Mensaje del 28 de Noviembre de 1999 - Madre Teresa

Esto se los digo porque a veces les pasa a ustedes también, pero no sean estrictos para juzgarse, ni se exijan tanto, que haya en ustedes un corazón recto, que haya en ustedes disponibilidad, que haya en ustedes vocación de servicio, poquitito o mucho, no importa.

Mensaje del 28 de Noviembre de 1999

Dice la Madre Teresa:


Todos parece que estamos de acuerdo con hablar hoy de la Santidad, yo ya estoy de este lado, puedo hablar con más libertad sobre estas cosas, no sé y nunca me preocupó si mi paso por la Tierra fue realmente una vida de Santidad, incluso les digo, en muchas oportunidades hasta me sentía como, o sentía como un gusto desabrido porque me parecía no estar a la altura de lo que Dios era, de lo que Dios me pedía y de lo que Yo podía darle.

Esto se los digo porque a veces les pasa a ustedes también, pero no sean estrictos para juzgarse, ni se exijan tanto, que haya en ustedes un corazón recto, que haya en ustedes disponibilidad, que haya en ustedes vocación de servicio, poquitito o mucho, no importa, que haya en ustedes el gusto por las cosas del Señor, que sientan todo lo del Señor como algo sabroso, algo que aunque estén sufriendo cosas indecibles y muy fuertes estén disfrutando del amor del Señor y no digan: quiero completar en mí lo que le falta a la pasión del Señor, que está muy bien si lo dicen ¿no?, digan: que lindo que es sufrir por vos Señor, si estamos alegres es mejor, que lindo es estar alegre con vos.

¿Saben qué pasa hermanos del alma?, que yo no tuve tanto tiempo de estar alegre por todo lo que me rodeó siempre, el sufrimiento era mi pan cotidiano, porque por más que por dentro decía: Señor todo por vos, pero no es tan simple ver que los hermanos mueren como mueren las moscas después de echarle insecticida. Cuando entre ustedes, en vuestras comunidades muere alguien enseguida miran la edad para ver si tuvo oportunidades de vivir o no y se alegran si tuvo muchos años y se preocupan si tiene pocos años de muertos, eso pasa entre ustedes, no me digan que no. Ahora bien, donde yo me he movido hermanos no podía hacer el mismo razonamiento, ni por casualidad, porque morían de todas las edades y sobre todo los de muy poca edad y no les digo solamente mis lugares hermanos, tal vez a pocas cuadras de vuestro lugar en donde viven haya alguien que se esté muriendo por falta de amor y tal vez otros por falta de comida, pero muchos más por falta de amor y si quieren pensar en gente que se muere de hambre no piensen solamente en mi India querida, todo vuestro Norte y gran parte de vuestro Sur, diariamente están muriendo montones de personas en condiciones similares a lo que yo veía con alguna diferencia hermanos, India es un país viejo y no tiene tantos recursos, pero vuestro país es un país nuevo, que tiene una enorme cantidad de posibilidades, pero las cosas no están bien organizadas por eso mueren tanto, entonces más dolor aún, mucho más dolor aún. Desde el Río Bravo al terminar México hasta las Islas del Sur, hay montones que se mueren como en mi querida India, es como si dijéramos: alguien que está en medio de un río se muere de sed porque no tiene posibilidades de tomar agua porque alguien se adueñó de esa agua antes de ellos y aunque les sobre esa agua no la comparte con nadie.

Si han entendido la Cruzada del Espíritu Santo que esbozó María hace un tiempo para que cambien las injusticias, para que cambien tantas cosas, pues entonces entenderán lo que les estoy diciendo, piensen, alguien en medio de un río que se muere de sed, quieren algo tan insólito, bueno en vuestra América, tantos, a tantos les pasa eso, porque las cosas no están bien organizadas, porque han echado a patadas a Dios de vuestros hogares, porque han corrido a la Madre del Señor de vuestros corazones, porque si aparece Dios por ahí en forma humana lo crucificarían tantas veces como palabra de justicia diría, por todo eso más. Tengan cuidado, me parece que muchos en esta América insólita e irredenta están caminando sobre sangre y pueden resbalar y pensar que el Señor vive ofreciéndoles todo un mar de Misericordia y los hombres siguen empecinados en vivir y en morir en su congoja.

Piensen en todas estas cosas y si sienten en vuestro corazón que pueden hacer algo para remediar aunque sea en un chiquito todas las injusticias que existen en todos los órdenes y en todos los ámbitos, piensen mis queridos que están en el camino de la Santidad, se los puedo asegurar.

Les repito, si pueden hacer algo por la justicia en este mundo, aunque sea una oración dicha con dolor están en el camino de la Santidad y más aún, ya el Padre los considera Santos aunque tal vez muchos escupan en vuestra cara, pero la cuestión es limpiarse el salivazo y seguir, porque ustedes deben seguir el camino del amor, porque ustedes ya se han dado cuenta que en un momento dado es imposible regresar, quien saboreó lo que es el camino del amor, sufriendo o cantando alabanzas ya no puede regresar.

Amén.

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