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Mensaje del 06 de Febrero de 1998

Si Yo me valgo de los hombres para hacer su inteligencia, su corazón, sus manos, sus pies, es evidente que también use la palabra de esos hombres, la pena es que a veces ellos están faltos o escasos o precarios de las virtudes esenciales.

Mensaje del 06 de Febrero de 1998

Habla Artemio:


Ven Señor Jesús, ven Señor, recién te decía que de lunes a lunes te pido tu presencia para que vengas a solucionar los problemas de cada ser humano, pero ahora Señor pido tu presencia, mis hermanos y yo, para que nos digas, nos hables, nos comuniques todas aquellas cosas Señor que vos quieras que nosotros, en todo caso grabemos y después pasar a formar parte de los Mensajes y Profecías. Atendiendo ese pedido de tu Madre, eligiendo este lugar del universo para dar sus Mensajes y preparar el Jubileo del año 2000 para entrar al Tercer Milenio cuyas características según tu Madre serán de paz, unidad y plena vigencia de los valores del Espíritu Santo, de los dones del Espíritu Santo.

Ven Señor Jesús y todos aquellos que quieran venir, tu Madre, a decirnos lo que..., ven Señor, ven. Está entrando Jesús, detrás viene Nuestra Señora Esposa del Espíritu Santo, la Madre Teresa de Calcuta, es decir la Madre Teresa, según ella quiere que no diga de Calcuta y también con un rostro muy sonriente, como en sus mejores épocas Eduardo Pironio, Cardenal de la Iglesia. Están todos aquí entre nosotros, Señor no te manifiestes solamente a mí sino a todos mis hermanos porque vos dijiste que todos debían aspirar a las visiones, a las Profecías, al don de lenguas y al discernimiento, todos debían aspirar entonces de alguna forma Señor manifiéstate a ellos porque no dudarán de mis palabras pero, todo ser humano siempre busca evidencias.

Jesús tiene un rostro espléndido, yo diría que no está ni como Cristo Rey ni como Jesús de la Misericordia, ni como Sagrado Corazón, nada, está con una túnica que le llega hasta el suelo con los pies descalzos como siempre, el cabello arreglado, pero parece como húmedo porque está más oscuro y parecería que más alto que otros días, debe ser la impresión nomás. Está Nuestra Señora Esposa del Espíritu Santo con sus vestidos como ella quiere tener, la Madre Teresa con su hábito, sus sandalias franciscanas y Eduardo Pironio Cardenal de la Iglesia con una sotana negra y vivos, es decir la partecita de los bordes roja y con su pequeño sombrerito que usan los Cardenales, color púrpura, no, rojo...

Dice Jesús:

Sería muy importante que todos tuvieran en cuenta las Epístolas de San Pablo en este caso la que se leyó hoy un pedazo fue a los Corintios pero todas tienen las enseñanzas que ustedes necesitan para elaborar toda una cosmovisión del mundo, del hombre y de la vida como debió hacerse desde hace mucho tiempo pero todavía lamentablemente no se hizo. No es que Yo no conozca la naturaleza humana, la conozco demasiado y participo de ella, pero muchas veces me pregunto hasta dónde es capaz la naturaleza humana, porque está el hombre tan metido y estructurado dentro de un sistema que tiene siglos y siglos pero no un sistema basado totalmente en el Evangelio, en toda la Sagrada Escritura, sino en pensamientos de hombres que dijeron estar inspirados por el Espíritu Santo, pero muchas veces no fue así, en consecuencia cada uno trabajó en base a como estaba estructurada, es decir su formación.

Si Yo me valgo de los hombres para hacer su inteligencia, su corazón, sus manos, sus pies, es evidente que también use la palabra de esos hombres, la pena es que a veces ellos están faltos o escasos o precarios de las virtudes esenciales, entonces cuando dan su mensaje lo dan distorsionado, tan influido por ellos, tan influido por ellos que ya no se conoce exactamente de donde proviene sino es de la Biblia, la Sagrada Escritura o como algo personal. Después de sufrir mucho tiempo sobre la veracidad de los Mensajes y Profecías de Mi Madre y Mías y de algunos Santos, para corroborar si eran auténticas o no, porque todos naturalmente pueden tener dudas respecto a su veracidad, pero ahora que los estudiosos de esas palabras colocan las citas bíblicas ahora parecería que las cosas entraron en su cauce natural y es cierto, es que Mi Madre nunca usó, nunca usó palabras como usa en este momento. Acuérdense cuando ella decía: estoy cansada cuando dicen: Nuestra Señora de aquí, Nuestra Señora de allá, Nuestra Señora del más allá, pero no siguen lo que Yo les digo, entonces ella dice que habla con voz áspera, es decir, es cierto que la voz de Mi Madre en todos los Mensajes es áspera y la Mía por supuesto es la de aquellos que ya cansados y hasta hartos de ver injusticias, ignominias y toda clase de maldades de repente endurecen su voz para que de alguna forma impresionen más y sean oídas pero nunca le falta todo el amor que corresponde porque nada y ninguna cosa desprovista de amor puede tener realmente un efecto valedero, verdadero, es decir para que prevalezca a través del tiempo. Entonces Mi Mensaje de hoy es: Epístolas de San Pablo, todas, por supuesto hay que decir lo que dice San Pablo con palabras que entienda el hombre del Tercer Milenio y además ciertas cosas adaptarse porque no se olviden que detrás de cualquier expresión hay toda una cultura que para entenderla hay que ubicarla en su contexto entonces lo que se diga hay que ubicarlo en el contexto de hoy rumbo al mañana, ni lejano ni cercano, mañana. Y ahora hablará Mi Madre...

Dice Nuestra Madre:

“Mi alma engrandece al Señor y se alegra Mi Espíritu en Dios Mi Salvador porque fijó los ojos en la pequeñez de su esclava, en adelante todas las generaciones me llamarán Bienaventurada”.

Es posible, lo dije otras veces, pero vuelvo a decirlo, quién de los que leen estos Mensajes y Profecías es capaz de ponerse una mano en el corazón y decir las palabras que Yo dije ante el Arcángel San Gabriel: “he aquí la esclava del Señor, hágase en Mí según tu palabra”.

Hombres de todas las latitudes, hombres de todos los colores, religiones y que habitan los lugares más próximos y lejanos, pónganse una mano en el corazón y respóndanse si tienen la capacidad de una humildad suficiente como para decir esa expresión: he aquí la esclava del Señor hágase en mí según tu palabra. Ese mensaje, este mensaje tiene que cavar hondo el alma del cristiano, muy hondo, porque Yo creo que tiene tanta riqueza que todavía no fue ni explorada ni explotada. Ustedes piensen hasta donde podría llegarse si fuéramos, si ustedes fueran capaces de, con una humildad tan grande entregarse al Señor, así como Yo me entregué en aquél momento, ¿sabía todo lo que se avecinaba?, tal vez sí, tal vez no, porque, como ustedes, estaba Mi naturaleza humana pero hay algo que debe entenderse muy bien y es que sin la suficiente humildad, madre de todas las virtudes, no es posible hacer nada que valga la pena, absolutamente nada. De allí nacerán las otras virtudes, ¿suena esto a palabras repetidas?, y Yo les pregunto: ¿acaso ustedes cumplieron?, qué es lo que hace una madre cuando su hijo no entiende, le repite las cosas hasta que entienda, es lo que estoy haciendo Yo. Todavía estamos a tiempo para que impere el reino de la justicia y todos los hombres den un sí muy profundo de: he aquí la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra, todavía estamos a tiempo.

Habla Artemio:

La Madre Teresa quiere hablar ahora, habla Madre Teresa, habla.

Dice la Madre Teresa:

Estaba meditando sobre algo que ustedes ya han visto que es en mí una gran preocupación: la gran diferencia de culturas, de etnias, y entonces, a veces, por problemas de traducción, a veces por problemas de mala voluntad al traducir, otras porque traducen las cosas con la mentalidad que cada uno tiene, sin fijarse en lo que corresponde traducir y entonces llegan los mensajes distorsionados a muchos lugares. Y ustedes se preguntarán: si hay un lenguaje del amor ¿eso es malo?, y yo les digo: ¡cuidado, no llamen amor a la satisfacción de nuestro ego al traducir los mensajes del Señor a las diversas culturas que pueblan el universo!, yo no veo que sea tan genuina la interpretación y en consecuencia hay que repensar todo de nuevo y que nadie se atreva a traducir ni a trasmitir nada si no está sumamente convencido de que no está traicionando la esencia del mensaje que ha recibido.

¡Que nadie se atreva si no está convencido de eso!, porque pasa el tiempo y los hombres siguen esperando muchas veces, porque aquellos encargados de ilustrarlos adecuadamente no tuvieron la valentía de ser humildes y dejar de lado su orgullo personal o su autoestima demasiado elevada para decir las cosas como realmente son. ¿Suena a amonestación lo que digo?, ¡sí, por supuesto y que cada uno sepa dónde y cómo le aprieta el zapato!.

Habla Artemio:

Ahora con toda la humildad que lo caracterizó siempre y hasta tímidamente diría yo Eduardo Pironio, Cardenal de la Iglesia, ha levantado una mano como los chicos en el aula para decir: quiero hablar. La verdad es que uno quiere tener presente a aquellos que uno quiere y parecería que Eduardo Pironio no se hizo rogar en ese sentido ya que el mismo día de su muerte vino a vernos, haciéndolo hoy también. Ahora habla Eduardo Pironio...

Dice Eduardo Pironio:

Bienaventurado eres hermano Artemio, porque en tu pecho cuelgan dos cruces que fueron bendecidas por el Papa y por mí.

Te voy a decir, yo no entendí tanto, no alcancé a entender bien todo lo que vos hacías, todo lo que vos hiciste, porque tampoco vos me dijiste mucho pero ahora viendo las cosas de este lado coincidimos en todo, hubo siempre una afinidad entro vos y yo, siempre y me acuerdo que en una oportunidad, hace muchos años, vos me mandaste una carta donde decías: estoy muy contento porque usted Monseñor va a predicar el retiro pascual para el Papa y toda la comunidad romana. Me expresabas todo alegría, como queriéndome decir: todo lo que usted tiene en su corazón lo va a llevar allá, a todos esos hombres tan duros de entender las cosas, tan difíciles de tratar. Como yo siempre pensé para mis adentros: la burocracia del Señor.

No creas que fue tan cómoda mi estada en la ciudad del Vaticano, me cortaron tantas veces las alas, impidieron tantas veces que volara, que yo creo que los últimos años de mi vida, si no fueron medios frustrados porque se los he ofrecido al Señor. Sí, es cierto, que he practicado en mí siempre una autocensura, resistí muchas presiones y evidentemente que por obediencia no pude hacer todo lo que pensaba hacer. Por eso que ahora viendo las cosas desde esta dimensión estoy contento, muy contento y porque estoy gozando de la Bienaventuranza Eterna pero siento que no sé hasta qué punto fue total mi testimonio de la sangre del Señor, eso me lo dirá el Padre hasta qué punto fui fiel a dar el testimonio de la palabra del Señor, por un problema, el temor que muchos de la burocracia llaman virtud de la prudencia y no tiene nada que ver, pero todo lo que pude hacer, lo que estaba a mi alcance lo hice y podría decir como Francisco Javier: Señor me diste cinco talentos y te devuelvo otros cinco.

Fui siempre un prisionero en Roma porque siempre padecí el desarraigo recordando a toda mi pampa gringa de donde yo salí, me sentí siempre extraño en Roma añorando los trigales de Noviembre, las mazorcas ondulantes en el viento, los campos anaranjados de girasoles y esas vastas extensiones que nada tenían que ver con el mundo en que viví después.

El Señor fue mi refugio y mi alegría, porque allá en esa pampa gringa yo había dejado tantas cosas amadas y estuve después en un lugar donde nada me recordaba a aquello que amé. Pero el Señor supo darme consuelo y la cantidad de trabajo que siempre pobló mi escritorio, hizo que todas mis sensibilidades se fueran, no perdiendo pero sí limando con el tiempo. Ahora estoy dentro de la libertad total, ahora veo las cosas como siempre quise verlas.

No es descolgada mi presencia en esta reunión porque si leen todos mis escritos se van a dar cuenta que muchas de las cosas que piden Jesús y María, estaban también insinuadas en lo que yo pedía. Ahora, siempre he sido un sentimental y muchas veces me ha traicionado el corazón en el sentido de parecer que mi vida estaba un poco vacía, porque no podía cumplir con los objetivos que me había establecido en la vida. Pero no diré más sobre esto porque los que lean estos Mensajes después pueden aprovechar las palabras para conjeturar y las cosas hay que decirlas en forma total, porque media verdad es casi una mentira; es decir, habría que hablar profundamente de todo esto para que no se confundan los términos, pero de algo estén seguros, yo soy ya un intercesor muy grande delante del Señor por esta Gran Cruzada del Espíritu Santo.

Doy mi palabra que intercederé constantemente delante del Padre para que todo esto pueda tener los efectos deseados, porque conozco profundamente esta América, por supuesto que va dirigida a todo el mundo pero yo estuve sustentando con la sangre de la tierra de América. Seguiré visitándolos porque me gusta estar en un lugar donde me aman, seguiré visitándolos y diré muchas cosas también si el Señor lo permite. Ahora quiero agradecer nuevamente que me hayan nombrado Santo Protector de ustedes, eso significa que yo tengo el deber de interceder en forma permanente delante del Padre por ustedes y lo haré muy gustoso porque sé que es lo que quieren, adónde apuntan y hasta dónde quieren llegar y también celebro que haya sido elegido este lugar del universo para lanzar al mundo la preparación del gran Jubileo del año 2000. Celebro todo esto, lo celebro.

Los amo profundamente, los estrecho contra mi corazón y piénsenme no como lejano sino siempre al lado de ustedes.

Habla Artemio:

Ahora Jesús va pasar a cada uno de ustedes y los bendecirá. Comienza por H., lo bendice, le da dos palmaditas con la mano izquierda en la cara y sigue.

Después vos y el Señor se inclinó y te besó la cabeza, te hace la señal de la cruz, te pone la mano izquierda sobre el hombro, te sigue mirando.

Y llega hasta de P., le hace la señal de la cruz, una pequeña caricia en la pera, le arregla un poco el cabello y sigue.

Llega de la abuela, se detiene, la mira profundamente, sonríe como complaciéndose de todo, toma su mano derecha, la acaricia y luego le hace la señal de la cruz.

Ahora va de M., primero pone sus dos manos sobre las rodillas, después con la derecha le hace la señal de la cruz.

De C., apoya la mano izquierda sobre los dos brazos que tiene cruzados, le hace la señal de la cruz.

Se acerca a O., se inclina, no veo porqué lo tapa con la capa, con la túnica, le hace señal de la cruz y fija profundamente la mirada en él como queriendo traspasarlo.

Ahora viene hacia acá, yo le iba a alcanzar el almohadoncito porque quería arrodillarse pero me dijo que no importaba, se arrodilla en el suelo y pone las manos sobre las rodillas, mira profundamente. En ese gesto Él quiere decir que alguien ha resucitado, es decir, estaba enfermo de muerte y ha vuelto a la vida, yo le pregunto cordialmente quién es y Él me dice que no importa saberlo.

Ahora tengo que hacerles unas preguntas al Señor que me pidió J. le hiciera, voy a proponérselo un momento en silencio delante de Él..., bueno, ya le he preguntado y he obtenido sus respuestas y como es algo personal lo hice en silencio.

Ahora se ha puesto de pie y me hace la señal de la cruz con sus manos, me rodea el cuello y las entrelaza atrás de la nuca tanto que siento el calor de mi cara en su pecho. Estoy así todavía, no sé que es lo que quiere decirme con esto... .

Vuelve a hacer la señal de la cruz, se aleja unos pasos y me mira profundamente y detrás de Pironio, la Madre Teresa y su Madre salen por el pasillo.

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