Mensaje del 17 de Agosto de 2007

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Pedro, Yo pregunto: ¿se nota el bien que ustedes hacen?.

Mensaje del 17 de Agosto de 2007

Habla Artemio:

Agosto 17, de 2007.

Dice Jesús:

Cuando Yo le pregunté a Pedro si me amaba lo hice una vez pero lo hago a lo largo de toda la historia, por eso, vuelvo a decir por enésima vez: Pedro ¿me amás?, sin que me respondas Yo te recuerdo cosas que vos dijiste Pedro.

Ustedes llaman Padre al que no hace diferencia entre las personas sino que juzga a cada uno según sus obras.
Ámense entonces unos a otros de todo corazón, ya que nacieron a otra vida que no viene de hombres mortales. Ustedes ahora viven por la palabra eterna del Dios que vive y permanece. Está escrito: toda carne es como hierba y su gloria como flor del campo, la hierba se seca y la flor cae pero la palabra del Señor permanece eternamente. La palabra de que aquí se habla es la Buena Nueva que llegó a ustedes. Pedro, Yo quiero que la Buena Nueva llegue a todos los hombres, en eso vas a demostrar Pedro que me amas, que la Buena Nueva llegue a todos los hombres.

Te sigo recordando lo que vos dijiste: rechacen pues toda maldad y engaño, la hipocresía, la envidia y toda clase de chisme, ya que son niños recién nacidos.
Busquen ansiosamente la leche espiritual no adulterada que les permitirá crecer hasta que alcancen la salvación. En realidad ya han gustado lo bueno que es el Señor.
Coloco en Sión una piedra de base, escogida y preciosa, quien cree en Él no quedará defraudado.

Yo te pregunto Pedro: todos los que creen en vos realmente ¿no han sido defraudado a lo largo de todos los tiempos?, porque no tengo pasado ni futuro, vivo en un continuo presente, por eso la expresión: Pedro me amás está siempre vigente. Por eso te pregunto lo que vos decís: quien cree en Él no quedará defraudado.

Quiero también decir, recordarte tus palabras.

Así ustedes recibirán honor por haber creído, en cambio para los incrédulos está escrito. La piedra que han rechazado los constructores ha pasado a ser piedra de base y también contra esta piedra tropezarán y contra esta roca caerán, tropiezan en ella porque no creen en la palabra y en esto se cumple un designo de Dios. Ustedes al contrario, son una raza elegida, un reino de Sacerdotes, una nación consagrada, un pueblo que Dios eligió para que fuera suyo y proclamara sus maravillas.
Ustedes estaban en las tinieblas y los llamó Dios a su Luz admirable.
Ustedes antes no eran su pueblo pero ahora son pueblo de Dios, ustedes no habían alcanzado su Misericordia, más ahora han conocido su Misericordia.

Pedro ¿me amas?, si me amas todas estas cosas se dan: ustedes no habían alcanzado su Misericordia, más ahora han conocido su Misericordia. Los mismos que los calumnian como malhechores notarán el bien que ustedes hacen y por él reconocerán a Dios en el día en que los visite.

Pedro, Yo pregunto: ¿se nota el bien que ustedes hacen?.

Tengan todos un mismo sentir, compartan las preocupaciones de los demás con amor fraternal, sean compasivos y humildes, no devuelvan mal por mal ni contesten el insulto con el insulto.
Al contrario, bendigan, ya que fueron llamados a bendecir y a alcanzar ustedes mismos por ese medio las bendiciones de Dios. Porque el que de veras busca gozar de la vida y quiere vivir días felices cuide que su lengua no hable mal y que de su boca no salga el engaño. Aléjese del mal y haga el bien, busque la paz y corra tras ella, porque el Señor tiene los ojos puestos sobre los justos y los oídos atentos a sus peticiones, más el Señor se indigna contra los que hacen el mal.

Pedro: estoy diciendo las cosas que vos dijiste, ¿me oís Pedro?, y más aún: ¿me amás Pedro?.

Cuántos siglos ya han pasado, ¿sabes Pedro?, te repito lo que dije antes: Yo vivo en un continuo presente, entonces aquellas preguntas que te hice aquella noche tienen el mismo alcance que las que te hago hoy.

Cuánto quisiera que las palabras que te dije Pedro, es decir las palabras que vos dijiste, cuánto me gustaría que tuvieran vigencia siempre y a medida que te voy diciendo, voy mirando los siglos que pasaron y los siglos por venir y estoy dialogando con vos como aquella noche cuando te decía: Pedro ¿me amas?, en ese momento Yo tenía presente todo lo que fue pasando, pasa y pasará porque vivo en un continuo presente.

Ahora bien Mi querido, ¿no será hora ya de que haya un reconocimiento completo y total de los distintos momentos que se vivieron a lo largo de los tiempos de los hombres, sabés Pedro, hay tantas injusticias que reparar, hay tantos errores que reconocer, hay tanto dolor para compartir, hay tantas mentiras que buscan la verdad.

Tu amor Pedro, del que me dijiste que sentías y sientes me gustaría verlo en obras Pedro.

Sé que los hombres de todo el mundo, al leer estas palabras dirá: ¿el Señor le hace a alguien reproches?, y cada uno sabrá, pero hay una verdad en el fondo de todo y en la superficie, hay que reconocer todo aquello, tomo tus palabras Pedro, todo tus palabras, hay que reconocer todas las cosas que se hicieron mal a lo largo de los siglos.

¿Querés que sea más concreto?, primero te hablo desde este lugar en donde aparezco todos los días con Mi Mamá, América no es, ver allá la palabra que ponga todas las cosas en su lugar.

Mi querido, ya sé que me amas pero Yo te digo: ¿cómo es posible llevar adelante una acción preciosa que le de a cada uno la razón que tiene, pero al darle la razón hay que reparar, hay que restituir.

Mañana seguimos.

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