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Mensaje del 11 de Noviembre de 2001

Yo también les digo, si cuando se pierde una oveja el pastor deja las otras y va en busca de ella para recuperarla, que tremenda contradicción, aquí no es cuestión de una oveja, sino de miles o más que quedan perdidas porque los pastores no saben dirigirlas hasta los campos donde saciarían su hambre y su sed, qué contradicción tan grande. Mensaje del 11 de Noviembre de 2001

Habla Artemio:

Hoy es 11 de Noviembre de 2001.

Está Jesús, María y todos los Santos están acá, todos.

Dice Jesús:

Este día ha tenido muchas situaciones, muy positivo en todo toda esa gente a los cuales influyen los que vinieron aquí, es de alabar.

Habla Artemio:

Cundo estoy en silencio Jesús me dice cosas personales.

Dice Jesús:


Mi querido, por ahí en algún libro está escrito esto: un hombre estaba construyendo una escalera para llegar al Cielo y venía un vecino y decía: ¿me das un pedazo de madera para reparar la cuna del bebé?, otro le decía: ¿necesito un pedazo de madera porque me he quedado sin leña y tengo que hacer la comida. Y él seguía construyendo su escalera pero cada día tenía menos madera, venía otro vecino y le decía: tenés toda esta madera aquí, yo necesito un poco porque tengo que construir un ataúd para mi mamá que ha muerto; y este hombre le daba a cada uno que venía y le pedía. Y así fueron pasando los días hasta que una mañana su esposa le dice: pero ¿qué esta pasando?, vos tenías toda la madera para hacer una escalera para llegar al Cielo y por lo que veo no te está quedando nada porque la diste toda, has fracasado le dice su mujer, porque querías construir algo que llegaría al Cielo y ahora te das cuenta que ya no podés. Entonces el hombre miró sus manos, miró sus herramientas y miró lo poco que le quedaba de madera y le dijo: ¿sabés mujer una cosa?, ya casi no tengo más madera pero siento que ya no me hace falta construir la escalera porque no me engaño, me parece que ya estoy en el Cielo.

Quien tiene oídos para oír que oiga, quien tiene ojos para ver que vea.

Los caminos de Jesús, Mis caminos, segunda persona de la Santísima Trinidad y Dios mismo, no son los caminos de los hombres, los hombres están empeñados en destruirse a sí mismos y destruyen todo lo que tienen a su alcance, sean plantas, animales o seres humanos, pero lo más triste es que aquellos que dicen ser ministros de la palabra, en algunos casos, son los que más destruyen a los seres humanos con sus homilías inentendibles, con sus actos reprochables, con sus conductas indeseables, con su carácter nada disciplinado, más de una vez pienso y lo converso con mi Padre cuánto tienen que sufrir aquellos que tienen conciencia cómo debe darse la palabra, Mi palabra, mientras que quienes la dan, como ostentan el poder y la jerarquía, entonces reinan.

¡Ay de aquéllos que escandalizan a sus hermanos con conductas indeseables y ejemplos retorcidos!. ¡Ay de aquellos!.

Dice la Virgen María:

Cuando estaba viviendo con Juan, y fueron muchos años, muchas veces nos poníamos a conversar, muchas veces, sobre la Pasión de Mi Hijo, sobre los discípulos que se borraron en los momentos más difíciles y aunque sabíamos que Jesús ya había resucitado por supuesto y estaba vivo entre los hombres, pero no por eso dejábamos de llorar porque veíamos que la historia se repetía siempre y justamente aquellos que más habían estado cerca de Mi Hijo, más le negaron, después todo se arregla cuando ocurre Pentecostés, todo se arregla, porque todos empiezan a entender cómo debían ser las cosas, pero todo el sufrimiento que antes había tenido Mi Hijo no puede medirse. Ellos habían visto los milagros que había hecho Mi Hijo y sin embargo le negaron, lo abandonaron.

Después como dije ocurre Pentecostés, la venida del Espíritu Santo y las cosas
cambian, pero observando la historia en estos 2000 años de Cristianismo, no parece que tantos hayan invocado con fe el Espíritu Santo para que les iluminara las obras de sus vidas y lamentablemente veo que el Espíritu Santo es el eterno ausente en aquellos que deberían estar de rodillas pidiendo a cada instante que los ilumine, aquellos que tienen la conducción de los rebaños, qué pueden conducir si no conocen los caminos por donde llevar a pastar los rebaños, qué pueden conducir. Y entonces los rebaños sufren hambre, sufren sed y muchos de los rebaños mueren porque los que conducen el rebaño, repito, ignoran dónde están los lugares de pasto tierno para llevarlos a comer.

Yo también les digo, si cuando se pierde una oveja el pastor deja las otras y va en busca de ella para recuperarla, que tremenda contradicción, aquí no es cuestión de una oveja, sino de miles o más que quedan perdidas porque los pastores no saben dirigirlas hasta los campos donde saciarían su hambre y su sed, qué contradicción tan grande.

Yo también como Mi Hijo les digo: quien tiene oídos para oír que oiga y quien tiene ojos para ver que vea….

¿Saben qué ocurre Mis queridos?, después vienen las lamentaciones, por qué no habré hecho esto, por qué no habré hecho lo otro, tarde, muy tarde. No hay derecho que las ovejas, por ineficiencia de sus pastores, tengan que padecer hambre, sed o simplemente morir.

Amén.

Fundación Jesús de la Misericordia y Corazón Inmaculado de María  |  Aprobada por Res. 139 A - Gob.de Córdoba – Sec. De Justicia – Dir.de Ins.de Pers.Jur.  |  Dirección: 9 de Julio 1162  |  Teléfono: 03537 – 431197 - 2553  |  Justiniano Posse – (Cba.)

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