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Mensaje del 27 de Diciembre de 2003

La vida de la comunidad debe hablar de Dios, ya que la unión se modela y se basa en la unidad de amor por la que están totalmente identificados Jesucristo y su Padre, Dios.

Mensaje del 27 de Diciembre de 2003

Habla Artemio:


Siguiendo los consejos del Espíritu Santo, hago mías estas palabras de José Cárdenas Padares, de un libro que se llama: “Para seguir el vuelo del águila”, es decir pistas para leer el Evangelio de San Juan, digo algunas cosas nada más con las que me identifico totalmente, está hablando Artemio, el que recibe las Revelaciones de Jesús, María y los Santos.

Hago mío entonces estas palabras:

“La misión de Jesús continuará en la actividad apostólica de los Discípulos, por medio de ellos Jesús seguirá dando el regalo de la fe en Él, pero para que el mundo crea es necesaria la unidad de los Discípulos. Esta unidad es regalo del Padre, porque no es una unidad cualquiera sino el reflejo de la unidad que existe entre el Padre y Jesucristo. (No hago las citas bíblicas porque no me parece necesario). Esta unidad se basa en la comunión, en la comunidad de amor que hay entre el Padre y Jesucristo, esta unidad que se va perfeccionando deberá revelar el amor del Padre hacia los Discípulos; amor que es uno con el amor que el Padre tiene hacia Jesucristo. Es la unidad centrada en Dios Padre y en su revelador absoluto Jesucristo.

Esta unidad es el fruto del amor Divino de Jesús, que Él da a sus Discípulos; sin esta unidad la misión pierde eficacia porque es signo en la comunidad creyente de la presencia amorosa del Padre y de Jesucristo. Como el amor mutuo del Padre y de Jesucristo es tan fuerte que no se pueden separar uno del otro, así deben estar unidos los Discípulos de Jesús para poder cumplir eficazmente con su misión de acercar el mundo al amor de Dios, pues este amor que es vida se anuncia ante todo y sobre todo con la vida, cuánto más centrada es, cuanto más unida es a Jesucristo, más unida está la comunidad. El odio, la mentira, la vana gloria, el vivir para sí mismo, el no estar dispuesto a seguir a Jesús que se da por completo a los demás, el buscar privilegios y dominar sobre los demás dividen a la comunidad y oscurecen la presencia del Padre y de Jesús en ella.

La vida de la comunidad debe hablar de Dios, ya que la unión se modela y se basa en la unidad de amor por la que están totalmente identificados Jesucristo y su Padre, Dios. Por el amor, causa de la unidad, manifiesta la realidad de Dios amor, Dios comunión, Dios don de sí mismo. (Por supuesto que estoy entre sacando partes).

Para Jesús, Dios, su Padre, no solo es Santo sino también justo porque es fiel, porque perdona y limpia de toda injusticia, porque guarda a los Discípulos del malo, porque los mantiene en su ámbito de Luz, de amor y de vida, y porque es capaz de llenarlos del amor eterno que tiene a su Hijo. Este amor es lo que les revela Jesucristo y a este amor conduce a los Discípulos y porque los Discípulos han aceptado la palabra del Padre revelada por Jesucristo, por eso están llamados a un conocimiento cada vez mayor del nombre de Dios, es decir Jesús es Santo y Salvador y a una comunión cada vez más estrecha con esa unidad única de amor que forma el Padre y Jesucristo, por lo tanto pueden recibir el amor eterno del Padre, con el que Él ama Jesús y por lo mismo pueden estar en ellos el amor de Jesucristo. Esta es la razón de ser de su obra, en esto consiste la glorificación plena de Jesucristo, Hijo único de Dios, palabra eterna de Dios, Dios mismo que se hace humano para irradiar su Gloria en la Tierra y llenar a los humanos de su amor infinito.

Estas expresiones que estoy grabando y que incluyo también en las Revelaciones, quiere decir que si el Señor me lo hace leer es porque Él lo quiere y además hay una plena identificación de lo que estoy leyendo con mi forma de pensar.

Otras expresiones:

Pero la misión de Dios no consiste en proporcionarnos datos o en elucubrar sobre Dios, la misión de Jesús consiste en revelarnos a su Padre, Dios, con quien hizo una misma realidad… (se dio vuelta la cinta)… como amor infinito, como voluntad ilimitada de salvación. Por lo tanto, la verdadera, la única fuerza de la Iglesia es el amor de Dios y no los acomodos con el poder o las riquezas, lo que la Iglesia tiene que ofrecer al mundo es esta locura del amor Divino.

Todo lo que traiga alegría duradera, alivio, liberación de las ataduras opresoras, plenitud de vida, luz y vida sin límites, es manifestación del amor de Dios, es revelación de Jesucristo y esto es lo que la Iglesia debe ofrecer al mundo, porque en esta situación de pecado ella es una contra sociedad, un contra mundo.

En la Iglesia no debe haber cabida al legalismo, ni a la falsedad, ni a la cerrazón, ni a la rabia, a la verdad, que acaba siendo asesina. Su pena de fallar estrepitosamente en su misión, no deben reinar en la Iglesia la distorsión de los hechos, la manipulación de las personas y el chantaje consabido ni nada que atente contra la grandeza de la vida. En la Iglesia, la única grandeza debe ser la aceptación concreta, diaria, plena, de Jesús que se entrega hasta la vida por los demás y el rechazo de toda forma de humillación y de dominio. Su ley fundamental es la del amor mutuo pero de un amor que se asemeje en todo al de Jesucristo.

Por eso, en la Iglesia como condición indispensable para la realización de su misión debe reinar la unidad, pero no la unidad de la piedra, ni la del cuartel, ni la del hampa, ni la de los grandes negocios, sino la que existe entre el Padre, Dios y su Hijo Jesucristo, esta es la señal inequívoca de que ella ha aceptado la Revelación de Jesucristo. Es absurdo hablar de una unidad de la Iglesia puramente espiritual, invisible, Jesucristo no fue puramente invisible, se hizo carne y de innumerables denominaciones. Este adefesio de concepto es totalmente ajeno al Nuevo Testamento y la satanización mutua de los grupos que se dicen cristianos es una burla a la Revelación de Jesucristo. La Iglesia es una o no es Iglesia, pero debe quedar muy claro que su unidad no se sostiene con ciertos cargos, ni con medidas disciplinarias, sino con la fe en Jesucristo, con el amor a Él y sobre todo con la disposición total a recibir su amor, manifestación del amor eterno del Padre. Dicho en palabras crudas.

A la unidad de la Iglesia mil veces más que los teólogos y la jerarquía, contribuyen los Santos, o sea los que han tenido el valor de seguir en todo a Jesucristo. Por lo tanto, no se justifica en la Iglesia el odio, no hay mayor absurdo que el odio teológico, ni la intriga, ni la prepotencia, ni la imposición, ni la búsqueda de privilegios, ni la indiferencia ante el desamparo y el dolor de los demás.

Todo esto se debe a que somos nada menos que testigos del amor de Dios, Templo de su amor gratuito, de su espíritu de verdad; todo esto se debe a que la verdad que proclamamos es la verdad de Dios, es Jesucristo que se hace libre a la gente y llena de la vida Divina, y resulta que el amor solo se propaga con amor y de la vida se habla convincentemente solo con la vida.

Todas las formulaciones de fe no son más que balbuceos que tratan de expresar lo indecible del amor Divino, por eso incluso el error no se combate con las armas de este mundo, la verdad no puede defenderse ni con odio, ni con la suficiencia ni con la mentira, con el pecado no se acaban, se fomentan las herejías. De Dios hay que hablar ante todo como padre, como madre y que tiene un rostro humano llamado Jesús de Nazareth, pero de Él solo se puede hablar acertadamente con hechos y con una vida como la de Jesús de Nazareth, palabra de vida eterna, palabra que es vida. Por todo esto, la actitud actual de los creyentes en Jesucristo debe ser de humildad porque le hemos fallado feamente a Jesucristo; de confianza porque Jesucristo resucitado puede rehabilitarnos del todo y así capacitarnos para cumplir con su misión, como lo hizo con San Pedro; de honestidad, no buscando para nada la vana gloria sino solo la Gloria de Dios; de compromiso inquebrantable por todo lo que ayude a la manifestación de la Gloria de Dios, conscientes en la línea de la mejor tradición católica de que la Gloria de Dios consiste en que el hombre tenga vida y de apertura porque el Espíritu Santo, el Espíritu de la verdad nos guía a la verdad entera.

Algo más voy a leer todavía y me identifico tanto con esto, pero de tal forma, que realmente me resulta emocionante:

El cuarto Evangelio no es un libro escrito en un vacío histórico, ni mucho menos es la copia meticulosa de algo que Dios le dictó a un hombre excepcional al oído, es una obra en la que intervinieron muchas manos, es una serie de respuestas a una serie de crisis que ponían en peligro la existencia de las comunidades juaninas.

El cuarto Evangelio tardó en ser aceptado, sobre todo en ser reconocido como Sagrado en la Iglesia, aquí surge un problema teológico que es necesario plantearse pero que las sectas, o no pueden o no tienen el valor de afrontar. Estas comunidades que tardaron tanto en aceptar este destacado testimonio de fe, que es una de las cumbres del Nuevo Testamento como Sagrada Escritura ¿fueron menos Iglesia que nosotros?, si la respuesta es obvia, entonces ¿se puede decir con tanta tranquilidad y aplomo que la Iglesia no es más que un grupo de gente que lee, medita y predica la Biblia, o que es solo la Sagrada Escritura la que da vida a la Iglesia?. Este libro deberían arrancarlo los jeovistas de sus Biblias porque de cabo a rabo están impregnando de fe en Jesucristo, Dios y Salvador. Este libro es incómodo para todo cristiano, por supuesto se está refiriendo al libro: Para seguir el vuelo de águila ¿no?, que es un libro, pistas para leer a San Juan. Dice: este libro es incómodo para todo cristiano honrado, es incómodo para los protestantes antisacramentalistas, ya que alude en muchas ocasiones al Bautismo, tiene una concepción de la Eucaristía como alimento y ve a la Iglesia como Sacramento de la fuerza renovadora del poder de perdonar propio del resucitado y también es incómodo para los católicos, al menos para católicos legalistas porque aquí se supone la celebración de la Eucaristía como alimento de vida eterna, como comunión con Jesucristo resucitado, pero se ignora la existencia de Ministros ordenados.

¿No fueron válidas estas Eucaristías por no contar con este requisito juzgado indispensable?, hay también la conciencia de que la Iglesia recibe de Cristo, triunfador de la muerte, dador del Espíritu Santo, el poder de perdonar los pecados, pero este poder es dado a toda la Iglesia, es parte de la misión de todo Discípulo. ¿Este poder fue nulo en las comunidades juaninas por no haber Obispos?, ningún escrito del Nuevo Testamento insiste tanto en la unión personal con el Padre y con el Hijo que son una misma realidad y en la permanencia del Espíritu Santo en cada Discípulo, pero esta relación tan personal no es para relegar sino para reforzar la unidad de los Discípulos, reflejo de la unidad Divina, manifestación del amor y la Santidad de Dios.

Pero he aquí otra sorpresa, esta unidad no es fruto de ninguna institución, organización o medida disciplinaria, es pura Gracia, es consecuencia de la unión a Jesucristo, de la aceptación del amor de Dios, en la manifestación del amor mutuo, fruto de la fe en Jesús, como revelación del amor de Dios.

Estas palabras que estoy leyendo, tendrían que hacer reflexionar a muchos, a muchos, muchos ¿eh?.

El mayor título en la comunidad juanina es el de Discípulo y el verdadero Discípulo es el que guarda el mandamiento, el amor mutuo, desinteresado, hermanable como el de Jesucristo, imagen del infinito amor de Dios que es padre y ahora también diríamos que es madre.

Es un Evangelio que da pie a muchos equívocos, individualismo, escapismoangelista, espiritualismo frenético pero que nos presenta una visión de Jesucristo única, que articula con una pureza inigualada en el cristianismo primitivo el tema del amor de Dios; es una invitación apremiante a pasar de la muerte a la vida, gracias a la fe en Jesucristo, resurrección y vida. Como en ningún otro escrito del Nuevo Testamento nos hace ver que lo que está en juego en la fe en Jesús como Señor y como Dios, es la comunión en la vida divina.

Sería desastroso para la fe el que olvidáramos la valentía de la Iglesia, que al aceptar a San Juan corrió muchos riesgos, que más que su seguridad le importó la verdad, que es el amor de Dios hecho carne en Jesucristo. Si sacamos este Evangelio de su contexto histórico lo deformamos, por ejemplo no podemos decir como él que los judíos son hijos del diablo, sería una calumnia criminal imperdonable, San Juan no habla de todos los judíos de todos los tiempos, responde al acoso que sufre su comunidad por parte del judaísmo, de su lugar y de su tiempo, pero su respuesta necesariamente es limitada, ya que una comunidad acorralada es muy difícil que logre tener una visión equilibrada, matizada de los que la quieren auspiciar, lo mismo pasa con su visión del mundo, que es fruto de su experiencia, de rechazos, calumnias, marginaciones, represalias y persecuciones sufrida. Esta visión se debe al hecho de ser una contra sociedad, con valores totalmente opuestos a la, a los de una sociedad corrompida pero también nos sirve de advertencia para no tener una actitud ingenua ante el mundo.

En San Juan queda claro que la lucha de los cristianos no es contra esta o aquella institución, sino en contra de lo malo, o sea contra la raíz del engaño, del odio, del desprecio a la vida, contra lo que suscita el miedo y el sometimiento, contra lo que produce la desesperación y la cobardía ante la muerte, contra lo que sostiene la tiranía del poder y del dinero. Tampoco debe perdérsenos de vista, que la ambición de los cristianos no es mantener ni reforzar la moral farisaica, ni promover el acatamiento de ley alguna aunque sea considerada santa, sino promover la aceptación del inimaginable, inconmensurable e inagotable amor de Dios, que se da a sí mismo en su Hijo Jesucristo.

La claridad con que nos presenta este Evangelio la disyuntiva de la fe y de la incredulidad, nos da lugar a, no da lugar a escapatorias, Jesucristo es la palabra de vida eterna que nos comunica su vida sin término, o es un impostor o a lo más un Maestro distinguido, pero en este caso seguiríamos podridos en el pecado, hundidos en las tinieblas, encadenados al miedo y condenados a la desesperanza que comporta a la muerte. Solo si Jesucristo es para nosotros la revelación absoluta de Dios amor, tendremos una alegría que nada ni nadie nos puede quitar, tendremos la vida en abundancia, la plenitud del Espíritu, sabiduría y fuerza creadora de Dios.

Solo si creemos en la cercanía inseparable de Jesús con el Padre, gozaremos de una vida plena, con una fuerza de amor capaz de vencer al mundo, es decir a la maldad organizada, a lo que produce tristeza, humillación y muerte y por que no a la misma muerte”.

Todos estos párrafos que he leído tienen las citas bíblicas pero, si está dirigido sobre todo a aquellos que les interesa indagar profundamente en las cosas, se supone que ya conocen esas citas bíblicas. Por supuesto que hemos cerrado comillas cuando dice: a la misma muerte, todo lo que sigue lo estoy agregando yo por mi cuenta.

Ahora bien, cuál es el objetivo de incluir en estas Revelaciones esto que les estoy diciendo, bueno yo creo que es una inspiración del Señor, eso no me cabe ninguna duda, eso no quiere decir que Jesús se embandere con un autor determinado, no, le gusta esa forma de haber dicho las cosas y me las hace leer. Sobre todo lo hace para que esas citas estén apoyadas en el Evangelio de San Juan, así no hay posibilidades, ninguna posibilidad de quitarles veracidad o al menos pensar que uno puede tener dobles intenciones al decir lo que dice.

Es cierto aquello que solo la verdad os hará libres, pues bien no seamos remolones para aceptar la verdad, venga de donde venga, aceptemos la verdad, los cristianos necesitamos actos muy contundentes de sinceridad, de humildad, de reconocimiento, los cristianos necesitamos reconocer lo que allí se leyó, que no son justamente los teólogos sino los Santos los que llevan a Jesús, porque los teólogos, con todo el respeto y con todo el amor que uno tiene para con ellos al ver como se esfuerzan por aclararnos las cosas pero…, no se puede comparar la tarea del teólogo a la vida de los Santos. Tal vez una hora en la vida de un Santo valga más que toda la vida de un teólogo sin por eso dejar de reconocer la obra maravillosa que puede hacer un teólogo.

En el fondo, hay algo que es fundamental, en primera y última instancia todo se reduce a un problema de amor, no podemos buscarle otras vueltas porque no las tiene, el amor es lo único que nos hará ver con claridad todas las cosas. En este mundo tan, tan sometido a las manipulaciones de todos, a que cada uno quiere y muchas veces sin ningún asidero decir cosas, por eso, me vi en la necesidad o pienso que el Señor me hizo ver la necesidad de leer estas cosas, que por otra parte vienen muy bien, sobre todo cuando creemos que nuestra palabra puede ser absoluta en muchas cuestiones, pero habrá que ver también otros que dicen otras palabras.

Estoy muy satisfecho de haber incluido en las Revelaciones esto, que sin ser Revelaciones son una inspiración del Espíritu Santo, que se supone que habla en nosotros, se supone y se supone bien, que habla en nosotros y nos dice realmente todo lo que es y aquí termino.

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