Mensaje del 13 de Mayo de 2009

Mis queridos, no tengo otro oficio que amar, así como Mi Padre y el Espíritu Santo, Yo veo que el mundo está lleno de huérfanos, lleno de huérfanos y a veces veo que muchos están como muertos sin sepultura, como las ramas secas del Evangelio de hoy que son cortadas y tiradas y quemadas. Mensaje del 13 de Mayo de 2009

Habla Artemio:


Buenas tardes.

Bueno, como todas las cosas empezamos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.

Recibimos al Señor con el cántico 15, aunque no tengan los libritos muchos pero lo saben ¿eh?, entonces decimos: que viva Cristo…, más fuerte: que viva Cristo….
Bueno, estamos aquí otro día más en este miércoles 13 de Mayo, otro día de Nuestra Señora de Fátima, la Madre con el nombre de Nuestra Señora de Fátima, la Madre tiene como 3500 nombres, entre ellos Nuestra Señora de Justiniano Posse, tiene 3500 nombres o ahora tal vez más porque ahora en cada lugar se le pone Nuestra Señora de, por eso hoy Nuestra Señora de Fátima por la Aparición de Nuestra Madre a los pastorcitos ¿eh?, bien, entonces decíamos que como todos los miércoles honramos a San José, Patrono nuestro, porque él eligió ser Patrono de cada uno, acuérdense siempre que San José los ama un montón y él mismo dijo: yo quiero ser Patrono de todos los peregrinos que vienen al Santuario y acuérdense que San José por ser el Padre Adoptivo de Jesús dicen que en el Cielo él no pide, ordena, por eso les recomiendo siempre la devoción a San José.

Bueno, vamos a empezar entonces, yo sé que normalmente cuando se viene a este lugar uno no está bien o tiene alguna enfermedad o le está pasando algo o tiene problemas de alguna manera pero si estamos en el Templo del Señor todo cambia, todo se hace distinto: ¿por qué?, porque Él nos asegura la esperanza en todo, porque nos ama. La base del Evangelio de hoy va a ser justamente eso, el amor que el Hijo tiene por el Padre, el Padre tiene por el Hijo y por nosotros. Por eso con 12 decimos: no puede estar triste el corazón que alaba a Cristo…, de nuevo: no puede estar triste el corazón que alaba a Cristo…. No solamente estamos con el Señor sino con su Madre y hoy justamente en el día de Nuestra Señora de Fátima, acuérdense siempre que la Mediadora de todas las Gracias es la Virgen Santa, Mediadora quiere decir que todo lo que uno pida pasa por María para llegar a Jesús, cuando vos decís: pero yo le rezo a Jesús, a María no, no, todo lo que uno pide pasa a través de ella, porque es Mediadora de todas las Gracias, es decir la que le presenta al Hijo todo y esto nos pone más felices porque todos comprenden pero siempre una Madre comprende más que cualquiera. Por eso se lo vamos a decir y lo vamos a pensar en número 26: mientras recorres la vida tu nunca solo estás….

Vamos a leer la palabra pero antes le pedimos al Señor que nos ilumine, nos haga que nuestra mente vea con claridad la palabra del Señor, entonces pedimos al Espíritu Santo que nos de todo el discernimiento, es decir el razonamiento adecuado y todo lo que es necesario para distinguir las cosas que el Señor nos dice que son justamente la que nos sana. Hoy entonces miércoles 13 de Mayo, día de Nuestra Señora de Fátima, ella va a ser nuestra intercesora entonces siempre pero hoy como Nuestra Señora de Fátima. Por la señal de la santa, de nuestros enemigos, líbranos Señor, Dios nuestro. Dice Jesús en este Evangelio de Juan, capítulo 15, los versículos o las partecitas de 1 al 8: “Yo soy la vid verdadera y Mi Padre es el labrador. Acuérdense que días atrás, creo que el domingo o el sábado el Señor decía: Yo soy la vid, ustedes los sarmientos, es decir Yo soy el tronco y ustedes las ramas y hoy vuelve a repetir Juan usando el mismo idioma: Yo soy la vid verdadera y Mi Padre es el labrador. Toda rama que no da fruto en Mí la corta. Y toda rama que da fruto la limpia para que de más fruto. Ustedes ya están limpios gracias a la palabra que les he anunciado, pero permanezca en Mí como Yo permanezco en ustedes. Una rama no puede producir fruto por sí misma, sino permanece unida a la vid, al tronco; tampoco ustedes pueden producir fruto si no permanecen en Mí. Yo soy la vid y ustedes las ramas. El que permanece en Mí y Yo en él, ése da mucho fruto, pero sin Mí no pueden hacer nada. Al que no permanece en Mí lo tiran y se seca; como a las ramas, que las amontonan, se echan al fuego y se queman. Mientras ustedes permanezcan en Mí y Mis palabras permanezcan en ustedes, pidan lo que quieran y lo conseguirán. Mi Padre es glorificado cuando ustedes producen abundantes frutos: entonces pasan a ser discípulos Míos”. Esta es palabra del Señor ¿eh?, te alabamos Señor y te damos gracias.

Queda claro entonces, Yo soy la vid y ustedes los sarmientos, Yo soy el tronco, ustedes las ramas, las ramas por sí mismas no dan nada, no hacen nada si el tronco no la sustenta ¿verdad?, entender esto y sobre todo pensar, cualquier cosa que podemos hacer en la vida si no estamos unidos al Señor nuestra vida es como de un niño huérfano que no tiene a su papá que lo sostenga, ustedes dirán: pero ¿por qué?, por una razón muy simple, el Señor nos creó a su imagen y semejanza, nos dio un alma inmortal, nos llamó por nuestro nombre ¿verdad?, porque ya eso lo tenia preparado desde hace miles de años, porque cada uno de nosotros estaba en la mente del Señor hace miles de años ¿verdad?.

Entonces, ¿qué ocurre?, un buen día papá y mamá tuvieron una relación íntima y allí, todavía papá y mamá ni se habían higienizado después de tener su acto íntimo y ya nosotros éramos una persona en la panza de mamá, entonces que esto quede bien claro, porque algunos piensan que no es persona hasta los dos o tres meses, o que se yo, no, en forma inmediata ¿eh?, somos personas, en consecuencia, porque lo veo en la mayoría de la gente, si tuvo una pérdida a los dos meses: si, pero eran dos meses nada más, dos meses es lo mismo que veinte años o cincuenta, es una persona. Por eso, los chicos aquellos que se perdieron por pérdidas o abortos hay que bautizarlos, porque están en la oscuridad, no queden con ese peso en la vida de chicos que no han nacido que están en la oscuridad esperando la acción de ustedes ¿eh?, se les da el agua de socorro a esos niños ¿eh?, bien.

Volvemos a nuestro relato entonces, hemos sido creados a imagen y semejanza de Dios, en consecuencia somos pequeños diositos, ahora lo fundamental a tener en cuenta es esto, lo más importante a tener en cuenta es esto, ¿por qué desde hace miles de años el Señor ya nos amó y nos sigue amando?, ¿quiénes somos?, ¿por qué todo ese amor tan gratuito?, hay formas de explicar esto muy difíciles, más o menos difíciles y no tan difíciles ¿verdad?, ¿por qué?, porque lo único que justifica la acción del Padre, del Hijo o más es justamente la Creación y todo el que crea lo hace por amor, bien. Entonces, tenemos que pensar que al crearnos el Señor lo hizo por amor, pero ¿y por qué?, eso es lo que nunca entendemos, por qué tanto amor gratuito ¿eh?…, bueno si nos callamos la boca va a ser un poco mejor ¿no es cierto?, vamos a recibir el mensaje, nos ubicamos y empezamos a escuchar ¿mmm?, bien. No estamos tan cómodos porque estamos apretados pero cuando uno se siente amado qué importa un lugarcito más o un lugarcito menos ¿no?, bien.

Eso es lo que tiene que admirarnos, lo que tiene que sustraernos de todo, lo que tiene que llenarnos, cómo es posible que un Dios tan enormemente grande, omnipotente, sabio, poderoso se haya fijado en cada uno de nosotros ¿eh?, y el Señor nos dice: así como el Padre me amó a Mí Yo los amo a ustedes y el Padre, Dios Padre, a Jesús lo hace nacer de la Virgen María, que era Dios por supuesto, Jesús, para que tuviera una parte humana ¿mmm?, Él prometió enviar un día a su Hijo y lo envía a través de María y lo festejamos en la Navidad y a ese niño lo vemos crecer, vemos que a los 33 años empieza su prédica, a los 30 y a los 33 muere en la cruz. Para San Juan, que es justamente donde tomamos hoy la palabra, Jesús estuvo tres años predicando, para Mateo, Marcos y Lucas no, estuvo meses nada más, ocho, nueve, diez meses ¿eh?, entonces yo le creo más a Juan porque Juan era el Discípulo amado de Jesús y entonces las palabras de Juan tienen otra carga de verdad porque él convivió después que murió Jesús, porque murió cuando él tenía diecisiete años ¿verdad?, los dieciocho no los había cumplido todavía, vivió hasta muy grande y San Juan murió muy lejos de los 100, por lo menos 115 o 120 años vivió, pero a todo esto ya a María la había mandado a Nazaret porque tenía miedo por su vida, porque en todos los tiempos hubo enemigos y de los enemigos hay que cuidarse, uno se encomienda al Señor pero también tiene que hacer de la parte de uno lo que es necesario, bueno.

Entonces, el Señor viene, predica y muere en una cruz porque el Padre así lo estableció, Dios Padre, y ¿esto qué significa?, ¿y te parece poco, enviar su Hijo a la muerte, a derramar su sangre para nosotros, para pagar todas nuestras deudas?, es decir, si nosotros nos ponemos a pensar un momentito nada más en todo el amor que el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo nos tienen ya sería un motivo para vivir siempre con una alegría desbordante, no habría nada en nuestro diario vivir que no podría ser solucionado.

¿Qué es lo que preocupa a los hombres viviendo en el mundo?, la falta de amor, eso es lo que preocupa, hay una persona de edad que vive sola y uno se da cuenta que no está enferma de otras cosas, está enferma de soledad y al decir eso es estar enferma porque no tiene el amor suficiente ¿eh?. Los que han ido alguna vez a alguna casa cuna donde hay tantos niños, sabrán que muchos estando sanitos mueren de un día para otro sin ningún motivo, ¿qué pasa?, ¿por qué eso?, que no es muerte súbita ni nada, eso es directamente a medida que la criaturita va creciendo y le falta afecto, porque piensen, las enfermeras no pueden dar afecto a tantos niños, esa es una forma de morir que se llama: marasmo, la falta de afecto ¿eh?, es decir el alimento que más importa al ser humano no es tanto el pan de trigo, el pan de harina sino el pan de amor ¿eh?, ahí está la base de todo.

Bueno, ahora fíjense, entonces nosotros tenemos que el Padre nos ama tanto que manda a su Hijo para que derrame su sangre por cada uno de nosotros, vos dirás: ¿por mí, si soy chiquito, nadie me conoce?, no, no, no, por todos, los que vivieron, los que viven y los que vivirán, todos ¿verdad?, bueno.

Entonces, tal vez nos cueste toda una vida pero tenemos que llegar a entender el amor que el Padre nos tiene, nos tuvo y nos tiene, el amor que el Hijo y el Espíritu Santo nos tienen…, a ver si nos quedamos quietitos porque a mí me distraen, no sé a ustedes, total estamos apretados todos, así que quedémonos en el lugar ¿eh?, más comodidad no vamos a tener, tengamos un poco de paciencia por el espacio.

Entonces, repito, tenemos que descubrir el amor que el Señor nos tiene, los que piensan mucho dicen que lo único que justifica la existencia del Señor es el amor, Dios pudo haber quedadose tranquilo sin haber creado el mundo porque al crear el mundo y al crear al hombre se trajo muchos problemas, que te parece ¿eh?, y para colmo, valga la expresión porque es una suerte, para colmo nos dio libertad para hacer lo que queramos, podemos amar al Señor o escupirle en la cara, no hay ningún problema, una cosa o la otra, si lo amamos pues bien, uniremos nuestra alma a Él, si no lo amamos Él nos va a esperar todo el tiempo que sea necesario hasta que le amemos.

Ahora bien, ¿y cómo nosotros tomamos conciencia?, ¿cómo pagamos un
poquito de eso? ¿eh?, algo, no tenemos nada para ofrecerle al Señor para pagar un poco, bueno, allí viene toda la explicación o la justificación del sufrimiento que a veces padecemos, Señor, yo estoy enfermo, sufro mucho, te lo voy a decir a vos Señor que has muerto en una cruz derramando toda tu sangre, ¿a vos te voy a hablar del sufrimiento que lo padeciste hasta entregar la vida por nosotros?, eso es un bálsamo para el alma, es como un aceite sobre una herida, para que nuestros dolores tengan un alivio y una justificación, es decir, estoy sufriendo por algo y por alguien. Cuando uno sufre a solas, ese sufrimiento es insoportable, pero cuando uno sabe que Dios lo mira, cuando uno sabe que Él también sufrió un montón por cada uno de nosotros entonces todo se vuelve diferente, Señor vos que sabés lo que es sufrir, mirá como estoy sufriendo yo, por eso el Padre quiso que el Hijo fuera también hombre además de ser Dios, porque al ser hombre sufre, llora, ríe, está alegre como cualquiera de nosotros ¿mmm?.

Es decir: pero ¿cuándo Jesús está triste?, bueno, en muchos momentos del Evangelio, cuando se entera que Lázaro muere era un amigo íntimo y entonces dice: vamos a esperar para ir a ver a la hermana Marta y María porque bueno, así lo establece el Padre para su mayor Gloria, entonces cuando llega Jesús, está próximo a la casa de María y Marta, donde vivía también Lázaro, sale Marta y le dice: ¿ahora venís?, cuando nuestro hermano, tu amigo íntimo hiede, hiede quiere decir que está podrido, huele mal, ¿ahora venís?, Jesús tiene una tristeza de muerte porque Marta y María no se dan cuenta de nada, después la encuentra a María, con María se entendió un poquito más pero lo mismo, María no le reprocha tanto, Marta sí, pero: ¿cómo venís ahora?, ¿no te mandamos a llamar cuando él estaba enfermo?, y Él llora con María, porque María entendía un poquito más pero Marta está como reacia, está como allí vigilante, teniendo el problema de decir: pero si era tu amigo ¿por qué no viniste antes?, ellas no entendían que todo era para mayor Gloria del Señor y Jesús llora la muerte de Lázaro, Jesús sabía que lo iba a resucitar a Lázaro, pero sin embargo como hombre llora la muerte de Lázaro. Después de eso llantos y de esos reproches Jesús se dirige hacia donde estaba enterrado Lázaro, y ya llevaba tres días en el sepulcro, como se hacía en ese entonces se cavaba un hueco en la tierra, en la barranca o donde sea, se le ponía una piedra redonda adelante, entonces Jesús se dirige al lugar donde estaba Lázaro enterrado y dice: corran la piedra, entonces le dice a Lázaro que salga afuera, que resucite ¿verdad?, bueno.

Pero a Jesús le quedó dentro el dolor porque mientras todos festejaban que Lázaro había resucitado Él no se queda a los festejos sino que se retira al campo solo a pensar cómo es la naturaleza del hombre ¿no?, qué rápido somos para reprochar algo, ¿por qué viniste ahora si ya está podrido?, ¿no era tu amigo acaso?, cuando Jesús siente en el alma el dolor de la incomprensión de Marta y de María, de María no tanto, entonces se alegra cuando va al sepulcro y sale afuera, todos festejan y le dice a las dos hermanas: esto ocurrió así para que se viera la mayor Gloria de Dios, que es capaz de resucitar a un muerto.

Ahora, como Jesús habla en todos los Evangelios de una forma simbólica, no solamente una forma real, Lázaro resucitó realmente pero tendremos que pensar nosotros que de alguna manera en algún momento de la vida o en muchos momentos somos como Lázaro, sí, ustedes dirán: pero si nosotros tenemos vida, sí, pero nosotros estamos muertos a veces por dentro, acá dentro hay mucha gente muerta, nos guste o no, no damos olor pero hay muchos que estamos muertos acá dentro, esperando que el Señor haga rodar la piedra de la entrada, es decir para que pueda entrar en nuestro corazón a darnos la vida como se la dio a Lázaro.

Entonces, un lenguaje directo, Lázaro sale del sepulcro realmente y un lenguaje indirecto, es decir que es un signo, todos vivimos a veces la muerte que vivió Lázaro. Cuando nosotros estamos alejados de todas las cosas buenas, no somos ni buenos padres, ni buenos hijos ni buenos nada, si nosotros creemos que la vida es nada más que tres comidas al día y un amorcito por la noche estamos muertos, porque la vida es mucho más que eso, si somos diositos, si somos creados a imagen y semejanza de Dios, ¿cómo podemos conformarnos con tres comidas al día y un amorcito por la noche?, muy poco ¿no?.

Entonces, Jesús se retira al campo después que todos festejaban a rezar, a orar y a meditar sobre la naturaleza del hombre, que poco confiable que es la naturaleza del hombre, que rápido decimos que no habiendo dicho siempre que sí. Es como, un ejemplo que me daba mi papá hace tantos años, cuando uno abre la canilla y sale agua ni se acuerda de bendecir esa canilla que nos da agua pero cuando ya no sale más empieza a insultarla, yo tenía menos de siete años y mi papá ya me daba esos ejemplos y así le pasa al ser humano, es tremendamente desagradecido, sino no existirían los geriátricos fijate vos, no existirían los neuro psiquiátricos porque toda la gente se haría cargo de su familia, pero no, a veces hay necesidad de hacerlo, aparte eso, pero cuántas veces no, somos Lázaro, estamos muertos, falta que el Señor golpee nuestro corazón y acá dentro a muchos nos está haciendo falta que el Señor golpee nuestro corazón, nos creemos muy santitos, muy buenos porque vamos a Misa de vez en cuando, rezamos y hacemos todas las cosas ¿no? pero que lejos estamos del Señor, porque se está cerca de Él cuando uno ama al semejante, ama a los demás y nosotros que flojito que amamos, que poquito ¿eh?, estamos aquí apretados y ya nos molestan el de atrás el aliento en la nuca caliente, estamos acá dentro apretados diciendo: pero por qué no tendrán un lugar más amplio, somos así los seres humanos, somos así, tremendamente desagradecidos, gracias canilla que chorreás agua ¿mmm? ¿no?, pero sí cuando deja de chorrear, de salir agua la insultamos, gracias porque viniste a acompañarme mientras estaba enfermo, calmaste mi dolor y después me olvido de vos aunque eres mi amigo, que cosa che, que poquito que somos ¿eh?.

Por eso, en la Sagrada Escritura, en los Evangelios nos van recordando las distintas cosas que se pueden aplicar en nuestra vida, hoy dice el Señor con toda claridad: Yo soy la vid y ustedes los sarmientos, Yo soy el tronco, ustedes las ramas, si no vivo Yo o no me dejan vivir a Mí las ramas tampoco puede vivir, se seca y se tira.

¿Seremos ramas secas o ramas verdes de ese tronco que es el Señor?, esa es una respuesta que tiene cada uno, no yo, seremos remas verdes o ramas secas, si somos ramas verdes todo es de fácil, tan fácil, porque todos los días podemos empezar de nuevo pero si somos ramas secas habrá que hacer un cambio muy grande en nuestra vida para reverdecer nuestra alma y empezar de nuevo y no ni asustarnos, ni preocuparnos ni nada por el estilo cuando estamos secos.
Marta le reprocha al Señor: ¿por qué no viniste?, María estuvo más conforme, ellas no entendían que todo era para mayor Gloria del Señor y muchas veces nuestras enfermedades, nuestros problemas y nuestras cosas es para llamarnos a reflexión no porque el Señor la de, cuidado, sino porque las cosas al pasar, porque vivimos en un mundo donde tienen todas las cosas ya establecidas, la gente tiene libertad, la gente te ensucia la vereda, te tira un ladrillazo, te pisa con el coche o que se yo, el hombre es libre, bueno, pero más allá de esa libertad nosotros ¿qué pensamos?, enseguida nos agarramos con Dios, por qué a mí, por qué este accidente a uno de mi familia, por qué se murió mi hijo, entonces me aparto de vos Señor porque no me entendiste ni nada mientras que en la vida nos va de una manera y si uno tiene un accidente será porque alguno usó mal su libertad y andaba demasiado rápido, si otro se quema será porque no tuvo suficiente cuidado al manejar el gas o la nafta o lo que sea, ahora, eso sí, que el Señor aprovecha de esas cosas malas para darnos beneficios, sí.

Ahora, es una pena que a veces el sufrimiento de algún familiar, el Señor lo aproveche para decirnos: ¿ahora te preocupás tanto?, ¿y todos los años que pasaste junto y no lo amaste?, ¿o no es así?, como esos hijos que van al velatorio de papá y de mamá y lloran y se arrancan la ropa y hacen un desastre ¿no es cierto?, yo me pongo a pensar: ¿por qué tanto llanto?, ¿será que antes no se atendió bien a esa persona?, yo desconfío de aquellos que se matan llorando la muerte de alguien, es porque no le dieron a su debido tiempo lo que debían darle y a veces el Señor, nunca nos da el mal pero aprovecha ese mal para sacar algún beneficio, ¿no será que a veces el Señor saca beneficios de nuestras
enfermedades para reflexionar que nosotros reflexionemos?, ¿no será que Él saca beneficios para que comprendamos más a nuestros padres, a nuestros hijos?, en lugar de decir: por qué a mí, por qué no decimos: ¿qué pasa?, que esto que ocurrió no es lo normal, el Señor no me quiere hacer mal, porque ningún Padre le da a una piedra a un hijo que le pide pan, pero ¿por qué pasó esto?, el Señor lo aprovechará para hacerme razonar sobre que muchas cosas en la vida no las hice bien y habrá que arrepentirse y habrá que pedir perdón, el perdón es una palabra muy olvidada entre nosotros, tremendamente olvidada.

Fíjense ustedes cuando yo veo que, en general, los adultos-adultos, así llamo a las personas que tienen muchos años, adultos-adultos, porque así los llama la Madre, la Virgen, cuando veo a algún adulto-adulto por ahí que sufre y pienso que sus hijos están muy bien y podrían darle los cuidados que necesitan ¿no?, pienso en aquella expresión del Eclesiastés del Antiguo Testamento: pobre los hijos que no aman a sus padres o por lo menos los respetan, porque se maldicen a sí mismo y maldice a siete generaciones, dice el libro del Eclesiásticos, del Antiguo Testamento, para tener en cuenta ¿no?, cuando no le da uno, ya dice el libro: solamente con enterrar a un muerto sin el debido respeto ya es suficiente para que descienda sobre uno todo tipo de males, no porque Dios lo mande sino porque la vida nos manda, porque tiene un orden, un hijo nunca puede menospreciar a un padre, nunca, ¿por qué?, porque el hijo no es si la madre y el padre no sería, ¿estamos de acuerdo?.

Entonces, cuidado ¿eh?, no, Dios no castiga, pero la vida, a la vida tenemos que pagarle todo lo que no hacemos bien, todas las cosas vuelven, pobres adultos-adultos que yo los veo a veces en las casas: papá por qué arrastrás los pies, papá hay que gritarte porque sino no entendés, tengo que llevarte porque no ves, decime: y cuando vos naciste ¿andabas solo, veías, oías, te podías autoabastecer?, no, tenían que limpiarte la caca, el pis, tenían que alimentarte durante años y después no tolerás que papá o mamá arrastren los pies cuando ya están grandes, adultos-adultos ¿no?, o estén duros de oídos o no vean lo suficiente, no, eso no se aguanta mis queridos, no. Yo entiendo, a veces hay personas que son adultas-adultas y son un poco difíciles, por supuesto, pero cuando nosotros éramos chiquititos y llorábamos y llorábamos noches enteras ¿no éramos difíciles también?, ¿no éramos difíciles también?, y sin embargo mamá se levantaba muchas veces en la noche para ver como respirábamos, para ver si teníamos vida, ¿nos pasa igual a nosotros con nuestros padres adultos-adultos?, ¿nos pasa lo mismo?, no, no nos pasa igual, habrá excepciones por supuesto, muy honrosas, pero no.

Esto te lo digo ¿por qué?, porque el Evangelio de hoy es clarísimo: ustedes son las ramas, Yo soy el tronco, quien no permanece en Mí se seca y muere, el Señor nos recuerda en el Evangelio de hoy cuánto nos amó y nos ama y por lo tanto si Él nos ama tenemos que ser ramas verdes de su tronco, quien me ve a Mí ve al Padre dice Jesús y quien ve al Padre sabe que entre el Padre y Yo hay tanto amor que es Dios también y se llama Espíritu Santo, tercera persona de la Santísima Trinidad.

Entonces comencemos a pensar un poquito sobre el Evangelio de este día, ¿cómo es nuestro amor?, según el Evangelio, cómo es nuestro amor con nuestros hijos, con nuestros padres, con los vecinos, con los que están cerca de uno y los que no están tan cerca, cómo es nuestro amor, mejor dicho: ¿hay amor?, o directamente somos unos desorejados como ramas verdes que no dan fruto y que serán cortadas y tiradas, nos amó tanto el Señor, primero nos tuvo en su mente durante miles de años hasta que tomamos forma en la panza de mamá, nos llamó por nuestro nombre, pensar que uno cree que elige los nombres, nos llamó por nuestro nombre, nos dio un alma inmortal, nos hizo a su imagen y semejanza, por lo tanto somos pequeños diositos porque somos semejanza de Él. Ese Dios que llegado un día envía a su Hijo para que muera muerte de cruz y derrame su sangre, ¿por qué su sangre?... (se dio vuelta la cinta)…, porque después es posible que nos pongamos firmes cerca del ataúd de los seres queridos y lloremos desconsoladamente, ese llanto me suena a cargo de conciencia, porque cuando uno amó a aquellos que debía amar, no le llora, está triste porque la pérdida siempre es perdida ¿verdad? pero cuando no se lo amó suficiente entonces uno llora y llora como para calmar el alma que está como triturada por eso que pasa que se llama…, todo eso que se llama…, estoy esperando que terminemos con ese teléfono…, esa palabra que tenemos, que gira a nuestro alrededor, que es haber sido desagradecidos, no reconocer lo que eran, lo que hicieron con uno, aunque no hayan hecho mucho pero nos dieron la vida.

Ya tengo que darle la voz al Señor que me la pide prestada como siempre ha pasado en todas las Revelaciones, nosotros somos templo del Señor, del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, el Señor está ahí delante presidiendo la asamblea, pero al hablar se manifiesta en el interior porque todos somos templos del Señor, entonces humildemente uno dice: habla Señor que tu siervo escucha, necesitamos tu palabra Señor porque somos como huérfanos y en muchos casos parece que no hay remedio porque nuestra orfandad, es decir todo lo que nos pasa parecería que no se puede sanar, pero si vos llegás, golpeás las puertas del corazón te la abriremos Señor.

Y ya lo escuchamos a Él, habla Señor que tu siervo escucha.

Dice Jesús:

Paz y bien a todos.

El Evangelio que han escuchado les dice con toda la fuerza cuánto es el amor que les tengo, cuánto, desde hace miles de años era una idea y fueron pasando los tiempos y el amor por ustedes permaneció inalterable, hasta el día en que tomaron vida en la panza de mamá, porque cada uno de ustedes ha sido creado a Mi imagen y semejanza y como bien se dijo: pequeños diositos. Yo les pregunto Mis queridos: ¿realmente ustedes se siente pequeños diositos?, si no lo sienten habrá que preguntarse seriamente: he perdido mucho tiempo, porque si soy un pequeño diosito tendré que vivir de una manera y si no les parece han perdido mucho tiempo Mis queridos; ustedes dirán: ¿por qué?, ¿por que no hacen lo que Yo les digo?, no, porque no han tenido todo el amor que ustedes necesitaban, porque Yo puedo estar golpeando las puertas de todos pero solamente entro si me abre, sobradamente les dije que el corazón tiene una cerradura que se abre solo por dentro, Yo no la violento, Yo quiero que me dejen entrar porque quiero vivir en vuestro corazón.

Mis queridos, no tengo otro oficio que amar, así como Mi Padre y el Espíritu Santo, Yo veo que el mundo está lleno de huérfanos, lleno de huérfanos y a veces veo que muchos están como muertos sin sepultura, como las ramas secas del Evangelio de hoy que son cortadas y tiradas y quemadas. Mis queridos, contá los años que tenés, que es una forma de hacer, porque los años los mido Yo no los miden ustedes, eso de cumplir años es un tiempo que ustedes establecieron porque en realidad no es así, piensen cuántos años hace que están sobre la Tierra, de acuerdo a cómo ustedes miden y piensen: ¿dejé entrar yo al Señor, a mi Dios y mi Señor dentro de mí para que toda mi vida se sintiera con la protección del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo?.

Háganlo Mis queridos, háganlo, Yo los traje aquí porque hoy quiero entrar en
vuestro corazón, por eso les pido permiso con toda Mi fuerza para que abran vuestro corazón y me dejen entrar, soy tan respetuoso de la libertad del hombre, tan respetuosos que si no me llaman Yo no puedo y no debo. Fácil sería hacer algo bueno porque Yo se los dije, el hacer las cosas bien tiene que partir de ustedes sino no tiene ningún merito y vale muy poco si se hace porque alguien lo dijo por obligación. Por eso, todo amor por obligación que sientan piensen, no es amor, es otra cosa, hasta puede ser una falsedad.

Denme permiso para entrar porque quiero entrar y hacer la vida nueva, que se vayan de aquí como hombres nuevos, aquél que se siente con muchos años piense que en un instante puede tener la calidez de un niño y aquél que tiene pocos años piense que también hoy mismo puede tener la mente de un sabio y el corazón de un santo.

No hay edades Mis queridos, no cumplan años, en todo caso cumplan días, un año es una eternidad, los días son de veinticuatro horas para ustedes y esas veinticuatro horas hay que llenarlas y no matar el tiempo para que el tiempo no los atormente, es decir hacer algo para distraerse y no morirse porque no tiene nada uno en qué pensar.

Mis queridos, Yo les traigo la vida en abundancia, les traigo todo el amor que les demostré a cada uno de ustedes muriendo en la cruz derramando Mi sangre. Ustedes se preguntarán: y si vos Señor no hubieras muerto en la cruz ¿no nos amarías tanto?, igual les amaría, tanto como les amo ahora.

Denme permiso, quiero entrar, quiero sanarlos de los problemas que tienen, quiero ordenar esas células que son cancerígenas, es decir portadores del cáncer, quiero eliminarlas de vuestro organismo, quiero pasar sanando todo aquello que no está en orden, porque la salud es un orden que hay dentro del cuerpo, tanto sea físico como psíquico y espiritual. Al dejarme entrar Mis queridos van a ver cómo el egoísmo se irá, el odio se quemará, la soberbia será algo pasado, el egoísmo ya no tendrá más raíces en el corazón, déjenme entrar, Yo les pido permiso para eso, nunca he violentado ningún corazón con Mi amor, pero sí les he seguido a todas partes para que ustedes abran el corazón y me lo entreguen a Mí, ¿por qué?, porque soy vuestro Padre, vuestro amigo, vuestro hermano, vuestro compañero y ¿qué quiere decir compañero?, el que come el mismo pan, ¿o acaso no creés que sufro con tus sufrimientos y me alego con tus alegrías y me duele con tu dolor?, ¿por qué creés que Mi Papá me mandó para que fuera mitad hombre y mitad Dios?, para entenderte más Mi querido, para entenderte más, para que sepas que también la sangre corrió por Mis venas, para que entiendas como sé comprender tu dolor, tu incertidumbre, tu problema, tu vida llena de sobresaltos, de cosas que no te hacen bien.

Antes decían: ¿por qué a mí me pasa todo esto?, Mi querido, Yo estoy a tu lado cuando te pasan las cosas, podrías haberla evitado dirá alguno, Yo no puedo meterme en el corazón de alguien para vigilar su libertad si no me lo pide, por eso les repito hasta el cansancio: pidan y les daré, porque ustedes saben muy bien que Yo cosecho donde no siembro y recojo donde no pongo, entonces pídanmelo, pídanmelo con toda vuestra fuerza y Yo les aseguro Mis queridos que no quedará una célula enferma en vuestro organismo, una célula quiere decir la base, el principio de la vida de cada uno ¿eh?, no quedará una célula enferma:

¿Ustedes creen que necesitan que les ponga alguien a ustedes las manos en la cabeza para darles la bendición?, sí, está muy bien para aquellos lugares donde nunca se oyó Mi voz ni se oye y sépanlo Mis queridos, este es el único lugar en el mundo donde le hablo a todos los hombres y aquél que escuchó Mi voz, entiéndanlo, ya no tiene más los problemas que tenía, la salud se vuelve fuerte, todo está bien y para aquél que ya terminó su vida la sanación también es para ellos, para tener una buena muerte. Todos creen que sanarse es que la vida vuelva plenamente, a veces ya no, pero sí es tener una buena muerte, o acaso no han visto aquí en el Templo a ese muchacho de 26 años que se murió y a los ocho minutos resucitó y después de quince días murió, pero ¿qué dijo él cuando volvió en sí?, lo he visto al Señor en una nube que me decía: preparate porque tus días están contados, confiá en Mi amor que todo está bien y Yo te voy a recibir con los brazos abiertos cuando llegues aquí, y así lo hizo, y a los quince días murió, es decir murió para los que ven pasar a los hombres, pero para Mí no existe la muerte, entiéndanlo Mis queridos, existe solamente un cambio de estado, pasan a vivir de otra manera, una vida plena, hermosa, llena de felicidad.
Ustedes dirán: entonces ¿hay que esperar la muerte para ser feliz?, no, en el Evangelio de hoy han escuchado que Yo soy la vid y ustedes los sarmientos, si ustedes si son Mis sarmientos son Mis discípulos y llevan Mi palabra a todos los hombres, porque esa felicidad que a veces se les p

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