Oración del 17 de Noviembre de 2004 (1º)

En este día, nos ofrecemos al Corazón de Jesús y también al Inmaculado Corazón de María, Madre Nuestra, Mediadora de todas las Gracias, nos hemos encomendado y ofrecido a los Sagrados Corazones de Jesús y María.

Oración del 17 de Noviembre de 2004

Habla Artemio:

Cerramos nuestros ojos, estamos delante del Señor, recién decíamos: si el Señor nos ama puede renacer en nosotros la esperanza, ¿la esperanza de qué?, de solucionar todo lo que tenemos en nuestras manos, problemas de todo tipo, enfermedades ¿mmm? y no solamente de nosotros sino también de todas aquellas personas que nosotros amamos ¿mmm?, que no han podido venir porque a lo mejor están muy mal o están muy lejos o están en otros países.

Entonces, no solo nosotros, nos acordamos de todos y por supuesto que yo tengo que acordarme por los cientos de miles de personas que están anotadas aquí esperando su sanación, especialmente los que hablaron en este día pero todos, ustedes dirán: ¿tanta fuerza tiene el Señor para solucionar todo?, y su Misericordia no tiene límites, en consecuencia confiemos.

Señor Jesús, en esta tarde y todas las tardes a que alcance nuestra vida, humildemente Señor Jesús nos colocamos delante de ti porque estamos todos muy necesitados, cada uno empieza a acordarse de sus cosas, vos dijiste Señor: “llamen que Yo les abriré, golpeen que Yo acudiré a recibirlos”.

Entonces Señor, te presento toda mi vida y para que vos puedas llegar hasta ella y darle a nuestra vida todo lo que necesita, comenzamos ofreciéndonos Jesús a tu Corazón, a tu Sagrado Corazón. En este día, nos ofrecemos al Corazón de Jesús y también al Inmaculado Corazón de María, Madre Nuestra, Mediadora de todas las Gracias, nos hemos encomendado y ofrecido a los Sagrados Corazones de Jesús y María. En esto no hay retorno, porque a partir de este instante el Señor se la toma muy a pecho con nosotros, ¿para qué?, para que seamos felices, ¿por qué?, porque somos sus hijos, creados a su imagen y semejanza y herederos de su Gloria.

Por supuesto Señor que en la vida me fue de una manera, a veces bien, a veces mal, a veces mas o menos, pero si miro así para atrás son mas los días en que estuve triste y amargado que los días en que viví feliz, por ahí tuve algún momento de felicidad Señor, de alegría, pero en general a lo largo del tiempo lo que puedo enumerar son dolores, dolores y dolores. Nadie puede decir Señor lo contrario, porque el ser humano es alguien que vive sufriendo sobre la Tierra, es una pena, pero es así, yo los miraba recién, cada uno en su rostro tiene las cicatrices de los dolores que tuvo, y ustedes preguntarán: ¿los niños también?, por supuesto, porque los niños aún antes de ser engendrados ya ellos van a sentir lo que quieren los padres para él, es decir si un hijo es deseado o no.

Entonces, Señor, todos los días tendría que decirte lo mismo: vení a mí y haceme de nuevo, vení a mí y sacame esto que tengo en la espalda que me es tan pesado y no lo puedo llevar solo, sacámelo Señor, sacame de arriba de mí Señor todas las heridas, todos los moretones en el alma que fui teniendo a lo largo del tiempo, ya empecé en la panza de mi mamá y seguí y seguí y a veces uno se pregunta: pero ¿esto dura siempre así?, no, esto dura en la medida que uno lo quiere hacer durar, pero en el mismo momento en que uno se ofrece para que el Señor lo cobije en sus manos, en ese mismo momento todo empieza a cambiar.
Yo estoy viendo como dentro de ustedes todo empieza a cambiar.

Ese es el trabajo, la tarea que hace Nuestro Señor con todos, porque nos ama, cuando una madre quiere a un hijo o un padre tenemos que saber que lo está rodeando de todo una atmósfera de protección porque todo ese amor le llega a su hijo, esté lejos o cerca ¿verdad?, entonces, el Señor siempre quiere amarnos pero a veces nosotros no le damos el lugar, nosotros somos lentos en abrirnos para recibir el afecto de él, ese es nuestro problema, o bien nos cansamos de su presencia, que yo sepa nadie se cansa de estar en compañía de los que ama, al contrario, entonces si vos te cansás de la compañía del Señor no lo amás, está allí cerca tuyo o dentro tuyo como si estuviera usurpando un lugar, no.

Lamentablemente cuando estamos tristes o con problemas hay muy pocos o ninguno que nos pone la oreja o el oído para escuchar nuestros problemas ¿eh?, por qué no contárselos al Señor, por qué no aceptar que Él esté con nosotros cuando trabajamos, cuando nos divertimos, cuando sufrimos, por la noche que tal vez estemos solos y nos sentimos abandonados, por qué no dejar que Él llegue a nosotros y nos ame. Si, también tenemos que amarlo nosotros pero nuestro amor es chiquito como dije antes, es precario.

Yo sé Señor Jesús que vos estás mirando dentro de mí todos los dramas de mi vida, yo sé Señor que has tomado conciencia ya hace mucho de todo lo que nos pasa y mientras te digo esto Señor veo que cada uno en el interior de sí mismo te va presentando todos sus dramas, algunos tienen urgencia Señor como una enfermedad que no espera, otros no tienen tanta urgencia pero los problemas son siempre problemas.

Entonces Señor, lo de la urgencia en la solución depende de vos, yo te presento todo, te presento mis dolores físicos, todo lo que se refiere a las enfermedades que tengo, acá dentro hay muchas personas que están enfermas Señor y yo me estoy acordando de aquella expresión tuya cuando llegabas a cualquier lugar y con voz muy fuerte le decías a todos: “¿dónde están los enfermos que quiero sanarlos?, ¿dónde?”, entonces en este día yo te vuelvo a decir como siempre: ¡aquí estamos Señor!, nosotros somos los que queremos sanarnos, entrá en nosotros Jesús y ordená todo lo que hay desordenado, limpiá toda mi casa Señor, cuando te digo eso Señor te estoy diciendo: yo no quiero odiar a nadie, yo no quiero tener resentimientos en contra de nadie, ni sentir bronca por ninguno, no quiero ser orgulloso Señor, soberbio, creer que puedo todo, que soy la solución de mis cosas, no Señor, nada que ver, yo quiero Señor que me liberes de todas las ataduras del pasado, digo ataduras porque acá dentro hay personas que usan esa palabra: ataduras, que son términos que a veces usan los curanderos ¿mmm?, usted está atado le dicen ¿eh?. Es decir, lo que ellos quieren significar es que es posible que te hayan hecho cosas y te han dejado la marca y todavía la seguís teniendo ¿eh?.

Entonces, liberación total de todas aquellas cosas que ustedes consideran ataduras ¿mmm?, daños, persecuciones, envidias, enconos, indiferencias, injusticias, liberación total Señor te estoy pidiendo de todas las porquerías que he visto en mi vida, que me hicieron o han deseado hacerme Señor, confío en vos Jesús porque hoy me he ofrecido nuevamente y a tu Mamá para que limpies todo mi cuerpo y mi alma, de todas las cosas que arrastro desde hace mucho tiempo o hace poco tiempo y que me están ocasionando tanto mal o a lo mejor desencadenaron un problema de salud muy grande. Entonces Jesús, vos sos el que puede todo, tu Misericordia es el amor infinito, entonces todo mi ser lo pongo en tus manos Señor, totalmente en tus manos, ¿por qué?, porque yo quiero vivir con vos Señor, no quiero que nadie me está perjudicando, soy hijo tuyo Señor y en consecuencia yo te amo, vos me amás y yo tengo derecho de decirte: Señor, liberame de todo mal y yo voy a confiar en que me liberás porque si yo no confío Señor en que me liberás de las cosas malas entonces es inútil que te lo pida.

Sí Señor, uno al verlo se da cuenta qué tiene cada uno y qué cosas arrastra y qué cosas viene desde muy lejos, pero no conviene decirlo porque uno le toma bronca a algunas personas, que a lo mejor ya no le quieren tan mal en este momento pero fueron muy dañinas con nuestra vida, entonces un buen día tenemos que decir basta, ponernos en las manos de Jesús y de su Madre y ya pensar que somos invulnerables, que nadie nos puede hacer ningún tipo de mal, ni a nosotros ni a nuestra familia, ni la casa donde vivimos, ni los lugares de trabajo; y ustedes dirán: y ¿cómo hago yo en los lugares de trabajo sabiendo de que hay tantas cosas malas?, pues bien, cuando entro a los lugares de trabajo digo: Señor cubrime con tu Preciosísima Sangre, tu Sangre Señor será el escudo, la coraza, la armadura que me protege de todo mal, si yo confío en que vos me cubrís con tu Preciosísima Sangra nadie puede hacerme mal, nadie, nunca, jamás; y si alguna vez alguno se filtra para hacerme mal es porque yo no confié en vos Señor, porque no hay otro que tenga tanta fuerza como vos, vos tenés toda la fuerza Señor y además nos amás totalmente y para siempre.

No solamente Señor mirá mi vida, mis cosas, mis enfermedades, mis disgustos, todo, si no también los lugares donde trabajo, las personas con las que convivo, las personas con las que me relaciono, porque uno no sabe en qué rincón se oculta su peor enemigo. Mirá Señor todos los que me rodean, los que me visitan, los que me conversan, los que me paran en la calle, al ser hijo tuyo Señor todo es diferente, estoy con la armadura de tu Sangre Preciosísima y ya no tengo miedo de nada, absolutamente de nada porque tengo tu protección Señor y tu protección vendrá en la medida en que yo crea que vos me protegés y podré ponerme delante de una locomotora y le diré: detenete y la locomotora se detendré ¿mmm?, como decíamos antes: Jesús niño hacía figuritas de barro y en un momento daba una palmada y todas tenían vida, como dijo Él: “tanto que los compañeritos de juego se esmeraban para venir a jugar y esperaban ese momento porque para ellos era hermoso ver como esas figuritas de barro ¿eh?, ayer lo dijo Jesús, esas figuritas de barro tenían vida”.

Señor, así tiene que pasar con nosotros, totalmente con nosotros, pasá sanando todo Señor, pasá sanando todo Jesús.

Yo, en tu nombre Señor, con toda la fuerza y el poder que viene de vos, expulso de todos los presentes y de todas las personas que aman, todas las enfermedades del cuerpo y del alma, además mando a lugares extraños a todos los espíritus del mal que de una u otra forma a través de curanderos y de tantas, y de brujas y que se yo lograron hacerme daño, hoy se pone punto final a eso porque vos Señor tomás parte para todos estos hermanos y todos los que ellos aman y todos pueden empezar una nueva vida, solamente Señor quiero escuchar lo que me decís en mi conciencia para que yo pueda seguirte en todos tus consejos.

Libera Señor para siempre de sus enfermedades físicas, psíquicas, de todos los males que ocasiona el demonio, de todos los males que ocasionan las lenguas de las personas, las envidias, las injurias, las calumnias y todas aquellas cosas que no son tuyas Señor, en este momento, con toda tu fuerza y poder desaparecen para siempre de nuestras vidas para no molestarnos nunca más, sí Señor, para no molestarnos nunca más.

Y yo te prometo confiar plenamente en vos Señor, te prometo toda mi confianza en tu amor, sé Señor que no me vas a defraudar, porque cuando uno siente que lo aman tiene la seguridad, la seguridad que todo aquello que pide le será concedido, sí Jesús, a partir de este momento la vida de cada uno de nosotros se renueva totalmente, hay un renacimiento en nuestras vidas, de todo lo físico, en lo psíquico, en lo espiritual. Señor, vení a nuestra alma, entrá en nuestro corazón, quedate en él para siempre, traé a tu Madre Señor con vos y quedate en nuestro corazón para siempre y en el corazón de todos aquellos que amamos. Además todos aquellos que piensan en sus enfermos y algunos que están muy graves, siempre hay que hablarle al Señor pidiéndole la solución de sus problemas, la salud, por más que los médicos lo hayan despedido, por más que los médicos digan lo que digan o cualquiera diga lo que diga, cuando se le pide al Señor se le pide todo, te lo digo yo que he visto a tanta gente que estaba despedida por todos y sin embargo volvió a recuperar la salud, porque ya no es la solución que viene de los hombres, es la solución que viene de Dios.

Es una suerte Señor que en esta tarde hayas entrado a mi corazón y te quedes en él para siempre, yo sé que vos te quedás aquí Señor pero que vas a ir con cada uno de los hermanos hasta su casa y estarás siempre con ellos, te pondrás en la cabecera de cada enfermo para lograr su salud, entrarás en cada casa y expulsarás todos las porquerías, los demonios y todos los daños y otras cosas hechas tiradas, dadas, pensadas y otras formas que usan aquellos que quieren el mal de los demás.

Pero en este momento Señor te veo pasar entre nosotros sabiendo que nos estás sanando, por eso con todo nuestro amor decimos: el Maestro de Galilea va pasando ya, el Maestro de Galilea va pasando ya, el Maestro de Galilea va pasando…

Se corta la grabación…………………

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