo pedimos al Señor, ¿qué es esto de nacer de nuevo?, 25, necesitamos que en nosotros empiece a vivir otra persona, ¿en qué sentido?, distinto, de otra forma, con otras características, por eso decimos simplemente: tu eres el alfarero que con tus manos me has transformado….

Uno se pregunta: ¿tanto?, y bueno es una forma simbólica de decir: rompe mi vida, es decir, a todos nos gusta la vida que tenemos, de alguna manera, no, a todos no pero en general sí, entonces ¿qué estamos pidiendo?, bueno si lo descubrimos al Señor queremos ser como las águilas, queremos realmente levantar vuelo, nuestra vida fue siempre muy chiquita ¿o no?, nos contentamos con tres comidas al día, un amorcito por la noche, vivimos simplemente así ¿eh?, vivimos nada más o mejor dicho, la vida nos vive a nosotros, pasan los años, se nos van terminando los ideales, se nos terminan los motivos para vivir y ya esperamos la muerte, no es lo que quiere el Señor, el Señor quiere que vivamos muchos años pero solamente podemos vivir cuando no pensamos solo en nosotros, ¿quién se muere?, aquél que realmente ya no tiene más nada que hacer, se entrega, se entrega, como San Antonio mártir, que vivió, mártir por su vida, como la llevó ¿no?. Un día, era franciscano, se acostó, puso las manos sobre el pecho, había cumplido 109 años, y ya hice demasiado dijo, entonces dice: me voy a morir ahora ¿eh?, le dice a todos los demás y se murió, 109 años, dije mártir por todo lo que había pasado pobre. Porque hay dos clases de martirio mis queridos, el martirio rojo y el martirio blanco, el martirio rojo es cuando uno la sangre le aparece de su cuerpo y el martirio blanco es justamente aquella forma en que morimos cuando la vida, en la vida nos va tan mal, nos pasan tantas cosas, sufrimos tantos problemas diferentes, que al último seguimos andando pero somos mártires, somos mártires, ¿por qué?, si todo fue una vida de injusticias, donde uno nunca pudo decir su palabra, donde vivió de cualquier manera.

Por eso, no tenemos que pedir el martirio, ya de por sí la vida nos hace sufrir con todas las cosas que a veces nos hacen los demás, pero, pero cuando nosotros le pedimos en este tema al Señor que es alfarero se lo pedimos justamente para que nos de esa vida que necesitamos para vivir mucho. Si no hay ideales ni motivos en nuestro ser, en nuestra persona no podemos vivir mucho tiempo, porque el ser humano funciona como una computadora, se programa, se programa, uno empieza a sugestionarse: y sí, total, ya soy viejo, ya esto, ya lo otro y todo empieza a morir.

Por eso, el Señor nos llama a una vida completa, larga, preciosa, llena de motivos para vivir, no solamente los hijos, los nietos, alguna que otra cosita, no, no, hay etapas, hay etapas diferentes, por eso ahora este tema nos resulta mucho más completo y más profundo y más cercano a nosotros cuando decimos: tu eres el alfarero que con tus manos me has transformado….

Una noche José de Arimatea lo visita a Jesús, fue de noche porque no quería hacerse ver para no despertar sospechas de los otros y empezó a hablar con Jesús y Jesús le dice de la necesidad de nacer de nuevo y José de Arimatea a pesar de ser un hombre sabio, piensen estamos 2000 años atrás, todo influido por la cultura de ese momento, no entiende, dice: pero Señor ¿cómo es eso de nacer de nuevo?, si ya somos grandes, la panza de mamá está muy lejos, José de Arimatea no había entendido que Jesús se refería a otra vida. Si nosotros somos lo suficientemente abiertos, humildes, simples, sencillos, cada mañana cuando sale el sol parecería como si le dijéramos lo mismo que le dice el Señor a todo: hágase todo de nuevo, si nosotros pudiéramos decir eso nuestros días serían tan preciosos.

Por eso, rompe, rompe Señor todo aquello que está en mí que es el hombre viejo, porque quiero que en mí nazca el hombre nuevo. ¿Qué quiere decir hombre nuevo?, todo lo que vinimos hablando hasta ahora, alguien que no se conforme solamente con tres comidas al día, un amorcito por la noche, el partido de futbol del domingo y de vez en cuando de un amorcito furtivo por ahí, algunos ¿no?, o que se yo, o algún programa de televisión o lo que sea, ¿podemos vivir así?, ¿no estamos matando el tiempo para que el tiempo no nos atormente porque no tenemos nada importante que hacer? ¿mmm?.

Pensemos cuando nos sentamos delante del televisor y vemos cualquier cosa a veces, porque no hay nada bueno, pero cualquier cosa para matar el tiempo, para que el tiempo no nos haga daña, así no mis queridos, no se puede vivir de esa forma, uno tiene una dignidad esencial para vivir con otra actitud ante todo.
Hay que saborear las cosas, cuando uno dice saborear parece que está hablando de comida, y también me refiero a la comida, comemos tan apurados mirando el informativo que más que comer, no sé qué es lo que estamos haciendo y comemos el triple porque no le sentimos gusto a nada, el que come en serio come menos porque le siente gusto a la comida.

Entonces, cuando veamos algo, hagamos algo disfrutemos de lo que hacemos entonces de esa forma no vamos a tener que matar el tiempo para que el tiempo no nos haga dar dolor ¿eh?.

Con todo esto en nuestra mente vamos a leer la palabra, entonces para estar más preparados todavía decimos con fervor: ven, ven, ven, Espíritu Divino, ven, ven, ven, acércate a mí…. Por la señal de la santa cruz, de nuestros enemigos, líbranos Señor, Dios nuestro. Del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén. Hoy domingo 25 de Enero conmemoramos la conversión de San Pablo, ¿qué es esto?, vamos a explicar dos palabritas para que entendamos, San Pablo era un militar del ejército romano y entonces estaba indignadísimo porque los cristianos convertían a toda la gente cuando él no estaba y entonces Pablo, ve que en la ciudad de Damasco hay mucho para hacer y dice: no, no voy a mandar a nadie, voy a ir yo, yo voy a ir a Damasco, quiero darme el gusto de destruir a estos cristianos que nos están molestando. En el camino San Pablo, en ese entonces llamado: Sauro de Tarso, Tarso era una ciudad cerca de allí, es derribado del caballo y oye una voz que le dice: Pablo ¿por qué me persigues?, ¿por qué me persigues Pablo?, cae en tierra ¿mmm?, y como buen militar hace la señal de militar y dice: Señor ¿qué querés que haga?, entonces el Señor le indica que vaya hasta la ciudad, que vea a un anciano llamado Ananías para que lo instruya. Esto de que es volteado del caballo, por supuesto que en ese entonces hacían la guerra de a caballo, los que iban montados, los otros no, pero también tiene relación con nosotros cuando tenemos una posición medio odiosa, medio maldita y le decimos: che, por qué no te bajás del caballo, estamos alusión a lo de San Pablo ¿eh?, bajarse del caballo sería cambiar de posición ¿no?, decirle a alguien: bajate del caballo es decir, eh, che, dónde estás ¿eh?, bueno.

El Evangelio de Marcos 1, 14-20, dice así: “después de que tomaron preso a Juan, se refiere a Juan el Bautista, Jesús fue a Galilea y empezó a proclamar la Buena Nueva de Dios. Decía: el tiempo se ha cumplido, el Reino de Dios está cerca, cambien sus caminos y crean en la Buena Nueva. Que es lo mismo que les estuve diciendo hasta recién con otras palabras, el tiempo para muchos se ha cumplido, el Reino de Dios está cerca, ¿a qué se refiere?, a que podemos morirnos tal vez, esta noche, mañana, dentro de doscientos años, no sé, pero algún día ¿eh?, cambien sus caminos y crean, es decir, traducido yo les digo: seamos otra persona, seamos un hombre nuevo, son las mismas palabras del Evangelio ¿eh?: que el tiempo se ha cumplido. Yo les dije recién: ¿es posible que nos baste tres comidas al día y un amorcito por la noche?, el Reino de Dios está cerca, la muerte puede llegar en cualquier momento, cambien sus caminos y crean en la Buena Nueva, sean honestos, honrados, hombres nuevos, donde todo es diferente ¿eh?, bueno. Esto lo voy explicando porque imagínense, dice: el tiempo se ha cumplido, el Reino de Dios está cerca, porque algunas sectas lo dicen como si mañana hubiera el fin del mundo ¿no es cierto?, y no es así, la Sagrada Escritura hay que interpretarla bien ¿no es cierto?, bueno. Mientras Jesús pasaba por la orilla del mar de Galilea, vio a Simón y a su hermano Andrés que echaban las redes en el mar, pues eran pescadores. Jesús les dijo: síganme, Yo los haré pescadores de hombres. Y de inmediato dejaron sus redes y lo siguieron. Tanto Pedro, aquí dice Simón pero es Simón Pedro ¿no es cierto?, Jesús lo llama después Pedro que es piedra y Andrés, lo siguen y de inmediato dejaron sus redes y lo siguieron. Un poco más allá Jesús vio a Santiago, hijo de Zebedeo, con su hermano Juan, que estaban en su barca arreglando las redes. Jesús también los llamó, y ellos, dejando a su padre en la barca con los ayudantes lo siguieron“. Esto es palabra del Señor, te alabamos Señor y te damos gracias.

Así como vemos que llega Jesús cerca del mar de Galilea y le dice a Simón Pedro, Andrés, Santiago, Juan síganme, tenemos que ser lo suficientemente sensibles para escuchar la palabra del Señor, cuántas veces el Señor pasa a nuestro lado y nos dice: dale, vení, vení conmigo y nosotros no, estamos tan ocupados con las cosas que tenemos entre manos ¿mmm?, que no escuchamos, no. La cuestión no es seguir al Señor así, irse a países lejanos tal vez como los Apóstoles, es seguirlo como les decía recién: siendo hombres nuevos, si nosotros cada mañana dijéramos a nuestro ser: hágase todo de nuevo, tendríamos otro espíritu para enfrentar la vida de ese día, si cuando entramos a un sanatorio o lo que sea porque nos duele algo: Señor, hágase todo de nuevo, vos me creaste Señor a tu imagen y semejanza, fijate cómo me duele esto, fijate que el cáncer me está perforando la vida ¿mmm?, fijate Señor, dale, haceme de nuevo, dale, hacé todo de nuevo conmigo, ¿tenemos la valentía de hacer eso, o tenemos un chucho tremendo y le decimos al médico: me estoy por morir?, no, así no.

¿Saben que pasa?, los seres humanos tenemos mucho temor a la muerte y Jesús dice que la muerte no existe, es un cambio de estado ¿eh?, un cambio de estado, y vos decís: pero ¿cómo un cambio de estado?, si nosotros llevamos los muertos al cementerio, los dejamos allí, se pudren y después llevamos flores y mientras tanto sentimos el olorcito que viene de adentro, no, eso es aparente, aquellos que llevamos al cementerio no se quedan ahí adentro, no. Nosotros tenemos miedo porque pensamos: uy, yo que no puedo estar cerrado, cuando me sienta cerrado adentro de una caja así, nada que ver, nada que ver. Incluso el visitar a los muertos es muy bueno porque uno les lleva algo para recordarles lo que uno los ama, pero yo veo por ejemplo lo que me pasa a mí les pasa a todos, algunos los ven, otros no, cuando yo llego al cementerio me esperan todos mis familiares para ellos también ir a visitar a sus cuerpos ahí, así es. Y los que están cerca de mí conocen muy bien que cuando he enterrado a algún familiar, el familiar vino con nosotros en el cortejo fúnebre cantando con nosotros la alegría de haber pasado a la otra vida porque lo otro es mejor que lo que está acá, allá no hay sufrimiento, bueno, siempre y cuando uno haya vivido de una manera ¿no?.

Ahora, pero tampoco está el infierno, cuidado, ¿qué pasa cuando nosotros nos morimos?, llegamos a un lugar, está allí la Virgen esperándonos, Jesús y de repente vemos toda nuestra vida, tomamos para un lado, tomamos para el otro de acuerdo a si somos dignos de ver al Señor o todavía tenemos que esperar un poco, entonces vamos a un lugar oscuro que la gente y todos llaman Purgatorio, porque allí se sufre, ¿por qué?, porque todavía no se lo puede ver a Dios, pero el que va para el otro lado lo empieza a ver al Señor cara a cara por toda una eternidad. Yo les pregunto: ¿a qué muerte le vamos a temer?, si como dice Jesús es nada más que un cambio de estado, todo eso que llevamos en una caja al cementerio es una apariencia, es la parte física nuestra pero la otra parte si que está ahí normalmente y tanto que nuestros familiares siguen, siguen en nuestra vida acompañándonos. Es decir, yo en este momento estoy viendo a toda la gente acá que está sentada pero tengo que hacer un esfuerzo porque a veces, hoy por ejemplo veo muchos más, y ¿quiénes son?, los familiares de ustedes que los acompañan, que ya están en la Luz del Señor y hoy seguramente ellos le han pedido al Señor que los trajera aquí para darles lo que necesitan, porque los que están delante del Señor tienen una bondad aprobada, una humildad aprobada, es decir, son muy bien, entonces nos traen acá para que el Señor nos de lo que necesitamos.

Ustedes dicen: ¿cuento de niños?, no mis queridos, el día que pasemos al otro lado ustedes me van a decir si yo les mentí alguna vez, nada de cuentos, esto es muy serio, todo se comprueba, bueno. Entonces, no solamente eso, incluso aquí mucha gente ha conocido a familiares que lo conocía por fotografía nada más y que aquí lo vio, porque como lo trae está junto para siempre, en general nos acompaña alguien ¿no?. Cuántas veces podríamos caernos y no nos caemos porque alguien nos sostiene, cuántas veces podríamos hacernos mucho daño y no nos hacemos porque alguien nos sostiene, ¿y quién?, sí, el Ángel que nos acompaña por supuesto pero también algún familiar, o la madre que nos amó tanto ¿nos va a dejar porque sí?, no, sigue dándonos todo lo mejor a pesar de que esté del otro lado ¿eh?.

He recalcado esto para que no le tengan miedo a la muerte, es un cambio de estado nada más, no hay que buscarla, llegará cuando sea la hora, tenemos que luchar para estar sanos pero no tener miedo, sería una tontería, es como si tuviéramos miedo que en el patio hay un ejército romano que nos va a destruir, ¿y dónde está el ejército que no se ve?, entonces ¿cómo vamos a tener miedo a la muerte, porque creemos que vamos a estar en un ataúd?, nada que ver, nada que ver ¿eh?.

Bueno, entonces, el Señor les iba explicando todas estas cosas a la gente, por eso el Evangelio se llama Buena Nueva, la Buena Noticia, ya no van a morir más, van a vivir siempre, y vos decís: pero ¿y qué pasa con ese cuerpo que se queda en el cementerio?, al final de los tiempos ese cuerpo también va a resucitar, también, pero ese juicio del cual se habla tanto, no es al final de los tiempos es ni bien cerramos los ojos y pasamos al otro, no hay un juicio final allá donde todos serán juzgados de nuevo. La palabra juicio por las leyes que conocemos siempre nos asusta porque es algo que está luchando para, no, nada que ver, nada que ver ¿eh?.

Más todavía, vemos que Jesús elige a sus Apóstoles entre las personas humildes, simples, no se rodea de gente ni sabia ni nada por el estilo, algunos Apóstoles dicen que algunos Discípulos eran capaces, puede ser, por ejemplo Lucas era un Discípulos que aplicaba la medicina pero en general todos eran analfabetos, y vos decís: pero ¿por qué el Señor se tomó ese trabajo de elegir a gente así tan simple?. Hay un principio del Señor que es preciosísimo: cuando alguien no tiene nada Él puede poner su todo, pero si uno está lleno de soberbia, de orgullo, si uno está lleno de todas esas cosas que el mundo tiene el Señor existe pero nosotros nos cuesta dejar ¿eh?. Entonces eligió a esa gente simple, sencilla, pescadores, hombres que estaban así de paso, que vos decís: pero ¿cómo va a preparar un Reino con gente analfabeta?, ¿qué le van a decir después a la gente?, si uno piensa así se está equivocando, por una razón muy simple, cuando Jesús muere y resucita y asciende a los Cielos, el día de la Ascensión ¿no es cierto?, envía al Espíritu Santo, cuando estos Apóstoles que vemos en el Evangelio de hoy que Él elige, un día después de la Resurrección de Jesús y su Ascensión a los Cielos están reunidos los Discípulos con María y llega el Espíritu Santo como lengüitas de fuego, algo hay que decir ¿no es cierto?, lengüitas de fuego, vientito, que se yo, algo, los seres humanos siempre decimos algo para tomarnos porque sino tenemos que imaginarnos y somos medio ¿no es cierto?, llega el Señor y todos esos analfabetos, esa gente que parecía muy inculta empieza a ver las cosas desde otro ángulo, comienzan a hablar en lenguas, es decir, las lenguas que ellos iban a usar a los países donde iban a predicar.

Por eso, terminado esto de la sesión en que estaban todos los Apóstoles y María recibiendo el Espíritu Santo, salen a la calle y eran las nueve de la mañana y entonces la gente decía: por qué estas personas, los galileos ¿no?, ¿por qué están así tan borrachos?, se tenían para caminar, se agarraban, estaban llenos del Espíritu Santo ¿verdad?, lo mismo que les pasa a la gente que se cae aquí, está mareada y cae al suelo, algunos tienen un miedo pánico a eso, es que nadie enseñó que eso es muy bueno, muy bueno, el Señor te tomó para hacer con vos maravillas ¿eh?, bueno.

Entonces, los galileos andaban como borrachos porque les había tomado el Espíritu Santo y esos hombres analfabetos llenos de la palabra de Dios dejaron de ser analfabetos porque podían predicar el Evangelio con total normalidad y eso es lo que hace el Espíritu Santo llenarnos a nosotros de montones de cosas que son muy buenas y cuando uno habla en lenguas, que algunos de ustedes habrán visto en algunos retiros la gente hablar en lenguas, algo que no se entiende, eso también es obra del Espíritu Santo que está comunicando algo, no es uno de los dones más grandes, carismas más grande pero es importante, es más importante el carisma de la sanación que el carisma de hablar en lenguas. El carisma de hablar en lenguas se usa sobre todo para alabar al Señor ¿eh?, en las lenguas en que hablaba Jesús en su tiempo ¿verdad?, Jesús, los Discípulos y las personas del lugar.

Bueno, todo esto maravilloso se produce sobre aquellas personas que había elegido: Pedro, Santiago, todos, vengan, vamos, síganme, no sabían que hacer, no sabían nada pero vinieron, el Señor les dijo: enviaré el Espíritu Santo, que Él llama el Consolador, para que les de todo lo que ustedes necesitan saber para llevar la Buena Nueva de Mi noticia ¿eh?.

Entonces, repetimos que cuando alguien se cae ¿mmm? puede pasar en la casa también, te toma el Espíritu Santo, se cae… (se dio vuelta la cinta)…, entra en los Apóstoles y hace maravillas para predicar que el Reino de Dios está cerca, que se preparen, hagan bien las cosas, como decíamos al comienzo: seamos hombres nuevos llenos de todo ese conjunto de cosas que el Señor quiere: bondad, humildad, simplicidad, solidaridad ¿eh?, bondad muy profunda, pero la humildad es la madre de todas las virtudes porque se fundamenta en el amor ¿no es cierto?.

Así entonces nos encuentra este día domingo, nos encuentra viendo la palabra del Señor que estamos confiando, va a entrar en cada uno de nosotros para hacer maravillas, ¿cuándo?, en este momento está entrando en ustedes el Señor, en este momento se está produciendo en ustedes la sanación de vuestras enfermedades, no solo las enfermedades físicas, sino también las otras enfermedades, un corazón con un cascarón de egoísmo, odio, resentimiento y todas esas cosas tan terribles que el ser humano tiene, venganza, ganas de herir a los demás, ser violento, entonces eso es un cascarón que nos impide todo, entonces el Señor también quiere sanarnos de eso.

En este momento, a partir de la lectura de la palabra, la palabra del Señor empezó a entrar en cada uno de ustedes, en cada uno de vuestros familiares, en todas aquellas personas que amamos y también los otros, que amamos pero que no nos aman y empieza a hacer maravillas y para esto ¿qué hay que hacer?, ser simple y humilde, tolerante, bueno. Señor, sé que querés entrar en mí para obrar milagros, para que mi vida sea buena, preciosa, sí, pero ¿no es que el Señor nos pone una cruz?, hay quien dice, nooo, esos son cuentos y además cosas que dicen algunos para infundir miedo, Jesús no pone cruces en nuestros hombros, al contrario, Él nos pide que hagamos más liviana la cruz, porque en la vida nos va de una manera y no tan bien. Por eso, si hay una sanación adecuada, estoy sanando todo para poner el mundo en orden, son las primeras cosas que habló el Señor, el 10 de Marzo cuando empiezan las Revelaciones aquí de 1995, en Marzo hace 14 años, bueno.

Todo será hecho nuevo, en los Cielos y en la Tierra, no son palabras Mías, son palabras del Señor, con todo lo que está pasando en el mundo y en nuestro país ¿no se dan cuenta que detrás de todo eso nos espera un mundo nuevo?, un mundo nuevo.

Por ahí alguien se le ocurre preguntar: pero ¿cómo, ya es el fin de los tiempos que todo va a ser hecho de nuevo?, no, de este tiempo, para comenzar el Tercer Milenio que eso es lo que quiso el Señor hacer cuando empezó a dar los Mensajes hace 14 años todos los días, edificar el Tercer Milenio, sentar las bases del Tercer Milenio, la prioridad uno, es decir lo principal de lo que Él se ocupa: sanar a los enfermos, como en aquél entonces cuando llevaba la Buena Nueva, como dice el Evangelio de hoy, ¿qué hacía Jesús?, ahí dice que pasaba por los pueblos, llegaba a un lugar y decía: ¿dónde están los enfermos que quiero sanarlos?, eso es lo principal del Señor, ahora, se puede estar enfermo de muchas cosas, también enfermo por dentro en el alma cuando uno está resentido, cuando bueno, todas esas cosas que nos hacen arrugar tanto la cara porque tenemos cosas así que no podemos superar, resentimientos muy grande, odio, venganza, bueno, todo será hecho nuevo dice el Señor.

Y en este momento para entrar la palabra en cada uno de nosotros también todo será hecho nuevo y aquellas enfermedades que tenían si ustedes dejan entrar al Señor Él hará milagros, hará los prodigios más grandes, ¿saben que pasa?, no estamos acostumbrados a ver milagros nosotros, no nos acostumbraron ni nos enseñaron a recibir los milagros, no, porque hay que decirlo con todas las letras, a muchos sacerdotes los milagros los desestabiliza porque tal vez su fe no sea tan fuerte, no decimos por mal, nos da pena eso ¿eh?, pero si el Señor hacía milagros y Él quiere que hagamos las cosas en su nombre entonces eso tiene que repetirse, por eso hay tanta gente que recibe milagros y parecería como si no quiere aceptarlo porque se siente desestabilizado y además porque a veces uno está un poquito, porque hay personas que tienen dolores y no les gustan perderlos para poder comentarles: no sabe doña cuántos dolores tengo yo, cuántas enfermedades o bien dice: me han operado siete veces, y la vecina: a mí, a mí nueve veces, como si contaran las operaciones como si fueran trofeos de guerra ¿eh?, no, por ahí no está la solución nuestra, nosotros tenemos que esperar del Señor toda la sanación que necesitamos. Vos decís: transformá, sí, el milagro ¿qué es?, que todo gire ciento ochenta grados, puede ser en forma inmediata o puede ser un proceso, porque a veces uno no está preparado para ver las cosas de repente tan bien, pero cómo, el médico dijo que me moría dentro de tres meses y el Señor me dice que me sana, esto me descoloca, ¿qué pasa acá?, ¿este hombre no sabe?, no, no es que no sepa, ellos se manejan con la ciencia que tienen entre manos, pero nosotros estamos hablando de lo que hace el Señor en nuestra vida ¿eh?, que es otra cosa, totalmente diferente, no mala, sino más elevada de la que pueda hacer el médico, bien.

Señor, nos fuiste diciendo en la palabra todo esto que necesitamos para tener una vida hermosa ¿eh?, de repente profundizando la palabra y dejando que Jesús entre en nosotros nos damos cuenta que Él nos quiere sanos, fuertes, que nos quiere felices ¿eh?, no con cruces, esos son cuentos chinos que inventan algunos para infundir miedo, no, cruces no, la vida a veces nos da cruces, los demás ponen cruces en nuestros hombros sí, pero no el Señor. Jesús dice en el Evangelio claro: ¿que padre le da a un hijo una piedra cuando le pide pan o una víbora cuando le pide pescado? ¿eh?, entonces ¿cómo el Señor nos va a dar cosas malas cuando nosotros necesitamos ser felices?.

Cuando hablamos en el Padre Nuestro, tanto lo dije ya esto: hágase tu voluntad Señor así en la Tierra como en el Cielo, bueno esa voluntad del Señor es que seamos felices y una de las bases para ser felices es estar sano, ¿para qué los trajo el Señor al Santuario en este día?, para que se sanen, pero no solo de la rodilla, de la columna y de todas esas cosas sino también ese cascarón que tenemos a veces que rodea nuestro corazón y nos hace duros, insensibles, con mal genio, que decimos genio podrido, mala cara y todas esas cosas, el Señor nos viene a sanar también de eso, ahora cuando pasan al frente nunca nadie me dice: quiero sanarme de mi genio podrido, no, nadie lo dice, ¿por qué será?, claro, la enfermedad es más inminente, hay que pedir: yo quiero sanarme, porque uno tiene miedo ¿mmm?, pierdan el miedo.

Caramba, el Señor está presidiendo la asamblea ahí adelante porque hace en Marzo, 10 de Marzo, 14 años que vive acá, porque eligió vivir aquí, único lugar en el mundo donde Él tiene su Casa, está en todos los Sagrarios, como en este, pero aquí hace su presencia con su cuerpo, lo mismo que la Madre ¿eh?.

Entonces ¿quién tiene miedo todavía?, ¿quién tiene problemas de enfermedad?, ¿quién le asusta el cáncer o las hemorroides o el juanete o los problemas que tenemos en la cabeza o la perdida de la memoria?, o que se yo, todas las cosas, ¿quién tiene miedo?, ¿saben qué es tener miedo?, decirle al Señor: vos no sos capaz de sanarme, eso es tener miedo ¿mmm?.

Pongamos todo en sus manos y confiemos totalmente, claro, pero no le digamos al Señor cómo queremos, Él sabe qué nos conviene y cuando nos va a dar todo lo que necesitamos, Él sabe muy bien, porque Él vive en un continuo presente, no tiene pasado ni futuro, vive ¿eh?, bueno.

¿Miedo todavía?, después de venir al Santuario, ver que el Señor está allí para darnos todo lo mejor, ¿miedo todavía?, por favor ¿eh?, ¿miedo todavía?, estando ahí el Señor, su Madre, los Santos, los Ángeles, todos, ¿miedo todavía?, ¿a qué?, ¿a quién?, ¿cómo?, no, por favor. Yo me levanto todas las noches a ver a mi criaturita porque tengo miedo que tenga la muerte súbita o que se yo, mi querida o mi querido, por qué no ponés a tu hijo o a tu hija en manos del Señor y dejá de levantarte a cada rato sin dormir para ver cómo duerme por temor a que llegue la muerte súbita o lo que sea ¿eh?, más cerquita y escuchar respirar eso te va a dejar tranquila, ¿vos creés que lo podes hacer todo?, vos hacés algo nomás, el resto lo hace el Señor, poné tu criatura en las manos del Señor y descansá, decime Señor: ¿cómo tengo que hacer?, decime Señor ¿a qué médico tengo que llevarle para que me sane a este bebé, o a esta criatura o a este muchacho o chica?, ¿adónde tengo que llevarla?, a alguien que sea confiable, que no me esté charlando, alguien que no me haga el verso, decime Señor, yo soy dócil, te escucho Señor, decime, vos querés que yo sea feliz entonces me vas a indicar todo, todo, todo lo que corresponde ¿eh?.

Bueno, con todas estas cosas tan lindas que el Señor nos hizo conocer en este día, la llegada del Reino para cada uno de nosotros, la posibilidad de dejar de tener miedo a todas las cosas y poder vivir en paz, cada día, a cada le basta su propio esfuerzo, su propio afán, el mañana es del Señor ¿eh?, lo dice el Evangelio, no yo, el mañana es de Él, confiemos en Él, confiemos plenamente, pero ¿qué pasa?, siempre se filtra la duda: ¿y será che?, ¿será?, depende de si es grande tu duda o pequeña, si es grande quiere decir que le estás diciendo al Señor: vos sos un incapaz, no sabes cuidarme, me estoy muriendo y vos no hacés nada para que yo me salve.

Si el Señor vos lo escucharas te diría: cómo que no hago nada, lo hago todo, pero vos tenés la idea de morirte, porque ya pensás que estás viejo o vieja, que esto, que lo otro, si Yo quiero sanarte, si Yo quiero que vivas un montón de años ¿eh?, pero ¿qué pasa?, la familia a veces, para la familia es una carga la persona enferma, por eso cuando yo veo llegar a los enfermos con la familia que tienen ya me doy cuenta quién se salva y quién no, ¿por qué?, porque la familia es fundamental, si vos le hacés un clima muy feo, le hacés sentir que te da sacrificio limpiarle la cola o cambiarle los pañales, y yo doy nada más que trabajo dicen los enfermos, si tu familiar piensa así no pienses que se va a salvar ¿eh?, se va a morir, lo ve como una necesidad la muerte ¿eh?, de ahí la importancia de la familia en los enfermos, es más de la mitad del todo la familia.

Señor de la Misericordia tenemos tantas ganas de vivir bien Señor, tenemos tantas ganas de ser buena gente, amables, correctos, sinceros, no andar macaneando por ahí sino hablar blanco, blanco, negro, negro, es decir que nuestra palabra tenga valor. Vos que nos pedís que seamos justos, porque algunos piensan a veces que los pecados sexuales son gravísimos, no, serán, que se yo, cada uno sabrá, lo que le duele al Señor son las injusticias, eso le duele, vengan de donde vinieren siempre las injusticias.

Por eso mis queridos, el Señor los trajo de lejos, no tan lejos, cerca, hay gente de Santa Cruz aquí adelante, los estoy viendo, por allí hay gente de Jujuy que me saludó esta mañana, de los dos extremos del país ¿eh?, bueno, el Señor los trajo para darles la buena noticia: ustedes son Mis hijos, tomen de Mí todo lo que necesitan, pídanme ¿eh?, porque Yo soy manso y humilde de corazón dice el Señor, pidan y les daré, llamen y les abriré, sí pero lo que yo tengo es muy poco, ¿cómo se va a arreglar?, ¿no te dije acaso que Yo cosecho donde no siembro y saco donde no pongo?, si Señor pero, bueno, vos ¿tenés fe o no tenés?, si la tenés confiá en Mí que Yo te doy la vida en abundancia. Si podes llegarte a cualquier Iglesia comulgá, si no podes y bueno comulgá espiritualmente, hacé todo lo que puedas pero no te amargues por hacerlo porque no está en los planes del Señor la amargura ni mucho menos.

Jesús te amamos mucho porque hoy nos trajiste a tu Santuario, el Santuario del Jesús de la Misericordia y de Nuestra Señora, la Madre, aquí nos trajiste Señor, ¿qué nos darás Señor?, estoy ansioso por saberlo Señor qué me vas a dar, tal vez esta noche, tal vez mañana o dentro de un tiempo pero vos ya hoy empezaste a darme lo que yo necesito, y ¿qué necesito?, y todo lo que se necesita para ser felices, en primer lugar tener salud, mira vos, así de simple. Y cuando vos no podes confiar porque estás muy débil que confíen tus familiares, claro.

Señor de la Misericordia estás presidiendo la asamblea como siempre, sienten ustedes que Jesús no está solo ahí adelante sino que está ya en los corazones de cada uno, hay todavía unos cuantos que no abri

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