Además es importante que sepas que yo estoy siempre dispuesta a colaborar, aunque vos no me veas, pero yo me siento en el hall y me entretengo poniendo en las personas un montón de pensamientos para que cuando entren en la biblioteca y te vean a vos estén predispuestas para que se produzca la sanación.

Mensaje del 16 de Septiembre de 1997

Dice la Madre Teresa:

Yo no me enojé, ni por casualidad, con eso de mi tamaño. ¡No, en absoluto! Solamente que un comentario así puede parecer muy liviano o demasiado simple y entonces por eso mi expresión del sábado. Pero no era una expresión de enojada, ni mucho menos. Tanto que para demostrártelo ayer y sin que vos lo pidieras llegó mi retrato sonriente. No con cara seria, ¡sonriente!, y hecho en una tela que es muy linda.

Evidentemente, si no sos tonto te habrás dado cuenta de que es un signo para decirte que no había tal enojo, como vos dijiste, aunque usaste otra palabra, y mucho menos por la estatura. Porque la estatura de los seres humanos no depende de cuánto dice el metro.

Ahora bien, yo quiero dejarte esta noche este mensaje: es cierto que falta tal vez más oración. Puede ser, aunque no creo. Además es importante que sepas que yo estoy siempre dispuesta a colaborar, aunque vos no me veas, pero yo me siento en el hall y me entretengo poniendo en las personas un montón de pensamientos para que cuando entren en la biblioteca y te vean a vos estén predispuestas para que se produzca la sanación. No es para que me agradezcas, es para que sepas que estoy colaborando muchísimo en todo lo que ustedes están haciendo.

¡Todo está hermoso! Tan hermoso, tan hermoso, que a veces, como dicen los humanos, uno tiene miedo de que se obren tantos prodigios. Pero, como me lo ha explicado Jesús, Él tiene todo previsto, todo programado, todo pronosticado, hasta el último detalle de todo, porque se ha propuesto en forma terminante hacer todas las cosas que se están haciendo.

Dejo algunos principios a tener en cuenta: el respeto a la vida, el respeto a la vida de los que aún no han nacido, la necesidad de fomentar una educación más sana en la niñez. Lo digo por todo lo que pasó hoy por teléfono. Yo anduve husmeando en los planes de Jesús y todo esto que pasa está contribuyendo en forma terminante, en forma contundente, para todo lo que va a pasar en el año dos mil: la venida de un Nuevo Pentecostés, que es justamente la formación de una nueva Iglesia, más actualizada y con propuestas y respuestas concretas al hombre de hoy. Respuestas bien concretas, muy concretas al hombre de nuestros días.

Quiero terminar diciendo que ustedes no tienen muchos pobres que necesitan alimentos como los tuve yo, pero sí ustedes tienen una tremenda necesidad de ver la pobreza del alma y las miserias que hay en tantos corazones ¡Ojo! Yo luché especialmente contra una forma de pobreza, pero lo de ustedes es distinta a la mía, ¡muy distinta! Porque hay montones, pilas de personas, que viven en la sombra de la muerte ¿En qué sentido lo digo? En que son seres que nunca han tenido una caricia, que nunca han tenido la posibilidad de nada a nivel afectivo, que solamente han tenido más de todo ante la posibilidad de nada, que se les cerraron todos los caminos ¡Por ellos hay que trabajar muy intensamente!

Yo estoy al pie del cañón, como quien dice, todos los días ayudando, colaborando y haciendo todo lo que puedo, y silenciosamente entro en el hall de tu casa para ir preparando los espíritus de las personas que están esperando para que cuando entran vos puedas hacer las cosas realmente rápido y muy bien.

Continúa hablando Jesús:

Bueno, nosotros nos vamos a retirar, pero antes les llega a todos Mi bendición. ¡Los amo entrañablemente! Yo quisiera estar en reuniones en forma permanente con ustedes.

Porque me encantan las cosas genuinas, es decir lo que es auténtico, lo que es verdadero y lo que se hace con todo el corazón. Por eso los bendigo a todos muy especialmente, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.