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Oración del 20 de Abril de 2008

¿Qué me dicen?, la imagen del fracaso, no para Dios, no para Dios, porque el Señor premiará enormemente a aquellos que gastaron su vida, valga la expresión, gastando, para atender a alguien que no podía valerse por sus propios medios, un hijo deficiente nunca es una carga, también es un fruto del amor y en consecuencia así lo piensa Dios, porque Dios tuvo con nosotros la idea de un proyecto maravilloso y Él lo sigue teniendo: vení, vení a la Casa de Mi Padre, vení, pobre, no pudiste gozar nada en la Tierra porque la enfermedad ocupó tu vida y la deficiencia ocupó tu vida pero Yo te daré eternamente la Gloria del Padre ¿eh?, ¿no creen que eso es compensación también?.

Mensaje del 20 de Abril de 2008

Habla Artemio:


Buenas tardes.

Como todas las cosas del Señor empezamos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.

Empezamos pidiendo perdón al Señor por las cosas, no solamente por lo que uno pudo haber hecho mal, por lo que tal vez uno debió hacer y no hizo ¿no?, también eso hay que pedir perdón: hoy perdóname…. Bueno entonces vamos a pensar que venimos desde lejos, no tan lejos, cerca, muy cerca pero todos muy alegres y contentos dándole gracias al Señor porque pudimos venir y si Él nos trajo por algo debe ser, entonces nuestra alegría es grande porque pudimos llegar a la Casa de la Madre y del Señor de la Misericordia, le decimos con mucho entusiasmo y con ganas: no puede estar triste el corazón que alaba a Cristo….

Ahora vamos a pensar que cuánta necesidad tenemos los seres humanos que el Señor esté siempre llenándonos de su gracia para seguir viviendo a pesar de todo lo que nos pasa todos los días, los contratiempos que tenemos, las penas que sufrimos, las injusticias que padecemos, el roce con la gente que no está a veces tan bien de carácter como quisiéramos, por todas esas cosas hay que estar muy preparados con el Señor para poder hacer frente a todos, no es fácil vivir ¿eh?, no es fácil, no, no es fácil, sobre todo si uno quiere vivir bien, no es fácil.
Entonces que el Señor alimente nuestra lámpara, es decir llene de aceite la lámpara, la alimente con su gracia nuestra persona y de esa forma vamos a seguir adelante en todo, no es fácil seguir adelante ¿eh?, no, por eso, le pedimos al Señor que: pon aceite en mi lámpara Señor….

Y ahora para poder entender con el corazón la palabra del Señor pedimos el Espíritu Santo que nos auxilie porque sin su asistencia no podemos, no podemos entender. Sí, entendemos así literalmente pero el real sentido de lo que el Señor quiere decirnos, por eso, como nosotros estamos distintos y el Mensaje que 2000 años se da pero como nosotros vamos cambiando, las personas van cambiando, vamos evolucionando, somos diferentes, entonces siempre tenemos que pedir la asistencia del Señor, para lograr nuestra conversión, es decir, no solamente sanarnos de los males que padecemos sino también poder abrir nuestro corazón ¿eh?, muy bien. Le pedimos así con fuerza diciendo: ven, ven, ven, Espíritu Divino, ven, ven, ven, acércate a mí…. Por la señal de la santa cruz, de nuestros enemigos, líbranos Señor, Dios nuestro. Del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén. El Evangelio de hoy, quinto domingo de Pascua, conmemoramos a Santa Inés de Montepulciano, el Evangelio de Juan, capítulo 14, del 1 al 12, Jesús dice: “no se turben; crean en Dios y crean también en Mí. En la casa de Mi Padre hay muchas habitaciones. De no ser así, no les habría dicho que voy a prepararles un lugar. Y después de ir y prepararles un lugar, volveré para tomarlos conmigo, para que donde Yo esté, estén también ustedes. Para ir a donde Yo voy, ustedes ya conocen el camino. Entonces Tomás le dijo: Señor, nosotros no sabemos adónde vas, ¿cómo vamos a conocer el camino?. Jesús le contestó: Yo soy el camino, la verdad y la vida. Y nadie va al Padre sino por Mí. Si me conocen a Mí, también conocerán al Padre. Pero ya lo conocen y lo han visto. Felipe sigue insistiendo: Señor, muéstranos al Padre, y eso nos basta. Jesús le respondió: hace tanto tiempo que estoy con ustedes, ¿y todavía no me conoces, Felipe?. El que me ve a Mí ve al Padre. ¿Como es que dices: muéstranos al Padre?. Yo estoy en el Padre y el Padre está en Mí. Créanme en esto; o si no, créanlo por las obras mismas. En verdad les digo: el que crea en Mí hará las mismas obras que Yo hago y, como ahora voy al Padre, les haré aún mayores” . Esta es palabra del Señor, te alabamos Señor y te damos gracias.

El Evangelio de hoy gira alrededor de que Jesús viene a nosotros y además nos dice que quien lo conoce a Él conoce al Padre, está asentando por supuesto como todos los Evangelios de este tiempo, los principios de la Santísima Trinidad, es decir que Dios es Padre, Hijo y Espíritu Santo ¿mmm?. El Padre creador de todo, el Hijo que vino a redimirnos y el Espíritu Santo que nos consuela, pero los tres son Dios ¿eh?.

Ahora pero el Evangelio comienza diciendo que: quien me ve a Mí ve al Padre y dice: Yo tengo preparado, así como Mi Papá, varias habitaciones, varias casas, el Evangelio dice: varias moradas, lugar donde se vive y uno dice: pero ¿cómo es esto?, no se entiende, ¿cómo es que hay muchas casas, muchas moradas?, no, ¿qué pasa?, a ver veamos en forma concreta sino no lo vamos a entender, nosotros nacemos, vivimos de una manera y morimos también de una manera algún día ¿verdad?, y de acuerdo a todo lo que uno fue haciendo a lo largo de sus años va como acrecentando méritos para el día en que se presente delante del Señor. Ahora, siempre que nos salvemos nos salvamos por las obras que hicimos pero también nos salvamos porque el Señor quiere que nos salvemos, no podemos hacer nuestra voluntad: hago obras y se terminó, no, hago las obras que el Padre quiere y que el Hijo también quiere.

Yo me distraigo con los chicos, así que si grita llevalo afuera a pasear un rato, yo me distraigo y todos serán igual ¿no es cierto?, todos quieren escuchar, perdona querida, yo amo a los chicos pero, Dios los ayude a todos, bien.

Entonces, en la Casa de Mi Padre hay muchos lugares dice Él, y les estoy diciendo: vivimos de una manera y cuando morimos ¿qué es lo primero que vemos?, a la Madre, a Jesús, vemos a todos los Santos, se los digo porque lo vi, vemos todos los Santos que hemos tenido muy en cuenta durante la vida y los parientes que ni siquiera conocemos y en un instante pasa dentro de nosotros como una especie de película de toda nuestra vida, de todas las cosas que hicimos pero a la luz de cómo mira el Señor las cosas, por eso, nadie puede juzgar a nadie, porque el Señor tiene su propia forma de mirar, a lo mejor nosotros nos creemos muy pocos y somos muy grandes, a lo mejor nos creemos un montón y no somos nada o muy poquito ¿mmm?, entonces ahí tomamos conciencia de qué es lo que pasó con nuestra vida, qué hicimos todos los años que vivimos en la Tierra ¿mmm?, y entonces sin que el Señor diga media palabra uno va para un lado o va para el otro. Para un lado está la Luz, lo que se llama: Bienaventuranza Eterna, Visión Beatífica, cincuenta nombres pero es la felicidad completa y eterna, y por el otro lado es la oscuridad, es decir si nosotros durante la vida amamos la oscuridad, la Luz nos hace mal, si nosotros amamos hacer las cosas dañinas y perversas entonces tenemos que estar en la oscuridad hasta que deseemos ver la Luz.

En eso consiste lo que llamamos Purgatorio ¿eh?, estar esperando en la oscuridad hasta que uno haga méritos allí intercediendo delante del Señor por los que quedaron en la Tierra ¿verdad?, o bien los que están en la Tierra rezando, haciendo ayunos, sacrificios, etc., por los que están en la oscuridad para que dejen pronto ese lugar, bueno.

Entonces, pasa el tiempo para algunos pueden pasar siglos ahí en la oscuridad y eso que a veces se lee en la Sagrada Escritura: el fuego que nos consume, que nos quema en los huesos, que aquí, que allá, no es nada más que una referencia al ardor que sentimos dentro de nosotros de querer ver la Luz y no poder verlo ¿eh?, no poder, no poder. Ahora bien, cuando nosotros vamos hacia el otro lado, que nos vamos a la Luz, ustedes dirán: ¿todos van al mismo lugar?, no, no sería justo ¿no es cierto?, ¿ustedes creen que merece el mismo lugar una Madre Teresa de Calcuta o alguien que mandó a matar tanta gente como Bush? ¿mmm?, no, si pensáramos que van a recibir igual paga estaríamos equivocados, totalmente.
Entonces, del otro lado vamos a tener una compensación en base a como fue nuestra vida; ustedes dirán: ¿y cómo es eso de la compensación?, no la podemos medir nosotros, el Señor mide la compensación, es decir, cuánto diríamos nosotros, ¿cuánto le pongo a este, un diez, un ocho, un siete?, pero tomemos otra cifra más grande: ¿cien, cincuenta, ochenta, diez, quince, y de acuerdo a cómo vivimos, los méritos que hicimos y todo vamos a ver una mayor o menor cantidad de Luz, es decir de Dios ¿eh?.

Lo voy a decir de otra forma para que se entienda más, es decir, cada uno es el dueño de lo que cultiva, es decir de lo que hace ¿mmm?, y del otro lado tiene eso para presentar: y yo hice esto ¿mmm?, a lo mejor es muy valioso, a lo mejor no tanto ¿verdad?. Entonces, en base a esa cantidad tenemos lugares para ir, que el Señor llama: moradas, en la Casa de Mi Padre, dice Jesús en el Evangelio, hay muchas moradas, entonces cada uno ve a Dios en proporción a cuánto le amó, ni más ni menos.

Tener en cuenta eso ¿mmm?, cuánto uno amó a Dios, así le verá después, aquél que se esforzó en ayudar a su prójimo, a todos los que le pasaron a su lado en el camino es lógico que tendrán un beneficio mayor; y ustedes dirán: ¿cómo es esto que nos dicen que vamos a estar en moradas, quiere decir que cada uno va a tener un lugarcito aparte?, porque tenemos un montón de familiares y nos vamos a reunir con todos allá, no, no hay casitas apartes ¿mmm?. Parecerían del otro lado, parecerían que esas casitas son como cuando uno ve en algunos lugares de montañas, todas casitas chiquitas como colgadas en la sierra o en la montaña, así parecen ¿no?, y llena de flores, llena de ríos con aguas cantarinas, mariposas, pájaros, el paraíso, así por eso se llama el paraíso, así de simple, bueno.

Entonces, pero lo principal es ver a Dios y las personas hayan vivido como hayan vivido son todas en una misma casa pero cada una ve a Dios de acuerdo a la proporción de cuánto le amó, me parece muy justo ¿no?. Si uno amó por cincuenta verá por cincuenta, el que amó por diez verá diez ¿mmm?.

Es necesario pensar que todo en la vida siempre hay una compensación ¿eh?, en el otro lado también, en el otro lado también, una cosa es ver a Dios a treinta centímetros, imagínense ustedes lo que es la felicidad total tan cerquita y otra cosa es verlo a 1 km, a 2 o 10 km ¿no?, y ¿hay envidia por eso?, no, cada uno asume, así como nadie puede usar un traje, un vestido o un pantalón que sea más grande que su medida, así del otro lado tampoco aspiramos a tener más de lo que podemos ¿eh?, como decía Cabral: por qué quiero cien si sé contar hasta diez ¿no?, en este caso es lo mismo, yo no puedo aspirar a verlo totalmente al Señor si no hice los méritos para verlo ¿mmm?, por qué quiero ver cien si trabajé para diez, para cinco, para ocho, para veinte ¿eh?.

¿Es tan así matemático?, es la respuesta del Señor, que es distinta a la respuesta que damos nosotros. Porque muchas veces nosotros medimos las cosas de acuerdo a nuestro punto de vista, hay alguien que se cree feo por ejemplo, entonces: y yo que voy a triunfar, yo que hago en la vida, yo esto, yo lo otro, pero es un juicio que hace él sobre sí mismo, la persona, a lo mejor Dios ve en ella un montón de cosas. Nosotros vemos por ejemplo alguien que está, o nuestros chicos que están acá en una silla, ustedes dirán: ¿y ellos qué?, ellos no están contaminados con el mal, en consecuencia al Señor lo verán cara a cara y aquellos que gastaron toda una vida, con todo el amor del mundo para cuidarlos también tendrán una recompensa muy grande, para nosotros la imagen de alguien que está así no es la imagen de triunfo sino de desastre pero para los ojos del Señor no, no. Como la vida sobre la Tierra es tan cortita y pasa tan rápido pero aquél que hizo sacrificios en asumir esto que vemos y tantos otros, gente que nació diferente para no estar bien ¿mmm?, entonces verán a Dios en su totalidad. Vos decís: pero si no hicieron méritos, sí, pero pará, no creo irme demasiado lejos con esto, sé que me van a entender, Jesús tiene con cada uno de nosotros un proyecto, precioso, hermoso, enorme, grande, extraordinario, pero ¿qué pasa?, se metió ahí algún factor hereditario, se metió una enfermedad, se metió la toxoplasmosis, o la rubeola o que se yo y nació un chico diferente ¿no es cierto?, el Señor mide qué le va a dar a este ser en base a lo que Él programó, este ser no pudo serlo porque la madre, los antepasados o que se yo y por herencia está así, pero su proyecto era preciosísimo, entonces le dará a ese ser toda la Luz ¿verdad?, y a los que le cuidaron tendrá cosas especiales para quien cuidó a un ser en esas condiciones ¿eh?, difíciles, todos los días, mañana, tarde y noche lo mismo, lo mismo, lo mismo, sin ningún progreso de ninguna especie ¿eh?.

¿Qué me dicen?, la imagen del fracaso, no para Dios, no para Dios, porque el Señor premiará enormemente a aquellos que gastaron su vida, valga la expresión, gastando, para atender a alguien que no podía valerse por sus propios medios, un hijo deficiente nunca es una carga, también es un fruto del amor y en consecuencia así lo piensa Dios, porque Dios tuvo con nosotros la idea de un proyecto maravilloso y Él lo sigue teniendo: vení, vení a la Casa de Mi Padre, vení, pobre, no pudiste gozar nada en la Tierra porque la enfermedad ocupó tu vida y la deficiencia ocupó tu vida pero Yo te daré eternamente la Gloria del Padre ¿eh?, ¿no creen que eso es compensación también?.

Qué difícil sería lo contrario, y sería una porquería, apagaríamos las velas y nos iríamos, porque diríamos: que injusticia, alguien no lo pudo nada ¿y, nada siempre?, nooo, ahí está la mano del Señor diciendo: vos fuiste un proyecto Mío, hermoso, precioso, un montón de factores influyeron para que vos no pudieras realizarte como persona, ahora vení, contemplá eternamente la felicidad de Mi Padre ¿eh?, me parece tan lógico eso.

Por eso, yo cuando veo a alguna persona que atiende a alguien diferente o bien las enfermeras que atienden a los enfermos, o bien mucha gente que realmente está al lado del dolor, enseguida pienso: cómo gozarán después del amor del Padre, ¿por qué?, porque invierten su vida ¿no es cierto? en alguien que aman, o cuando se cría hijos de otros porque son abandonados, o uno adopta un niño ¿eh?, por supuesto que adoptando un niño hay que tomar los recaudos necesarios, Jesús dice: hay que hacer la sanación de la herencia, porque los padres que adoptan un chico tiene todos los antecedentes ese ser, que pueden ser buenos, malos o más o menos ¿no es cierto?, además una madre que quiso darlo y en consecuencia le hace heredar a ese chico un montón de cosas terribles.

Entonces viene allí lo que se llama la sanación del pasado ¿no es cierto?, para cortar de raíz todo aquello que no está bien ¿mmm?. Siempre se hace, yo personalmente, a veces no me pongo a explicarles a muchas personas lo que es la sanación de antes, se llama inter generacional pero le vamos a decir de antes ¿eh?, yo lo hago por mi cuenta, ¿para qué?, para que no haya otro en la familia con el mismo problema ¿verdad? y para que el Señor ponga orden ahí el desorden que se hizo, en el caso de un niño adoptado que la pasó tan mal y después ¿eh?.

Por eso el Evangelio de hoy dice: en la Casa de Mi Padre hay muchas mansiones, muchas moradas, muchos lugares, ¿a qué se refiere?, a esto que estamos diciendo, a que cada uno tendrá una compensación de acuerdo a cómo invirtió en su vida ¿eh?, yo dije de estos casos así, no es fácil decirle a un padre: vos te estás ganando un Cielo maravilloso, pero también tengo que decirle: tu hijo a pesar de todo es fruto del amor y en consecuencia la vida te hizo vivir esto, en la medida que con dignidad lleves adelante todo esto, vas a ser una obra preciosa ¿mmm?, primero con los que uno tiene cerca, después con los que están más allá, porque Jesús dice: no me gustan los faroles que alumbran lejos sino alumbran cerca, si vos sos una mujer que vas a atender Caritas, el Inmaculado Corazón de María, te dedicas a esto y a lo otro y dejás tu familia tirada, eso no es obra del Señor, no me gustan los faroles que alumbran lejos, quiero los que alumbran cerca, porque los familiares están en primer lugar como una obligación moral ¿eh?, este ser está en el mundo porque yo le di la vida junto a mi esposa o esposo, entonces yo tengo que cuidarle ¿eh?, cuidado con eso porque es muy serio. Una cosa es cuidar y otra cosa es sobreproteger ¿no?, despacio, bueno.

Entonces, en esto de las moradas también el Señor nos da a entender que de acuerdo, en el Evangelio de hoy, de acuerdo a lo que elijamos todos nosotros, así va a ser nuestro futuro, pero claro, entonces trabajamos para ese futuro que no sabemos qué va a pasar, nosotros sabemos que nos llevan al cementerio y pare de contar, no, pará, hay pruebas suficientes como para saber que no es así, que uno deja el cuerpo ahí. Yo me acuerdo con qué naturalidad cuando llevamos en el año 2000 a mi hermana al cementerio, ella vino con nosotros, ella acompañaba su cuerpo también y cuando dijo: bueno vamos, ella vino con nosotros, cuando llegamos aquí desapareció, pero el cuerpo quedó allá pero ella siguió con nosotros, por eso en su sepelio no hacíamos otra cosa que cantar si ella estaba con nosotros cantando, cómo vamos a estar triste, si ella estaba cantando. Cuando pasaba la gente decía: pero qué ridículo, que tontos, estos cantan en un sepelio, están del tomate de no sé, están chapitas, y cómo vamos a estar triste si ella estaba cantando con nosotros, es tan fácil dar la explicación.

Bueno, entonces, les decía, no solamente del otro lado sino ya en este mundo ¿verdad?, vamos a tener un montón de satisfacciones diferentes, no es lo mismo acostarse en la noche cuando uno hizo que comió tres veces, tuvo un amor con su señora, con su esposo y se durmió, trabajó todo el día, vino, eso nomás, ¿nada más?, no, claro, hay que trabajar para ganar el pan con el sudor de la frente pero la vida es mucho más que eso, yo puedo hacer del trabajo algo maravilloso si lo estoy ofreciendo por el Señor, yo estoy haciendo una obra preciosa si digo que toda la sangre que corre por mis arterias y venas, que son, ¿cuánto?, ochenta veces cada latido del corazón, Señor que sea una alabanza a vos, Señor que sea una forma de estar disponible para darle salud a alguien o la vida de la Luz a los que están en la oscuridad. Yo puedo hacer la tarea que hago todos los días pero puedo hacer una obra maravillosa santificando esa tarea, puedo estar sanando un enfermo como médico o recogiendo la basura, para los ojos del Señor es exactamente lo mismo ¿mmm?, de acuerdo a cómo lo haga.

Cuando el Señor, lo digo siempre y lo vuelvo a decir, el Señor me dice a la noche, que pena, por qué no sé si saben muchos ¿eh?, que aquí el Señor viene todos los días desde hace trece años, trece, no ayer ¿eh?, y me dice: que lástima el pececito muerto al lado de la fuente, entonces yo lo miro y le digo: Señor, pero hoy pasaron veintiséis casos de enfermos de cáncer y vos me hablas del pescado muerto, no te entiendo, y me dice Él: te hablo del pez muerto porque es lo mismo, ¿qué es lo mismo Señor?, y: en el pez muerto se ha roto el orden, porque se le ha quitado la vida a un ser, y en el caso del enfermo también, es faltar al orden, porque qué es la enfermedad si no es un desorden del cuerpo ¿mmm?, ¿ven?, es lo mismo romper el orden, claro, el hombre tiene más valor pero a los ojos de Dios todo tiene su valor, todo, exactamente todo.

Pensar todo esto, pensar porque además es algo preciosísimo por el hecho de que vivimos un tiempo acá y decía Teresa, Santa Teresa: es tan corto el pasaje sobre la Tierra, a pesar de que fuese muy largo, de muchos años, pero ella lo comparaba con pasar la noche en un hotel en comparación con toda la eternidad, así de cortito ¿mmm?.

Entonces, despacio con lo que hacemos, si estamos enfermos vayamos al médico o vayamos del que sana y antes que todo vayamos a Jesús para que nos sane, si estamos enfermos sanémonos y si estamos locos internémonos, si somos pegadores de nuestra esposo o nuestro esposo digamos basta, porque las cosas no funcionan, algo está en mí, porque Jesús dice: no hay malos, hay gente enferma, tonta, gente que no entiende, gente que no sabe ¿verdad?.

Un ejemplo para ilustrar esto y ya voy terminando porque ustedes se cansan ¿eh?, en la parte del Antiguo Testamento referente al Libro de Jonás, le promete el Señor: tenés que ir a predicarle a los habitantes de Nínive, los ninivitas, predicarles el amor de Dios y Jonás dice: no Señor, yo no voy, porque ni bien entre allí me van a matar, porque son todos unos desgraciados que no entienden nada, bueno, entonces Jonás pasó de todo, no les voy a contar la historia pero siempre negándose a la voluntad del Señor. Hasta que un día decidió ir a Nínive y todo el mundo lo estaba esperando con los brazos abiertos para cambiar de vida y ser mejores, etc., etc. Ahora bien, llegó un momento en que quedó a solas el Señor con Jonás y él le dice: Señor, vos me prometiste que ibas a castigar a estos hombres, qué esperás para hacerlo, y después reflexiona Jonás: noo, estoy equivocado, cómo se me ocurrió que vos vas a castigar a los ninivitas, a estos hombres ¿eh?, cómo voy a pensar que los vas a castigar si sos un Dios de amor que todo lo perdona, que todo lo entiende, que todo lo comprende. Dijiste bien Jonás, así es, pero Jonás quedó desconforme, él quería sangre, quería castigo a los ninivitas y viéndolo así el Señor le dice: pero Jonás ¿por qué pensás de esa forma?, ¿vos creés que Yo castigaría a toda una ciudad de ciento cincuenta mil habitantes, que no saben distinguir el bien del mal?, ¿creés que los castigarías?, y además, con la cantidad de animales que hay, pone a los hombres a la misma altura que los animales.

Esto lo dije el otro día también, hay ejemplos que yo los uso siempre porque son tan ilustrativos para hacernos ver ¿no?, pero, vos ¿cómo crees que castigaría a este ser que no entiende, no tiene conciencia ni del bien ni del mal?.

Entonces, llevémoslo a nuestros días y a cada instante, cómo el Señor nos va a castigar cuando nosotros obramos mal porque no conocemos, porque seguimos las tendencias de nuestro cuerpo, porque tenemos un temperamento determinado, porque bueno, hacemos esto, lo otro, lo de más allá. Si estamos en manos del Señor, pensemos: esto que hago, aunque a mí me parece que no es tan bueno o no es bueno pero si el Señor lo permite por algo debe ser.

Entonces Él lo sabe todo ¿verdad? para saber darnos ya aquí sobre la Tierra una vida distinta cuando todo lo hacemos en base a lo que Él nos propone.

Por eso, en este día y todos los días a que alcance nuestra vida vamos a decirle al Señor: mirá, este soy yo, así, cada uno piense en su propia vida, lleno de enfermedades, de defectos, de limitaciones, este soy Señor lleno de problemas, con un pasado tortuoso, porque tengo entradas en la policía, estuve preso muchas veces, anduve en la droga o anduve no sé en dónde, cada uno dice sus propios problemas; ustedes dirán: ¿tanto?, mucho más hay acá dentro ¿mmm?.

Ese soy yo Señor y me presento delante tuyo, ¿para qué?, porque se que aquí venís vos o te quedás aquí siempre, vivís aquí, este es suelo Sagrado, entonces yo me presento a vos tal cual como soy, porque yo no te voy a disimular las cosas que es si vos lo conocés todo, incluso las permitiste ¿eh?, así soy Señor, mirá, eso es una forma de ver todo, razonar de una manera para presentarme tal cual lo que somos, ni más ni menos, de acuerdo a lo que nosotros entendemos, en una de esas somos mucho menos, a lo mejor más, pero de acuerdo a lo que entendemos.

Mirá Señor, estoy con una enfermedad tremenda que está comiendo mi cuerpo, mirá Señor tengo esto, tengo lo otro, cada uno enumera lo que le pasa, se toca lo que le duele, piensa en el lugar de su cuerpo donde está la enfermedad y sobre esa base díganle: Señor, vos cuando llegabas a un lugar decías con fuerza: ¿dónde están los enfermos que quiero sanarlos?, y yo tomo la palabra y le digo: aquí estamos Señor los enfermos que queremos sanarnos, ¿qué falta a todo esto?, nuestra confianza total y completa en el Señor y si esa confianza es total y completa, aunque nuestro caso sea totalmente imposible se va a solucionar, nos vamos a sanar, vamos a tener la respuesta del Señor. Si nuestra fe alcanza para todo eso, la respuesta es inmediata, ¿siempre?, depende de la fe que tengamos, de acuerdo también a cómo se lo pedimos, si nosotros le vamos a pedir al Señor en una forma grosera, llena de orgullo, lleno de soberbia, Señor, o esos por ejemplo que uno ve aquí en la Capilla: no, no, yo no voy a esperar tanto tiempo porque al fin y al cabo estoy lejos, ta, ta, ¿vos creés que es la forma de tratar al Señor eso de rezongar porque llegaste más tarde y ocupas un lugar que no te corresponde?, eso es prepearlo al Señor, ¿podes creer vos que el Señor va a sanarte?, si vos no lo dejás acercarse, estás lleno de espinas, protestan algunos ¿no?, rezongan, que tengo que ir a hacer esto, que hacer lo otro, pero ¿no están enfermo?, ¿no tenés un cáncer que te está comiendo las entrañas?, ¿qué apuro tenés?, si viniste a verlo al Señor para que te sanara, hay que ubicarse mis queridos.

Algunos dicen: el Señor no me escucha, que cosa, a mí no me escucha, rece a ver si a ustedes lo escucha, ¿el Señor no escucha o nosotros no lo escuchamos a Él?, ¿cómo es la cuestión?, porque cuando estamos engreídos, nos creemos superiores, creemos que lo sabemos todo, que somos soberbios, orgullosos, así puente roto nadie nos pasa, nadie nos traga, no lo dejamos acercar a Él, si Él es humildad, generosidad, es bondad, es comprensión, nosotros con nuestra forma de ser lo expulsamos lejos, no se puede acercar, ¿quién se hace cargo de un roñoso?, nadie, nadie se hace cargo de un roñoso, ¿para qué?, para traerse problemas y así le pasa al Señor también.

Bueno, este día y todos los días a que alcance nuestra vida Señor tené compasión de nosotros, mirá todo lo que me pasa Señor, cada uno diga en su interior, quiero sanarme Señor, vine aquí porque sé que me vas a sanar y además vos me trajiste Señor, cómo me vas a dejar ir de acá desilusionado, sin la sanación de todo lo que me pasa, claro Señor, vos tenés que respetar tus tiempos, porque si estoy haciéndome… (se dio vuelta la cinta)…, para que no me quemen ni me hagan daño, porque vos Señor has entrado a mi cuerpo para traerme la salud total, completa y definitiva. Habrá que tener la valentía en la hora más serena de la noche de decir: Señor, mirá, acá está todo lo mío, estoy es lo que hay, como dicen ahora, esto es lo que hay Señor, yo te pido así con toda mi alma: sáname Señor, o bien cuidá mi cuerpo para que no se llene de enfermedades y de cosas, cuidame Señor, saná mi alma dolorida y llena de odio y de rencor que hace que me enferme, sáname Señor, con esa sinceridad total y completa, así como la tiene aquél que está seguro de lo que hace.

Que lindo es poder dormirse pensando: el Señor me acaricia la frente, me trae consuelo, me dice que confíe que lo mío va a pasar, que es cuestión de tiempo nada más, hagan eso ¿saben?, van a ver que maravilloso se torna todo, porque Él quiere darnos una eternidad muy feliz junto al Padre pero antes quiere que vivamos felices aquí en la Tierra y aquellos que tienen esos problemas que en apariencia son insolubles, como los chicos diferentes o los que tienen problemas que están sentados y no pueden moverse o que se yo, hay que confiar en que el Señor nos va a ayudar para poder caminar y sino el Señor nos va ayudar para soportar con amor lo que nos pasa, tal vez sea una forma de santificarnos también, porque nuestros defectos nos ayudan a santificarnos también.

Cuánto nos ama el Señor mis queridos, en consecuencia digámosle: Señor, mirá,
yo no sé pero no sé como se hace, no sé nada, pero basta del pasado, quiero cambiar, quiero que mi vida gire, yo quiero amarte Señor porque te lo merecés Señor, porque te acercás a mí y me prometés todo, no voy a pensar en otra cosa porque las otras cosas las vas a pensar vos, voy a pensar solamente en vos, en tu promesa de llegar, entrar en mi corazón y sanar todo, dale Señor, hacelo, dale ¿eh?.

Tan seguros y tan tranquilos y tan felices y tan eufóricos y tan callados y tan auténticos sentimos hasta la respiración del Señor en nuestro rostro, las manos de Él pasando por el lugar en que nos duele, pasando por los lugares que nos duele porque estamos enfermos, lo sentimos así, tan cerquita de nosotros, que no sabemos dónde termina Él y dónde comenzamos nosotros, porque estás Señor: tan cerca de mí….

Mis queridos no es broma, el Señor está con nosotros, está triunfante, no está en una cruz ahí muerto sin esperanza, está entre nosotros, prometiéndonos la vida en abundancia por favor, piénsenlo un momento, no pueden desperdiciar algo tan hermoso así, está aquí con nosotros, sentí como te toca la espalda, como te pasa la mano por el cabello, no solamente Él sino la Virgen que ya pasó a todos bendiciéndoles, no podés dejar, no podés ignorar algo tan hermoso, ¿o no sentís que te está tocando?, ¿no sentís su respiración en tu rostro?, que cosa si no la sentís porque no sabés lo que te perdés ¿eh?. Tan cerca de mí…. Te abrazo Señor con toda mi fuerza porque te siento Señor: tan cerca de mí….

Pero alegrémonos porque el Señor está con nosotros, preside nuestra asamblea y quiere estar en nuestros corazones, remediar nuestros males, sanar nuestras enfermedades y traernos por fin la alegría que perdimos, la felicidad que nos pasó siempre de largo y la paz que nunca supimos tener, por eso digamos con todo el alma: sáname Señor con tu Espíritu….

Sí Señor, quiero sentir el fuego de tu corazón, todo el amor que me tenés Señor, el que me hizo que me crearas, que me dio la vida, que me dio todo Señor, sí, yo quiero sentir Señor, yo creo que en este momento se soluciona toda mi vida, porque vos me vas a traer todas las cosas que yo necesito para poder hacer lo que necesito materialmente, espiritualmente y sanarme de mis problemas de salud Señor.

Dale Señor, dale: sáname Señor con tu Espíritu…. Le decimos de nuevo al Señor con todas nuestras fuerzas: sáname Señor con tu Espíritu….

Ahora nos vamos a acercar a recibir la bendición y lo vamos a hacer con humildad, confiando, sin protestar, nosotros somos humanos, a veces nos equivocamos en que puede pasar uno o el otro antes, no se disgusten por eso, piensen que el Señor está con ustedes, con todos y con cada uno de nosotros, conserven la calma, tengan paciencia y esperen o bien vayan a casa con toda la paz del mundo porque están todo más que bendecidos por la Virgen y por mí, quien no puede esperar se va pero no proteste, porque altera a los que tienen cerca, los demás también tienen derecho a estar en paz ¿eh?, hagan caso, amen al Señor como Él los ama ¿eh?.

Fundación Jesús de la Misericordia y Corazón Inmaculado de María  |  Aprobada por Res. 139 A - Gob.de Córdoba – Sec. De Justicia – Dir.de Ins.de Pers.Jur.  |  Dirección: 9 de Julio 1162  |  Teléfono: 03537 – 431197 - 2553  |  Justiniano Posse – (Cba.)

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