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Oración del 09 de Noviembre de 2005

Entonces el orden es la salud en nosotros y cuando nosotros alabamos al Señor lo alabamos por el orden que puso en todas las cosas.

Oración del 09 de Noviembre de 2005

Habla Artemio:

Bueno, los testimonios que se dan, que se cuenta es para que las personas que tienen algo digan: bueno, si el Señor pudo con otro también puede conmigo ¿verdad?, si el Señor se lo hizo a otro porque no me lo va a hacer a mí, si yo también soy hijo de Él ¿mmm? ¿verdad?, bueno, la fe mueve montañas.
Bueno, muy bien, los que vivieron muchos siglos antes que nosotros tenían una forma de rezar distinta a nosotros, si es cierto, si había que decir el Padre Nuestro lo hacían ¿mmm?, pero el rezo de las personas eran siempre alabanzas ¿mmm?, y ustedes dirán: ¿qué es eso?, muchos saben leer y escribir pero yo he estado en tantos lugares del país o del mundo que no saben leer ni escribir ¿verdad?, saben hablar por supuesto, entonces si uno no sabe leer ni escribir y no pudo aprender las oraciones ¿verdad? entonces se queda con que: me gustaría decir el Padre Nuestro, me gustaría, me gustaría pero no puede porque no lo sabe ¿mmm? y entonces usan directamente palabras así: yo te alabo Señor, yo te doy gracias Jesús, yo te amo Señor porque soy hijo tuyo ¿mmm?.

Bueno y hay diversas formas de hacer alabanzas, la Biblia dice en el Antiguo Testamento que algunos usaban diversos instrumentos de percusión, esos que se los golpea y hace ruido ¿no?, otros usaban este tipo de instrumento así..., como hay uno hay uno acá..., espero no equivocarme, bueno y, entonces como les digo, durante muchos siglos la principal forma de rezar no era como la que tenemos ahora, sí se rezaba el Rosario, se rezaba el Padre Nuestro, quien podía, pero la gente alababa al Señor y si ustedes se ponen a pensar parecería que es más fácil y es más directo ¿mmm?, si yo digo: Padre Nuestro que estás en los Cielos, santificado sea tu nombre, venga a..., sí, está muy bien pero digo muchas palabras y me voy distrayendo mientras hablo porque el ser humano se distrae un poco ¿verdad?; salvo que uno esté muy concentrado en un lugar silencioso pero si uno está en una estación de ómnibus o va por la calle o está en el supermercado no hay silencio pero sí puede uno decir: te alabo Señor, que grande sos Señor, yo te amo Señor y mientras voy poniendo una bolsita de harina en el canasto ¿mmm?: que lindo Señor si esta bolsita de harina también la tuvieran aquellos que no tienen harina ¿mmm? y cuando voy pasando en la otra góndola que saco un poco de lo que sea, de arroz o de fideos: Señor, yo te alabo para que todos los hombres tengan un poco de arroz y de fideos ¿mmm? ¿verdad?.

Pero vamos a esto, uno camina, va, viene, hace las tarea de la casa, puede, no sé, cualquier cosa y a veces los rezos largos son un poco no pesados pero hay que concentrarse y uno se distrae un poco del trabajo, en vez: yo te alabo Señor ¿eh?, yo te alabo porque tengo una lapicera para escribir, yo te alabo Señor porque, porque puedo ver con mis ojos Señor, yo te alabo Señor porque puedo caminar y también la alabanza puede ser con un pedido: Señor, que siempre vean mis ojos para darte gracias ¿mmm?, Señor, que mis piernas siempre te lleven a todos lados para que pueda agradecerte y mirar todas las cosas, andar por el mundo ¿mmm?, Señor esta comida que estoy comiendo me alimenta para que yo pueda pensar, gracias Señor, que lindo es que pueda comer ¿mmm?. Y así puedo seguir: que lindo porque tengo tres hijos que crié y son grandes y ya formaron su familia, etc., ¿no?, te doy gracias Señor, yo te alabo Señor, yo te alabo ¿mmm?, yo te glorifico o directamente: yo te amo Señor, así de simple, yo te amo ¿mmm?.
Ustedes vieron que las personas, las parejas cuando están enamoradas no dicen muchas palabras ¿verdad?, cuando uno quiere convencer al otro de que lo ama, que le dice y le repite, porque fijate que yo, que esto, que lo otro, con solamente decir: cuánto te amo, veo por tus ojos, cuando toco tu piel siento que toco el Cielo, ¿no son las palabras que usan los enamorados? ¿verdad?. No hacen largos discursos para decirle a la persona que quieren: porque fijate cuando yo te encontré un día estaba debajo de una planta que tenía fruto..., no, no, no, no, nada, nada, nada, te amo, basta, basta ¿eh?, es cortito y dice todo, sale del corazón, es espontáneo.

Voy a buscar una flor y saco un yuyito: gracias Señor porque mis ojos pueden ver todo esto, porque mis manos pueden sacar este yuyito y no es algo tan, tan así tomado por los pelos lo que le digo, porque montones de personajes que nosotros llamamos Profetas del Antiguo Testamento hacían largas alabanzas y se cuenta especialmente de uno de ellos, el Santo Profeta David, que además de ser un hombre muy sabio ¿verdad? también era muy buen guerrero, tanto que liberó al pueblo de Israel de muchas cosas malas.

Es decir, con esto quiero significar que las tenía buen puestas ¿no?, si era un gran guerrero para llevar a cabo luchas y defender la tierra quiere decir que las tenía muy buen puestas, sin embargo el Santo Profeta David muy seguido entraba al Templo, a la Sinagoga que tenía los judíos a alabar al Señor y se concentraba tanto en la alabanza pero tanto se concentraba que iba perdiendo la ropa, es decir, eran tantos los movimientos ¿eh?. Por ahí hay un canto que dice: yo te alabo con las manos, yo te alabo con los pies, yo te alabo con mi cuerpo, yo te alabo con mis ojos, yo te alabo, yo te alabo Señor, yo te alabo, y como les decía, el Santo Profeta hasta llegaba a perder sus ropas y quedaba desnudo alabando al Señor; cualquiera diría: pero mirá vos, este hombre por qué no se trataba, no, pero nosotros sabemos que cuando alguien está haciendo algo que corresponde, que cree que está bien, no tiene vergüenza ¿eh?, ¿cuando uno se tapa?, cuando tiene vergüenza que vean ¿o no?, si uno no tiene vergüenza no se tapa, así de simple.

Bueno, esto viene a propósito del Santo Profeta David y también viene a propósito a lo que ustedes dijeron recién cuando expresaron que se sanaron, que el médico dijo que aumentaron de peso, que esto pasó, que lo otro pasó, eso es una forma de alabar al Señor, es una forma de decirle: gracias Señor porque vos pusiste orden en todas las cosas y a través de la oración y a través de tener fe en vos pusiste orden en mi cuerpo, porque ¿qué es la salud?, orden en el cuerpo ¿o no?, si hay desorden ¿que pasa? todo anda mal. Cuando uno tiene el cuerpo ordenado todo está bien, ¿o acaso no dicen cuando están descompuestos: tengo desarreglo de vientre?, bueno, lo que sea.

Entonces el orden es la salud en nosotros y cuando nosotros alabamos al Señor lo alabamos por el orden que puso en todas las cosas, si yo saliera afuera y mirara las flores que están allí ¿no? y viera los colores y todo y pensara que a lo mejor dentro de ocho días ya no están más pero dieron su color, dieron su aroma, dieron su vista, alegró el corazón de uno, etc., ¿no? también esa flor estuvo alabando al Señor porque la flor, la planta, cualquier cosa es creación del Señor ¿verdad? ¿mmm?, es creación del Señor.

Entonces, cuando damos testimonio, cuando le comentamos al vecino: ¿saben que me paso el dolor de rodilla porque el Señor escucho mi oración? ¿mmm?, bueno, entonces estamos diciendo gracias Señor, gracias porque me escuchaste, porque vos querés que yo esté bien, esté en paz, por eso Jesús dice, desde principio dijo siempre aquí: las personas no tienen que morirse por enfermedad, tienen que morirse de viejos. Viejo es cuando ya un cuerpo se gasta tanto que se termina, pero se supone que eso puede pasar a los ciento cincuenta años o hace un descuento si quieren, ciento treinta ¿mmm?. Pero por qué pensar en una muerte joven ¿no es cierto?, no, para Jesús, para Dios Padre y para el Espíritu Santo las muertes jóvenes no tienen sentido porque el Señor quiere que nos muramos de viejos y ¿cuándo nos morimos de viejo?, cuando hay orden en nuestro cuerpo ¿mmm?, y ese orden a veces nos ayudan los médicos para que lo tengamos ¿verdad?, otras veces nos ayuda una vecina que nos recomienda alguna cosita.

Uno nunca sabe de qué forma nos habla el Señor, tampoco es cuestión de tomar cualquier cosa ¿no?, uno nunca sabe por quién o de quien vamos a recibir una palabra del Señor. El Señor nos habla a través de los hombres y de las cosas, quién puede negarme que esas flores que están allí, que se ven tan preciosas, no están haciendo un cántico de alabanza al Señor ¿mmm?, ustedes van a decir: pero no se oye nada, si uno se pone en silencio termina por escuchar como las flores alaban al Señor, las flores, las plantas, los pastos, todos las cosas y no solamente eso sino el mismo piso que ustedes están pisando ¿verdad? el Señor dijo que era Sagrado, ustedes saben que felicidad tendrá el piso al pensar: quien me pisa se lleva Santidad de acá ¿mmm?, porque no solamente las cosas vivas alaban al Señor sino también las cosas que parecen muertas, muertas parecen pero no lo están, no lo están, no, no, porque ese piso que estamos pisando o las piedras que tenemos allí de una u otra forma también están cumpliendo su rol, su papel, su vida en alabanza al Señor.

Entonces, no olvidemos nunca esto, que la mejor forma de alabar al Señor es alabando, alabándolo, diciéndole: yo te amo Señor, te amo tanto, te amo por mis hijos, te amo por todas las cosas buenas que me diste y por las cosas malas que otro me dio, que la vida me dio pero que me enseñaron también ¿verdad?. Vivamos de esa forma, simplemente, si quieren rezar un Rosario, récenlo, si quieren rezar tres Rosarios juntos, cinco, háganlo, ¿sesenta?, háganlo ¿eh?, al Señor le va a gustar y a la Virgen por supuesto pero: yo te alabo Señor, yo te amo Señor, que rápido se dice, que fácil se dice.

Yo estando en unidad coronaria tenia cerca, no tanto, unos cinco, seis metros, un hombre de ochenta y tanto años que también estaba operado ¿verdad?, estaba muy mal y tenía una tos que cuando tosía te daba pena ¿verdad? y tuvieron que operarlo de nuevo porque de tanto toser se descosió todos los alambres que tenía en el pecho, sin embargo nunca lo sentí insultar por el dolor ni nada, por ahí se oía por lo bajo decir: yo te alabo Señor, yo te amo Señor y por ahí también se oía decir, se supone que a su padre muerto porque ya tenía más de ochenta años ¿no?: papá, vos que estás con Dios ayudame, mamá vos que estás con el Señor decile que no tosa tanto ¿no?. Y todo el mundo tenía un pronóstico difícil para ese hombre porque con más de ochenta años, dos operaciones en poquitos días, con una tos que perdía los pedazos, sin embargo salió de la clínica perfectamente bien ¿no?, perfectamente bien ¿mmm?, y más les digo todavía, cuando pasó delante de la pieza donde yo todavía estaba, me quedaba ¿no?, me dice: ahora tengo otro problema, no tengo con qué comprar los remedios, dice pero: si el Señor me salvó, el Señor va a hacer que sin remedios yo siga viviendo igual. No me pregunten más de la historia de ese hombre porque no la sé, se que vivía en un pueblito de la Sierra donde ordeñaba las cabras y tomaba la leche de cabra todos los días pero no creo que siga tomando remedios ¿eh?, bueno.

Entonces, busquemos en la vida, en las cosas, en el mundo, en las demás personas, busquemos siempre esa humildad y esa sencillez y esas que parecen pequeñas cosas que realmente nos hacen vivir ¿mmm?. Sí, está muy bien, si hay un enfermo hagámosle decir una Misa o diez Misas o cien Misas, claro que sí, pero no olvidemos ese trato diario con el Señor: yo te amo Señor, yo te alabo Señor, yo te doy gracias.

Por eso, no solamente lo decimos sino que lo hacemos también, cada uno hace como puede y como quiere y como más le gusta, yo lo voy haciendo, si ustedes quieren háganlo también.

Todavía no existía Jesús y vos ya me amabas Señor, ¿quién era yo Señor para que vos me amaras, si todavía ni vida tenía?, pero como vos sos Dios ya me veías y me veías como soy ahora, una persona y un buen día tuve origen en la panza de mamá y vos me seguiste amando y más aún, me miraste al rostro, me llamaste por mi nombre, siempre Señor amándome.
Si hay algo importante Señor que tengo que tener en cuenta es que a lo largo de todo el tiempo, incluso antes que naciera ya me amabas Señor, me amaste siempre y me seguís amando y hoy vengo a este lugar Señor para que junto a otros hermanos míos pueda decirte que te sigo amando como siempre Señor, a veces no te lo dije o te lo dije muy suavemente pero siempre te tuve en mi corazón Señor.
Nunca encontré nada tan hermoso para tener en mi corazón que vos Señor porque los demás tantas veces ni tienen tiempo para escucharme pero vos sí Señor y no es que yo quiera hacerme la idea, yo te siento Señor en mi corazón, sé que estás corriendo por mis venas Señor, sé que estás metido en todo mi cuerpo Jesús y si estás metido en todo mi cuerpo, corriendo por mis venas, mis arterias, hasta en esas arterias y venitas pequeñitas como tenemos, entonces yo estoy seguro que cualquier enfermedad que tenga vos la estás sanando. Señor, yo vine hasta aquí desde lejos para, junto a mis hermanos decirte: Señor... (se dio vuelta la cinta) ..., si soy tu hijo querés para mí todo lo mejor, vos no querés que sufra Señor, vos no querés que llore en silencio ni por las noches moje la almohada pensando en mis dolores y en mis angustias.

Señor, si vos me amaste tanto siempre, yo te entrego todo a vos Señor, yo no voy a decir una palabra, vos me vas a aconsejar qué tengo que hacer, yo no te voy a pedir de qué médico querés que vaya porque vos me vas a aconsejar Señor, vos no me vas a decir las cosas porque sí porque vos me amás Señor y nadie que ama aconseja mal porque el que ama quiere siempre lo mejor para el otro.

Por eso Jesús, que paz que siento dentro de mi alma Señor en este momento porque estoy junto a mis hermanos alabándote y pidiéndote y hablándote como un hijo habla con su papá, o su hermano o su amigo. Señor, soy tan feliz sabiendo que estás dentro de mí, soy tan feliz Señor sabiendo que estás pasando por mis venas y estás llevando la sanación a todos lados de mi cuerpo, porque hay muchas cosas que yo tengo y no las conozco, hay muchas enfermedades que a lo mejor están naciendo dentro de mí y yo no lo sé.

Señor pero soy tu hijo Señor, vos sos mi Papá, mi amigo, mi hermano y sos además de eso, sos Dios y entonces pasá sanando Señor todo mi cuerpo, desde las uñas de mis pies hasta los cabellos, desde un extremo hasta el otro de mis brazos, todo mi organismo Señor siento que lo estás invadiendo y porque tenés ese poder de invadirme todo con tu amor yo te digo: gracias Señor, yo te alabo Señor, yo te glorifico Rey de Reyes, Señor de Señores, naturaleza toda, estrellas, astros, todos, todos entonan un cántico de alabanza a quien les dio la vida y a quien los creó y yo también Señor aunque soy pequeñito y chiquito, te estoy dando gracias y te estoy alabando y te estoy pidiendo y te estoy clamando: entrá en mi cuerpo Señor, entrá y llevá la vida a todos lados. Llevá la vida a cada uno de mis pies y de mis piernas, de mis brazos, de mi cabeza, de mis ojos, de mis órganos, llevá Señor tu Sangre Preciosísima, mezclá tu sangre con la mía Señor, mezclá tu sangre con la mía.

Esta noche cuando esté en silencio me voy a refugiar dentro de la herida de tu costado o de la rodilla o de las espinas de tu cabeza Señor, me voy a refugiar dentro de ellas y voy a hacer que tu sangre se contagie con la mía, entre tu sangre en mis venas. Tendré que hacerme todavía algún medicamento, tendré que tomar algo todavía, tendré que hacerme tal vez drogas o lo que sea pero sé que vos lo vas a hacer Jesús y nadie más, aunque tomes y tengas las manos del médico o del enfermero o de quien quiera pero vos lo vas a hacer Señor porque sos Dios pero sobre todo porque me amás Señor, soy tu hijo, estoy hecho a tu imagen y semejanza. Señor Jesús, pasá sanando cada una de las partes de mi cuerpo que necesitan ser sanadas Señor.

Cuando me acerco a este lugar quiero hablar con las personas para que me hablen de la sanación pero las personas me dicen: tengo que hablar con el Señor que es el único que sana, es el único que puede, es el único que da, es el único que ama en profundidad y al amar nos da todo lo que necesitamos. Quiero ser viejito Señor, morirme viejito junto a mi familia, lúcido, con toda la vitalidad que debo tener, por eso sacame esto que tengo dentro de mí, estas enfermedades que me están quitando el sueño, la paz y tantas cosas, pero si vos te hacés cargo de ello Señor yo estoy en paz, si vos me das la seguridad que entraste dentro de mi enfermedad y la estás sanando yo ya no tengo miedo, antes pasaba la noche con los ojos abiertos pensando: qué pasará conmigo, con mi familia pero ya no lo pienso Señor porque si estoy en tus manos también está en tus manos mis hijos, mis parientes, aquellas personas que dependen de mí.

Ven Señor a nuestras vidas, ven Jesús, lo único que puedo decirte Señor es que te alabo, te doy gracias, lo que te puedo decir Señor es que te amo y te lo digo sabiendo que ese amor es mutuo, que vos me amás a mí también, pero no con un amor así que hoy dice sí, mañana dice no, pasado dice mas o menos, no, tu amor es constante Señor, es de mañana, de tarde, de noche y de trasnoche, siempre.
Yo quiero Señor que deseas una presencia constante en mi vida, siempre Señor, esté haciendo lo que esté haciendo porque si estoy con vos Señor ¿qué puedo hacer de malo?, ¿qué puedo hacer de malo?, si yo estoy con vos y vos estás conmigo. Tendré tal vez algún defecto de carácter o diré algunas cosas que no son tan buenas, pero no importa Señor eso porque vos sabés todo lo que uno tiene, todo lo que uno sufrió, todo lo que uno padeció y tiene en el cuerpo las cicatrices de cómo le fue en la vida, entonces de eso no me preocupo Señor si estás conmigo.

Yo te amo Señor, te amo tanto Jesús, tanto te amo, tanto Señor te amo y te amo en mi hermano que tengo sentado a mi lado, te amo en mis hijos, te amo en mi esposa o esposo, te amo en mis parientes, algunos dañinos y otros buenos, te amo en mis hijos que no me quieren como deberían quererme, te amo igual Señor porque en tus manos todo se arregla, es cuestión de tiempo nada más, porque tus tiempos no son los míos Señor.

Te amo con el agua que cae en la fuente y que me está hablando del Espíritu Santo, te hablo con lasa flores del jardín que están entonando alabanzas, es cuestión de agudizar un poco los oídos para oír que esas flores dicen: mi alma engrandece al Señor y se alegra mi espíritu en Dios mi Salvador. Todo me viene de Dios y si de Él me viene todo nada me puede faltar. ¿Tendré que preocuparme por más luego, más tarde, este horario, donde están los chicos o los grandes?, no Señor, si vos tenés todo en tus manos, ¿por qué me voy a preocupar yo?, tiene que ser en serio Señor mi relación con vos hoy y siempre.

Hablemos todos los días como amigos, yo te quiero contar mis cosas Señor, si soy joven muchos no tienen ganas de escucharme, si ya tengo unos cuantos años las historias mías aburren a los otros entonces te las voy a contar a vos Señor porque yo sé que vos no te aburrís con mis historias porque la fuiste haciendo junto a mí a través del tiempo, a través de la vida, a través de los sufrimientos y a través de todo.

Quiero hablar con vos Señor tardes enteras, noches enteras, se terminó la soledad Señor, se terminó todo aquello que era negativo porque si vos estás conmigo Jesús todo está bien, sí pero me duele esto o lo otro o lo otro, noo, el Señor me lo va a quitar, si Él me ama, sí pero mis hijos se pelean entre sí, mi nuera no me saluda, mi yerno se hace el distraído, pero a mí no me hace nada Señor porque yo sé que vos manejás las razones y los corazones y de una forma u otra van a venir Señor con el amor que yo les di siempre, van a volver Señor si se han ido y si están cerca van a estar más cerca todavía.

Ven Señor Jesús, ven, llena mi vida y la vida de todos los que amo Señor y también Señor hacé que me ame un poco yo porque no me amo lo suficiente sino me cuidaría un poco más, quiero amarme un poco yo también Señor, dame fuerzas Señor para amarme yo porque de esa forma voy a comer bien, no voy a tomar más en exceso, no voy a hacer las cosas que no corresponden y toda mi vida será una armonía porque es la armonía que vos Señor querés para todos los seres dentro de la creación. Ya sé que hay tantos en el mundo pero yo me preocupo por todos pero tengo que estar en paz con vos y tengo que tener la amistad tuya y tengo que tener todos tus sustentos Señor, entonces vamos a poder enfrentar todos los dolores, las angustias no solo mía sino la de los demás hombres y todos a través del tiempo Señor, a través de todo el tiempo que alcance la vida que uno vivirá. Que lindo Señor es en esta tarde donde a lo lejos se oyen algunos pájaros que dicen sus cosas, que lindo es estar con vos y amarte así.

Me siento sano Señor, me siento bien, todos mis problemas se terminaron Señor porque vos estás conmigo, me siento sano Señor, yo vine aquí a buscar la sanación de mis problemas y de mis enfermedades y yo ya veo como te has metido dentro de mí, te siento correr por mis venas y arterias y también pasar por mis intestinos y mi estómago y mi garganta y también te veo con mis ojos, te oigo con mis oídos. Lo puedo hacer directamente o lo puedo hacer a través de todos aquellos que están diciendo a cada instante su cántico de alabanza Señor porque todos te alaban Señor.

Grande es el Señor, entonen himnos de alabanza por todas las maravillas que hizo, grande es el Señor, pero lo hace grande todo el amor que le tiene a todas las cosas, a todos los hombres pero especialmente a mí Señor, yo sé que me amás Señor, por eso ya no pienso en las cosas que me faltan sino que pienso en todas las cosas que tengo que son un montón Señor. Que suerte Señor que vos estés aquí y yo también y podamos decirnos cosas, algunas con palabras fuertes, otras en silencio, que hermosos Señor, que preciosa que es nuestra vida y pensar que a veces pude estar un poco amargado o triste, nunca, jamás Señor, nunca. Me pensaste, me creaste, me diste la vida, me sustentás, me seguís todos los días adonde vaya y me esperás al final para cerrar mis ojos y darme la felicidad para siempre, que más puedo pedir Señor, qué más puedo pedir Señor, qué más.
Cantemos al amor de los amores, cantemos al Señor, Dios está aquí, venid a adoradores adoremos, al Cristo Redentor, Gloria a Cristo Jesús, Cielos y Tierra bendecid al Señor. Honor y Gloria a ti Rey de la Gloria, amor por siempre a ti, Dios del amor.

Nueve pero no lo vamos a cantar, lo vamos a decir: que cerca de mí estás Señor, tan cerca estás que te puedo tocar Señor porque estás aquí entre nosotros Señor, estás tan cerca Señor que te puedo tocar porque estás aquí. No pienso que estás en el Cielo ni voy a esperar que llegue la noche para encontrarte en la oscuridad, ya en mi corazón puedo adorar a mi Señor, ya en mi corazón puedo adorarte Señor. Como vos me amás y yo te amo te voy a hablar sin miedo al oído o te lo voy a gritar, te voy a contar todas las cosas de mi vida, aquellas lindas y aquellas feas para que vos pases sanando todo. Ya sé que mis cosas no le interesan a los demás pero a vos sí te interesan Señor, porque vos sos mi amigo, sos mi hermano, sos mi compañero, estás tan cerca de mí Señor que es cuestión que tienda mi mano para tocarte Señor porque estás aquí, estás aquí Señor, estás tan cerca de mi Señor que te puedo tocar y te puedo sentir en mi corazón y también cuando salga pensaré que pasás a mi lado en la calle, en el supermercado, en la tienda y yo te voy a ver dentro de toda la gente porque vos sos toda la gente y me voy a esforzar por mirar que cada rostro de las personas que pasan a mi lado tienen tu rostro Señor y en consecuencia, por eso te voy a amar Señor, no quiero ser ciego Señor para no ver, no quiero ser ciego Señor.

Yo sé que sos una presencia, que puedo tocar tu rostro, acariciar tu barba, detener mi mano en tu Corazón, que sigue manando sangre todavía, sigo por tu cuerpo Señor tocándote, todo tu cuerpo, paso mis manos por tus brazos Señor, por tus manos, paso mis manos Señor por tus orejas, por tus cabellos un poco húmedos Señor, tan cerca de mi que te puedo tocar Señor, te puedo tocar Jesús, te puedo tocar, paso mis dedos sobre las heridas de tus manos, recojo un poco de sangre y la llevo a mi corazón para que tu sangre se mezcle con la mía hoy y siempre.

Que distinto me siento Señor porque tu sangre está junto a la mía, está mezclada con mi sangre Señor.

Le vamos a decir a la Virgen, se lo vamos a cantar: la Virgen se está peinando, entre cortina y cortina, sus cabellos son de oro y el peine de plata fina. Pero mira como beben los peces en el río, pero mira como beben por ver al Dios nacido. Beben y beben y vuelven a beber, los peces en el río por ver al Dios nacer. La Virgen lava pañales y los tiende en el romero, los pajaritos cantando y el romero floreciendo. Pero mira como beben los peces en el río, pero mira como beben por ver al Dios nacido. Beben y beben y vuelven a beber, los peces en el río por ver al Dios nacer. La Virgen se está lavando con un poco de jabón, se le han picado las manos, manos de mi corazón. Pero mira como beben los peces en el río, pero mira como beben por ver al Dios nacido. Beben y beben y vuelven a beber, los peces en el río por ver al Dios nacer.

Bueno, en nombre del Señor de la Misericordia voy a pasar por cada uno a darle la bendición que es la sanación, que es completar la sanación que hicimos durante toda la reunión, como ustedes pueden ver no se distingue la reunión de la sanación porque todo es una misma cosa...

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