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Mensaje del 30 de Septiembre de 2007

Me permito decirles con toda Mi fuerza: no tengan miedo, estando conmigo, ¿a quién pueden temer?, ¿a la falta de qué?, está bien, vos me presentastes estos problemas, tus dificultades, tus dolores, pues bien, ya están conmigo, ahora esperá, tené paciencia. Mensaje del 30 de Septiembre de 2007

Habla Artemio:

30 de Septiembre.

Bueno, ahora creyendo que ya hemos detenido la locomotora esperamos la
palabra del Señor.

Ya se ha llenado todo el lugar con el Señor y los que lo acompañan, como ustedes sentiurán más calor que hace un rato por la gran cantidad que vino y tantos respirando hace el aire más caliente, así de simple. El Señor pide trespada la voz para dar su Mensaje en este día.

Dice Jesús:


Es cierto, Mi amor debe darles tanta fuerza, debe posibilitarles tantas cosas, debe enseñarles a enseñar a cualquiera que se presente tantas maravillas, porque ustedes tienen que entender algo, si están adheridos a Mí como creo que lo están... (se dio vuelta la cinta)..., no hablan ustedes, hablo Yo, no actúan ustedes, actúo Yo.

Aprendan a convivir conmigo, siéntenme a la mesa, con mucho gusto compartiré vuestro desayuno, vuestro almuerzo, vuestra merienda, vuestra cena, tomaré mate con ustedes porque estaría muy mal esto de estar en la pampa gringa y no tomar mate, una forma de decir.

Cuando recién escuchaba todo lo que decía este hijo Mío me acuerdo que una vez le dije, está por ahí en algún mensaje, que tenía la vehemencia de San Juan y que bien le caería el nombre de hijo del trueno como Juan.

Pero Yo quiero hablarles a todos en esta tarde, saben ustedes que estoy enamorado de vuestra alma y de vuestro ser en todos los órdenes, ahora, Yo quisiera que esto les sirviera como para decir, si el Señor me tiene tan en cuenta, pero tan en cuenta de decir que está enamorado de mí, entonces toda mi vida tiene que transformarse, incluso los problemas más atroces, las cosas más diíciles o imposibles dejándola en Mis manos toman su camino adecuado.

Me permito decirles con toda Mi fuerza: no tengan miedo, estando conmigo, ¿a quién pueden temer?, ¿a la falta de qué?, está bien, vos me presentastes estos problemas, tus dificultades, tus dolores, pues bien, ya están conmigo, ahora esperá, tené paciencia, le estoy hablando a cada uno y le estoy hablando a todos los hombres del mundo, están conmigo, tengan paciencia, porque Mis tiempos no son los tiempos de ustedes y en consecuencia en la vuelta de cualquier esquina puede encontrarse con lo más maravilloso, solamente hay que creer que eso es posible, les duele si les digo que lo que parece imposible ustedes mismos lo generan, ustedes generan lo imposible si me permiten que se los diga, estando conmigo nada es imposible, todo es posible.

Tengan en cuenta estas palabras Mías dichas en esta tarde, último día del mes de Septiembre, acuérdense siempre: lo tengo al Señor, Él sabe lo que necesito, Él sabe lo que me hace falta, entonces Yo espero confiada, ¿a pesar de todo?, a pesar de todo.

Habla Artemio:

Habla el Padre Pío, San Pío de Pietralcina.

Dice el Padre Pío, San Pío de Pietralcina:

Oh, ya estaba pensando en hablar en italiano pero después hay problemas con los que traducen, con los que pasan los Mensajes, entonces les hablo bien, en castellano, en castilla ¿eh?.

Les voy a contar esto, en una de esas le sirve un poco para hacerles entender algunas cosas que todo se desprende de lo que dijo Jesús, cuando Yo estaba, estoy todavía, mi cuerpo por lo menos, en San Giovanni Rotondo, tenía una pieza chiquita, la mayoría de los muebles lo había hecho yo y ahí había muchas cosas que yo quería, cosas de mi familia, cosas de mis amigos, de algunos curas que me querían porque ustedes saben muy bien que a mí me dijeron de todo, me hicieron pasar de todo ¿eh?, bueno, entonces yo por las noches, ya a la tardecita, me encerraba en mi pieza, miraba las cosas queridas por mi mamá, la mama, recordaba días de la infancia, me sentía otra vez un niño corriendo entre los pastos del campo, en las lomadas y cuando, porque ustedes saben que yo sufría mucho, porque, no digo tanto por las heridas de las manos sino por los golpes que me daba él, el malo, me daba cada paliza, pero yo siempre trataba de disimular porque no quería que los hermanos de la congregación vieran los golpes porque tenían motivos para después decir algunas cosas que no querían que dijeran.

Yo sufrí mucho ¿saben?, oh cuánto, pero mi sufrimiento fue de otra manera, el día que yo descubrí todo el amor que tenía por mí la Mama Nostra, entonces yo siempre revisaba las pequeñas cosas, los recuerdos de la infancia, todo, todo, todo eso tan lindo que me hacía sentir tan bien porque uno siempre está pegado a las cosas que vivió cuando era niño porque mi infancia también si bien no fue feliz pero me faltó siempre de todo, mi familia era muy, muy pobre, muy pobre, pero dentro de todo estábamos bien, pero ya le digo el día que descubrí, porque conocer conocía, ya, eh, pero un día tomé conciencia de la Mama, claro, mi mama había muerto hacía mucho bpero, yo descubrí esta otra Mama porque una cosa está en conocer y otra cosa está en descubrir, yo la descubrí a ella como una Madre, ma, díganme ustedes qué chico se siente mal en los brazos de su mamá, no, no se sienten mal, para nada.

Entonces, en mis peores momentos, cuando toda esa pavura tomaba mi cuore, cuando todo ese miedo tomaba mi corazón yo me hacía chiquito, aunque no lo era y me ponía en los brazos de ella y me dormía así y ella me decía: Pío, vos sufrís tanto, pero ya va a ver, ya va a ver, el día que llegue la felicidad no te va a alcanzar el corazón para contenerla, y yo pensaba que era después de muerto cuando estaría en el Cielo y ella me dijo: no, no, no, no, Mi querido niño, ya en esta vida vas a ser feliz, todo el sufrimiento que te dieron van a reconocer que fueron malos con vos y otra cosa, es que, dijo ella: que no quiero que te pegue más el maligno porque te hace sufrir mucho.

Miren lo que les vengo a contar yo en esta Revelación, ustedes dirán: ¿y esto es para decírselos a todos los hombres?, y claro, ¿por qué no?, porque es la vida de un hombre igual que ustedes, pero había en mi corazón siempre una esperanza muy grande de todo aquello malo que tenía entre manos cambiaría, bah, miren que me hicieron ¿eh?, ah si me hicieron cosas, sin embargo yo no me acobardé y seguí luchando.

He compartido con ustedes este pensamiento mío. Olvídense lo que les dije de mis dolores, solamente acuérdense de hacerse chiquitos ¿eh?, para que la Mama Nostra los ponga en sus brazos y en sus brazos todo lo malo se pasa.

Ma, perdónenme si los demoré un rato y si a lo mejor lo que les dije tiene poco valor pero para mi tiene todo el valor, háganlo ¿eh?, van a ver que bien va todo.

¿Saben?, yo estoy siempre con ustedes y los quiero tanto, ma no digo los quiero, digo los amo porque a Artemio no le gusta, los amo tanto.

Amén.

Habla Artemio:

Gloria, Gloria, aleluya….

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