Felices también aquellos que su enfermedad los tiene postrados y no se revelan y aceptan las cosas así como se dan, viendo en cada acontecimiento y en su propia vida cómo el Señor va aprovechando todo, así como un Padre amoroso y una Madre cariñosa van acomodando todo para la felicidad de sus hijos. Mensaje del 29 de Septiembre de 2008

Habla Artemio:

29 de Septiembre.

Dice la Virgen:

Felices los hombres que tienen poder y lo usan para redimir a sus semejantes.
Felices los hombres que no los emborracha el poder y a pesar de todo, pueden decir su palabra para que aquellos que no tienen voz puedan tener voz.
Felices los hombres que aman la vida y que se juegan por ella.
Felices los hombres, que la justicia es el norte de su vida o el sur o el medio, pero es fundamental pensar que dar a cada uno lo que le corresponde es la base de todo lo demás.
Felices los hombres que entendieron esto.
Felices aquellos que sufren un dolor enorme y en silencio caminan.
Felices también aquellos que su enfermedad los tiene postrados y no se revelan y aceptan las cosas así como se dan, viendo en cada acontecimiento y en su propia vida cómo el Señor va aprovechando todo, así como un Padre amoroso y una Madre cariñosa van acomodando todo para la felicidad de sus hijos.
Bienaventurados aquellos que, es decir, felices aquellos, que lejos o cerca, pero siempre en su corazón está latiendo un amor muy grande por los demás y está disponible para que Mi Hijo use de ese amor con su Misericordia, para aplicarlo en tantísimos lugares, en tantísimos seres, en tantísimas cosas.
Felices, porque su sangre corriendo por las venas de corazones así, es como si las maquinarias más oxidadas e inútiles estuvieran de repente aceitadas para empezar a funcionar.
Felices Mis queridos, felices, si la palabra de Mi Hijo les hace vivir ya la plenitud del Cielo en cada momento. Sí, hay que peregrinar hacia la Jerusalén Celestial, pero esto es una frase, muchos hay y felices, porque ya de alguna manera, viven en la Jerusalén Celestial.