• CAPILLA ABIERTA TODOS LOS DÍAS

Mensaje del 26 de Febrero de 2005

Mis queridos, con tolerancia y bondad que distinto sería el mundo, esta palabra tiene que retumbar en vuestros oídos.

Mensaje del 26 de Febrero de 2005

Habla Artemio:

... dos o más reunidos en su nombre hacen que el Señor esté en medio de ellos ¿mmm?, pensamos que Jesús está entre nosotros entonces humildemente le
decimos: Señor, mirá, todos los días voy conociendo alguna cosita más sobre vos y sobre todo lo que me amás y sobre todo lo que querés de mí, no porque sea algo que vos me mande sino porque yo veo que es importante Señor, vos sos mi papá, mi amigo, mi hermano, mi compañero y entonces no puedo yo estar lejos de vos Señor porque cuando me aparto un momento Señor ya me falta el aire que respiro, parece que la sangre no me corre por las venas, parece que mis ojos ya no ven, y sí, es así Señor, lo importante es que tome conciencia yo de eso Señor, que lo haga un habito en mi vida pero un habito de amor constante hacia vos y no solo ahora porque te necesito Señor, porque estoy enfermo, porque un cáncer está comiendo mis entrañas, porque mi corazón me late mal, o porque tengo la uña encarnada o tengo adenoides o la diabetes me sube mucho o los problemas... (se dio vuelta la cinta) ..., porque sos vos Señor, que aunque no me dieras nada Señor yo lo mismo te amaría porque sos mi Papá, sos mi amigo, mi hermano, mi compañero, compartís todo conmigo Señor.

Dice Jesús:

Así como el agua está cayendo entre las piedras, piedras que Mi Mamá quiso que pusieran de esa manera y que representa el Río de Agua Viva que sale de Mi Corazón, así quiero Yo también ser un bálsamo constante sobre el corazón de cada uno de ustedes porque a cada instante..., a cada instante el Espíritu Santo representado aquí por esta agua que corre entre las piedras desciende sobre ustedes, es cuestión de que le escuchen y ese Río de Agua Viva les nutrirá en todo y siempre.

Las palabras que se dijeron antes no las dije Yo pero la inspiré Yo, nada de lo que ocurre aquí dentro, absolutamente nada es porque sí, todo tiene sentido en Mí y todos aquellos que vienen desde lejos, no tan lejos, de cerca o muy cerca piensen que Yo los he traído porque quiero llegar hasta ustedes y darle aquello que necesitan para vivir felices. Algunos necesitan su salud física, otros su salud psíquica, otros su salud espiritual y montones de personas que no están aquí y son Mis hijos y están lejos y ustedes traen sus fotografías o en este momento se están acordando de ellos, sobre todos quiero llegar. Yo privilegié este lugar cuando hace diez años dije: que Mi Mamá y Yo habíamos acampado en este lugar, y como sobradamente lo saben acampar no es ir de visita, es quedarse en un sitio, pero como soy Jesús, el Hijo de Dios y Dios mismo, estoy en todos los lugares del mundo pero aquí me he quedado porque en este lugar, a través de la voz que me prestan le estoy hablando a los hombres de todo el mundo, ¿y qué les estoy diciendo a todos los hombres, algo distinto de lo que ya está en el Evangelio?, no, es lo mismo, nada más que en cada tiempo hay necesidad de decir las cosas con palabras de ese tiempo y también de el lugar en donde se está.
Parecía extraño que Yo todavía no había aparecido así en forma oficial digamos, hasta corporalmente para que se me vea, en esta América que Yo como Mi Mamá considero irredenta. Quinientos años hace que han venido a estas tierras y salvo ejemplos preciosos que se destacan del resto de Mis hijos que hicieron obras magníficas, el resto siempre dejó mucho que desear, detrás de esa expresión entiendan ustedes todo lo que quiero decir, las injusticias no son justamente Mi prédica, las injusticias en todos los órdenes se da en todos los países del mundo, en todos los continentes pero parecería que en esta América irredenta se ha aglutinado un montón de cosas para demostrar hasta qué punto, como ya dijimos con Mi Mamá hace diez años: “que caminábamos entre las flores que nacen de la boca de los muertos que esperaron una justicia que no les llegó de ninguna parte”.

Mis queridos, el sol en América no sale para todos, sale para un diez por ciento de las personas y en ese diez por ciento están todos los privilegiados, el otro noventa..., todos no viven al margen pero casi y eso no puede gustarle a Mis ojos, por cada niño o anciano, joven o adulto que sufrió o sufre por diversos motivos cualquier injusticia, está haciendo que allí en ese lugar Mi redención fracase y la sangre que Yo derramé en la cruz, aunque siempre tiene valor pero allí no se ve o por lo menos no lo ven los hombres. Cuánto me duele Mis queridos, ¿o ustedes piensan que Yo no estoy al lado de cada uno de los que sufren?, sí, Yo ando por los campos y las ciudades, por los pueblos grandes y los pequeños, me detengo en cada casa, almuerzo o ceno con cada uno o bien miro la mesa vacía cuando no hay que poner nada sobre ella. Todo en esta América siempre fue para algunos pocos, hay ejemplos hermosísimos para rescatar pero Yo lo que quiero es que sea una generalidad, no pueden decir: venimos en nombre del Señor a evangelizar estas tierras y lo que se trajo en casi todas las situaciones fue sometimiento, fue opresión, fue supresión de libertades, supresión de la vida, supresión de las propiedades, supresión de todo. Aquí los dueños de la tierra las perdieron, a los que les prometieron las tierras en otros países cuando llegaron aquí las tierras ya estaban repartidas, ¿entre quiénes?, entre aquellos que habían luchado para quitar la tierra a los nativos; es decir, vayan sumando, vayan sumando todas las injusticias que se fueron apilando a lo largo de los tiempos, vayan sumando y en algún momento hay que tomar partido por alguien, no puede ser que en nombre de Dios se cometan los atropellos más grandes, no es posible que en Mi nombre se tapen las situaciones más horribles, no puede ser que en Mi nombre se bendigan las armas, se legalice la guerra, no puede ser que en Mi nombre se usurpe no solo las propiedades sino hasta la alegría de vivir que pueden tener Mis hijos, no, esas injusticias están clamando al Cielo y si bien es cierto que hay una ley de la compensación también es cierto que un montón hace lo imposible para que esa ley de la compensación no llegue nunca.

Mis queridos, con tolerancia y bondad que distinto sería el mundo, esta palabra tiene que retumbar en vuestros oídos, tolerancia, respeto a la dignidad de la persona, sea quien sea, viva donde viva, esté como esté, en la situación que se encuentre, el respeto a la dignidad esencial de la persona humana. Sobre todo me preocupa cuando quien no cumple con esos principios fundamentales de dignidad de la persona sean aquellos que usan Mi nombre y justifiquen sus acciones en Mi nombre porque si algo es malo es terrible, pero si algo malo se hace en Mi nombre más terrible aún.

Mis queridos, ustedes han llegado desde lejos y no tan lejos, buscando una solución a vuestros problemas, y Yo les digo que en este momento están aquí dentro, a Mi derecha Mi Padre Adoptivo San José, a Mi izquierda Mi Mamá y también están Santa Faustina pero al lado de Mi Mamá como ustedes pueden ver es Santa Teresita la que está y además San Pío de Pietralcina, San Martín de Porres, Santa Teresa de Calcuta, Santa Teresa de la Humanidad, ya no de Calcuta y otros Santos más y familiares y todo y estos queridos Sacerdotes que son Emiliano Tardiff, Gabriel Guillén, Eduardo Pironio. Aquí estamos, y si ustedes están respirando el mismo aire que Yo respiro y que respira Mi Mamá y los Santos tienen que tener la seguridad que vuestras enfermedades van a desaparecer, que vuestros problemas se van a esfumar, que vuestros dramas van a dejar de serlo, que vuestros dolores no serán nada. Dejen aquí, al lado de esta fuente, en este lugar donde el Río de Agua Viva está continuamente fluyendo, dejen vuestras penas, vuestras angustias, vuestros problemas, Yo soy el Señor de la Misericordia y en consecuencia, necesito que todo lo que a ustedes les sobra, todo lo que está demás en ustedes, incluyendo las culpas viejas, los que creen acciones malas que pueden haber hecho, Mis queridos, hace tanto que ya las he perdonado, incluso antes de que ustedes las hicieran, entonces déjenme aquí todo el caudal, todo el montón de cosas porque Mi Misericordia quiere apoderarse de ellas para siempre y además cuando vayan y salgan por los caminos digan a todos aquellos que quieren oírlos: el Señor de la Misericordia me dijo que Él está dispuesto a perdonarlo todo, a amarlo todo, que el amor es lo único que puede redimir al hombre, que el amor es lo único que puede hacer entender la libertad que el hombre debe tener para lograrse como persona siempre.

Mis queridos, no desaprovechen el caudal de Mi Misericordia, es tanto, para eso está Mi Mamá que viene como Mensajera del Espíritu Santo para que los auxilie a encontrar la Misericordia, el hombre tan poco entendió todavía de Mi amor, por eso vive como vive y aunque falten milenios para llegar a ese mundo ideal que todos quieren vivir, aunque falten milenios Yo quiero que este lugar ya sea el lugar donde el Señor de la Misericordia esté reinando totalmente, completamente, no tienen que esperar siglos ni milenios para esperar el amor del Señor, tienen que vivirlo aquí dentro ya y no es difícil Mis queridos, tendrán que hacer como Mi Mamá el día en que Mi Papá le dijo que me iba a tener a Mí y ella dijo así simplemente: “he aquí la esclava del Señor hágase en Mí según tu palabra”, díganlo Mis queridos cada día eso y piensen que así como esa expresión de Mi Mamá empieza la redención del hombre así vuestra conversión será total y todos aquellos que los miren, los toquen y a los que ustedes miren, toquen, piensen les llegará también la redención porque así es Mi Misericordia, solamente necesito que se tornen disponibles, solamente y nada menos que disponibles y Yo les usaré para llevar a los cuatro puntos cardinales, les llevaré de todas las formas para que conozcan Mi Misericordia porque el hombre todavía no la conoce, porque el día que descubra plenamente todo el amor de Mi Papá, Mío y del Espíritu Santo todo lo malo desaparecerá, pero ya puede desaparecer entre ustedes si escuchan Mi palabra, soy el Señor de la Misericordia, no dejen de escucharme, no dejen de escuchar, quiero para ustedes un mundo nuevo donde el hombre viva realmente como debe vivir, como Yo lo concebí para que viva, en la plenitud de su ser, en la plenitud de su persona, en la plenitud del amor, ya pueden vivirlo si aceptan lo que les ofrezco con tanta generosidad, ya pueden vivirlo Mis queridos, ya pueden hacerlo, ya pueden hacerlo.

Habla Artemio:

El Maestro de Galilea va pasando ya... .

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