A los Dirigentes del Mundo
...Mis palabras no son fuertes, para que nadie tiemble. Mis palabras son de amor, para que todos calmen sus ánimos y puedan empezar de nuevo. Por eso, repito, debes gritar a los cuatro vientos: ¡Hombres y mujeres que tienen el poder, en cualquiera de sus formas, y aquellos que no lo tienen también, deben decir con fuerza "el Mensaje que Jesús dio a Santa Faustina lo está continuando en este lugar, en este pequeño poblado de la pampa gringa, en este lugar remoto del fin del mundo, de la República Argentina, y en este país que parecería que siempre anduvo a contramano!"...