Oración del 08 de Septiembre de 2007

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Cuando se alteran las cosas es porque algo no se hizo bien, por eso hay que pedir siempre que Yo les mande el Espíritu Santo para que nos guíe siempre a hacer las cosas como corresponde, ¿qué es lo que corresponde?, que prevalezca el amor y no el odio. Oración del 08 de Septiembre de 2007

Habla Artemio:

Estamos haciendo como la Madre quiere, la Virgen para cuando tengamos la Iglesia, lo que quiere ella es que nunca se terminen las Misas, que continúen todas las veinticuatro horas, eso es lo que dijo, no sé cuánto tiempo faltará para eso pero la Madre lo dijo y yo no tengo ningún motivo para no creer en ello, bueno.

Segunda Oración del día, vamos a pedir la presencia en nosotros del Espíritu Santo, en este día que es el día de la Natividad de María, necesitamos que el Señor nos de todas las luces necesarias para entender la palabra.

Por la señal de la santa cruz, de nuestros enemigos, líbranos Señor, Dios nuestro, del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén. No es extraño que justamente Lucas diga lo que dice aquí ¿no?, porque el Evangelio de San Lucas está todo orientado hacia la Misericordia del Señor, para los que estuvieron recién y para los que estamos ahora tengan en cuenta eso ¿eh?, San Lucas es el gran evangelista de la Misericordia, Mateo y Marcos son muy buenos también pero Lucas es algo especial en cuanto a la Misericordia, así como Juan escribe un Evangelio, el teológico, por excelencia, es decir el conocimiento de Dios directo. Entonces Lucas 6, 1-5, el capítulo es 6 y los versículos son del 1 al 5: “un sábado Jesús atravesaba unos sembrados, y sus Discípulos cortaban espigas, las desgranaban en las manos y se comían el grano. Cosa que los que vivimos en la pampa gringa muchas veces lo hemos hecho, entramos en el trigo y molemos la semilla y comemos los granitos ¿no? porque son ricos, porque todavía no están duros, eso hacían los Discípulos. Entonces los que estaban por ahí dijeron: pero ¿por qué están comiendo esto, si no está permitido en día sábado?. Jesús les respondió: ¿ustedes no han leído lo que hizo David y con él sus hombres un día que tuvieron hambre?. Pues entró en la Casa de Dios, tomó los panes de la ofrenda y repartió comida para todos. Ese pan estaba reservado nada más que para los Sacerdotes del Templo pero David se los reparte a todos ¿eh?. Y agrega Jesús: el Hijo del hombre es Señor y tiene autoridad también sobre el sábado” .

Bueno, en el fondo y en la superficie este es, el de hoy es un Evangelio de la Misericordia, es decir un Evangelio que nos muestra que antes que otra cosa el Señor es Misericordioso. Insisto en esto porque los cristianos conocemos muy poco de la Misericordia de Dios, poco y nada, si nosotros conociéramos un poquito nada más la Misericordia la mayoría de los problemas estarían resueltos, no digo a nivel personal que también sino a nivel mundial, todo estaría resuelto pero nosotros no conocemos la Misericordia del Señor; y vos dirás: pero ¿qué es esto?, porque la palabra Misericordia suena como algo conocido pero la mayoría no conoce, Jesús la define a la Misericordia como el amor obrando, es decir, el amor que hace, no el amor que dice: hay Señor cuánto te amo, sino el amor que ve al enfermo y lo cuida, que ve al torcido y lo endereza, que ve al hambriento y le da de comer, es decir el hombre que está abierto hacia sus hermanos, porque en el fondo, piensen, aquello que dice la Sagrada Escritura que las obras de la Misericordia son: dar de comer al hambriento, dar posada al peregrino y seguimos ¿no es cierto?, pero es mucho más que eso, dar de comer al hambriento pero cuántos hambrientos hay, no solamente de pan de trigo, de harina de trigo sino hambrientos de amor, cuántos, yo no encontré nunca todavía ningún ser humano que me haya dicho: a mi me sobró el afecto, me sobró el amor, nunca encontré ninguno pero sí me cansé de encontrar gente que dice que: toda mi vida se puede resumir como una pila de problemas por falta de amor.

Entonces, pasaron dos mil años ya de Cristianismo pero todavía no conocemos ni practicamos ni mucho menos todo lo que sea la Misericordia del Señor, no, ni siquiera bebé de pecho somos, sí, estamos engendrados porque cuando nosotros hemos sido bautizados, escuchen bien, se le da al hombre, en sí todo esto pero después la familia, la sociedad, la Iglesia, los grupos que lo rodean, la escuela y todo tienen que hacer surgir todo esto que el Señor nos regala en el Bautismo ¿verdad?, es decir todos tenemos la base para esto pero no lo podemos desarrollar porque ni la familia, ni la escuela, ni la Iglesia ni nadie nos ayuda, al contrario, ponen piedras en el camino ¿mmm?. Cuando normalmente uno dice: Dios es amor ¿verdad?, muchos creen que porque se dice eso, creen que es un amor así facilongo, todo se puede, todo vale, todo vale, sí, total, noo, el amor del que habla Dios es amor muy exigente. Exigente ¿en qué sentido?, exigente en la medida en que no hace falta decir las cosas, se sobreentienden, ¿hace falta decirle a una madre: tenés que amar a tu criaturita recién nacida o tu hijo o lo que sea?, no, se sobreentiende, ¿hace falta decirle a una pareja: usted está enamorada, se ama mucho?, no, no se falseen, no, no se dice porque no hace falta, se sobreentiende y el amor del Señor por nosotros también se sobreentiende, esa es la exigencia del amor del Señor, se sobreentiende, uno no le falla a Él o si le falla, le falla, pero uno no le falla no por el castigo que va a venir sino uno no le falla porque Él es Mi Padre, es mi hermano, es mi amigo, mi compañero, el que comparte todo conmigo, cómo no le voy a fallar, ese es el amor del Señor.

Uno al no hacer las cosas, si nosotros cumpliéramos con la ley como los antiguos no haríamos esto porque me castigan, no hago esto otro porque me castigan, no esto otro porque me castigan, noo, Jesús nos trae la Misericordia, aunque el Antiguo Testamento también se ve la Misericordia del Padre pero el Señor nos trae la Misericordia para hacernos ver que Él no vino a condenar nada sino que vino a salvarlo todo y si vino a salvarlo todo entonces qué sentido tiene el castigo ¿mmm?. Porqué no nos ponemos a pensar lo que corresponde cuando uno tiene algo que desciende sobre uno dice: pero ¿cómo me pasa esto por favor?, uno lo ve como castigo pero no, no es del Señor que lo manda, es uno mismo que por torpeza, por indiferencia, por negligencia, por lo que sea, uno mismo se castiga, si uno hace alguna cosa mal uno mismo se castiga, más aún, a veces se castiga uno teniendo cargo de conciencia: y sí, por lo que hice no me lo puedo perdonar, se está castigando uno solo, el Señor te lo perdonó. Hay mucha gente que confiesa veinte veces un pecado y lo sigue confesando, entonces ¿creés que Jesús te perdonó o no creés?, si creés, punto, dejá de confesarlo ¿eh?.

Bueno, pero aquí el problema no es confesar o no confesar, el problema es que Lucas, San Lucas nos presenta al Señor de la Misericordia, al que dice: no vale el sábado, no vale la ley a la cual estaban acostumbrados, vale el amor en todas las cosas, San Lucas es el Evangelista de la Misericordia, él siempre apunta a las cosas que benefician al hombre, nunca aquello que lo puede castigar, ahora, es interesante ver que según cada Evangelista escribe para una cultura y San Lucas también escribe, escribe sobre todo para los griegos pero escribe para todos pero sobre todo para los griegos, donde el castigo no era como es en los otros Evangelios, es de otra forma. Por ejemplo, si él escribió para los griegos es porque los griegos tenían una forma de pensar, entonces les respondo a esta gente pero también tengo que pensar en todos los hombres y todos los hombres que vendrán, ese es el trabajo de Lucas, por eso yo diría que cada político, cada organizador social, cada hombre que tiene la posibilidad de mandar o lo que sea tendría que enterarse muy bien sobre el Evangelio de Lucas, ¿por qué?, porque detrás de las palabras de Lucas siempre hay una perspectiva política, política ¿en qué sentido?, política en el sentido de que atendiendo al origen de la palabra, polis, ciudad, estado, es decir la organización de la ciudad estado, la organización de toda la sociedad, política es eso que después haya políticos que se encargan, que andan por otros caminos es otro problema, pero la política es la organización de la sociedad, más aún, la organización de la ciudad, bueno.

Y este era justamente un problema, por eso Lucas le escribe a los griegos, porque los griegos tienen la idea aquí: hay que organizar la ciudad, por eso la palabra política viene justamente de un término griego. Su preocupación era organizar la ciudad porque la primer forma de democracia que conocemos la tuvieron los griegos por eso Lucas en su visión de las cosas hay una perspectiva política porque le está diciendo a los griegos, lo que ustedes buscaron hace tanto yo tengo, dije dos o tres palabras para aclarar porque a algunos les gusta saber por supuesto, seguimos con cosas más fáciles.

Entonces por más que nosotros digamos: y si, uno entiende la Misericordia porque si da de comer al hambriento, dar alojamiento al que pasa, pero es fácil, noo, pero hay mucho más que todo eso, está la actitud interior de que si hago entrar en mi casa a alguien es porque lo amo ¿mmm?, no porque: y si, la obra de la Misericordia es esto, yo tengo que hacerlo, noo, allá la ley, yo lo amo entonces vení a compartir mi casa, mi mesa, mis cosas, ya sé que en la practica a veces va muy mal con esto porque si vos dejás entrar a cualquiera a tu casa qué dicen los vecinos, qué dicen los vecinos, cualquier cosa, si es mujer o si es varón, siempre hay algo para decir ¿verdad?, claro como no conocemos la obra de la Misericordia, total. Como decía recién: ni siquiera somos un bebé de pecho en esto, no somos nada, bueno, ahora y por dónde habrá que empezar dirán ustedes para tener esa actitud, porque uno dice: sí, el Señor me manda con todo el amor que ame a mi hermano, que lo cuide, que lo proteja, bla, bla, bla, pero ¿cómo hago para empezar a vivir de esa manera?, ¿cómo hago?, eso es lo que la mayoría se pregunta y no sabe qué responder.

Entonces, en primer momento hay que preguntarse: ¿qué hago yo en el mundo?, ¿para qué vine?, sí, soy hijo de fulano de tal y de este hombre, de esta mujer, nacido en un tiempo, en un lugar, con tales parientes, pero ¿soy eso nada más?, un hijo de, que vendría a ser el padre de, ¿eso nomás?, ¿esa es mi vida?, un hijo de, que voy a tener familia de, no, ¿quién soy yo?, para poder entender algo sobre la Misericordia tenemos que empezar por ahí, ¿quién soy yo?, soy hijo de Dios, hecho y creado a su imagen y semejanza, entonces si soy hecho a semejanza del Señor, semejante ¿qué quiere decir?, esto es semejante a esto, bueno semejanza quiere decir parecido, entonces quiere decir que soy un pequeño diosito, no soy como Dios pero soy como un pequeño diosito porque estoy hecho a imagen y semejanza de Él y más aún, es una promesa concreta de Él, está creado a Mi imagen y semejanza y vas a heredar toda, no Mi fortuna sino la Gloria, Hijo, creado a imagen entonces la herencia de Él es su Gloria, no es plata, dinero en el banco, bueno.

Ahora, ¿quién soy?, hijo de Dios, soy un pequeño diosito, yo diría que si el ser humano empieza por responderse esto como se los acabo de decir uno empieza a valorarse mucho más, caramba, no soy el hijo de ni el padre de, soy hijo de Dios, naturaleza divina ¿eh?, ¿acaso no me dice la Biblia que soy sacerdote, rey y profeta?, eso dice la Biblia: sacerdote, rey y profeta, todo eso soy, vos, vos, vos, sacerdote, rey y profeta, que tal.

Ahora, entonces, ya ese es un motivo para sentirse bien che, pero no sabía que era tanto, soy un montón y yo que me creía menos, yo que era tímido, yo que tenía miedo de hablar, noo, soy hijo de Dios, tengo la promesa concreta de Él y no solamente hijo sino además heredero, ¿de qué?, de su Gloria, ¿y cuál es la gloria?, vivir eternamente feliz, que te parece, nada de herencia tenemos, ya ese motivo aunque las cosas no me anduvieran tan bien ya sería digamos grandioso como para estar tan contento ¿mmm?, quién soy. Ahora, una vez que me respondí quién soy, que soy hijo de Dios y heredero de su Gloria, entonces yo no puedo ser cualquier cosa, noo, mi vida tiene que tener sentido, pará, no me puedo, es decir cada cosa que tomo en mis manos tengo que hacerla mejor de lo que está, si tomo una planta tendré que hacerla crecerla mejor, si tomo un pedazo de hierro y voy a hacer una tuerca tengo que hacerla muy bien, no porque alguien me lo está diciendo, porque tengo alguien arriba que me está diciendo hace mejor las cosas, noo, porque si soy hijo de Dios no puedo hacer las cosas así medianamente bien, tengo que hacerlas bien, si voy a educar un hijo primero engendrarlo lo tendré que engendrar bien y después tendré que criarlo bien y después educarlo bien.

Entonces, es como si uno de repente abre una puerta y entra toda la luz, epa, yo no soy hijo de fulano de tal y padre de los hijos que vienen y abuelo, eso es una ley biológica, que a lo mejor vamos a morir y se terminó, noo, estoy llamado a cumplir una misión muy grande sobre la Tierra porque soy hijo de Dios y Él me prometió darme la gloria, entonces yo no puedo el día de mañana querer usurpar esa gloria, tendré que hacerme digno de esa gloria, ¿cómo?, siguiendo las obras de la Misericordia, que justamente son lo que dice el Señor que son la base para edificar nuestra vida, entonces sé quien soy, sé que algún día voy a tener una felicidad completa ¿verdad?, y también tengo los medios, las obras de la Misericordia, ¿cuáles son?, techo al que no tiene, pan al que tiene hambre, etc., o contribuir para que eso ocurra, no puedo ser el que hace todo o puedo contribuir o al menos con un voto en las elecciones pero yo tengo que contribuir a eso.

Es decir, si yo me creo que no soy nadie no te digo que sos cristiano, porque el Señor te creó a su imagen y semejanza, yo soy sacerdote, rey y profeta porque lo dice la Biblia, creado a su imagen y semejanza y heredero de su Gloria, párenla ahí che, déjenme de ofender y molestar, aquí hay un hijo de Dios y un heredero de su Gloria, dejen de joder, conmigo no jodan. Esa sería la respuesta a la mayoría de las cosas que no andan bien, a las injusticias, a lo que se te ocurra, no, pará, conmigo no se jode, yo soy hijo de Dios, soy un pequeño diosito o si bien jodés conmigo pero pensá que no importa un pito porque tu palabra ni siquiera me entra por los oídos, te sigo amando igual, pero ni siquiera me entra por los oídos tu palabra porque me estás ofendiendo, estás ofendiendo la imagen del Señor que hay en mí porque todos tienen adentro el Templo de la Trinidad, Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo.

Está adentro nuestro, cuando alguien te dice algo que no está bien, no, pará, pará, pará, respetá, acá dentro vive el Señor, yo no soy fulano de tal, soy un hijo de Dios y ese Dios lo tengo acá dentro y cuando el demonio te juega una mala pasada y se quiere meter, bueno, como somos seres libres a veces nosotros lo dejamos meter, entonces el templo nuestro se achica un poco para darle lugar al otro que quiere hacernos daño pero siempre triunfará el Señor en nosotros, siempre ¿mmm?, lo dice el Evangelio, las puertas del infierno…, etc.

Aunque ya que dijimos el infierno, no, pará, pará, lo que todos entienden por infierno, créanlo o no quieran creerlo pero es así, infierno quiere decir lo que está por debajo y se supone que el que se muere ¿no es cierto?, desciende, incluso conversado con teólogos esto es claro así cuando dice: el Señor descendió a los infiernos, non descendió como cualquiera que se muere, pero el infierno como creación del Señor no existe, si existe está vacío, siempre que habla Jesús en el Evangelio y habla del infierno se refiere a ese estado por lo bajo, pero es la traducción de la palabra purgatorio, donde se va cuando uno no está en condiciones todavía de verlo a Dios; y vos decís: pero ¿y esto es así tan fácil?, y claro que es fácil, vos creés por ventura que un Dios de amor, que se hizo crucificar en la cruz ¿no es cierto?, que padeció todo esto por cada uno de nosotros, ¿vos creés que este ser que nos amó de tal forma nos mandaría a un lugar del cual no podríamos salir más?, no, no tiene sentido, lo que pasa que siempre explota la idea de infierno aquél que le gusta dominar: si no hacés esto te vas al infierno, si no… te vas al infierno, no, no, un Dios de Misericordia, un Dios de amor no puede condenar ¿eh?.

Yo te lo digo por propia experiencia, dos veces, cuando uno llega del otro lado ¿eh?, Jesús ni siquiera abre la boca porque la Madre lo recibe a uno, la Madre, no San Pedro como dicen, no, Jesús ni abre la boca, en ese instante pasa como si fuera una película toda la vida de uno, para decir algo ¿no?, y uno se da cuenta ¿verdad?, si tiene que ir para un lado o tiene que ir para el otro, ni siquiera allí el Señor castiga: no, andate al Purgatorio porque vos, las cosas que te mandaste, nada, absolutamente, uno solo se da cuenta si no está en condiciones de verlo al Señor, entonces tiene que estar en la oscuridad hasta que esté en condiciones de verlo, eso es el Purgatorio, no es otra cosa, ahí no hay ni fuego, ni hay troncos ardiendo, nada que ver, esos son deas que nos metieron adentro, ese fuego, ese ardor es lo que siente el alma, el dolor que siente todavía de no poder ver al Señor, eso es, ese es el fuego, tengo un fuego en mi interior, cuando dicen siempre porque no puedo hacer lo que yo quisiera, un fuego, ese es el fuego del que hablan pero no un fuego real donde uno se quema o se asa de un lado y se asa del otro, nada que ver con eso. Un Dios de Misericordia nunca podría condenar, vos decís: ¿en que se apoya para decir todo eso?, leé el Evangelio de San Juan, leé todo el Evangelio de San Lucas donde se ve claramente como dice Jesús: Yo vine para que todo se salve y nada se pierda, Mi Padre me envió para eso.

Entonces, cómo yo puedo hablar del infierno y del que se porta mal va a ir ahí, si Jesús dice: Yo vine para que todo se salve y nada se pierda, lo dice clarísimo, lo que pasa que otros lo usan para sacar ventajas, y mirá, pórtate bien porque sino, dejate de joder, hablemos las cosas en serio, yo no puedo engañarlos porque el Señor me dijo: tenés que ser un Celoso Custodio de Mis Mensajes, entonces aunque el que está allí sentado puede pensar cualquier cosa de mí pero yo tengo que decirlo, y cuando estemos del otro lado vamos a ver si es cierto o no lo que yo decía, ahí se va a ver clarísimo. Un Dios de Misericordia, ese Dios de Misericordia que no conocemos es un Dios de amor y un Dios de amor nunca nos puede condenar, nunca. Lo que pasamos en la oscuridad es un tiempo necesario para ponerse a tono digamos para estar en presencia del Señor, claro, que algunos pasan mucho tiempo allí por ejemplo ¿no?, gracias al Señor tengo acceso al Purgatorio, a la oscuridad y ahí están todavía Hitler, Mussolini, están todos estos, algunos guerrilleros y otros militares del proceso, están todos ahí que esperan, esperan a ser méritos para ir a la Luz, porque no puede ir a la Luz si no están realmente en condiciones de ver la Luz, porque vos poder ver por ejemplo una lamparita de quinientos aquí delante de los ojos, te enceguece ¿no es cierto?, bueno si vos estás en condiciones de ver a Dios, pasa lo mismo, te enceguecería y te morirías de espanto porque es tanto el amor y la Luz que uno no está en condiciones de hacerlo.

Qué fácil que es todo, yo digo por qué lo complicarán tanto algunos con amenazas y con cosas, si se puede hablar bien por qué vamos a hablar mal, si podemos hablar de sanación por qué vamos a hablar de pena eterna, castigo eterna, culpabilidad, pero que cosa seria che, como será posible que los seres humanos ¿no es cierto?, a veces para tener poder dicen tantas tonterías.

Y ahora vamos a escuchar al Señor porque hace rato que quiere hablar, hace desde hoy que anda rondando para hablar, no sé que tendrá que decir, Él siempre tiene algo que decir, algo no, un montón. El Señor lo que hace es pedir prestada la voz a los hombres, se la pidió a muchos a lo largo de la historia, bueno, no tantos, pero la pidió, así como me la pide a mí, vos dirás: ¿por qué?, ¿vos hiciste buena letra?, no, no, debe ser al revés, porque no encontró nada peor entonces así este no me va a poder decir que no. No es una expresión, se los digo en serio, cuando Él me pide prestada la voz, yo por dentro pienso, no se debe jurar pero podría jurarlo, seguramente me pide prestada la voz a mí porque no encontró nada peor, a nadie peor.

Dice Jesús:

La paz del Señor, del Padre, Mía y del Espíritu Santo sea con ustedes y permanezca siempre.

Yo los amo, por eso quería decirles algunas palabras, ya le he dictado a Artemio muchas cosas pero Yo también quiero decirles algo.

Veo demasiado sufrimiento en los hombres, veo demasiado sufrimiento en ustedes y recién Artemio dijo que no encontró nada mejor, Yo no voy a aclarar eso, pero si él dice así será por todo el dolor que pasó a lo largo de toda su vida, pero de él no hablemos sino de cada uno de los que están aquí adentro, ustedes creen que no entiendo todo el dolor que tienen en su corazón, aunque algunos digan: noo, no es para tanto.

Sí, y vienen a esta Casa buscando la palabra del Señor para ver si tantas penas apiladas a lo largo del tiempo tienen solución. Mis queridos, es cierto todo lo que han oído, Yo no estoy para condenar a nadie, no estoy para culpar a nadie de nada, estoy para amarlos a todos, para que Mi amor profundo pueda ayudarles a vivir una vida linda, en paz, feliz, parecería que cuando uno tiene pocos años se le nota menos el sufrimiento por fuera pero a medida que pasa el tiempo las cicatrices, el dolor se van dibujando en el cuerpo, en el rostro y sobre todo en el alma.

Por eso, delante de Mí no tengan miedo de reconocer todo el sufrimiento que hay dentro de ustedes, aunque se trata de vivir de alguna manera pero es mucho, diría alguien: hay tanto dolor como para hacer dulce porque cuando abunda algo uno quiere hacer dulce de eso para conservarlo pero no en el caso del dolor.

Lo que se habló antes es cierto, son hijos de Dios, herederos de la Gloria, pequeños diositos, les digo esto así como se lo dijeron recién, para animarlos, para hacerlos grandes, para que tengan fuerza, para que se animen, para que no se resignen a las cosas mal hechas, para que tengan fuerzas para vencer todo lo que no esté bien. Solamente necesito Mis queridos que confíen en Mi amor y todo lo que ustedes deseen lo van a tener, cuando digo que todo lo que desean es porque cuando el ser humano piensa en lo esencial, no piensa en tonterías, piensa justamente en lo que importa y han visto Mis queridos qué fácil que es todo tomados de Mi mano, refugiados en el hueco de Mi mano o en Mi Corazón todo se vuelve tan fácil.

Cuando se alteran las cosas es porque algo no se hizo bien, por eso hay que pedir siempre que Yo les mande el Espíritu Santo para que nos guíe siempre a hacer las cosas como corresponde, ¿qué es lo que corresponde?, que prevalezca el amor y no el odio, que prevalezca siempre la comprensión y no la intolerancia, que siempre se vea la verdad y no la mentira, que cada mirada al hermano, al prójimo en general o al familiar, al hijo, al esposo, a la esposa sea siempre de comprensión y de afecto, nadie hace nada malo porque quiere hacerlo, el hombre no es malo, les han mentido, el hombre no es malo, está hecho a Mi imagen y semejanza, cómo va a ser malo y si hace alguna cosa que no está bien es porque no sabe, no pensó en ese momento, se dejó atraer no sé por qué, o bien no está bien de salud, o está enfermo de la mente, pero malo noo Mis queridos, nunca mal, no pienses jamás que tu hermano, tu esposo, tu esposa, tu hijo, tu vecino y todos los hombres son malos así deportivamente, noo, los hombres no son malos, en todo caso los hombres son enfermos pero nunca malos. Los hombres no quieren engañar, los hombres no quieren mentir, pero a veces tienen que hacerlo porque no tienen más remedio para poder seguir viviendo, como aquél que le finge una sonrisa agradecida a su patrón para que le conserve el empleo, ¿o cree que Yo puedo castigar esa sonrisa aunque es falsa?, no, porque de ese empleo depende la comida del esposo y de los hijos. Por eso, esa sonrisa de complacencia que le hace, vamos a decirlo con términos justos, el oprimido al opresor no se la hace para decir que lindo que sos, se la hace para decir: si le sonrío voy a seguir conservando mi trabajo.

Mis queridos, nunca, nunca hagan que alguien tenga que sonreírles para que ustedes no se ensañen con él, nunca, cuando le sonrían que sea en serio, cuando le demuestren afecto que sea en serio, el afecto no se puede comprar ni se puede vender porque el hombre no entiende eso, una caricia no se puede pagar, porque la caricia deja de ser caricia y ese dinero es corrupto, qué fácil que es todo Mis queridos, ámense en serio, no sospeche uno del otro, no piense uno del otro en qué me va a joder, no, sean lo suficientemente listos para que no se dejen engañar porque sí, porque a veces confunden el afecto que uno puede tener, no se dejen confundir, aprendan de Mí que soy manso y humilde de corazón pero Mi amor es excelente pero no una exigencia que se pide sino una exigencia que se sobreentiende, como siempre dice este hijo Mío: si malo es el haragán, peor es el que hace de burro, es cierto, es cierto, pero buscar el equilibrio y que si alguien te sonríe sea en serio y no por temor, si alguien te ama sea en serio, no porque quiera sacar un beneficio, si alguien te dice esto está bien, que sea en serio, no para obtener tu confianza… (se dio vuelta la cinta)….

Por eso podés decir sí o decir no con idéntico acierto si Yo estoy a tu lado, porque Yo no te voy a hacer decir las cosas fuera de lugar, porque a veces hay que decir que sí, otras veces hay que decir que no y tanto el sí como el no son dictados por el amor, no se olviden nunca de esto, no piensen que cuando le dicen no es porque no los aman o por lo que sea, no, ese no es tan justo como el sí que se puede decir cuando está inspirado en todo lo que les estoy diciendo si Yo los estoy ayudando, tomados de la mano para que no se equivoquen.

Mis queridos, más allá de todo esto sepan cuánto los amo, déjenme todo el dolor que tienen acumulado de vuestra vida aquí cerca de la fuente, si supieran cuánto dolor dejan aquí apilado, Yo no sé por qué vienen tantos acá a dejar el dolor apilado y no lo dejan en otro lado, pero en el fondo sí sé, saben que aquí está viviendo el Señor de la Misericordia, Yo, Jesús de la Misericordia estoy viviendo en este lugar, el Jesús que no condena sino el Jesús que ama, el Jesús que no castiga sino el Jesús que agradece y acaricia, por eso vienen aquí a dejarme sus penas, vienen a reconocerme sus errores o las equivocaciones que tuvieron porque saben que de Mi no van a tener castigo, jamás, al contrario, les voy a dar todos los medios de Mi amor para que el día de mañana tengan y hoy también, aquí, a cada rato, pero el día de mañana tengan la herencia de la felicidad completa, total y definitiva, esa felicidad que no quitan los hombres ni nadie porque la doy Yo.

Mis queridos, todo esto que les dije les revela cuánto les amo, cuánto les amo.

Habla Artemio:

Tan cerca de mí….

Y hoy porque es el día de la Virgen Niña, ella estuvo presente acá dándoles la bendición como una niña, una niña así de quince, de dieciséis años que es la edad cuando concibió a Jesús, pero su rostro parecía más pequeña, de menos edad, a ella le vamos a decir con todo el amor que le tenemos, agradeciéndole y pidiéndole todo. Dios te salve María, llena eres de Gracia, el Señor es contigo.
Bendita tu eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre Jesús. Santa María Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

Que hermoso es saber que tenemos una Madre como ella ¿eh?, por eso le decimos: tenemos una Madre que nos ama….

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