Mensaje del 30 de Octubre de 2006

El Espíritu Santo ha sido muy elocuente en su pequeña expresión, por supuesto que está siempre hablando dentro de vos, como de todo cristiano, salvo que no quieran oír, pero todos aquellos que quieren oír su voz pueden hacerlo y así conducir sus pasos. Mensaje del 30 de Octubre de 2006

Habla Artemio:

Jesús de la Misericordia yo espero tu Mensaje o el de tu Mamá porque tenemos
que grabar algunos atrasados, porque vos así quisiste, entonces grabaríamos el del 30 de Octubre.

Comienza hablando en lenguas…

Habla Artemio:

El Espíritu Santo ha dicho:

Bienaventurados aquellos que sin alboroto y en silencio esperan la llegada del Señor con su presencia física, lo mismo que la de su Madre. Esto de la presencia física no es fácilmente entendible, pero dentro de los parámetros del Señor todo puede ocurrir. Alégrense, alégrense, alégrense.

La Madre toma mi voz para decir:

Dice la Madre:

El Espíritu Santo ha sido muy elocuente en su pequeña expresión, por supuesto que está siempre hablando dentro de vos, como de todo cristiano, salvo que no quieran oír, pero todos aquellos que quieren oír su voz pueden hacerlo y así conducir sus pasos, andar los caminos, agotar los días y encontrar siempre a pesar de todo algo en qué alegrarse, algún motivo para sonreír y alguna pena para borrar.

(Se escuchan palabras en arameo antiguo)


Tampoco esto es fácil de entender que Yo hable el arameo antiguo y al mismo tiempo vos tengas la traducción para dar el Mensaje que te estoy dando. El arameo siempre fue el idioma, lenguaje o como quieran llamarle que siempre le gustó hablar a Mi Hijo porque como todo ser humano, además de Dios, hombre también, le gusta oír que se hable en su propia lengua, son esos pequeños gustos que se da el Señor, aunque la mayoría no, no alcance a entenderlo pero es ese otro problema.

No quiero ser muy larga en todas las cosas que digo pero les recuerdo algunas devociones, desde la primera hora, desde la primera hora les dije que tenían que tener una devoción muy grande para las benditas almas que aún no están en la Luz, esas almas que vos corrientemente ves pero mantenés en silencio porque ¿con quién vas a hablar de estas cosas?, ¿con quién?. Pero no estaría mal, al contrario, que los teólogos con las almas pudiera hasta escribirse un pequeño libro o folleto porque no hay mucho de este tema, que sea genuino, que diga las cosas como son. Así como tampoco hay muchas fuentes muy genuinas respecto a la vida de los Santos, entiéndanlo, los Santos en su proceso de Beatificación y Canonización, siempre fue obra de los hombres y no es nada fácil para los hombres comunes tener; los hombres comunes no tienen fácilmente la capacidad espiritual de juzgar los actos de los Santos, otras veces dije: que resultan equívocos más o menos borroneados por la realidad humana que los está considerando pero hay todo un mundo maravilloso en la vida de los Santos; pero como siempre se tuvo el concepto que la Santidad…, que la Santidad es algo muy para elegidos mientras que no es así, todo ser humano durante las horas del día puede tener momentos de una enorme Santidad pero como siempre no es un lugar adonde se llega sino un camino por donde se transita.

Ahora, revisando todas las opiniones de los sabios y teólogos y todos esos hombres que tienen tantos libros en la cabeza pero, muchas veces su corazón no está lo suficientemente preparado para entender qué siente un alma en la presencia del Señor, porque partan siempre de una base, si el hombre es único, inédito e irrepetible, entonces es una tarea muy difícil, alto difícil penetrar aunque sea algo de lo que los Santos dicen, lo que los Santos quieran.

Ustedes tienen por ejemplo a San Francisco de Asís, sus relaciones con Santa Clara, todos los diálogos maravillosos de esos dos Santos elegidos, no llegaron a nosotros los que están hoy en el mundo y digo nosotros porque Yo estoy participando a cada instante de todas las cosas de ustedes. Dije los diálogos esos pero también en todos los consejos dados por San Francisco a los monjes, todas las palabras dichas, todo lo que pasó en el Monte Alverna cuando recibió las llagas de Mi Hijo, ¿quién podría describir algo siquiera de todo eso?, ¿quién podría describir?, quiero que entiendan.

Además te acordás que en una oportunidad Yo te llevé al Convento en Asís donde vivió Francisco y te llevé también a la pieza de él y te hice hablar con él, no fue tan fecundo el diálogo porque a vos te llamó mucho la atención que el desconociera el cuaderno que tenía en las manos, la lapicera con que escribías y además Yo me acuerdo que te desubicó mucho el hecho de que mojara el dedo en el agua, lo pusiera sobre un pan seco e iba sacando miguitas para su estómago vacío, me acuerdo que en esa oportunidad vos le dijiste: hermano Francisco, no te parece que es demasiado esto, ¿hay necesidad de tanto?, él te miró profundamente y no te dijo nada, cuando vos le dijiste: hermano, por esa ventana tan pequeña entra tan poca luz que su vista se va a perder, entonces él te contestó: que importa la luz del sol si tengo la luz de mi corazón que está iluminada por el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.

Después tenías como un desasosiego cuando bajaste las escaleras allá en Asís, ¿te acordás?, me acuerdo también que le dijiste a Francisco, le dijiste: hermano, usted puede hacer esto pero esos hermanos que están también en el Convento no sé si pueden hacer lo mismo y él te dijo: ellos eligieron esto, con lucidez o no tanto pero ellos eligieron, también le dijiste vos: hermano, son muy duras esas tablas para sus huesos secos, para toda su delgadez, que mal haría hermano si pusiera algo para sostener todo su cuerpo tan desmirriado, él volvió a mirarte y no te dijo nada.

Conté todo esto para que se compare, vos no entendías la mayoría de las cosas que estaban pasando ahí, bueno, así les pasa a todos los hombres que juzgan la vida de los Santos y entonces sus afirmaciones son muy precarias, dicen las cosas así casi sabiéndolas, pero no, ni siquiera se asoman al brocal del pozo, me refiero al pozo de toda tu espiritualidad, pero no digo nada Yo solamente quiero afirmar, hay que tener cuidado cuando uno habla de la vida de los Santos y de todas las personas que tienen iluminación del Señor, más allá de lo que pueda decir diariamente el Espíritu Santo hay seres muy, muy unidos al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo y no es fácil entender y entonces se guarda silencio, un silencio que muchos quisieran compartir pero que no es posible.

Consola de depuración de Joomla!

Sesión

Información del perfil

Uso de la memoria

Consultas de la base de datos