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Mensaje del 23 de Diciembre de 2003

Estamos en vísperas de Nochebuena y mañana conmemoran la Navidad, es decir vuelven a recordar Mi nacimiento, “y el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros”, sí, así es.

Mensaje del 23 de Diciembre de 2003

Dice Jesús:

Estamos en vísperas de Nochebuena y mañana conmemoran la Navidad, es decir vuelven a recordar Mi nacimiento, “y el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros”, sí, así es.

Vos creías que esta Navidad iba a ser muy fea, bueno no sé si la mas fea pero tuviste tantas Navidades feas ¿no?, pero como quien dice: uno se acostumbra, pero esta Navidad tiene un sabor, tal vez digo, habría que ver que pensas vos, tiene el sabor de una conmemoración de la Navidad hasta ahora en tu vida única, ¿por qué?, bueno porque nunca se han multiplicado tantos los milagros como en los últimos tiempos y en los últimos días, porque ni te acordas de todos los milagros que te avisan que han ocurrido, tampoco a vos te gusta recordarlos, solamente me das gracias y continuas.

Ahora bien, Yo te pido que valores todo esto, no porque sea tu última Navidad aquí en la Tierra, eso no lo dije Yo, puede haber montones aún, montones, pero las cosas se fueron dando de una manera que como dije el otro día siempre uno encuentra aquellas personas que tienen la pretensión de tapar el sol, pero ni siquiera las nubes lo tapan al sol porque el sol está siempre brillando y es el centro del sistema planetario.

Entonces, envían a este lugar, porque eso es lo que ocurrió diciendo: enviemos a alguien que para muchos es terrible en el sentido de su capacidad, su sabiduría, su juicio crítico, su capacidad de discernimiento, no es fácil de encontrar, no sé cuál fue el objetivo en enviarlo pero lo que tal vez creían que iba a ser lo más destructivo y definitivamente, resultó ser lo más constructivo que podría buscarse y voy a hacer una comparación con aquello de la piedra angular del Templo que todos desechaban, ahora es fundamental.

No hay duda que quise regalarle a ese hombre todo esto porque se lo mereció siempre y se lo merece y también a vos porque no tuviste el más mínimo temor, tal vez no te gustaba la compañía que podía haber traído, pero vos pensaste: con aquellos que tienen caridad y son humildes uno siempre se entiende y como aquí todo es tan evidente tan fácil de entender para quien tiene un corazón abierto y humilde, que no queda otra posibilidad que rendirse ante la evidencia.

Yo diría que sos una persona muy afortunada, porque tantos doctores de la Iglesia no tuvieron la suerte que tuviste vos de que pusieran alguien como este Sacerdote para revisar todo, no. Por eso, para vos la vida continua igual, todo sigue igual, pero allá en lo más íntimo de tu ser hay una satisfacción no muy grande pero lo suficiente como para decir: gracias Señor porque sos grande en todo.

Esto es como un granito de nieve cuando empieza a rodar en la cima de la montaña, a medida que va bajando termina siendo un verdadero alud y empezó siendo un granito y ya se está gestando el alud, pero los aludes son destructivos, en este caso no.

Además todo esto me permitió a Mí hacer un acto de justicia muy grande con este hombre, que por ser demasiado sabio se le hizo mucho daño y como Yo no olvido las cosas le di la oportunidad de que fuera justamente él para desencadenar el alud, ¿no se hubiera desencadenado sino?, sí, sí, también, pero que oportuno fue esto ¿no?, que oportuno.

Todo ser humano por mucho que agradezca, piense y se adapte a lo que pasa a como le va en la vida, pero no hay duda que hay situaciones en que el ser humano se siente en forma óptima justificado y justificada toda una vida, y como vos dijiste antes de ayer: ¿que pasará mañana?, pero te tiene tan poco preocupado el mañana a vos, porque sabes que todo está en Mis manos y que el río sigue corriendo.

Y para todos los demás, quienes estuvieron presentes en todo esto, demás está en decirles que sus nombres están escritos en los Cielos, pero además pasan a formar parte de la historia, de esta historia, que no es una historia de cualquier nación, es la historia de quien estuvo cerca del Hijo de Dios y Dios mismo en todos estos acontecimientos. Solamente con lo que pasó ya podrían decir: no viví en vano, pero fíjense ustedes, que todos los testigos de esto, lo que menos piensan es en eso y ahí está lo grandioso, que a nadie le alteró la humildad todo esto, a nadie le alteró la humildad, todo sigue como si nada hubiera ocurrido, pero en el fondo ustedes saben que la Tierra entera está mirando hacia este lugar, especialmente.

Es cierto que el centro son las Revelaciones, es cierto que el centro es que vuestros nombres estén escritos en los Cielos, pero también es cierto que han sido y son testigos, al comienzo de este Tercer Milenio, han sido y son testigos de lo más grande que pudo haber pasado en dos milenios y cualquiera diría: ¿esto, que parece chiquito y poquito?, sí, esto.

Todos vuestros nombres quedarán muy bien anotados y pasará el tiempo, mucho tiempo y nadie olvidará vuestros nombres, porque desde hace mucho tiempo ustedes creyeron en la palabra de Mi Madre y en la Mía y nadie entendía cuando Yo les dije y Mi Mamá también: serán los protagonistas del Tercer Milenio, todos saben que es ser protagonistas, tener un rol muy destacado.

Bueno, como ven todo se está cumpliendo, absolutamente todo y fíjense lo importante, que Yo acabo de decir cosas tremendas y terribles y ustedes siguen siendo y estando como estaban antes, pero Yo les aseguro que nunca en dos mil años de Cristianismo ha ocurrido nada igual, por todo lo que pasa, por supuesto los Mensajes, todo lo que rodea los Mensajes y también por las curaciones de personas en todos los órdenes, a nivel universal. No busquen explicaciones, no las van a encontrar, no busquen nada, sigan viviendo como hasta ahora, humildemente, pero les doy permiso para que en algún momento del día o de la noche disfruten aunque sea un instante, un instante de sentirse únicos dentro de la humanidad, que tiene seis billones de personas, seis billones.

Es posible que después sigamos hablando ¿eh?, por ahora suficiente.

Amén.

Fundación Jesús de la Misericordia y Corazón Inmaculado de María  |  Aprobada por Res. 139 A - Gob.de Córdoba – Sec. De Justicia – Dir.de Ins.de Pers.Jur.  |  Dirección: 9 de Julio 1162  |  Teléfono: 03537 – 431197 - 2553  |  Justiniano Posse – (Cba.)

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