Mensaje del 14 de Septiembre de 2005

Entonces quiero que leas el mensaje que te di en aquella oportunidad para siempre, esto es aplicable a todos los hombres, sean padres, maestros, directores de almas, todos. Te dije que escribieras...

Mensaje del 14 de Septiembre de 2005

Dice Jesús:

Antes hablamos de el niño que está solo y espera, todos los niños del mundo, y en consecuencia surge como algo necesario que echando manos a lo que te dicté hace tantos años también, pero que tiene plena vigencia como lo otro, se supone que todo niño necesita alguien que le eduque, sean padres, maestros o quien sea. Entonces quiero que leas el mensaje que te di en aquella oportunidad para siempre, esto es aplicable a todos los hombres, sean padres, maestros, directores de almas, todos. Te dije que escribieras...

Habla Artemio:

Señor vos me enseñaste que debo ser un educador de este tiempo y de los tiempos que vendrán, por lo tanto debo definir siempre mi lugar en el mundo, mi concepción de vida, mis opciones fundamentales y sobre todo que idea tengo sobre el hombre.

Dice Jesús:

Cuando te fui diciendo todas estas cosas era un llamado también a todos aquellos que tenían en sus manos a los que crecen para que aplicaran estos principios. Continuá...

Habla Artemio:

Necesito tener claro en cada ocasión qué hacer para que el educando encuentre sus respuestas a los problemas que le planea la vida y en la elección de su proyecto existencial.
Necesito comprender que el hombre nace persona y requiere un proceso de personalización para lentamente ir transformándose en un ser humano adulto.
Necesito saber cómo hacer posible el proceso de conducción para hacer aprender a aprender, y cómo ser un guía para que los demás encuentren su respuesta personal.
Necesito alinearme en una posición de autocrítica permanente para cambiar en lo que corresponde y evolucionar en lo que deba.
Necesito hacer posible la disolución ideológica de la antinomia educador – educando, para que el hombre en un proceso de autoactividad básica llegue a ser sí mismo y por lo tanto por sí mismo más humano.
Necesito descubrir el argumento de vida sustentado a lo largo de la existencia para poder autoconducir el proyecto personal de vida, en una siempre renovada sabiduría, la del amor, para basar todas las relaciones humanas en la reciprocidad de ese amor.

Señor aclara mi pensamiento, ilumina mi juicio, hazme discernir con corrección, porque debo terminar con todas las opresiones y el miedo a la libertad, debo basar mi accionar en un gran optimismo y confianza en la bondad de la persona, debo promover la capacidad fundamental del hombre, la conciencia. Esta es el órgano del sentido de la vida, del por qué y para qué del mundo y de la marcha de la historia, del por qué y para qué del trabajo, del dolor y del amor.

Debo internalizar que liberar es educar para poder ser, debo asumir en plenitud la alegría de servir y servir con alegría, debo tener una absoluta confianza en mí mismo, que en definitiva es la confianza que Dios está conmigo.
Debo lograr una humilde disposición de aprendizaje constante y transformar toda novedad en situación de aprendizaje.
Debo adquirir capacidad para interpretar los hechos y signos de los tiempos y perfilar diariamente la voluntad de verdad y justicia como fidelidad al ser.
Debo tener una cosmovisión congruente que exprese cuál es el sentido próximo y remoto del valor y el uso del poder, el éxito, las posesiones, el dinero, la fama, la publicidad y los medios de comunicación social para transformar responsablemente la realidad.

Señor, siempre confiando en tu auxilio es que voy configurando mi imagen de educador.

Debo saber que es imposible avanzar sin un profundo sentido de la fe y la esperanza; y amplitud de miras para que la realidad no me supere.
Debo tener pureza de corazón para pensar bien de todo y de todos, humor positivo para vivir con una permanente alegría a pesar del horror cotidiano; prudencia para decir lo que corresponde y a su debido tiempo y sobre todo humildad que es la madre de todas las virtudes y timón seguro para avanzar sin equivocarse.
Señor, diariamente hazme descubrir las necesidades y deberes:
Para adecuarme a cada tiempo.
Mientras tanto conviérteme, intranquilízame, sacúdeme, incomódame, lléname de ser, abre mis ojos para ver que Tú me hablas por medio de los hombres las cosas y los acontecimientos.
Para ser lúcido en entender los signos de los tiempos.
Para no ser mediocre al mirar los hombres y sus obras.
Para elaborar planes audaces.
Para entender que la miseria del alma y del cuerpo deshumanizan.
Para asumir con paciencia a los seres deformados por cosas establecidas, libros anacrónicos y costumbres torpes.
Para vivir el tiempo muy largo que lleva al amanecer.
Para vivenciar que se termina con la violencia cuando se acaba con la injusticia.
Para saber encontrar un guía en el desierto sin caminos.

Dice Jesús:

Como podes ver estas palabras dichas hace tanto tiempo, que te dicté hace tanto tiempo para que tuvieras como herramienta de trabajo, reconocerás muchas palabras que después te fui diciendo en los Mensajes.

Esto vuelve a ratificar lo que dije muchas veces: que aquí no hay el comienzo de los Mensajes hace diez años, sino que habrá que tomar todas las cosas que te fui diciendo a lo largo de la vida; porque los Mensajes empezaron hace mucho tiempo, cuando vos todavía ni tenías noción de que eran Mis Mensajes.

Todas estas enunciaciones que te he dictado dan cabida e involucran a muchas otras para estar siempre acorde en los principios fundamentales de la Sagrada Escritura, pero adaptados al tiempo en que a cada uno le toca vivir.

Ya iremos descubriendo otros Mensajes que te he dicho en algún momento, por hoy es suficiente.

Amén.

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