Oración del 08 de Febrero de 2009

Entonces, para Jesús la santidad es estar disponible, ¿para qué?, no sé, para lo que Él quiera, entonces no necesariamente tengo que irme al África y no sé a dónde para hacer una gran obra, sentado en una silla puedo hacer muchas cosas también, depende de cómo esté disponible, disponible como estaba María, he aquí la sierva del Señor, hágase en mí según tu palabra.

Oración del 08 de Febrero de 2009

Habla Artemio:

Están con nosotros la delegación de la Fundación Padrenuestro de Santiago de Chile, nuestra República hermana ¿eh?, y también está el sacerdote, Padre Albino, bueno, muy bien.

Vamos a cantar algo para alabar al Señor y luego todos los que quieren dar testimonio lo dan y si alguno ya lo dio que lo de de nuevo porque las personas que están no son las mismas, número 12 le decimos al Señor pero con fuerza, con ganas, no sean desnutridos, ni anémicos ¿eh?, ni desnutridos ni anémicos, en serio hablen ¿eh?: no puede estar triste el corazón que alaba a Cristo…, de nuevo, a ver: no puede estar triste el corazón que alaba a Cristo…. 15: que viva Cristo…. Bien, ahora vemos algo que es muy lindo para agradecerle al Señor, 29: que detalle Señor has tenido conmigo….

Bueno, ahora como una forma de alabanza por supuesto muy grande, todos aquellos que quieran decir algo de cómo el Señor los benefició y como el Señor los ayudó y todas las cosas que el Señor hizo en su vida, por supuesto que normalmente uno habla de la sanación física y a veces espiritual también pero no estamos acostumbrados a decir: el Señor me ha convertido, Jesús dice: miren todos los milagros que Yo puedo hacer en el cuerpo y en el alma pero ninguno es tan grande como la conversión, lo dice el Señor ¿no es cierto?, bueno, entonces aquél que quiere levanta la mano y aunque no sean tantos algunos para que no sea tan largo… (una señora da su testimonio: hola, que el Señor los bendiga hermanos, quiero contarles que yo prácticamente hace 9 años que vengo a este lugar, me siento tan privilegiada, tan amada, tan mimada por el Señor y la Virgen, por mi querido Artemio, he tenido tantas bendiciones. Empezando desde el primer milagro que hicieron ellos en mi la sanación fueron las tiroides, luego la columna, me había caído, lumbar, después un cáncer de mama en la cual le doy tantas gracias al Señor porque ahí realmente me pude encontrar con ellos, sentirlos, estar al lado mío, sentir ver la Luz en la habitación donde yo estaba, sentirme acompañada, porque me tocó sola, con las personas pero no, con mi espíritu lleno con el Señor, con el Espíritu Santo, con la Virgencita y siempre con Artemio hablando y él dándome Artemio también. Fue un transe muy duro pero el Señor me sanó, Artemio me dijo: tranquila que el Señor te va a sanar y así fue, el Señor me sanó de un cáncer en la cual le doy tantas gracias porque ahí aprendí a tomarlo como el amigo, como el amigo que lo invito a todos lados, vamos a comprar, vamos a dormir, vamos a bañarnos, todo, Él es mi amor, mi vida, Él es todo y nuestra Madre también. También, tengo tantas cosas, también el Señor un día estaba acá, empecé con fuerte dolor de cervical, resulta que el Señor me estaba sanando, después, hará cosa de veinte días vine, mi marido prácticamente no caminaba, estaba muy mal, tenía cáncer, un cáncer fulminante, no caminaba, no tenia ganas de hablar, nada, eso fue el domingo y Artemio me dice: bueno, vamos a pedir la sanación. El lunes fuimos a sacar la ecografía, no había más cáncer, el martes sacamos análisis no había nada, estaba todo perfecto y el miércoles salimos a caminar con mi esposo, hicimos un kilómetro, fue y volvió sin cansarse, esas son las cosas que hacen nuestros amores, Jesús, María y Artemio querido te doy tantas gracias y hoy me siento feliz porque el domingo pasado estuve aquí y el Señor hoy me trajo de nuevo, es una gran bendición y estoy re feliz, los quiero mucho. Que el Señor los bendiga)… ¿algún otro quiere decir algo al Señor, agradecerle?, no sé, dirán ustedes, es una forma de alabar al Señor… (un señor da su testimonio: buenas tardes, realmente el testimonio que quiero dar es un poco común. Nosotros vinimos en otras oportunidades y con un muchacho amigo pedimos por él, que realmente no es creyente pero pedimos por favor porque tiene un cáncer y realmente nos acompaño tanto el pedido, que sucedió algo completamente insólito. Esta gente venía de veranear, hace muy poco tiempo, venía de veranear y se perdió en la ruta, se perdieron, como no conocían bien, tuvieron que hacer noche, sin saber donde estaban y pararon acá en Justiniano Posse. Al otro día los familiares de este muchacho nos comentaron que estaba acá en Justiniano Posse, por consiguiente, a través del teléfono le pedimos por favor que se llegara aquí y que pidiera por la sanación de sus rodillas que tiene cáncer, realmente en este momento no es la sanación en sí sino lo que vemos es que nuestro pedido, nuestro pensamiento… de manifiesto las veces que hemos estado pidiendo por él, realmente se realizó el milagro, de que se perdieran y que llegaran a hacer noche acá, realmente creo que no hay mucho para pensar, que realmente es el milagro y es el principio de la sanación. Muchísimas gracias)… (otra señora da su testimonio: buenas tardes, yo soy Miriam, de acá de Justiniano Posse. Bueno, quiero contar un poco cómo el Señor me llamó a mí, porque me venían pasando cosas muy feas, la muerte de mi papá, de mi mamá en un año, mi hermano estaba muy enfermo, una artritis que lo estaba terminando más la depresión de todo lo que habíamos estado pasando y yo me acerqué para pedir, pedir, suplicar que haga algo con él porque yo sentía que se iba a morir, pero esas cosas que tiene el Señor, no porque dijo: si vos también estás enferma, yo tengo artrosis, fui operada de una cadera y un día mientras estábamos acá, estábamos en la Oración, que yo estaba muy dolorida, muy mal, apenas que pude llegar caminando, me agarró un dolor muy fuerte, pero muy fuerte en la cintura y no sentía las piernas, no me podía mover, entonces el Señor, Artemio me dijo: levantate que podes caminar, yo decía que no, que no podía, que no sentía las piernas y pidió Artemio por mi sanación y yo me levanté y me enderecé y es algo increíble porque yo nunca más tuve un dolor, ando, no corro pero camino bien, no estoy medicada, absolutamente nada, la última densitometría me bajó un poco la artrosis. Entonces seguramente tenía que pasar por mí primero. Bueno, mi hermano una cosa que mucha gente de acá lo ha visto, lo conocen, Dios mío, ya no daba para más, no se podía mover más, y él no sé si tenía fe, tenía un poquito de fe y de a poquito el Señor le fue despertando la fe, despertando, lo llevó por un camino que un médico le dijo: vamos a intentar a hacer unas drogas pero tu estado es muy avanzado, muy difícil. Él va al médico y en 24hs se le empezaron a ir los dolores, fue algo maravilloso, porque un remedio que el médico dice: a lo mejor de acá a tres meses podés sentir algún efecto, a las 24 hs él ya le calmaron los dolores, bueno. Para resumir él ya está dejando las drogas, aumentó como 20 kilos, anímicamente está maravillosa, la persona que era antes, el Señor entró en él de tal forma que tiene tanta fe, tanta confianza en Él, que bueno todo se produce de la manera que nosotros nos entregamos, confiamos en Jesús, en María, ponemos todo en manos de Él porque para ellos nada es imposible y siempre que venimos, siempre que venimos nos vamos con bendiciones y con alguna sanación que por ahí ni sabemos que la tenemos pero siempre nos vamos como más livianos, porque entregamos todos nuestros problemas, nuestras enfermedades y Él nos recibe y nos devuelve tanto amor y tanta alegría que es lo que nos da fuerza a seguir en la vida. Gracias)… (otra señora cuenta su testimonio: buenas tardes, soy de Canals, hace 15 días que vine acá, no podía hablar, se me había retirado la voz, no sé si fue por un ataque de nervios o por algo que me pasó muy hermoso que hacia tres años que no me hablaba con mis hijos y el 25 a la noche fue mi hijo que hacía 3 años que no me hablaba con él, fue a saludarme, me agarró como un ataque de nervios, se me empezó a retirar la voz, a retirar la voz, quedé sin habla, estuve 16 días sin hablar, bueno me decidí venir otra vez acá, hace 15 días que vine gracias a Dios y a la Virgen María y a Artemio hoy puedo hablar. Tengo muchos problemas de salud, justamente hoy vengo por un problema de corazón, problema de columna, de riñones, tengo muchas cosas pero gracias a Dios las veces que hace, 5 o 6 veces que he venido, hoy soy otra persona. Muchas gracias)… ¿alguno más quiere decir algo?, bueno, ah perdón… (habla otra señora que da su testimonio: buenas tardes les digo, es la segunda vez que vengo, nunca había venido, una amiga me trajo, yo tenía problemas en el estómago, ya no comía más nada, era vómito y vómito, le pedí tanto al Señor que me ayudara, yo llegué a pesar 45 kilos, por ahí llegaba a 48, pero gracias al Señor peso 60 kilos y como de todo, no tomo ni un remedio y estoy lo más bien y pedí también por la salud de mi marido que tenía cáncer porque ya lo habían dado y estaba en agonía, él no comía, ya no sabía más nada pero él ahora agarra la taza, ya come, ya no tiene más nada y yo le doy gracias porque lo que yo tenía porque el doctor me decía que me tenía que operar del estómago pero no, no me tienen que operar porque no siento más nada, estoy bien, gracias al Señor estoy bien y a la Virgen que me ayudó, hace dos veces que vine)… (habla un señor: buenas tardes, yo soy de Bell Ville y he traído a mi nieta…, por esas vecinas que tienen que le hacen mal a otra persona y le cayó a mi nieta, ella es grande, tiene un corazón muy tierno y cayó acá, 5 personas como el tamaño de él no la podíamos tener, se arrastró como las víboras así de espalda, arrojó un banco, no había forma de sacarle, y bueno, gracias a Dios y a la Virgen mi nieta está bien y estamos todos bien. Así que no hay palabra, yo traigo gente, a la mañana me golpean la ventana, puedo, yo tengo otras cosas que hacer, no importa, dejo las cosas y las traigo porque yo me siento bien y quiero que todos se sientan bien. Y a mí mismo me hizo mucho, yo era esas personas que primero yo, segundo yo, tercero yo y…, mi esposa, que es lo último que tenía, bah, no, en el pensamiento egoísta, vine acá, la palabra de Artemio, que él lo dice que nunca reconocemos que somos egoístas y después en el trabajo uno con pincitas, en el tiempo con pinzas va sacando lo malo y lo bueno que va cosechando de acá, acá coseché muchas cosas y tengo muchos amigos y gracias a la Virgen y a Jesús de todo corazón y a Artemio)…. Bueno, muy bien.

Le damos gracias al Señor por todas esas cosas que oímos, es tan importante, tan sublime, tan enorme que hay que vivirlo para darse cuenta ¿no?, el que no tiene la salud y la recupera, el que cree que ya está todo consumado y empieza todo de nuevo, que hermoso es seguir viviendo ¿eh?, no por eso la muerte es un mal, es un bien a condición de que no se la busque, que llegue a su tiempo, que de paso Jesús quiere que sea muy tarde ¿eh?, Él dice que por lo menos hay que vivir ciento veinte años y cita al Profeta Isaías que dice que morirse, el Profeta, morirse de cien años es una injusticia y una estupidez, dice el Profeta, porque el hombre tiene posibilidades de vivir mucho tiempo ¿eh?, si eso lo dijo Isaías en el año 742 antes de Cristo, piensen ustedes ¿qué remedios había?, ¿qué medios había?, sin embargo los hombres vivían muchos años. Es decir, el problema de la salud o de la enfermedad está en nuestra mente muchas veces, hay que tener cuidado porque a veces uno se programa para vivir poco tiempo, hay que tener cuidado, sobre todo la familia que rodea a un enfermo, tiene que ser lo suficientemente hábil para que él nunca pierda las esperanzas para motivarlo, para cosas, no ponerse a llorar a su lado y lamentar montones, noo, hay que hacer proyectos, hay que pensar en el futuro como si una persona fuera a vivir toda la vida y hacer, se me ocurre en este momento lo que decía ese famoso hombre, santo varón que fue Martin Luther King: aunque supiera que mañana tengo que morir igual plantaría mi manzano ¿eh?, eso es propio del ser humano que siempre hace proyectos, se motiva, quiere vivir ¿eh?, porque es como una central eléctrica, uno envía mensajes y baja la tensión de la luz, baja la salud y envía mensajes buenos y la salud se recupera, siempre que el Señor esté con nosotros por supuesto. Si mañana tuviera que morir o esta noche, igual plantaría mi manzano, mi árbol, bueno.

Que todo esto sirva para darle gracias al Señor, una vez más ¿eh?, bien.

Pensando siempre en esto, que uno tiene una vida y el capitán es el Señor, por eso con 10 decimos: yo tengo un barco que navega por el mar….

Vamos a leer la palabra y como decimos siempre, la palabra del Señor es lo único que da la vida y la vida en abundancia, por eso, tenemos que escuchar la palabra y su explicación para ver cómo al dejarnos penetrar por ella todo nuestro mundo interior cambia, no es cuestión de una enfermedad determinada sino de toda nuestra vida ¿mmm?, como siempre decimos: no puede ser que todo nuestro mundo se reduzca a tres comidas al día y un amorcito por la noche ¿no?, es demasiado poco para el ser humano y ese amorcito honesto y muchas veces deshonesto ¿no?, pero pensemos: ¿para eso nada más estamos en la vida, tres comidas al día, trabajar?, habrá que darle un sentido nuevo al trabajo, a todas las situaciones que vivimos en nuestra casa, todo tiene que ser diferente, porque a veces cuando pasan los años, como uno ya no tiene ninguna motivación ni nada para qué vivir o para quién vivir, entonces se deja estar y empieza a morirse, a veces da mucha pena ver que en la calle uno encuentra personas que están muertos por dentro, son muertos sin sepultura, ya no tienen objetivos, ya no tienen ideales, ya no les importa nada y en el fondo todo es una cuestión de falta de amor, cuando el ser humano no tiene amor el ser humano se muere y además la ciencia, como ya lo saben que lo digo siempre, nos dice claramente que el hombre no puede vivir sin afecto más de un mes, porque si no se siente amado en un mes empieza a morirse por dentro, esa es la realidad y se citan tantos ejemplos, los geriátricos, los hospitales con personas solas, las casas cuna y aquellos niños que están muy bien de salud física pero de un día para otro se mueren, ocurre que el ser humano así como se alimenta de comestibles tiene que alimentarse de amor ¿eh?, porque sino muere inexorablemente.

¿Vamos a permitir nosotros que nuestros hijos y los que no son tan chicos, los más grandes y los ancianos terminen su vida con una muerte en cuotas como en los geriátricos?, a veces no hay más remedio que ponerlos allí, no hay más remedios, por las atenciones y por todo, pero yo observo en tantos que están allí porque de alguna forma molestan ya, es muy duro decirlo pero muchas veces veo que molestan ¿eh?, que pena eso. Caramba, quien dio la vida, quien cambió los pañales, alimentó que se yo tantas cosas como hacen los padres por sus hijos, de repente quedan allí tirados como si fueran una cosa, no, así no, no puede ser, habrá que pensar en todo esto. Nuestra sociedad no, no es cristiana pero tampoco es humana porque por razones simples de humanidad un anciano tiene que ser tratado de otra forma, por muy buenas enfermeras que tenga pero en un hogar de 25 personas el personal de servicio no puede repartir tanto amor porque es un ser humano y uno ve que los hijos tienen propiedades, tienen elementos como para poner a sus padres personas que lo cuiden, etc., pero tampoco esto es cuestión definitiva, porque no es cuestión de ponerle a alguien que los cuide, la cuestión es nuestra presencia, ellos que nos dieron amor tendrán que recibir amor de nuestra parte, nada hay que justifique el abandono de un padre o una madre, nada.

Entiéndanlo bien los hijos que dicen: y sí, está muy bien ahí, a ella le gusta, a él le gusta y claro, ¿qué querés que digan, que no?, bueno, es como el negocio del día los geriátricos ¿eh?, porque sacan muy buen dinero ¿eh?.

Domingo 08 de Febrero, vamos a leer la palabra pero para estar lo suficientemente preparados abramos nuestro corazón para decir: ven, ven, ven, Espíritu Divino, ven, ven, ven, acércate a mí…. Hoy conmemoramos a Santa Josefina, por la señal de la santa cruz, de nuestros enemigos, líbranos Señor, Dios nuestro. Del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén. Hoy leemos el Evangelio de San Marcos, capítulo 1, 29 a 39: ”Jesús fue a la casa de Simón y Andrés con Santiago y Juan. La suegra de Simón estaba en cama con fiebre, por lo que enseguida le hablaron de ella. Jesús se acercó y tomándola de la mano, la levantó. Se le quitó la fiebre y se puso a atenderlos. Antes del atardecer, cuando se ponía el sol, empezaron a traer a Jesús todos los enfermos y personas, de toda clase y expulsó muchos demonios; pero no los dejaba hablar, pues sabían quién era. De madrugada, cuando todavía estaba muy oscuro Jesús se levantó, salió y se fue a un lugar solitario. Allí se puso a orar. Simón, Pedro y sus compañeros, le dijeron: todos te están buscando. Él les contestó: vámonos a los pueblos vecinos para predicar también allí, pues para esto he salido. Y Jesús empezó a visitar la casa de oración de aquella gente, recorriendo toda Galilea, predicaba y expulsaba los demonios”. Esta es palabra del Señor ¿eh?, te alabamos Señor y te damos gracias.

El Evangelio de hoy nos muestra a Jesús llegando a la casa de Simón Pedro para, bueno, pasar un rato, cenar, etc., cuando vio que estaba, le comentaron que la mamá de Pedro, Simón Pedro estaba en cama Él la sana y en forma inmediata la madre empieza a servirlos. Esto nos está diciendo un montón ¿verdad?, porque parecería que siempre, cuando hablamos de sanación, cuando hablamos de que estamos recibiendo los beneficios del Señor, su gracia, como una reacción natural comenzamos a pensar: ¿qué puedo hacer yo por mis hermanos?, esa es la explicación de por qué esta mujer se pone a servirlos. Cuando alguien recibe algo muy grande enseguida piensa: ¿qué puedo hacer yo por los otros?.

Es decir, para pensarlo de otra forma vemos como si de repente descubriéramos que tenemos un tesoro en nuestro corazón y queremos salir a contárselo a los otros, ustedes vieron que cuando tiene uno una alegría muy grande no aguanta, tiene que comentárselo a alguien ¿verdad?, bueno, yo pienso que cuando se recibe una sanación a uno le aparecen ganas, motivaciones, deseos de servir, como queriendo decir: Señor, vos me diste y yo no puedo ser tan mal nacido de no darte también, empieza esa reciprocidad entre el hombre y Dios ¿verdad?, y esa reciprocidad, es decir, giro de ciento ochenta grados que tenemos dentro de nosotros lo llamamos conversión y para el Señor como les dije antes la conversión es un milagro más grande aún que sanarse de cualquier enfermedad, dijo Él y yo me puse a pensarlo, bueno.

Vemos entonces acá en el Evangelio como Jesús sana a los enfermos cumpliendo lo que era prioritario en Él, sanar los enfermos, ¿o acaso cuando llegaba a los distintos pueblos no decía en forma inmediata: dónde están los enfermos que quiero sanarlos?.

Que palabras que se quedaron perdidas allá en el tiempo de hace dos mil años, en general no se escucha dentro de la sociedad ¿verdad?, que alguien imite al Maestro y diga: ¿dónde están los enfermos que quiero sanarlos?, es la prioridad uno, es decir lo principal para el Señor sanar a los enfermos. Cuando Él vino aquí ya en el año 95 dentro de las primeras Revelaciones ¿no?, cuando Él dice que todo tiene que ser hecho nuevo ¿verdad?, pero en las cosas que más pone énfasis, acentúa más es en la sanación de los enfermos, era algo que se notaba en Él, pero dice: ¿cómo es posible que pase el tiempo y nadie, nadie se ponga motivado, no sé por quién pero motivado, a sanar a los enfermos ¿eh?. Cuando sabemos que Él viene a la Tierra por los pobres, dentro de los pobres están los enfermos, quién más pobre que un enfermo, por favor, ese estado calamitoso que tiene el ser humano, que ya todo es diferente en su vida, ya nada es igual, parecería que todo su mundo se altera, el mundo de la familia y de todos ¿eh? y cuando alguien quiere enumerar algo bueno dice: que suerte, estamos todos bien de salud, pero cuando a uno de la familia le toca alguna enfermedad inmediatamente la sonrisa de todos desaparece.

Cuánta importancia le da el Señor a la sanación de los enfermos, cuando uno
preguntaba: ¿y por qué Señor esa fiebre tuya Señor por sanar a los enfermos?, y entonces Él contesta en las Revelaciones, cuando Mi Papá, Mi Padre, Dios Padre, creó todas las cosas y vio todo lo que había creado, vio que todo estaba hecho bien, con orden ¿verdad?, entonces al ver la cantidad de enfermos, desnutridos y pobres en general y todo, entonces dice: por esto hay que empezar para poner orden, ¿y qué es la salud?, la salud es orden en nuestro cuerpo, tanto sea en nuestra mente como en nuestro cuerpo, orden, cuando todo funciona muy bien, cuando uno recibe los análisis y da todo perfecto, ¿qué está queriendo decir?, está en orden, cuando hay algo ya es desorden.

Entonces, creo que lo entendemos así ¿no?, Él quiere poner orden y empieza por los que más necesitan y ya en forma inmediata los que no tienen salud… (se dio vuelta la cinta)…, donde el demonio enseguida piensa en casos extremos, no mis queridos, cuando hace referencia a las cosas malas que nos poseen, el Señor se está refiriendo a muchas cosas, se está refiriendo a nuestro egoísmo, nuestra soberbia, el creernos el centro del mundo, que la humildad no existe, que es la madre de todas las virtudes… (se sienten ruidos)…, inspiradas en el amor…, que te parece si a ese chiquito le enseñamos que haciendo sonar la botella la gente se distrae, así de simple ¿no es cierto?, empecemos de chicos a enseñarles, que falta que hace, porque sino serán grandes y no respetarán nada, pobre bebé, bueno, padres, cuánta falta hace, educar a los chicos, en todos los órdenes y sobre todo en el sentido de la vida ¿no?.

Pero siguiendo especialmente con el Evangelio y gracias al bebé que por él tuvimos oportunidad de decir esto ¿no?, nada es porque sí ¿vieron?, nada es porque sí, gracias bebé porque pudimos decir esto.

Ahora, entonces decía, no solamente la cuestión es sacar demonios sino poder sanar a las personas de sus grandes defectos, hay personas avaras, hay personas egoístas, personas resentidas, de mal carácter, intratables ¿verdad?, si nosotros tuviéramos un sentido de todo como corresponde veríamos que todas estas cosas, los resentimientos, el odio, la duda, el dudar de los demás ¿eh?. Vieron que dudamos de todo, sí, vieron que dudamos de todo, pero la duda tiene sus formas también para sanarla ¿no es cierto?, digamos esto, yo me acuerdo que iba a un lugar a comprar la carne y yo sabía que siempre para ese señor el kilo eran 800 gramos o menos, entonces cuando él tiraba la carne sobre la balanza yo miraba por la ventana, por la vidriera, una, dos, tres, cinco, más, hasta que un día me dice: decime ¿por qué cuando yo peso la carne vos mirás para afuera y no mirás la balanza?, muy simple le digo, no dudo de que vos me des el peso justo, no, no dudo, ¿o acaso para vos un kilo no es un kilo?, sin cargarlo ni nada, ni una sonrisa, nada ¿eh?, entonces él me confiesa: mirá, al comienzo te robaba a lo loco, pero cuando vi que mirabas por la vidriera me sentí mal, me sentí mal nacido, pero ¿cómo?, este mira para afuera, me tiene confianza y yo le estoy dando mal el peso, mirá desde entonces te estoy dando demás para remediar las veces que te di de menos, es lo maravilloso que dice el Señor: que hay que corregir lo malo con la alabanza de lo opuesto, si yo no te tengo dudas por qué voy a suponer que me estás dando menos de lo que te pedí, claro, me costó por supuesto unas cuántas veces de traer menos carne a mi casa pero valió la pena ¿no?.

Por eso, se han dado cuenta que tenemos un montón de métodos que no son los correctos, así como la gente hace la guerra porque creen que de esa forma va a ganar más territorio, petróleo o lo que sea ¿no?, mientras que las cosas pequeñas tal vez sean las que realmente importan para edificar las cosas grandes ¿eh?, siempre como decía San Camilo de Lelis: hay que empezar por lo pequeñito para después poder hacer cosas grandes ¿no?, bueno.

Estamos hablando de la duda, es una cosa de las cosas que también el Señor quiere sanar en nosotros, está incluido eso dentro de los demonios, es decir cosas malas que nos pasan sin ser demonios ¿no?, el egoísmo es lo contrario, es decir lo contrario de una virtud ¿verdad?, porque el ser humano tiene como una especie, es decir, en cada ser humano está la capacidad, entendamos esto, la capacidad para odiar o para amar ¿verdad?, entonces de acuerdo a cómo vamos formando nuestro corazón amamos más y odiamos menos ¿verdad?, es como si hubiera una agujita, la que marca el combustible ¿no?, que está continuamente midiendo, en el medio está la indiferencia: no me importa nada, cuando se va inclinando por el lado del amor eso me importa, pero del otro lado está el odio y el extremo del odio, cualquiera que conoce algo de psicología sabe, y el extremo del odio es la muerte de la persona odiada, o díganme si secretamente a veces no desearon la muerte a alguien que odiaban, vamos, sean sinceros, es así, yo te querría ver muerto dicen ¿eh?, el extremo: el odio y el otro extremo el amor.

El hombre está siempre con esa agujita que va señalando en cada acto que hacemos, como decía San Agustín: uno no sabe todo lo que tiene adentro de bueno y de malo, es cuestión que tengamos educación, la gracia del Señor para que salga de nosotros lo bueno, todo lo referente al amor y quitemos todo lo otro malo, pero nuestra agujita está siempre allí ¿eh?, siempre señalando o de un lado o del otro, yo pienso que en un San Francisco de Asís habrá estado en el extremo del amor ¿no es cierto?, pero a veces leyendo algunas cosas de él tenía ciertas salidas medio fuertes ¿no?, en las Florecillas están, en el libro que él escribió, no, él no sino los que estaban cerca, donde hace ver que también era un ser humano y que también tenía sentimientos encontrados porque todo ser humano tiene sus cositas ¿verdad?.

No hace mucho el Señor en una Revelación lo dijo que somos en la medida que queremos ser algo para bien o para mal ¿mmm?, y que la Santidad dice el Señor: no es un lugar donde se llega, aquí está aquí, pare de contar, yo soy santo y después de mí, nooo. La santidad es un camino que se recorre todos los días, con ventajas a veces, claro, pero se recorre todos los días, donde exige el esfuerzo nuestro muy grande para permanecer en ese estado de santidad y preguntándole al Señor: ¿qué es exactamente la santidad?, porque todos creemos que la santidad viste, hay que santo que soy, todas las cosas buenas que hice, hoy fui santo porque le di tanto a este, al otro, al otro, pero ese no es el concepto de santidad.

¿Qué quiere el Señor de nosotros par que seamos santos?, por supuesto, dejamos de lado y con mucha seriedad porque cuando nos bautizamos sabemos que somos santos desde ese momento pero digo yo en la vida diaria ¿verdad?, el Señor dice: todo aquél ser que se torna disponible para hacer ¿no?, tiene estado de santidad, ¿qué es esto de estar disponible?, es llevar a la práctica lo que dijo María cuando la visita el Ángel, ella no pregunta, es una muchachita de 16 años ¿no es cierto?, no pregunta: ¿qué esto que va a pasar?, no, no, he aquí la sierva del Señor, hágase en Mí según tu palabra, eso de María es un acto de disponibilidad perfecta, aquí estoy Señor, hacé lo que quieras conmigo ¿eh?.

Entonces, para Jesús la santidad es estar disponible, ¿para qué?, no sé, para lo que Él quiera, entonces no necesariamente tengo que irme al África y no sé a dónde para hacer una gran obra, sentado en una silla puedo hacer muchas cosas también, depende de cómo esté disponible, disponible como estaba María, he aquí la sierva del Señor, hágase en mí según tu palabra.

Yo pienso que es una hermosa expresión que tendríamos que decir todas las mañanas al despertarnos, tenemos todo un día por delante ¿verdad?, y ¿qué va a pasar en este día?, ¿qué es lo que va a pasar?, no sé, pero Señor como tu Mamá dijo: aquí está tu siervo, hacé conmigo lo que vos quieras ¿verdad?. Si nosotros podemos llevar a cabo esa acción de la Madre del Señor de decir: hacé conmigo lo que vos quieras tenemos hecho más de la mitad del todo, ¿por qué?, porque el Señor ve, Él no olvida, ese estado así, digamos, yo diría hasta de perfección ¿no es cierto?, pero no hay que sentirlo porque ya ¿eh?, donde uno se ofrece: estoy disponible Señor, entonces si conocemos algo de su Misericordia ¿no?, nos vamos a dar cuenta que su Misericordia, como conocemos tan poco de su Misericordia dice la Madre, por eso ella viene aquí como Mensajera del Espíritu Santo para que conozcamos más de la Misericordia de su Hijo, bueno.

Entonces, su Misericordia usará esa disponibilidad que tenemos para llevarnos quién sabe adónde, quién sabe de qué forma, quién sabe de qué manera ¿no?, es decir, es como apostar todo al Señor: tomá, éste soy yo, precario, simple, no valgo nada, pero si te sirvo Señor, dale, tomá, tomame ¿verdad?, ese es el estado de disponibilidad. Entonces no se nos va a poner serio el rostro si no hacemos en apariencia cosas tan grandes porque esa buena disposición de ánimo de ponerse al servicio de Él ¿no?, incluso esto viene muy bien para los enfermos ¿eh?, si ya sé, hay que ofrecer el dolor, pero mucho más que eso, Señor yo como enfermo con este dolor que tengo o yo en una silla de ruedas o yo así, yo, de otra forma, no sé Señor estoy disponible, hacé conmigo lo que quieras, que hermoso es esto.
Porque según parece ¿no?, la virtud, la santidad estaría en esa diaria forma de caminar siempre, como dice la Sagrada Escritura: peregrinar hacia la Jerusalén Celestial, que es decir ir a la casa del Padre ¿no?, así de simple ¿no?.

Que esto sirva mis queridos para ver que uno puede estar en el trabajo haciendo bulones, arandelas o estar recogiendo la basura o estar operando a un enfermo o que se yo ¿no?, y estar sirviendo al Señor, porque algunos creen que tengo que ir de un día entre siete a Misa porque de esa forma cumplo, cuidado con la palabra cumplir, porque la palabra cumplir a mi no me gusta ni medio, porque no es nada más que aplicar la ley del Antiguo Testamento, no es hacer las cosas con amor, es decir: porque yo cumplí, ¿cómo cumplí?, ¿con amor cumplí?, o cumplí porque tenía que cumplir: y bueno, sí voy, no.

Entonces, cuidado con la palabra cumplir, está bien, yo no te discuto pero puede tener connotaciones, es decir dar a entender también que uno hace ciertas cosas por obligación: me voy a portar bien con fulano de tal porque como es una persona influyente puedo necesitarlo, eso es cumplir, eso es la ley, yo tengo que ser bueno con el otro porque lo siento, no porque algún día lo puedo necesitar, cuidado ¿eh?, cuidado. A veces pasa con los enfermos, con las personas enfermas, mientras están sanas no saludan a nadie, están llenas de orgullo y soberbia, pero cuando algo les empieza a doler empiezan a bajar los decibeles y ya empiezan a saludar, empiezan a ser más amables porque el ser humano se da cuenta que necesita de los demás ¿verdad?.

Entonces, no nos dejemos tomar por estas cosas ¿no?, que no habla bien de nosotros, por eso el Señor dice que: sacaba los demonios, habrá sacado los demonios también pero sacaba todas estas cosas que hacían mal dentro de los hombres ¿verdad?, bueno.

El tema daría para mucho pero ustedes a lo mejor se cansan un poco, rebobinemos ¿eh?, pensemos en esta mujer que al estar sana enseguida se pone a servirlos, pensemos en nosotros, terminada una gripe o algo que nos duele ¿nos hacemos los cómodos y directamente nos sentamos y hagan?, no, no, es decir, el enfermo que se sana parecería que en todo corazón noble surge esto de: ¿en qué puedo servir?, ¿en qué puedo ayudar Señor?, vos fuiste generoso conmigo, ¿en qué puedo ser generoso con vos Señor? ¿eh?, ¿ven?, si uno se pone a pensar en todas estas cosas ¿no?, que maravilla es ser cristiano ¿verdad?, porque parecería que todo está así al alcance de la mano, sobre todo una vida llena de luz, pero una luz que no tenemos que buscarla nosotros, si brillamos, brillamos, pero no lo notemos nosotros porque puede engreírnos, puede hacernos egoístas, no, no, no ¿eh?.

Entonces, vivir así con la palabra del Señor, eso de partir al trabajo diciendo: soy tu siervo Señor, hacé conmigo lo que vos quieras, entonces yo vaya donde vaya, vaya a hacer bulones, a despachar nafta o directamente a levantar la basura o a tratar con cualquier persona yo voy a tener un ánimo diferente, porque la persona que va a estar delante de mí no es el cliente

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