• CAPILLA ABIERTA TODOS LOS DÍAS

Mensaje del 12 de Septiembre de 2005

Por eso te pido que leas lo que te dicté hace muchos, muchos años, pero nadie escuchó, nadie quiso escuchar, por eso, lo que te dije en aquél entonces quiero oírlo ahora porque tiene la misma vigencia de siempre, te acordás que te dicté: Lamento de un niño que está solo .

Mensaje del 12 de Septiembre de 2005

Dice Jesús:

Mi querido, te llamo Juan porque como él siempre has predicado en el desierto, con mucho dolor veía que decías y no te escuchaban, por eso te pido que leas lo que te dicté hace muchos, muchos años, pero nadie escuchó, nadie quiso escuchar, por eso, lo que te dije en aquél entonces quiero oírlo ahora porque tiene la misma vigencia de siempre, te acordás que te dicté: Lamento de un niño que está solo .

Habla Artemio:

Aquí estoy de pie en el portal del hombre golpeando desde siempre su puerta cerrada, no sé Señor si seguir con mis golpes, no sé Señor por qué no quieren escucharme, ¿será posible que mi inocencia y mi fragilidad tampoco la comprendan?.

Dice Jesús:

Sigue leyendo Mi querido, sigue leyendo lo que te dicté.

Habla Artemio:

Y mi lamento que titila en las gotas de rocío de las flores silvestres y se toma del ala del pájaro viajero no puede alcanzar la altura de os hombres, ellos viven tan alto, tan alto que no puedo.
Sé que tengo muchas madres y padres que me siembran a granel y un sin fin de instituciones que viven y trabajan para mí; pero están tan lejos, tan lejos de mi vida y de mi, sueños que ya no sé si de tantos lamentos soy un niño anciano o un anciano niño.
Muchas subía mi alarido y transité muy atento a las reuniones y congresos hechos en mi nombre, hechos para mi y llamé muy fuerte a la aridez de las almas, me trepé a los estrados donde los poderosos señores especialistas en todo dilucidaban por centésima vez viejos cuentos sobre mí y regresé a mi ser sin escuchar una palabra que acertara fielmente con mi nombre.

Los hombres argumentan que el futuro de la humanidad soy yo y trabajan para mí y para la humanidad feliz, pero yo Señor como los Ángeles que veo sus corazones y corro por su sangre sé que trabajan para ellos para acentuar sus doctrinas, para que prevalezcan sus ideas y alaben sus nombres.

Egoísmo se llama casi siempre las causas que asumen por mí.

En otras me atienden para aumentar sus ingresos o para justificar sus vidas desoladas y tristes, otros consideran que entran en mi mundo cuando ponen un título en sus manos y al llenar de libros su cabeza. Creen ilusos y torpes que su palabra y su acción está provista de la verdad absoluta y para algunos padres soy como un perrito que usan para mostrar o para jugar y muchas veces para golpear o descargar sus rabias.

Te veo predicar en el desierto, pero no importa, sigue, alguien escuchará.

Si nazco, nazco programado, si vivo no vivo en mí, si crezco la naturaleza se encargo de mi desarrollo, si muero por enfermedad u por otro cosa, es decir si muero legalmente alguien dirá una oración por mi alma y si muero ilegalmente, porque intenté llegar a destiempo, habitaré un común resumidero o me secaré en algún baldío junto a miles de mis hermanos, porque son más los que en el mundo mueren así que los que nacen; y si puedo llegar a la adultez estaré tan destruido, seré tan torpe y desgraciado que ya me será casi imposible entender a los niños y al niño que hay en mí.

Un niño Señor no debe ser tristeza ni un juguete caro en brazos de padres frustrados, de sabios doctores y doctos maestros, un niño no debe ser bandera para justificar nada sucio, un niño solo debe vivir en un solo hogar, un hogar dónde se le amó desde siempre y para siempre, donde nació como una bendición y crece como un sueño.

Yo sé Señor que entre tantos desdichados hay voces silenciosas que no buscan su nombre y me buscan a mi, los veo subir en la noche en la montaña imposible de las incomprensiones, soportar sin despegar los labios atroces sus pensamientos, atroces persecuciones, preparan el mañana, apenas si hablan. Están angustiados pero tienen esperanzas, están desilusionados pero siempre dispuestos a empezar, están tristes pero es una tristeza como reja de arado que sigue roturando la tierra porque es su esencia esperar la cosecha.

Para aprender mi nombre hay que hablar en voz baja, para llegar hasta mi hay que andar despacito, para recibirme hay que transformarse en cuna, para conocerme hay que ser tan simple como las verbenas del camino y tan profundo como el significado de una noche estrellada y para comprender hay que buscarme en cualquier lugar, hasta en los libros; pero sobre todo hay que mirarme a los ojos con la sabiduría sublime que da la bondad, la humildad, el vivir disponible, el no poner condiciones, el amar sin medida la causa del hombre, e identificarse por fin y sinceramente con aquél que prometió el paraíso solo a quien tuviera la valentía de transformarse en niño.

Y aquí estoy en el portal del hombre hablando en este día y todos los días a que alcance mi vida.

Dice Jesús:

Es cierto, estuviste hablando siempre y seguirás hablando por muchos años más. Quien escucha o no, no importa, no importa. Algún día recogerán las simientes y las llevarán a su corazón para felicidad de muchos, que todo esto no se demore.

Mi querido Juan, seguirán llevando tu cabeza en una bandeja, la han llevado tantas veces y la seguirán llevando, pero vos estás en otra cosa.

Amén.

Fundación Jesús de la Misericordia y Corazón Inmaculado de María  |  Aprobada por Res. 139 A - Gob.de Córdoba – Sec. De Justicia – Dir.de Ins.de Pers.Jur.  |  Dirección: 9 de Julio 1162  |  Teléfono: 03537 – 431197 - 2553  |  Justiniano Posse – (Cba.)

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