• CAPILLA ABIERTA TODOS LOS DÍAS

Mensaje del 11 de Julio de 2002 (1º)

Vengo andando caminos de la tarde, estoy en medio del campo, hace frío y como vos decís siempre: no tengo dónde recostar Mi cabeza; camino despacio, voy mirando todo lo que me rodea, estoy como suspendido en el aire, porque puedo ver los cinco continentes y estar en todos al mismo tiempo que estoy aquí hablando con vos.

Mensaje del 11 de Julio de 2002

Habla Artemio:

Hoy es 11 de Julio, día de San Benito Abad de 2002.

Dice Jesús:

Vengo andando caminos de la tarde, estoy en medio del campo, hace frío y como vos decís siempre: no tengo dónde recostar Mi cabeza; camino despacio, voy mirando todo lo que me rodea, estoy como suspendido en el aire, porque puedo ver los cinco continentes y estar en todos al mismo tiempo que estoy aquí hablando con vos; observo todo con detenimiento, aquí hace mucho frío, más allá lugares cálidos, siempre cálidos pero Yo estoy en otra dimensión, tratando de buscar a los hombres para seguir con ellos peregrinando en Mi camino.

Es cierto que hay tantas cosas malas, si es cierto, pero más mala es la forma de mirar que tiene el hombre donde ve todo malo, incluso hasta donde hay buenas intenciones el hombre ve cosas malas. Yo estoy al lado de todos los hombres, de todos y algunos los veo enfermos, enfermos físicamente y a otros enfermos de la mente o del espíritu y entonces pienso: quién esta enfermo y procede mal, ¿qué debe hacer Mi Misericordia?, si con el que esta bien y procede mal, Mi Misericordia lo tiene en cuenta para perdonarle, cuánto más será ¿no? con aquellos que están enfermos.

Prácticamente la mitad de la población del planeta, no ha podido desarrollarse mentalmente por la falta de alimento, entonces es un hombre incompleto, que no tiene todas las luces, ¿cómo voy Yo a proceder con el?, ya sé que las leyes de los diversos países cuando esos hombres cometen delitos los encierran y no tengo nada que objetar, porque si son un peligro para los demás, claro, pero sí tengo que objetar la forma y dónde los encierran, entonces me encuentro con qué el que atiende a ese hombre que está ahí encerrado también está enfermo, el haber pasado años, tratando con personas que no han tenido un buen vivir, se han endurecido y prácticamente ellos son tan culpables de las cosas como los que encerraron, ¿qué hace Mi Misericordia con todos ellos? Si me encuentro con alguien que es corrupto, viene a Mi mente una familia que no supo hacer las cosas y una escuela que no sirvió para nada, entonces ¿qué peso tiene esta corrupción?, ¿qué hace Mi Misericordia con ellos?

Ha caído la noche y Yo sigo observando a los hombres en todas las latitudes, los enfermos en los Hospitales y Sanatorios y Clínicas y… y observo a los enfermos y observo a los médicos y a las enfermeras y a todos las personas que transitan por ahí cuidándolos y me pregunto: ¿quién está más enfermo?, ¿qué hace Mi Misericordia con todo esto?

Estoy mirando las compuertas que se abren para dejar caer al mar o a los ríos todo lo que trae las cloacas y veo que hay montón de lucecitas, son los niños que han muerto y se han perdido en las aguas servidas de los resumideros y ¿qué hace Mi Misericordia con todo eso?

Si miro a los que tienen todo, todos los deseos pervertidos en su rostro y en su cuerpo; si miro a todos los que están en las sombras porque la Luz le molesta; si miro a todos los hombres que están en una senda o peregrinando y no justamente a la casa del Padre, ¿qué hace Mi Misericordia con todo esto?

Y sigo observando, los padres y las madres que crían a sus hijos de cualquier manera, hijos que no son frutos del amor sino son nada más que un accidente y sigue siendo también un accidente la educación de ellos, ¿qué hace Mi Misericordia con todo esto? El que regresa a su casa después de un largo día de trabajo, donde la tierra no dio lo que esperaba y mucho menos todavía, sin embargo, él con sus manos roturó la tierra, plantó las semillas, esperó, pero las lluvias no llegaron, los soles quemaron todo y el hombre regresa a su casa no sabiendo si habrá pan para sus hijos, ¿qué hace Mi Misericordia con todo esto?

Transito por las grandes ciudades y veo a los hombres enloquecidos, algunos para llegar a su casa, otros para llegar a su trabajo, otros para que los oculte las sombras de la noche en cosas perversas; miro las grandes ciudades y miro las pequeñas ciudades y miro los pueblos y miro los pequeños poblados y Mi mente y Mis ojos abarcan todo, ¿qué hace Mi Misericordia con todo esto?

Observo todo aquello que es cuidado y guardado, para que el maligno no lo toque y veo todo aquello que está especialmente puesto para que el maligno lo toque y se apodere de ellos, ¿qué hace Mi Misericordia con todo esto? Yo sigo llamando a la puerta de los hombres y en Mi mano llevo una bandeja enorme con todas posibilidades hermosas, pero el hombre no abre la puerta y si la abre, la vuelve a cerrar, salvo algunos por allí que eligen algo de la bandeja, ¿qué hace Mi Misericordia con todo esto?

Recorro los aires, las plantas, los animales, recorro la tierra y sus entrañas, Mi mente abarca los grandes desiertos y los mares enormes y veo la lucha por la supervivencia en todos los lugares, ¿qué hace Mi Misericordia con todo esto? Alguien con manos amorosas planta un árbol pequeñito y lo riega con amor para que crezca, mientras oigo el ruido de las cierras que talan otros árboles y recojo los nidos que se caen de esos árboles, pero no alcanzo a acomodar a todos los pájaros en sus nidos por todo el desorden y además los padres huyeron ante el peligro y los pichones quedaron desamparados de todo, ¿qué es lo que hace Mi Misericordia con todo esto?

Me interno en los grandes edificios y en las pequeñas chozas que están a oscuras, veo la abundancia en unos y veo la miseria en otros, ¿qué hace Mi Misericordia con todo esto? Entro a todos los Templos posibles donde se veneran los dioses más diversos y veo a sus servidores hacer lo que pueden, con las luces que cada uno tenga en su mente y veo la soledad de todos ellos, ¿qué hace Mi Misericordia con todo esto?

De los lugares cálidos voy a los lugares fríos, de los lugares fríos paso a los lugares más fríos aún y luego me interno en los climas tropicales, ecuatoriales y veo la lucha desmedida del hombre para sobrevivir, ¿qué hace Mi Misericordia con todo esto? De repente, soy el eje del globo terráqueo y siento que todo gira a Mi alrededor, aunque nadie lo sepa ni lo vea y miro como se sostienen las aguas sin caerse y miro como los árboles crecen hacia arriba o hacia abajo y veo los animales luchando para sobrevivir, las plantas tratando de durar lo más posible antes que alguien se ensañe con ellos, ¿qué hace Mi Misericordia con todo esto?

Me encuentro con los buenos, me encuentro con los que parecen malos, me encuentro con los que no tienen todas las luces en su cerebro, me encuentro con los alienados por completo, me encuentro con los que quieren alienar a los otros, entro en los despachos presidenciales, me muevo por las naves de San Pedro, observo a su Santidad, soportando estoicamente sus enfermedades, ¿qué hace Mi Misericordia con todo esto? Hasta en los últimos lugares entro a mirar, desde las casas cunas hasta los prostíbulos, desde los psiquiátricos hasta las colonias de vacaciones, desde la Tierra inmensa o subido sobre un barco, entro dentro de un chico dawn, paso hasta un niño sobredotado, ¿qué hace Mi Misericordia con todo esto?

Podría seguir enumerando todo, todo y vuelvo a preguntar: ¿qué hace Mi Misericordia con todo esto?, ¿qué hace Mi Misericordia con todo?; ahora de todos los que nombré, ¿cuántos hay que están esperando Mi Misericordia?, ¿cuántos? y ¿por qué?, la respuesta la tienen los hombres, Yo desde hace dos mil años que pido manos para hacer, mentes para pensar, corazones para sentir, cuerpos para resolver tantas cosas. Pero vuelvo a pensar que estoy solo en medio del campo y además con una tremenda congoja, será porque es de noche que veo tan pocas manos que se ofrecen, será porque es de noche que veo a tan pocas personas disponibles, será porque es de noche que veo qué poco se hizo en dos mil años, sobre todo pensando aquello que: “ámense unos a otros como Yo los he amado”; es cierto, los hombres no se convencen de un día para otro, de las ventajas de una vida y hay que esperarlos, pero… por qué tengo tan pocas manos que quieren ayudarme, tan pocas mentes que quieren ponerse a Mi servicio, tan pocos corazones que quieren servir como Yo les enseñé, tan pocos cuerpos disponibles para cualquier cosa y vuelvo a preguntar: ¿qué hace Mi Misericordia con todo esto? Pero Yo no voy a responder porque esta pregunta va a quedar grabada en tu corazón y vos vas a responderla, todos los hombres van a responder, todos aquellos que quieran responder.

La aves del campo tienen sus nidos donde guarecerse, las fieras sus madrigueras y el Hijo del hombre no tiene donde recostar su cabeza, ya sé que tengo muchos lugares donde recostar Mi cabeza pero no me alcanza. Hemos vivido de una manera en dos milenios y en esto no hay ningún reproche, lo lógico será que empecemos a vivir de otra manera en este Tercer Milenio. Mis palabras hace dos mil años que andan buscando corazones donde anidar, es cierto que hay nidos suntuosamente disponibles para todo, pero todo el que sufre no puede esperar, no puede esperar.

Desde este rincón lejano de la pampa gringa, en el fin del mundo, le pido a todos los hombres, que de una u otra forma tienen poder, que piensen en todas las cosas que hoy he dicho y que he dicho en todos estos años que estoy hablando, lo mismo para con Mi Madre. El planteo es muy simple y muy obvio, pero los planteos simples y obvios solamente los escuchan los corazones que están impregnados de Mi Luz y Mi verdad, es cierto, ante tanto ¿qué puedo hacer yo? Vuelvo a repetir lo que dije tantas veces: necesito manos, pies, necesito mentes, corazones, cuerpos, todos en disponibilidad para que Yo pueda apelar a ellos en todos los momentos y estoy seguro que Mi pedido no caerá en sacos rotos.

Todos aquellos que dan vuelta la espalda o se tapan los oídos o los ojos, pierden tiempo, pierden tiempo ellos y los que dependen de ellos, es una pena, sobre todo lo que más me duele, es que todos aquellos que deberían ser más permeables a estas palabras, son los que menos las tienen en cuenta. ¿No me quieren escuchar a Mi a través de estas revelaciones?, tienen la Sagrada Escritura pero no puede decir que no tienen, no puede decir que no saben, no puede decir que no les avisaron.

Mis queridos, sigo estando en medio de un desierto, un campo desértico y no sé donde esta noche podré reclinar Mi cabeza.

Amén.

Fundación Jesús de la Misericordia y Corazón Inmaculado de María  |  Aprobada por Res. 139 A - Gob.de Córdoba – Sec. De Justicia – Dir.de Ins.de Pers.Jur.  |  Dirección: 9 de Julio 1162  |  Teléfono: 03537 – 431197 - 2553  |  Justiniano Posse – (Cba.)

Consola de depuración de Joomla!

Sesión

Información del perfil

Uso de la memoria

Consultas de la base de datos