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Mensaje del 06 de Junio de 2002 (1º)

Este ejercicio de seguir todas Mis heridas y aplicando los méritos a vuestro cuerpo y vuestra alma, es un ejercicio maravilloso que les aconsejo sepan trasmitir a los demás.

Mensaje del 06 de Junio de 2002

Habla Artemio:

Ya está Jesús entre nosotros, está vestido como el Sagrado Corazón de Jesús y la Virgen como en el cuadro y la Madre Teresa.

Señor te tenemos aquí presente, te podemos tocar con nuestras manos Señor, podemos respirar tu mismo aliento Señor, como el de tu Madre y de la Madre Teresa, podemos respirar tu mismo aliento Señor, podemos acercarnos y tocar tus llagas Señor.

Entonces Señor, vamos a pensar en todas las lastimaduras que tenés en el cuero cabelludo y en tu frente, por los méritos de esas lastimaduras Señor, sana todos nuestros problemas que tenemos en nuestra mente, todos nuestros problemas.
Por las heridas que tenés en tu cara Señor, sana todo nuestro, nuestra parte de la cara, de la boca, de la garganta.
Por todo lo que representa Señor la enorme herida del hombro derecho Señor, que tenés la túnica pegada al hombro derecho Señor, te pido por todo eso Señor, que sanes nuestros problemas de salud referidos a todos nuestros huesos, especialmente nuestra columna vertebral, empezando por la cervicales y terminando con el cóccix.
Señor mirando, tu costado atravesado con la espada, con la lanza, te pedimos que nos sanes de todos los males del corazón, tanto sean físicos, como psíquicos, como espirituales, sánanos Señor por mérito a esta llaga del costado.
Mirando Señor todos los moretones que tenés en tu cuerpo, en el hígado, en los riñones, en los intestinos, por todo tu cuerpo Señor, saná todo nuestros órganos, pulmones, estómagos, riñones, páncreas, bazo, hígado, vesícula, todos los intestinos Señor, todo Señor, todos los órganos que no te nombro pero que vos sabés que podemos tener enfermos.
Por todos los lonjazos que tenés en la espalda Señor, sananos también nuestra columna y todos los músculos de la espalda y todos los problemas que podrían ser referente a los riñones o más abajo.
Señor, por las llagas de tus manos y de tus codos, por los méritos de todas esas llagas Señor, sananos nuestras manos y nuestros huesos de los brazos para que no nos duelan, para que no nos duelan nunca y no tengamos ni artrosis, ni ninguna de esas cosas que hacen doler tanto Señor.
Todo esto Señor, te lo pedimos no solamente para nosotros que estamos aquí mirándote, sino también por todos nuestros familiares Señor, por todos aquellos que nosotros queremos Señor.
Que cada una de las patadas que te dieron Señor en el abdomen sean, sirvan como méritos para sanarnos todos los problemas de nuestro abdomen.
Por las patadas que te dieron en los órganos genitales Señor, sana todos nuestros órganos genitales tanto en los hombres como en las mujeres, sana todo Señor, pasa sanando todo por los méritos de eso.
Las heridas de las piernas Señor, que no son tan profundas pero te dolieron, mirá mis piernas Señor, nuestras piernas para que siempre estén sanas y tengan buena circulación Señor.
Ahora Señor estoy viendo tus rodillas, todas peladas y sangrantes, que por todo lo que eso representa Señor cuidá nuestras rodillas siempre, para que no nos duelan y nunca tengamos que hacernos ninguna operación ni nada por el estilo de nuestras rodillas y que nos acompañen siempre con fuerzas en toda nuestra vida, porque vos ves Señor que todo el mundo tiene las rodillas destruidas.
Por los lonjazos que tenés en las piernas Señor, en las pantorrillas y en todo, mirá nuestras piernas.
Por las heridas Señor, que tenés en los pies, no solo las heridas de los clavos, sino también de todas las espinas y lastimaduras que tenés por haber caminado entre las piedras, cuidá nuestros pies para que nunca nos duelan, ni tengamos artrosis, ni problemas, para que no se tuerzan nunca nuestros tobillos, ni nos caigamos. Los pies Señor, son muy importantes para nosotros, por los méritos de las llagas de tus pies Señor, que nuestros pies permanezcan siempre sanos, libres de deformaciones, libre de cayos, juanetes, torceduras, dedos con formas de martillo, es decir sanos nuestros pies, en méritos a todas las llagas de tus pies Señor.

Señor, tus llagas hace dos mil años que viven manando sangre Señor y vos esa sangre, la derramaste Señor por nosotros entonces en esta noche Señor, yo te pido y todos mis hermanos te piden, que esa sangre que está saliendo de todas tus heridas se apliquen esos méritos a sanarnos todas las partes de nuestro cuerpo, todas las partes de nuestro cuerpo. Y en cada uno Señor, las partes que tiene enfermas, lo que sabemos que tenemos enfermo y lo que no sabemos que tenemos enfermo pero está enfermo. Señor, nosotros te pedimos todo esto, porque sabemos que derramaste toda esa sangre por nosotros, entonces nos sentimos bien al pedírtelo, porque sabemos que lo hiciste por nosotros.

Ahora de cualquier manera Señor, nos des lo que te pedimos o no, nosotros te amamos Señor, te amamos y esperamos cuando vos dispongas sanarnos las partes que queremos que nos sanes de nuestro cuerpo o de nuestra mente, pero tenemos la seguridad y la confianza, que si vos aplicas los méritos de tus heridas a las distintas partes de nuestro cuerpo, es la mayor seguridad para que este cuerpo que tenemos se mantenga con salud.

Gracias Señor, por lavarnos con tu sangre, gracias Señor por mirar cada uno de mis órganos, cada una de las partes de mi cuerpo y sanarlas Señor. Entrá en mí nuevamente Señor, entrá por mi boca, por mi nariz, por mis ojos, por los poros de la piel, entrá en mí Señor, entrá a través de todos los lugares donde es posible que vos entres Señor, entrá en mí Señor, entrá y saná todo, restaura todo, previene todo Señor, vigila todo, cuida todo, mejora todo, arregla todo.

Sí Señor Jesús, sí, en este momento sentimos Señor, no solamente en los lugares que nos duele sino también sentimos que nos está cubriendo y protegiendo tu sangre Señor, la sentimos como caliente o tibiecita en nuestro cuerpo, que va cubriendo toda nuestra piel. Por esa sangre Señor vos nos redimís y por esa sangre Señor vos nos proteges de todo mal. En este momento me acuerdo Señor, de esa protección que tuvo el hijo de Hugo, realmente ese es un milagro Señor y yo te lo agradezco, me acuerdo de eso en este momento pero, yo te doy gracias por todo no solamente por lo que me acuerdo Señor, porque nosotros te amamos Señor y nada seríamos Señor, nada seríamos sin tu amor Señor. Por eso que perdónanos si a veces no te queremos como debiéramos quererte, no razonamos como debiéramos razonar, perdónanos Señor si a veces interpretamos las cosas que vos decís demasiado a nuestro gusto, pero uno Señor lo hace teniendo en cuenta que el corazón entiende muchas razones que la mente no alcanza a entender, entonces Señor, si vos no condenaste a nadie, ¿cómo nosotros, humanas criaturas, vamos a condenar a alguien?, ¿quiénes somos nosotros para condenar a alguien Señor?, si vos no condenaste a nadie. Además Señor, si cometiéramos algún error, pensamos en aquella parte del Evangelio cuando dijiste: "a esta mujer mucho se le ha perdonado porque mucho amó". Entonces Señor si alguna vez cometemos errores, tené en cuenta de juzgarnos como hiciste con esa mujer.

Y ahora Señor habla, que tus siervos escuchan, ansiosos y confiados. Señor estamos tan emocionados y tan como en otro mundo Señor, porque toda tu sangre ha caído sobre nosotros que parece que no estamos en este mundo sino que ya estamos frente a vos en el paraíso y de alguna forma Señor esto es también el paraíso, porque te vemos a vos cara a cara como a tu Madre.

Habla Señor, habla, habla.

Dice Jesús:

Este ejercicio de seguir todas Mis heridas y aplicando los méritos a vuestro cuerpo y vuestra alma, es un ejercicio maravilloso que les aconsejo sepan trasmitir a los demás, siempre y cuando se haga con una profunda fe, esto es simplemente maravilloso, porque me están indicando hasta qué punto valoran en profundidad la sangre que Yo derramo para redimirlos. Aconsejen esta práctica a aquellos que tienen la fe suficiente para hacerlo, porque es simplemente grandioso y Yo que veo vuestros cuerpos, vuestra alma y vuestro espíritu después de este ejercicio, veo que están como transparentes porque Mi sangre pasó lavando todas las cosas que no estaban en orden en vuestro cuerpo, en vuestra alma y en vuestro espíritu.

Les repito, aconsejen este ejercicio y háganlo también en forma privada y solitaria ustedes, porque es de un valor extraordinario porque toda la gracia que hay en Mi llega hasta las partes más pequeñas de vuestro cuerpo y de vuestra alma y de vuestro espíritu, sanándolo todo, protegiéndolo todo, previéndolo todo, amándolo todo.

Hermoso es todo esto, muy hermoso es todo esto. Bienaventurados todos los que aquí están presentes, porque además de cubrirlos y protegerlos con Mi sangre, hago lo mismo también con todos vuestros familiares y con todas las personas que ustedes quieren. Bienaventurados hermanos, bienaventurados. No saben, ni remotamente pueden darse una idea como Mi sangre es una verdadera levadura donde todo en ustedes está en Mis manos sanándose. Que contento me pone todo esto, que distinto sería el mundo si enfocaran así la vida, las cosas y todo, que distinto sería todo.

Dice Nuestra Madre, la Virgen:

La tercer parte de las Revelaciones, apuntaban dijimos al para qué y esta noche han podido comprobar, que después de crecer en todas estas verdades de la fe, se han cubierto y protegido con la sangre de Mi Hijo, es decir como una forma de ejercitación donde se pone en juego toda la fe que ustedes tienen, creyendo que lo que han hecho realmente es una verdadera bendición para vuestra vida y la de vuestros familiares.

Cuando mañana enfrenten la luz del día, pregúntense en lo más íntimo de vuestro ser: ¿qué tengo que envidiar de la luz del sol?, si yo estoy brillando como un sol, no por mí mismo sino porque el Hijo de Dios está dentro de mi y me ha cubierto totalmente con su sangre redentora, ¿qué tengo que comparar todo esto con la luz del sol?, nada que ver, ustedes brillan mucho más que el sol, porque están cubiertos con la sangre de Mi Hijo y redimidos con la sangre de Mi Hijo, así que no tengan miedo de nada ni de nadie, no tengan ningún temor de ninguna naturaleza, porque ¿quién puede decir que como ustedes está tan bien protegidos?.

Y ahora, Yo, sin que ustedes me lo pidan, pero porque los amo, dejo salir de Mi corazón una gran llamarada de amor, para que los abrace a todos, a ustedes y a las personas que quieren y vuestros familiares, para que a todos los abrace la llama inmensa de Mi amor y generosa hasta lo indecible, porque esta llama de amor que los está abrazando en este momento, cambia hasta lo más simple y diminuto que hay en vuestro ser y todo apunta a la redención del Señor, dicho con otras palabras, están totalmente dentro del plan del Señor, es decir ya ustedes no viven sino que Cristo vive en ustedes y Yo se los aseguro, Cristo vive en ustedes y…¡a enfrentar mañana el mundo con toda la fuerza, con toda la energía que es enorme de la fuerza del Señor!.

Dice la Madre Teresa:

Ustedes ni por casualidad se dan una idea de cómo yo los estoy viendo, me explico, ustedes están cubiertos y protegidos con la sangre de Jesús y eso no es simple, es lo más maravilloso que puede tener una persona, muchos a veces dicen: Jesús cubrime con tu sangre. Pero no pasa tal cosa, porque esa expresión es de los labios hacia fuera, pero todo lo que ha pasado esta noche no es así, aquí la sangre de Jesús ha penetrado hasta en los más íntimos lugares de vuestro ser llevando la vida, la salud, la alegría, la felicidad y todo ese conjunto de virtudes, que les va hacer vivir una vida sumamente valiosa y sumamente extraordinaria. No se nieguen al llamado del Señor ni de su Madre, porque el quiere hacer con ustedes, ellos quieren hacer con ustedes cosas realmente prodigiosas y aunque ustedes serán como un astro brillando en el universo, aunque ustedes toman el día muy naturalmente y todo les parezca que sigue igual, pero para el Señor no sigue igual.

Gracias hermanos por tanta generosidad, gracias hermanos porque han entendido mucho más de lo que ustedes creen que entendieron sobre la Redención del hombre, gracias hermanos porque de esta forma, el mundo se conmueve y les repito, esta noche la historia de la humanidad ha vuelto a pasar por este recinto y no son palabras, algún día cuando estemos todos juntos reunidos en la Gloria del Padre allí recién comprenderán el sentido de mis palabras.

Amén.

Habla Artemio:

El Señor dice que respiremos hondo... porque el está soplando sobre nosotros el Espíritu Santo y nos bendice a todos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Se retiran todos, nosotros muy contentos por esta noche tan especial y tan divina decimos: alabaré, alabaré, alabaré, alabaré, alabaré...

Se corta la grabación .....

Continúa cassette...

Habla Artemio:

Cuanto lo amamos a Jesús y estamos enamorados de el: enamorados de Jesús, enamorado, enamorado de Jesús. Enamorado de Jesús, enamorado, enamorado de Jesús. Enamorado de El, enamorado de El, en mi corazón tengo escrito Jesucristo de Nazaret. Enamorado de El, enamorado de El, en mi corazón tengo escrito Jesucristo de Nazaret. Enamorado de Jesús, enamorado, enamorado de Jesús. Enamorado de Jesús, enamorado, enamorado de Jesús. Enamorado de El, enamorado de El. En mi corazón tengo escrito Jesucristo de Nazaret. Enamorado de El, enamorado de El. En mi corazón tengo escrito Jesucristo de Nazaret, Jesucristo de Nazaret, Jesucristo de Nazaret.

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