Mensaje del 24 de Noviembre de 2001

Dice Jesús:

Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Quien me sigue no anda en las sombras, no anda en tinieblas. Ustedes hoy han hecho un acto tan extraordinariamente bueno, que tal vez en otra situación iría toda una vida para hacer lo que ustedes hicieron en diez minutos.

¿Escucharon?. ¡Toda una vida!.

Ustedes son los padres espirituales de centenares de miles, y miles, y miles, y miles de niños, y el acto realizado tiene el valor tan inmenso de que todos esos seres que estaban en las sombras sin sufrir ni gozar ahora estén gozando de la Luz del Padre. Ustedes pueden tomar eso como quieran y no darle tanta importancia, pero es tanta que esta noche en vuestros sueños se acercará toda una legión de ángeles y bendecirá vuestro sueño, no solamente el de hoy sino siempre.

¡Este es el verdadero sentido de la vida cristiana, acordarse no solo de uno sino de todos!. Ámense unos a otros como Yo los he amado, se los repito siempre para que se haga carne y hoy lo que se hizo fue un acto de amor tan grande, tan grande, y si supieran la cantidad tal vez demorarían más de dos o tres años para contarlos.

Por eso, no dejen pasar tanto tiempo. Cada dos meses, o cada mes realicen esta ceremonia ( Yo se los voy a hacer acordar ). ¿No les parece un acto de amor hacia el semejante y hacia Mi el haber realizado ese bautismo para tantos?. Ustedes creen que son un pequeño grupo, pero si un día toman esto que han hecho hoy, otro día se encargan de los enfermos, otro día de los deficientes mentales y siguen así… . Ya lo hicieron, ya lo sé, pero hay que hacer más de esas ceremonias.

Ustedes tienen ante vuestros ojos los cinco continentes, y porque no decir los seis continentes incluyendo los Polos, y qué maravilloso que también lleguen al continente helado los mensajes por Internet. Toman ustedes todo con mucha naturalidad, pero dos meses atrás, ¿se hacían a la idea, la remotísima idea de que el mundo, a través de ese medio masivo de comunicación mirara hacia ese lugar?. Ocurrió, todo pareció tan natural, ¡pero no es natural, es un verdadero milagro!.

Entonces piensen que en cada día que pasa pueden ir transformándolo todo. Porque ustedes, al ser padrinos de esos niños, hacen posible que ese niño ya delante del Padre esté preocupándose por reparar la atrocidad que cometió su madre al abortarlo. ¿Alcanzan a medir todas las cosas?. No es solamente un bebé que va a la vista del Padre, ¡es un bebé que al transformarse en un espíritu de luz empieza a transformar todo el universo!.

¿Por qué?. Porque cada uno se va a ocupar de su madre y de otras madres en las mismas condiciones. ¿Alcanzan a medir cómo cuando Yo digo que el mundo mira hacia este lugar no estoy exagerando?. ¿Han oído hablar de que alguien haya hecho una ceremonia como la que ustedes han hecho hoy?. No, ¿y por qué no?.

Entonces, eso que siempre les repito, ámense unos a otros como Yo los he amado incluye esto también. Y ustedes se acuerdan que el año pasado, y parte de este, fueron tomando cada parte de la sociedad y fueron derramando las gracias del Señor sobre cada una de ellas. Entonces, sean buenos receptores de los agradecimientos de tantos que quieren agradecerles a ustedes y que ustedes a veces no tienen en cuenta.

Es decir, un hombre de fe es un hombre que tiene una dimensión universal y que entendió que hermano no es solamente el hermano de sangre o el que tiene cerca y ve sino que todos son hermanos. Además, aquí están siempre presentes la Madre Teresa, que representa al mundo oriental, San Artemio, los tiempos idos, primitivos, San Martín de Porres el mundo occidental, lo que justamente hice buscando a un negro. Después tienen a Emiliano Tardif, ocupándose de todos los temas actuales, y todos los demás Santos que colaboran con todo esto. ¿Y ustedes creen que todos estos niños que hoy vieron la Luz del Padre no son seres que los apuntalan a ustedes, a todo lo que hacen y al mundo en sí?.

¿Quieren que les diga algo?. Porque el hombre se maneja mucho con cifras o con detalles, y Yo les digo: desde que comenzó esta increíble guerra hace más de dos meses ustedes, con vuestras oraciones y vuestra presencia aquí, delante de Mi, han salvado a tantas personas de la muerte, ¡tantas personas de la muerte!. Porque un avión puede arrojar una bomba de esas tan modernas, que se multiplican en centenares de bombas, pero ustedes han escuchado que montones de esas bombas cayeron en lugares en los que no había nadie. ¿Quién hizo eso?.

Es decir, cuando hay almas disponibles, seres disponibles que están deseando fervorosamente un mundo más habitable Mi Misericordia toma esa disponibilidad para hacer maravillas en tantos lugares. ¿Acaso no dice la Sagrada Escritura que nadie puede detener a un pueblo o a un hombre cuando el Señor le dio la fuerza para caminar?. Y vos porque tenés una humildad que te sobrepasa, pero por el echo de haberte elegido cada paso que vos das es como si encendieran miles de luces en tantos lugares. Me refiero al cuidado de la vida, de la niñez, de la juventud, de los adultos, de los ancianos. ¿O vos qué pensabas, que no era así?.

Cada paso tuyo, y todos aquellos miembros del grupo de oración que realmente están compenetrados de todo lo que pasa aquí y de lo que todo esto significa también hace lo mismo.

¿Esto es tener una dimensión universal?. ¡Claro que sí!. Es tener la dimensión que debe tener cada cristiano. Porque el que nació en el Africa, en la Indochina o en el Canadá es tan hermano como el que está sentado al lado tuyo. Y el acordarse de ellos tiene muchos más méritos porque ni saben quien son ni los conocen.

¡La redención, Mis queridos está marcando fuertes pasos en el mundo!. La Divina Misericordia prometida no fue prometida en vano. Yo, Jesús, Segunda Persona de la Santísima Trinidad y Dios mismo soy fiel, es decir constante en los afectos, y si digo esto lo cumplo.

Ocurre, Mis queridos, que hace siete años que nos tratamos y es posible que eso les haga tomar las cosas muy naturalmente, pero los ángeles del cielo, los santos, las almas del Purgatorio, están expectantes esperando que ustedes se reúnan. Porque por el solo echo de reunirse le están diciendo sí al Señor, como le dijo María al ángel, sí, quiero ser la esclava del Señor.

Entonces, dirá cada uno, ¿tengo yo una dimensión universal?. ¡Claro que sí!. ¿Mi disponibilidad la está usando Mi Dios y Mi Señor para hacer milagros en los rincones mas lejanos de la tierra?. ¡Sí!.

Esto no es algo simple y común. Por supuesto que no es común estar escuchando la voz de Jesús, no, no es común. Pero ustedes no piensen demasiado, no tomen demasiada conciencia de todo lo que les digo porque la mente tiene una capacidad para resistir, y todo esto que les estoy diciendo es tan grande, pero tan grande, que no lo puede abarcar.

Pero vislumbren qué hace el Señor con las almas disponibles.

Ustedes parten, siguen sus caminos, sus trabajos cotidianos, pero vuestro camino está hecho de luz. Pero no es una luz que alumbra a diez o veinte metros, es una luz que alumbra a los extremos más lejanos de la tierra. No son solamente ustedes sino todos aquellos que estén involucrados en esto, lejos o cerca, conocidos o desconocidos. ¡Cuanta gente, en este mismo momento, está reunida como lo están ustedes!, y si lo hacen delante de la pantalla de Internet es como si estuvieran aquí. Yo he dado ese privilegio, por muy lejos que estén es como si estuvieran en este lugar.

¡Todo lo grande abruma, Mis queridos!. Yo no quiero abrumarlos, en todo caso hacerlos sentir bien y hacerles ver hasta que punto están cumpliendo amorosamente con Mi Palabra.

En nombre de todos aquellos que tienen que agradecerles les digo a ustedes gracias, Mis queridos, porque entendieron lo esencial.

Amén.