Mensaje del 07 de Enero de 2007

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Pobre cosa el hombre y pobre su destino, dicen algunos, pero Yo digo: a pesar de todo siempre queda un margen para la esperanza, queda un margen para la alegría, queda un margen para seguir viviendo a pesar de todo. Mensaje del 07 de Enero de 2007

Habla Artemio:

07 de Enero.

Dice Jesús:

Cuando vean que las cosas, los acontecimientos, las enfermedades, los dolores, las angustias, las tribulaciones hayan colmado la copa, acérquense a Mí que Yo los voy a aliviar.

Pobre cosa el hombre y pobre su destino, dicen algunos, pero Yo digo: a pesar de todo siempre queda un margen para la esperanza, queda un margen para la alegría, queda un margen para seguir viviendo a pesar de todo. Cuando parezca que las puertas están todas cerradas, cuando da la impresión que el mismo universo se desploma en el corazón de alguien, cuando parezca que ya no tiene sentido la vida y seguir se vuelve una costumbre pero allí está Mi Misericordia, pídanmela Mis queridos, pidan Mi Misericordia, Mi amor, que es el mayor atributo que tengo.

Todos viven y mueren en su congoja, mientras Yo estoy allí disponible para darles el amor vivificante que todo lo transforma, todo lo consigue, todo lo perdona.

Que difícil les resulta a muchos perdonar, algunos hasta no se perdonan su propia vida y su vida les resulta un peso tremendo, no se perdonan ser como son, no se perdonan obrar de cualquier forma, no se perdonan ni perdonan a nadie. Tal vez podría ser fácil perdonar a alguien o no tan difícil, pero perdonarse a sí mismo para algunos parecería imposible pero Yo les voy a decir por qué el mundo, ya esto se dijo en la Casa, el mundo ya dividido entre aquellos que ansiaron, buscaron un amor y lo consiguieron y así como se cobija una simple llamita de una vela en el hueco de la mano, así lo cuidan para que no se pierda y está el resto que aspira a ese amor que no tienen, aspiran a ese amor que no podrán conseguir, aspiran a ese amor que está vedado de todo, aspiran a ese amor que está prohibido, aspiran a ese amor que no es legal, aspiran a ese amor que es desgracia para otros. Qué fácil les resulta a los otros mirar desde su lugar pero qué difícil es la vida de aquellos que no pueden conseguir que alguien les ame… (se dio vuelta la cinta)…, que se deshace en partículas pero que nadie recoge o si lo hace lo hace con lástima, por compasión o porque no hay más remedio.

Entonces Mis queridos, todos aquellos que de una u otra forma manejan las leyes y no son las leyes civiles sino las leyes morales tendrán que preguntarse algún día, dentro de esto que hemos elaborado con paciencia de orfebres, ¿hay lugar en esto para tantos hombres y mujeres que penan y penan en el mundo?, y van a morir penando, mientras los otros mirarán de lejos y tratarán de tener un pensamiento compasivo diciendo: pobre, que pena, pero en el fondo no lo sienten porque el corazón tiene que desgarrarse en mil pedazos para saber qué es desgarrarse el corazón en mil pedazos, sí señor.

Tiemblen los Cielos, conmuévanse las montañas, soplen los vientos en el desierto, desborden los oasis, detenga el mar su oleaje y el viento detenga su fuerza y escuche, todos escuchen, peces del mar, aves del Cielo y hasta las simples lombrices de la tierra, escuchen, Mi Misericordia llama a todos los hombres de buena voluntad, aquellos que tendrán de una vez pedir la asistencia del Espíritu Santo para no reglamentar tanto, para no indicar tanto, para no prohibir tanto, para no decir no tantas veces. El hombre ya tiene demasiado dolor sobre su conciencia, sobre sus espaldas, demasiado dolor para que las leyes morales le estén cargando todavía más peso, un peso que Yo digo que es irremediable, mirando las cosas como están planteadas en este momento en el mundo.