Mensaje del 22 de Enero de 1998 (1º) - Madre Teresa

Como ya les dije antes, esta noche siéntanse un ratito en la cama y váyanse rodeados de muchos niños con los ojos abiertos pero niños que están muertos y antes de acostarse bájenles los párpados.

Mensaje del 22 de Enero de 1998 (1º)

Dice la Madre Teresa:


Para comenzar diré: que eso de Madre Teresa de Calcuta me cae bastante mal, porque yo soy la Madre Teresa universal y no de Calcuta solamente, así que a ahorrar ese aditivo o calificativo porque no me cae bien, ¡yo soy la Madre Teresa de todos los hombres y no solamente de Calcuta!, que esto quede bien claro y no haya lugar a dudas.

Ahora bien, cuando ustedes hablan se sobreentiende que tienen en cuenta a todos los pueblos de la Tierra, pero ocurre que a veces nombran poco a la India y ustedes saben que ella forma parte de mis grandes amores. Yo he cerrado cientos y cientos y cientos de párpados de hombres que murieron de hambre en la India, ese es un clamor terrible que se levanta hasta el Cielo y a los hombres les parecería hasta imposible que el Señor pudiere perdonar semejante atropello a la dignidad de la persona humana, ¡pero es evidente que la Misericordia de Dios es enorme, enorme!, pero todo aquello que puedan remediar a nivel personal, a nivel grupal y a nivel comunidad y más también, traten de remediarlo o de aportar siquiera algo para calmar de alguna forma la conciencia, que cuando empieza a parpadear ya no deja de hacerlo nunca.

No hablo para ustedes en especial, digo aquí mi Mensaje porque esto será leído por miles y millones de personas, no quiere decir que el reproche esté dirigido a ustedes sino a miles y miles de personas que van a leer estos Mensajes. Pero el Señor sigue respetando vuestra libertad y no tomará represalias por eso, Él sigue insistiendo como aquél que golpea la puerta y no le abren, golpea la ventana y no le abren, finalmente entra por un agujerito del techo. Así el Señor los vive esperando para darles su amor y de esa forma remediar tanto dolor como el que existió a través de los tiempos, pero sobre todo en estos últimos en los que el hombre tuvo medios para ver que había otras cosas, otras posibilidades y otras formas de organizar la vida.

Parecería que el hombre del Siglo XX es más culpable que el hombre de otros Siglos en los que tenían menos de todo, en consecuencia, ahora que tienen todo, incluyendo los medios de comunicación con los que le llegan inmediatamente datos de toda la Tierra, la responsabilidad es mucho mayor que cuando se tenían que esperar meses y meses para enterarse de algo.

¡No quiero seguir insistiendo!, solamente les propongo para esta noche cuando se van a acostar, quédense sentados en la cama, porque si se acuestan se duermen, quédense sentados en la cama y véanme a mí y a mis hermanas bajando los párpados de hombres y sobre todo de niños que han muerto de hambre. Ya les halé una vez de la música que producen los hombres que se quejan porque tienen hambre, es un sonido aterrador que penetra la carne y uno ya no lo puede olvidar nunca más. Y uno ante esos hombres se pregunta: ¿por qué este debe morir de esta forma y tal vez teniendo pocos años, mientras otros son totalmente inconscientes de que todo esto está pasando?, ¡si ustedes dicen que estoy indignada, dicen bien! y si ustedes dicen que la indignación no tiene que caber en un cristiano dicen mal, porque les digo que en este caso la indignación es una virtud, es decir quien no reacciona, quien no se pone de pie, quien no se conmueve con todo su cuerpo cuando ve que no hay ninguna alternativa ni ninguna salida para millones de hombres que pueblan la Tierra, quien puede dormir en paz con todo eso sobre la conciencia ¡yo los envidio!, yo no podría pero ya sé que no está en vuestras manos hacer muchas cosas, ya lo sé, ¡pero tomen conciencia de ello!.

Como ya les dije antes, esta noche siéntanse un ratito en la cama y váyanse rodeados de muchos niños con los ojos abiertos pero niños que están muertos y antes de acostarse bájenles los párpados. Todo esto no es porque ustedes sean malos ni mucho menos, yo los amo mucho pero mis palabras van a ser leídas por tantísimos hombres y en consecuencia yo tengo que hablar para todos los seres humanos, para todos aquellos que tengan la buena voluntad de escuchar y la disponibilidad de hacer algo para remediar todo lo malo que se hizo a través de estos dos milenios.

Amén.

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