Mensaje del 14 de Febrero de 1998 (1º) - Madre Teresa

Cuantas veces llegué al final de mi día habiendo dicho muy pocas oraciones, porque todo el trabajo que tenía me impedía hacerlo, pero yo pensaba: todo esto que estoy haciendo es una forma de orar para el Señor.

Mensaje del 14 de Febrero de 1998 (1º)

Dice la Madre Teresa:


Cuantas veces llegué al final de mi día habiendo dicho muy pocas oraciones, porque todo el trabajo que tenía me impedía hacerlo, pero yo pensaba: todo esto que estoy haciendo es una forma de orar para el Señor, es una forma de alabanza, cuando sentía un olor nauseabundo e irrespirable, decía: voy a llenar bien mis pulmones porque a todos les gusta llenarse del aroma de perfumes pero nadie quiere sentir el olor nauseabundo de un hermano enfermo, con un aliento horrible, que es propio muchas veces de no haber comido nada en muchos días. Ese aliento mis queridos, realmente me resultaba un aroma maravilloso, porque venía de mis hermanos en desgracia, o ¿qué creen ustedes, que no es un hermano en desgracia aquél que ya en el seno de su madre no tuvo la suficiente cantidad comida y después vivió siempre con hambre, hasta que terminó muriéndose de hambre?.

Por eso ya es tiempo de mirar las cosas desde otro ángulo, tantos siglos ¿de qué han servido?, para que las cosas sean miradas de la misma manera o peor, porque tal vez en otras épocas era menor el crecimiento espiritual y ahora todo el mundo se jacta de su crecimiento espiritual, ¿adónde está que no lo veo?.

Amén.

Consola de depuración de Joomla!

Sesión

Información del perfil

Uso de la memoria

Consultas de la base de datos