Mensaje del 10 de Marzo de 2005

Yo observo que todo aquél que me ama, durante el día o en la noche, toman Mis palabras y las usan para edificar una vida nueva, Yo veo como lo dije este tiempo usando una expresión: “el yermo echó flor y el guijarro esplendores”.

Mensaje del 10 de Marzo de 2005

Habla Artemio:

En tu nombre Señor, este día y todos los días a que alcance nuestra vida tenemos tantos deseos Señor de vivir de acuerdo a lo que a vos te parece bien Señor, porque es cierto, que como vos decís, al final de los tiempos todo se verá muy claro pero mientras tanto ¿qué hacemos? ¿eh?, seguimos intercalando errores, seguimos diciendo cosas que no son, tenemos que ser firmes para conocer la verdad ¿mmm? o al menos una aproximación de la verdad, porque es lo único que puede hacernos libres realmente, bien.

En tu nombre Señor, todo en tu nombre, Jesús si vos proponés que pensemos sobre tu pasión, muerte y resurrección para identificarlo con nuestra sanación personal humildemente te decimos Señor que nos ayudes a revisar nuestra vida pero no sobre las cosas malas que hemos hecho porque ninguno de los presentes tiene cara de haber hecho nada malo que yo sepa, entonces, pero sí sobre ustedes pesan montones de injusticias, privaciones, dolores, angustias, situaciones difíciles, también violaciones, manoseos ¿mmm?, seducciones, incluso cuando algunos de ustedes eran pequeños.

Señor, mirá nuestra vida, así está todito ¿mmm?, nos fue de una manera Señor y ahora miramos hacia atrás, miramos el pasado Señor y simplemente te decimos yo quiero que me ayudes a desenredar la madeja de todas las cosas que me pasaron porque a veces tal vez yo le eche culpa a alguien y tal vez no era tan culpable porque a lo mejor estuve debajo de alguien..., bajo el ala de alguien que era enfermo, que no estaba bien de salud, o que era egoísta, o que era dañino, o que era soberbio, orgulloso y uno tuvo que pagar todo eso las consecuencias de que alguien fuera así pero acá no es cuestión de buscar culpables, la cuestión es encontrar las causas que ahora puede que uno tenga traducido en muchas formas de enfermedades. Si uno se crió en un clima de odio, de miedo y de resentimiento es lógico que ahora te duela la columna, las piernas, los ojos, la cabeza y si te duele hasta la bolita del ojo ni contemos ¿no?, bueno, en un ambiente de odio, de inseguridad, en un ambiente de injusticia y todo eso lo comiste ¿mmm? y ahora te duele tremendamente la columna y no sabés cómo hacer para que te pasen los dolores ¿mmm?, pensá: allá tiene el origen esto ¿mmm?, estamos hablando en serio, delante del Señor y Él como testigo y como ven estoy grabando y esto después se publica para que vean que puede ser analizado por cualquiera ¿no es cierto?, estamos diciendo la verdad, bien.

Si hemos tenido resentimientos con alguien que nos hacía inferiores, nos disminuía haciéndonos sufrir todo tipo de injusticias y eso no fue liberado del pasado, no es raro que hoy tal vez no haga bien la digestión, tal vez mi estómago sufra las consecuencias de cosas que me ocurrieron, tal vez mi hígado también esté incorporando penas mías viejas, porque uno puede incorporar penas a su vida pero porque ama a los demás entonces las incorpora, no tiene mas remedio y lo hace con gusto, pero también puede ser que uno incorporó penas a su vida porque no tuvo mas remedio, porque se la hicieron incorporar a la fuerza ¿mmm?, bien.

Señor, cuando yo voy diciendo estas cosas vos pasá sanando porque cada palabra que voy diciendo en cada uno de ustedes va despertando una situación determinada en algún momento determinado de la vida y del tiempo, de muchas cosas Señor uno se acuerda, de otras no pero de acuerdo al ambiente en que vivió uno sabe mas o menos que le fue pasando siempre.

Jesús, yo no sé cuantas veces te caíste en el camino del calvario ni sé con exactitud cuántas veces te escupieron, te patearon y todos los golpes que te dieron pero en cada uno de esos golpes Señor yo quiero unir los golpes que me dieron en la vida a cada uno de tus golpes, porque así me lo saco de mí Señor y te lo entrego a vos, porque según me dice la Sagrada Escritura vos viniste a pagar las penas de otros, las deudas de otros entonces Señor yo confío en tu amor y te voy poniendo en tus heridas las heridas que sufrí a medida que pasó el tiempo, si no me alcanza el tiempo que estoy aquí en esta capilla lo seguiré haciendo en mi casa y en estos días que vamos la Semana Mayor, puedo hacerlo delante del Sagrario Señor también, puedo hacerlo en mi casa, pero de una cosa estoy seguro Señor, yo quiero tener salud, quiero estar bien, no quiero estar enfermo Señor, no. Entonces, voy mirando todo Señor, no tengo por qué ocultarte Señor cómo trataba mi papá a mi mamá cuando ella estaba embarazada, no te puedo negar Señor porque yo sé que le pegaba, no te puedo ocultar Señor que mi papá nunca me tocó a mi mientras estaba en la panza de mamá, es decir era casi huerfanito yo en su panza porque no me pasaban bolilla ¿mmm?, cuando digo yo pienso en cada uno de ustedes ¿eh?, bien.

Entonces, andá viendo Señor todo esto porque yo quiero sacarme todas las enfermedades que tengo dentro de mí y ya he visto que con un médico, el otro, el otro no me sano bien, no me sano del todo, ¿por qué no termino de sanarme?, no termino de sanarme Jesús porque todavía no te di todo Señor, quiero darte todo Señor, quiero darte y ayudame Señor que cuando yo revise, como en estos momentos mi pasado y mi presente ¿no?, sea honesto en el sentido de reconocer todo aunque duela y sabiendo de que no hecho culpa a nadie, sino que estoy buscando causas de mis problemas, como esa señorita chilena que vino, que tenía esclerosis múltiple y haciendo el análisis que estamos haciendo ahora, ella descubre que todo venía porque su mamá todos los días le daba una buena tunda de latigazos con cadena y ahora le había traído esa tremenda enfermedad, así en todo.

Cuando pienso en tus injusticias Jesús pienso en todas las injusticias que viví, si te ridiculizaron a vos, las veces que lo han hecho conmigo también Señor, no me estoy comparando Jesús, estoy diciendo esto salvando las distancias y las diferencias, pero quiero entregarte todo Señor, tal vez no me alcance un día entero sumando las horas de esta revisión pero quiero hacerlo porque sino no me sano. No quiero disimular Señor con el bienestar de hoy mi pasado, no, primero quiero limpiar, Señor a vos te ridiculizaron tanto, te ofrezco las veces que todo eso me pasó a mí, en la familia, en la Escuela, en la calle, con los amigos, a vos te traicionan los amigos Señor, los que te seguían, también digo yo lo mismo de muchos, no de todos pero de muchos sí, traiciones de todo tipo que parecería que no tienen perdón de grandotas que son pero tengo que mirarlas Señor.

Jesús, a medida que te veo avanzar en el camino del calvario quiero avanzar también analizando el propio calvario que viví con mi madre, pobrecita ella no sabía otra cosa y me hizo pasar tantas, con mi suegra, pobre, ella se pensó que le robaba el hijo y me hizo la vida imposible, con mi suegro, que era un machista de primera y me hizo pasar las de Caín, con mi papá, que se pensó que tener un hijo era como tener un bichito más dentro de todos los bichitos de la casa. Yo los amo a todos Señor pero estoy buscando las causas porque mis enfermedades no se pasan Señor, entonces quiere decir que yo no estoy limpiándome como corresponde, quiero entregarte todo a vos Señor, porque sino yo no aprovecho esta Semana Santa, bueno, cualquier día del año es bueno, pero si no aprovecho esta Semana Santa, ¿a qué se va a reducir mi Semana Santa?, a un practicar ciertas cositas que vienen hechas y que a vos ni fu ni fa porque vos estás triunfante, pero Señor, cada una de tus cosas las viviste por mí entonces yo tengo que reconocerlo y dártelo Señor, tengo que dártelo Jesús y en este también análisis, le pido a Nuestra Madre, la Virgen, que nos ayude a todos a ver las cosas como son.

Señor, si analizo los problemas de mi esposa o los problemas de mi marido, si empiezo a enumerar las injusticias que padecí con mi esposo o con mi esposa, cada uno se proyecta como tiene su realidad, todo lo que viví con mis hijos, yo hice lo posible pero después me salieron medios así nomás y ahora así es Señor que me encontrás analizando en esta tarde y todos los días a que alcance mi vida porque te recuerdo Señor llegando a cada uno de los pueblos y ciudades de tu tiempo diciendo: “¿dónde están los enfermos que quiero sanarlos?”, aquí estamos Señor los enfermos que vos querés sanar. Por eso, con toda la fuerza de nuestro corazón, en este día, en que hace diez años te manifestaste por primera vez aquí, como en todo Aniversario vos sos muy generoso con tus Gracias, entonces te propongo que entres en mi vida y empieces a seleccionar, zarandear, analizar profundamente, separar las cosas buenas de las cosas malas, por supuesto Señor que yo te voy a dar de mi parte la buena voluntad para que a medida que voy viendo todo yo te aseguro que si no puedo perdonar del todo al menos voy a empezar a perdonar, estoy cansado Jesús de mirarme al espejo y ver en mi rostro las cicatrices de los dolores que pasé en mi vida, basta Señor ya, basta, quiero vivir con vos, para vos, en vos Señor, hoy y siempre. Mirá cada momentito de mi vida que yo te voy a ir presentando Señor, mirá cada acontecimiento, mirá cada situación, en particular y en conjunto y pasá sanando Jesús, pasá sanando todo, pasá sanando Señor, pasá, pasá sanando todo Señor.

Yo sé que si hoy venís Señor vas a tocar cada una de las partes de mi cuerpo y vas a revisar toda mi realidad física, psíquica y espiritual porque yo confío plenamente en que vos vas a sanar toda mi vida, por eso estoy aquí Señor, estoy aquí porque te amo Señor sino no hubiera venido ¿mmm?, estoy aquí Señor porque creo en vos, creo en tu Papá que te mandó, en vos que naciste de la Virgen, en vos que predicaste, las pasaste muy mal, después has muerto y resucitado y estás entre nosotros vivito y con mucha salud para nunca más morir entonces me aferro a tu imagen esplendorosa de Jesús resucitado y no me aparto más de ella, esa hermosa imagen que vos mostrás como el Señor de la Misericordia, que aquí se ha empezado a manifestar en este día.

Está Jesús con nosotros, así como su Madre.

Dice Jesús:

Paz y bien a todos.

Tomamos este día como iniciación de todo esto ¿no?, pero si vamos a ser realistas y apuntando siempre a la verdad esto no empezó hace diez años, empezó hace sesenta y siete y nueve meses pero esa es una historia que ustedes ya conocen y tal vez muy bien, pero quiero rescatar de todo este tiempo todo el sufrimiento pero también las alegrías, todo el dolor pero también el contemplar la superabundancia de la Gracia del Señor. Todo se hizo bien pero que a Mi me parezca que se hizo bien no significa que aquellos que son protagonistas dejen el cuero en tirillas y terminen todos lastimados, pero esa es otra historia, hoy estamos festejando.

Que duro fueron los comienzos porque toda una situación nueva había que vivir, porque ya no era una relación personal conmigo y con Mi Mamá sino que era una relación donde los Mensajes que Yo daba tenían que ser para todos los hombres y quien recibe los Mensajes siempre tiene temor de no recibir las cosas bien, porque es muy cierto que el Señor no se equivoca cuando elige a los hombres, pero también es cierto que los hombres que el Señor elige a veces pueden equivocarse, pero fíjense que este no es el caso ¿eh?, no. Además cuando el ser humano se equivoca con exceso de amor está de alguna manera haciendo las cosas bien también porque Yo me encargo de que eso sea así.

Este hijo Mío podía decir con el Profeta: “me ha seducido Yavé y me has podido, me has seducido y me has podido”, cuántas veces no hablaré nunca más en nombre del Señor pero no pasaba un momento en que la palabra del Señor era más incendiara que nunca, “me ha seducido Yavé y me has podido”, sí. Y ahora mirando estos diez años a la distancia, que para el Señor tal vez son días pero para el hombre son años, años, y a esta altura de los tiempos Yo me pregunto: si con toda la siembra que Yo hice aquí no te resulto más eficaz en tu vida entonces ¿para qué sembré?, si con Mi siembra no se logró quitar montones de lágrimas de los ojos de los hombres y hacer vislumbrar un Reino de la justicia sobre todas estas tierras entonces ¿para qué habré vivido y para qué habré venido?, pero son estas preguntas nada más.

Yo observo que todo aquél que me ama, durante el día o en la noche, toman Mis palabras y las usan para edificar una vida nueva, Yo veo como lo dije este tiempo usando una expresión: “el yermo echó flor y el guijarro esplendores”, y aunque tal vez no se vean tantas cosas todos ustedes podrían entonar el Magnificat haciendo de ustedes las palabras de Mi Mamá, aquellas que empiezan: “Mi alma engrandece al Señor y se alegra Mi Epíritu en Dios Mi Salvador porque fijó los ojos en la pequeñez de su esclava, en adelante todas las generaciones me llamarán Bienaventurada”, y sigue el Magnificat, el más hermoso himno de acción de gracias.

Estoy tan contento con toda la obra realizada, estoy tan feliz porque son tantos los frutos conseguidos, no solo quedó en campos llenos de flores que alegran a los ojos sino que los frutos recogidos son tantos pero tantos que no les alcanza a ustedes los cabellos que tengan en la cabeza para contarlo.

Dice Nuestra Madre:

Y Yo les digo como dije en aquél tiempo: “estamos cansados con Mi Hijo de caminar entre las flores que nacen de la boca de los muertos, quienes esperaron una justicia que no les llegó de ninguna parte”, ya no es lo mismo que hace diez años aunque Yo lo sigo repitiendo, no es lo mismo porque así cuando ustedes miran las mieses que ondulan en noviembre, así también Yo estoy viendo las mieses que ondulan, es decir estamos tan próximos para... (se dio vuelta la cinta) ..., están muy próximos de la cosecha, ¿más aún dirán ustedes?, y sí, a pesar de la superabundancia de la gracia aún todavía no se vio lo esencial, porque Mi Hijo y Yo cuando hacemos las cosas es para que los hombres se maravillen y caigan de rodillas y digan: Señor, ten compasión de mí, porque creí, porque creí a medias o porque no creí nada.

Todas estas cosas las vamos a ir ampliando estos días, hoy levanten ustedes la voz para decir gracias porque el Señor cumple sus promesas, el Señor es el gran cumplidor, en todos los tiempos y aquí, todo lo que se prometió ya empieza a verse cada día más, más y más, pero no solamente los enfermos que se sanan, los ciegos que ven, los sordos que oyen, o los enfermos que dejan de estarlo, sino el reinado de la justicia, es decir que apunta a la Santidad, que se logra con una conversión plena.

Mis queridos, les hablaría este día y todos los días como dice Artemio: a que alcance la vida, pero les doy la seguridad de Mi amor junto con el amor de Mi Hijo y de todos los Santos.

Yo le agradezco a este hijo nuestro que nos prestó siempre su voz, a Mí, a Mi Hijo y a los Santos y seguirá prestándola mucho tiempo más, mucho tiempo más, porque así están dadas las cosas y como dijo Mi Hijo: el Señor nunca se equivoca cuando elige a alguien, pero no es de un día para otro, lo viene gestando desde milenios para lograr lo que Él se propone, así están dadas las cosas en el Reino, así están dadas, entonen himnos de alabanzas, canten al Señor porque es bueno, porque aquí hizo maravillas, entonen himnos de alabanzas, hoy y siempre.

Habla Artemio:

Cantemos al amor de los amores, cantemos al Señor...

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