• CAPILLA ABIERTA TODOS LOS DÍAS

Mensaje del 26 de Marzo de 1998

Puede uno orar mientras camina pensando en que el lugar que pisa es un lugar bendecido por el Señor desde milenios, puede uno rezar mientras se higieniza porque de paso mira su cuerpo que está hecho a imagen y semejanza Mía, pueden rezar de las formas más extrañas y diversas, sean hasta agresivos en las oraciones, agresivos en el sentido de tener un diálogo vivo, un diálogo creciente, un diálogo fuerte, un diálogo lleno…, sí, por supuesto, de bondad y de dulzura pero también piensen que es una oración que a Mi me agrada cuando los siento llamarme a gritos aunque estén con la boca cerrada, para Mi es una oración hermosa cuando con palabras a veces un poco cargadas de indignación salen en defensa de las causas justas.

Mensaje del 26 de Marzo de 1998

Habla Artemio:


Ven Señor, ven, ven Señor Jesús, vengan todos aquellos que quieran traernos algún Mensaje.

Ayer fue la fiesta de la Anunciación del Ángel a María, que hermosos Señor, que hermoso Señor. “Dios te Salve María le dijiste, llena eres de gracia el Señor es contigo”, y María respondió: “he aquí la esclava del Señor, hágase en Mi según tu palabra”, que acto maravilloso Señor.

Jesús ya está entre nosotros, vienen muchos detrás, pero todavía no sé quienes son, hay un montón de gente y se pecha uno con el otro.

Habla Señor que tus siervos escuchan, habla Señor, habla.

Dice Jesús:

Yo celebro la alabanza que hicieron esta noche, es una pena que no lo hayan grabado porque estuvo realmente hermosa. Les sugiero que esas cosas que dicen las graben para que después puedan enviar esos cassette a grupos de oración que están lejos o cerca, porque los grupos de oración que están funcionando en muchos lugares están a años luz de hacer lo que hacen ustedes, la mayoría se limita a leer algún párrafo de la Biblia y luego rezan un Rosario que debería ser hermoso pero la mayoría de las veces se ha repetido mecánicamente, está bien, Yo acepto todo eso pero vayan entrando dentro de otras formas de oración, pongan vuestro cuerpo a orar, que vuestras manos también sean una oración, que no solamente piensen que decir una palabra al Señor es oración sino todo lo que se pueda hacer con nuestra alma y nuestro cuerpo.

Puede uno orar mientras camina pensando en que el lugar que pisa es un lugar bendecido por el Señor desde milenios, puede uno rezar mientras se higieniza porque de paso mira su cuerpo que está hecho a imagen y semejanza Mía, pueden rezar de las formas más extrañas y diversas, sean hasta agresivos en las oraciones, agresivos en el sentido de tener un diálogo vivo, un diálogo creciente, un diálogo fuerte, un diálogo lleno…, sí, por supuesto, de bondad y de dulzura pero también piensen que es una oración que a Mi me agrada cuando los siento llamarme a gritos aunque estén con la boca cerrada, para Mi es una oración hermosa cuando con palabras a veces un poco cargadas de indignación salen en defensa de las causas justas.

Por eso, oren siempre de cualquier forma y no teman ser transgresores, es decir usar formas de oración que nunca antes nadie la usó, por ejemplo si veo que una canilla hace caer sus gotas de agua, pienso: cada una de esas gotas que sean como una lágrima para pedir perdón por todas las faltas que cometí; si veo por ejemplo un pava que hierve sobre el fuego y el vapor se expande por el aire, piensen: yo soy menos que eso todavía, porque me esfumo sin que nadie me vea, sin que nadie note mi presencia; si ven los árboles que crecen o bien sus hojas que caen, piensen: quiero acompañarte hermano árbol para que en cada hoja que se cae de tus ramas esté mi pensamiento, el pensamiento que me hace entrar dentro de la armonía de la naturaleza y me hace sentir que estoy metido dentro del orden del universo.

Piensen hermanos, piensen, en formas muy, muy especiales de orar uno puede pensar o rezar perdón, que cada paso que da es acentuar mi creencia en el amor del Señor, uno puede decir: Señor, te voy a rezar con mis párpados y cada vez que se cierren Señor es como para saludarte y decir: en vos confío; puedo rezar también de esta forma, siento que mi corazón late y entonces digo: este corazón mío late para vos Señor, late desde siempre y seguirá latiendo para siempre y esa sangre que corre por las venas Señor que llegue a los lugares más recónditos y oscuros de mi cuerpo tu palabra Señor, porque este cuerpo te pertenece Señor y en consecuencia tienes derecho a explorarlo a través de toda la red de venas y arterias y vasos sanguíneos y capilares.

Sean creativos en la forma de rezar, me encanta si dicen: Padre Nuestro que estás en el Cielo pero también me encanta cuando dicen: niños, hijos, pongámonos a cantar cualquier cosa para agradar al Señor; también me resulta hermoso cuando voy conciliando el sueño y me voy refugiando dentro del corazón del Señor; puedo también rezar contando las rosas que adornan la corona de la Virgen, Mi Madre y hacer que no termine nunca de contar las rosas; puedo rezar diciendo: Señora, tu manto me cobija y siento el calor de tu ser en mi cuerpo; puedo rezar diciendo cada una de las partecitas de mi cuerpo que se van desprendiendo en la piel, me va recordando que es una forma de ir terminando con mi ser material; puedo también rezar pensando en qué haría ni bien llego a estar en tu presencia Señor, qué cosas podría hacer para agradarte más y me quedaría tal vez sin una respuesta pero a Mi me encantaría que tu corazón estuviera pensando como agradarme más, porque sería una forma de reciprocidad en el amor: te amo y me amas, te amo y me amas y entonces tu alma y mi alma se funden en un beso prolongado, en un beso largo que tal vez dure una eternidad; o puedo rezar también poniéndome a pensar: cómo será la vida cuando ya no tenga más todos los sinsabores que tiene esta vida y ya no tenga más dolores, ni preocupaciones ni problemas sino que todo, todo será un montón de alabanzas a tu Divina Misericordia.

Como ven es cuestión de ponerse a pensar con el corazón y encontrarán miles de formas de orar, entonces de esta manera pensarían en la oración como algo alegre, como algo que se va renovando todos los días, como algo que deja de ser una cosa repetida para transformase en una cosa nueva a cada instante, cuántos más rezarían si entendieran las cosas de esta forma.

Mi Mensaje de esta noche hermanos, podría titularse: Otras maravillosas formas de rezar y practíquenla seguido porque se va a dar cuenta que a nadie le gusta repetir, repetir, repetir, porque la mente humana apunta hacia la creatividad y la repetición no es ninguna creatividad. Aprendan a orar hermanos, aprendan, aprendan a hablarme.

Dice la Virgen María:

Ayer se conmemoró la Anunciación del Ángel, ¿no les gustaría pensar un momento en qué es lo que pasó por Mi alma y por Mi cuerpo en ese momento en que vi brillar tanta Luz del Señor?, sí, ¿les gustaría pensar que sintió Mi Corazón cuando el Espíritu Santo le introdujo como un dardo de amor hiriéndolo para toda la eternidad?, ¿les gustaría pensar lo que de repente siendo una simple mujer pequeña, joven y sabía tan pocas cosas, de repente el Señor la elige para ser Madre del Redentor?, ¿les gustaría pensar por ejemplo, lo que Yo sentí en Mi Corazón, sí, por supuesto, pero en todo Mi cuerpo, en toda Mi alma, en todo Mi ser?, y cuando piensen en eso piensen también, piensen también que ocurriría lo mismo cuando ustedes al escuchar la palabra del Señor hacen exactamente lo que hice Yo, diciendo: “he aquí la esclava del Señor, hágase en Mi según tu palabra”.

Hermanos piensen en todas esas cosas y se van a enriquecer enormemente y recibirán de Mi parte infinitas bendiciones, no solamente para ustedes sino para toda vuestra posteridad.

Dice la Madre Teresa:

¿Saben qué formas tenía yo de rezar?, cuando había algún enfermo que ya no podía abrir su boca porque estaba cerca por la proximidad de la muerte y le introducía yo una cucharada de sopa, pensaba: estoy alimentando a Jesús en la cruz cuando sufría, porque acaso ese hombre o niño que se estaba muriendo ¿no me evocaba la imagen del Redentor?.

¿Saben de qué otra forma rezaba?, contando mis arrugas y otras formas, por ejemplo: sonriendo a los rostros serios y adustos, palmeando a aquél que tal vez menos cariño me inspiraba, sonriéndoles a los niños que se morían de hambre y diciéndoles: que esta sonrisa sea un anticipo de la sonrisa que el Señor te dará cuando llegues a su Reino.

Esas formas de rezar tenía y muchas otras que les iré diciendo pero, un consejo si es que me permiten: hagan de toda vuestra vida y de cada día de vuestra vida una oración constante, porque no es cuestión de decir tanto sino de tener una actitud permanente de estar hablando con el Señor. Y si ustedes hacen un esfuerzo y abren vuestro corazón limpio para recibir la venida del Señor en ustedes, después hablen con Él, pregúntenle como se sienten dentro de vuestro corazón, díganle: ¿qué cosas debo cambiar Señor para que estés más cómodo aquí adentro?; es decir, quiero que estés o que tengas un buen confort Señor dentro de mí y, ¿qué debo hacer Señor para tener un buen confort dentro de mí?, si soy humilde Señor, si soy simple Señor, si soy generosa, si soy voluntariosa, si soy..., si estoy triste con el triste, alegre con el alegre, si arrugo mi frente ante una injusticia o ante cualquier cosa que vea que no me gusta.

Piensen, todas esas formas de orar tenía yo y sobre todo cuando estaba delante del Sagrario, hablaba con Jesús y le decía y les contaba todas mis penas y le decía todo lo que había pasada durante el día o lo que podría pasar durante ese día y que todo estuviera realmente iluminado por vos Señor, así le hablaba, así le decía, esa era mi forma de orar.

Amén.

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