Pidan con confianza, pidan con esperanza, pidan pensando en que lo que piden debe ser bueno para ustedes, es decir, hasta en las formas de pedir también debe haber un criterio, el hombre no me puede pedir que ya me crezcan las alas para volar, no tendría ni ton ni son eso, pero esto no quita de que a veces se pidan cosas que parecen terriblemente difíciles conseguir y sin embargo el Señor las concede.
Mensaje del 19 de Septiembre de 2001

Habla Artemio:

Hoy es 19 de Septiembre, faltan dos días para la primavera.

Podés hacernos ese regalo Padre para la primavera, es una contradicción Padre una flor al lado de un niño que se muere Padre y ahora vamos a escuchar el Mensaje de tu Hijo.

Está como siempre todo lleno, todo lleno, cuántos que hay. Los Ángeles como chicos que son ¿no?, también hacen no travesuras pero a veces me hacen cortar clavos que se caiga un florero ¿no?, porque se andan paseando por cualquier lado, bueno y Yo se lo dije a tu Papá Señor recién pero también te lo digo a vos, hay necesidad de un milagro grandote con la nenita de al lado, con el otro nenito, con todos esos otros enfermos, con todos los enfermos que hay acá también, tal vez uno que tenga algo adentro no sepa, bueno, pero después está el milagro grandote, ese milagraso que si vos querés podés hacerlo Padre.

Dice Jesús:

Todo el que me sigue a Mí no anda en tinieblas, conclusión, la mayoría de los hombres andan en tinieblas, pero tengan en cuenta siempre una cosa, hoy y siempre, lo repita o no lo repita, una conversación con el Señor, sea el Espíritu Santo, sea Yo o Mi Papá, oración, como quieran llamarle, pero dicha con toda el alma ¿no?, puede transformar todas las cosas en un momento y mucho más si piden la intercesión de la Madre y de todos los Santos y de todas las almas del Purgatorio y de todo, nunca piensen que piden mucho, el hombre a veces se cree que pide mucho, nunca piden mucho, porque si Mi Papá, Yo y el Espíritu Santo, las tres personas de la Santísima Trinidad somos todos poderosos entonces qué se van a preocupar de pedir mucho, pidan, hay que pedir, hay que pedir.

Y todo aquello que se pide conscientemente y si es oportuno, es decir si es el momento oportuno la Trinidad lo concede, ahora, si una oración no es escuchada ustedes piensen: o me falló el corazón para pedir o todavía no es el tiempo para que esto se de, porque a pesar de toda la libertad que cada uno tiene, tiene que pensar que no todo puede hacerse al mismo tiempo, todas las cosas juntas no tienen sentido, todo tiene que sufrir un proceso, corto, no tan corto, largo. Nace un niño, es un hombre, pero nadie piensa en que ya se tiene que casar, tendrá que crecer primero y así pasa con otras cosas dentro del universo, hay que pensar en la oportunidad, es decir, el momento oportuno para que se de, porque a veces las oraciones son simples caprichos de las personas, tan caprichosos son a veces que hoy piden blanco, mañana piden negro y entonces uno se pregunta: caramba, si Yo ayer hubiera otorgado esto hoy me está pidiendo lo contrario, pero como Yo veo las cosas entonces me abstengo de darlas, pero todo aquello que se pida con fe y con un corazón sumamente generoso es escuchado, tanto por el Padre como por Mí como por el Espíritu Santo.

Pidan con confianza, pidan con esperanza, pidan pensando en que lo que piden debe ser bueno para ustedes, es decir, hasta en las formas de pedir también debe haber un criterio, el hombre no me puede pedir que ya me crezcan las alas para volar, no tendría ni ton ni son eso, pero esto no quita de que a veces se pidan cosas que parecen terriblemente difíciles conseguir y sin embargo el Señor las concede.

Yo sé que a ustedes les preocupa en qué va a terminar todo esto que se mueve en el mundo, Yo les aseguro que no hay nada decidido todavía y que todo este tiempo que se está demorando es como un equilibrio que quiere hacer el Señor sin quitar la libertad a nadie para ver si son capaces con oraciones de frenar todo lo malo.

Atiendan a las palabras que dijo Mi Mamá el sábado porque son muy importantes las cosas que ella dijo.

Ahora, para pedir Mis queridos, Yo les diría esto, traten de entrar, aunque sea un poquitito en la comprensión de cuánto los amó Mi Padre, ya que hablaba de esto, y díganle al Padre: Padre, este mundo que hiciste tan ordenado,, tan que después el hombre se encargó de desordenar pero, que puede ordenarlo en cualquier momento, dale Padre hacé que sea posible vivir en paz sin que muera nadie lo menos posible. Si ocurren cosas graves es porque el maligno ha triunfado, aunque por un tiempito nada más pero triunfó al fin, pero ustedes pueden conmover los Cielos y la Tierra para que esto se ordene, abran vuestro corazón, déjenlo abierto como si fuera, como si fuera algo disponible para todos y díganle al Padre: aceptá este corazón así como es, con los defectos que tenga o no y si para algo sirve Padre evitá las cosas malas que podrían ocurrir.

Ahora, cuando uno piensa en cosas malas piensa necesariamente en que podría desencadenarse una guerra, una nueva forma de guerra o lo que sea, pero Yo les pongo a consideración que piensen, ¿no habrá que preocuparse también por la guerra que el hombre le ha declarado a la naturaleza?, tanto sea vegetales como animales y guerra que se le ha declarado a sí mismo porque al estropear todo eso estropea su propia vida.

Por eso, hay que deslindar la cantidad de guerras que hay diariamente y a veces hasta en un silencio sepulcral ocurren cosas espantosas, ya lo dije algunas veces, que había una leyenda judía que expresaba que cada generación se mantiene en pie porque dispersos por el mundo había treinta hombres santos que hacían oración para que todas las cosas estuvieran bien. Cuando eso se dijo seguramente eran muchos menos los habitantes que tiene el mundo pero si Yo les diría que multiplicaran tres por cinco tendríamos ciento cincuenta hombres, ¿y alcanzarían ciento cincuenta hombres para detener todo el mal?, claro que sí, ¿no les gustaría formar parte de esos ciento cincuenta hombres?, ¿habrá ciento cincuenta hombres en el mundo realmente deseando esto con toda su alma y todo su corazón?. Y no me vengan a decir que los monjes, que los religiosos, que se la pasan rezando todo el día, que esto, que lo otro, eso es aparte, no vamos a entrar ahora a considerar si eso es valioso o no es valioso, estamos hablando de esa leyenda judía de los treinta hombres que mantenían en pie a la civilización con sus rezos.

Anímense a agruparse, por supuesto que a la distancia y espiritualmente sin conocer pero unir esta sensación, este deseo mío que habita en mi corazón para lograr, para lograr lo que uno se propone.

Qué les parece Mi invitación Mis queridos, qué les parece Mi invitación, no piensen mi oración es débil y chiquita, no sirve, es poca, no, ustedes no saben qué es lo que ve el Señor, ustedes no saben cuánto valora el Señor las cosas, en consecuencia, chiquita o grande no importa, el Señor le dará el valor que le corresponde.

Ahora, alguno se preguntará: ¿qué es esto que para evitar males hay que rezar?, porque cualquiera se puede preguntar eso sobre todos los que no son creyentes, se supone y se supone bien que la oración o la conversación con el Señor es una relación dialógica, de diálogo de la creatura con su Creador y en consecuencia la creatura tiene, llámenle facultades, llámenle capacidades o lo que quieran para dirigirse a su Padre y pedirle cosas, ¿por qué no lo hacen? ¿eh?, ¿por qué no lo hacen?, no piensen lo mío es chiquito, de qué sirve, no, no.

El solo hecho de estar reunidos aquí esta noche ustedes a Mi alrededor junto a todos los Santos y Santas y almas y Ángeles y Ángeles, solamente esto, este tiempo que llevamos reunidos ha servido para evitar montones de males en el mundo.

Cuando comentaron con cierta pasión el Evangelio de San Juan, algunas partes, me llenó de alegría, porque si bien todos son perfectos el Evangelio que escribió Juan es una verdadera belleza. Lean asiduamente el Evangelio de San Juan y lean los comentarios a ese Evangelio y para no hacer mal las cosas lean todo porque todo les va a venir muy bien, pero a medida que tengan tiempo y que pueda pero convénzanse solamente esa relación dialógica entre el hombre y su Creador puede salvar al mundo de cualquier catástrofe y también encaminar a la humanidad a otros rumbos.

Yo les agradezco que estén aquí conmigo, les agradezco mucho porque no hace un día o dos sino hace casi siete años que me esperan con tanta dedicación y con tanto amor, aunque los he bendecido muchas veces hoy especialmente levanto Mi mano para decirles: queden santificados en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.

Amén.