• CAPILLA ABIERTA TODOS LOS DÍAS

Oración del 26 de Enero de 2005 (3º)

Todo en tu nombre Señor, en este día mira Señor nuestro rostro, infunde tu gracia, llénanos de la paz y del amor que solamente vos podes dar Señor, sí Jesús, llénanos y al hacerlo Señor pasa sanando todas nuestras enfermedades.

Oración del 26 de Enero de 2005

Habla Artemio:

Nos ponemos entonces delante del Señor y de su Madre, como lo hacemos todos los días y como decimos siempre: y todos los días a que alcance nuestra vida.

Esta tarde comentábamos atendiendo a la fiesta de ayer, que fue la conversión de San Pablo, incluso los Mensajes de Jesús de hoy son tomados de las Epístolas de San Pablo, entonces en la conversión de San Pablo podemos valorar un hombre que de perseguidor terrible de los cristianos de un momento para otro se hace un gran benefactor, uno de los más grandes Apóstoles; es decir, en proporción parecería que San Pablo, a pesar de que no lo conoció a Jesús personalmente, pero hizo tal vez mucho más que los otros Apóstoles, que alguno de ellos está bastante ignorado ¿no?. En las almas grandes todo es grande, por eso en San Pablo las cosas malas eran muy grandes pero cuando lo toca la gracia del Señor entonces como dije: de perseguidor se convierte en benefactor y escribe todas las Epístolas, las Cartas a distintas personas de la época ¿mmm?, las Epístolas que vemos en la Biblia y también es citado en los Hechos de los Apóstoles, los Hechos de los Apóstoles son los escritos que están en la Biblia y que se escribieron después de los tres Evangelios: de Mateos, Marcos y Lucas y antes por supuesto de el Evangelio de San Juan que fue el último que pasa a integrar los libros de la Sagrada Escritura.

En las palabras que dijo Jesús hoy recordando incluso lo de San Pablo siempre hace hincapié en lo mismo, bueno pero ese es el idioma que habla Jesús ¿no? y nos recuerda siempre que el amor es la base de todo, que tenemos que adornar nuestro corazón con las virtudes de la humildad, de la paciencia, de la prudencia, las virtudes que por supuesto nacen todas del amor ¿mmm?. Es decir, decir Cristianismo es decir la religión del amor, no hay otra, entonces en la medida en que nosotros dejemos entrar en nuestra vida el amor, en esa medida somos cristianos, en la medida en que rechazamos el amor nos apartamos del Cristianismo, aunque creamos a veces que somos muy católicos y muy cristianos, pero no. Cuando a Jesús le preguntan en: “¿qué nos van a conocer cuando estemos en lejanas tierras?”, Jesús no se hace rogar y les dice: “en que se aman, agrega: y sanan las enfermedades, expulsan a los demonios y resucitan a los muertos”. Entonces quiere decir que la base de todo lo nuestro está en el amor, lo dice Jesús y luego en la sanación de las enfermedades, pero no solo las enfermedades físicas o psíquicas sino también las espirituales ¿mmm?, resucitar a los muertos no quiere decir necesariamente que sean muertos que ya no tienen vida sino aquellos muertos sin sepulturas que andan por el mundo alejados del Señor y de toda obra de bien y expulsar a los demonios; es decir, en la medida en que uno se convierte y se hace cada día más cercano al Señor está cada día más cerca del Señor se va expulsando el demonio de nuestra vida y de nuestras relaciones ¿eh?.

Atendiendo todo esto Jesús en esta noche queremos Señor que nuestro pedido, nuestras alabanzas, todo nuestro amor llegue a todos los hombres, como eso no podemos hacerlo así tan directamente entonces nos ofrecemos Señor para que vos nos utilices y nos lleves a todos los lugares que vos considerés necesario y oportuno, que nos hagas participar de todas las cosas donde hay necesidad de extender tu Reino, que nos hagas vivir todas las experiencias en la vida que sean necesarias para alcanzar la Luz del Padre, que nunca perdamos de vista que en este peregrinar por la Tierra no es solo un camino de conversión personal sino que también es un camino de dar a todos los que necesitan y no solo lo que nos sobra sino todo lo que como dijimos los demás necesitan.

Todo en tu nombre Señor, en este día mira Señor nuestro rostro, infunde tu gracia, llénanos de la paz y del amor que solamente vos podes dar Señor, sí Jesús, llénanos y al hacerlo Señor pasa sanando todas nuestras enfermedades, del cuerpo, del alma, de las relaciones sociales, de todo, sánanos Señor el gran hecho malo que es usar la lengua en contra de nuestros hermanos, haznos dóciles Señor a tu palabra que recibimos a través del Espíritu Santo, fomenta en nosotros todas las virtudes que nacen del amor, acrecienta nuestra humildad, porque solamente siendo humildes podemos entender nuestro ser y a los demás, enséñanos Señor también que la prudencia no es quedar bien con todo el mundo sino ser lo suficientemente amorosos para decir las cosas pero sin privarnos de decir todo lo que corresponde, a quien sea, como sea, cuando sea y donde sea. Señor, no nos hagas pensar como se pensó siempre que la prudencia es aquello de tener temor de todo, miedo de todo y entonces uno se queda en el lugar, es evidente que ese tipo de prudencia nunca benefició a nadie y no es la prudencia que quiere Jesús. Esa prudencia hace encontrar el justo medio entre situaciones distintas por ejemplo: ante un incendio el que no es prudente sin ningún medio se mete dentro del fuego con el propósito bueno de salvar pero sin tomar los recaudos que necesita uno tener con el fuego, eso no es prudencia, están aquellos que ante un incendio se van corriendo, se escapan y dicen: allá atrás hay un incendio, seria prudente entonces aquél que ante un incendio se pone los elementos necesarios en su cuerpo si es que los tiene o sino toma los recaudos para salvar todos los que pueda salvar y también salvarse él, porque así como tenemos la obligación moral de dar todo lo que podamos por nuestros hermanos también tenemos que cuidarnos nosotros porque el Señor invirtió la gracia en crearnos y en consecuencia nunca debemos considerarnos algo descartable sino algo esencial ¿mmm?.

Entonces, dije todo esto para ver todo esto de la prudencia, ni demasiado ni muy poco sino lo necesario, teniendo en cuenta como así son valiosos los demás, así también somos valiosos nosotros para la obra del Señor, por supuesto que después están las situaciones muy personales donde cada uno hace lo que le parece ¿no?, por ejemplo esto de la prudencia ante un enfermo de tuberculosis, yo prefiero personalmente infectarme antes que visitar un enfermo poniéndome el barbijo, es decir tapándome la boca y la nariz, porque no solamente le estoy haciendo daño al enfermo sino que yo no tengo dignidad porque me estoy, es decir le estoy llevando una palabra a alguien pero cubriéndome de todos los problemas. Es normal ponerse un barbijo, yo personalmente no lo usaría, más vale no lo voy a visitar, porque pienso que es faltar a la caridad protegerse tanto, es como si pensáramos que la Madre Teresa se ponía barbijo o algo por el estilo para ver a todos los enfermos que morían donde ella estaba cuidándolos ¿no?, bien.

Y ya Señor teniendo ante vos una actitud de hijos buenos, de seres dóciles, de personas de bien, te decimos humildemente Señor, cuánto te necesitamos Jesús, en la vida tal vez no nos va tan bien como podría irnos, tal vez a nosotros no nos falten tantas cosas pero uno tiene conciencia hasta que punto los hombres están tan desprovistos de todo. Por eso Señor, danos a nosotros lo que te parece bien, pero danos también la fuerza para llegar a cada una de las personas que necesitan.

Ven Señor Jesús, en esta noche y todas las noches y los días a que alcance nuestra vida, queremos vivir en tu presencia Jesús, queremos que cada una de nuestras acciones, nuestras palabras, nuestros gestos sean una reverencia a vos Señor, porque te amamos Señor, somos conscientes que somos hijos tuyos, somos conscientes que has muerto en la cruz por nosotros y que no tenemos nada mejor en el mundo que hacer que amar a todos, porque en la medida que amamos estamos cerca de ti y en la medida en que no los amamos o hacemos distinciones estamos muy lejos de vos Señor, entonces porque te amamos Señor queremos ver en el rostro de cada hermano tu propio rostro, queremos ver Señor en las lágrimas de nuestros hermanos tus lágrimas, las que derramaste como hombre sobre la Tierra y seguís derramando aún por todo aquello que te preocupa y te duele. Sí Señor, queremos Señor que nuestras manos, nuestros pies, nuestra mente, todo nuestro cuerpo y nuestro ser esté al servicio tuyo, que es decir estar al servicio del amor. Viene uno y hace diez, poniendo más amor que él uno hará cientos.

Y Señor enseñanos a vivir con la simplicidad de los hombres sabios y Santos y nos acordamos de aquella anciana que decía, a los ochenta y cinco años decía: si volviera a vivir muchas cosas dejarían de preocuparme, estaría más al sol, iría más tiempo descalza sobre la gramilla, comería más helados que carne, no recogería las flores para que pudieran crecer en las padreras pero sí me pasaría el día mirándolas porque en ellas vería el rostro del Señor, iría más a las calesitas, a andar sobre los caballitos, me reiría con los niños, dejaría de lado la limpieza o al menos gran parte de la limpieza porque no es importante ni necesaria y viviría así espontáneamente, me acostaría al sol, quisiera ver siempre las estrellas y todo aquello simple que me rodea. Detrás de esas palabras de esta mujer anciana uno ve hasta qué punto pasa la vida malgastándola en tonterías, pensando que las cosas esenciales pasan a nuestro lado y no las vemos.

Por eso Señor como te decía esta noche y todas las noches y los días a que alcance nuestra vida queremos pedirte que habites en nosotros, queremos pedirte que te instales en nuestro corazón, queremos pedirte Señor que no seamos duros al juzgar a los hombres y más aún que no juzguemos a nadie.
Hacenos Señor que perdonemos, que sea preferible que nos hieran antes de herir, que nos maltraten antes de maltratar, que nos calumnien antes que calumniar, que nos tiren piedras en vez de flores, porque en todo caso Señor tendremos la misma vida que vos tuviste, sí Jesús, instálate en nosotros Señor siempre, ven a nuestro corazón.

Quiero Señor que nos refugies en la palma de tu mano, en tu puño cerrado o ahuecado, que nos tengas siempre ahí Señor, sí Jesús, te amamos Señor, por eso te alabamos Jesús, te alabamos tanto Señor porque eres el autor de todo, Señor de Señores, Rey de Reyes, Padre de Padres, el amor de los amores, la Luz de nuestros ojos, el hábito de nuestra vida, sí Jesús, sos todo para nosotros, hacenos vivir bien Señor para que el día que tenemos que partir de este mundo miremos hacia atrás y veamos que está lleno de horas tuyas Señor, pero no nos hagas ver ahora las horas que hacemos Señor porque como decía la Madre Teresa: no tengo tiempo en pensar de lo que hago de tanta necesidad de hacer cosas, sobre todo Señor haznos vivir con esa simplicidad, esa ternura, esa ingenuidad de un niño que cree, de una planta que florece por las noches o de las hierbas que se cubre de rocío cerca del amanecer, ven Señor Jesús, ven a nuestra alma y danos todo lo que necesitamos Señor para tenerte y para amarte, para agradecerte y para alabarte, para ni siquiera pestañar Señor que no sea una orden tuya y un mandato de tu amor Jesús, de esa forma queremos vivir Señor, de ninguna otra, no nos interesa otra forma de vivir, esta es la forma Señor de vivir, esta es la manera de pasar nuestros días, esta es la esencia de todo. Gracias Señor porque eres nuestro Padre, gracias Señor porque nos amás, gracias Señor porque si estás con nosotros toda nuestra vida es una fiesta, sí Jesús, si estás con nosotros y te quedás con nosotros nuestra vida es y será una fiesta.

Ahora atendiendo a todo lo que pedimos al comienzo, en esa oración para todos los hombres del mundo en todos los órdenes, como una consecuencia lógica de seguir los mandatos de la Misericordia del Señor, decimos simplemente: el Maestro de Galilea va pasando ya, el Maestro de Galilea va pasando ya, el Maestro de Galilea va pasando ya, el Maestro de Galilea va pasando ya. Déjalo que te toque, déjalo...

Se corta la grabación............

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