Mensaje del 04 de Julio de 2004

Ahora lo importante está en que estos Mensajes no quedan solamente en un decirles a ustedes todo a través de la palabra o Yo directamente, sino gritar a los cuatro vientos, aunque sea en silencio, gritar hacia los cuatro vientos: ¡el Señor de la Misericordia ha acampado en este lugar para quedarse para siempre!.

Mensaje del 04 de Julio de 2004

Habla Artemio:

Hoy es tanto como 04 de Julio de 2004, estamos en descenso, en la pendiente de la mitad del año, pero nosotros no tenemos descenso, tenemos siempre ascenso, porque las emociones de ayer ni por casualidad con las de hoy y andá a saber mañana que ocurrirá.

Entonces de nuevo, tomemos conciencia del Evangelio de San Lucas: “felices ustedes porque ven lo que muchos profetas y reyes quisieron pero no pudieron”, es tan grande todo, que cuando uno empieza a ensayar algún adjetivo para querer conceptualizar lo que pasa se vuelve torpe, se vuelve torpe porque no…, las palabras están tan demás en situaciones así, ¿no? tan demás, donde lo fundamental es atender y entender para comprender.

Perdoná Señor que me atreva a hablar cuando vos ya estás acá ¿mmm?, pero viste yo me atrevo a tantas cosas Señor.

Dice Jesús…, dice el Señor en este día 04 de Julio.

Dice el Señor:

Celebro verlos a ustedes así todos juntos porque a Mi no solamente me está indicando vuestra presencia sino toda la fuerza que hay en este lugar, ¿fuerza en qué sentido?, en todos, “felices ustedes que pueden ver lo que ven y teniendo en cuenta que se ve algo nomás pero tengan en cuenta que mientras otros a lo mejor traman acciones para destruir, ustedes se regodean pensando en como va a quedar Mi Casa y la de Mi Mamá”.

Entonces a esta altura de los tiempos, a esta altura de las circunstancias, a esta altura de todos los acontecimientos, uno podría preguntarse: ¿hay algún parámetro, alguna medida para mensurar todo esto, para medir todo esto?, no hace falta que responda. Las palabras que se oyeron hoy en el Evangelio están dirigidas concretamente a ustedes, a cada uno de ustedes, a cada uno de los que ustedes aman y vívanlo de esta manera, en su real dimensión, de algo único, total, definitivo.

Cuando los hombres están en presencia, está en presencia de algo tan inconmensurable mejor adopta una posición de humildad, calla y comprende y deja pasar, ni por casualidad ponerse a analizar y solamente contarles a aquellos que podrían escuchar, pero cuidado, que hay más de lo que ustedes creen de los que pueden escuchar.

Ahora lo importante está en que estos Mensajes no quedan solamente en un decirles a ustedes todo a través de la palabra o Yo directamente, sino gritar a los cuatro vientos, aunque sea en silencio, gritar hacia los cuatro vientos: ¡el Señor de la Misericordia ha acampado en este lugar para quedarse para siempre! , ¿eso quiere decir que no estará el Señor, no estaré Yo en otro lugar?, en todo lugar, porque ese es uno de los atributos Divinos, estar en todos los lugares. Pero coméntenlo, díganlo con fuerza aunque vean que las personas sonrían por lo bajo o directamente por dentro piensen: que han perdido el juicio; pero ustedes digan: no sabés lo hermoso que es cuando el Señor decide acampar entre nosotros.

El silencio que hemos hecho un momento, lo han llenado ustedes con todo lo que ustedes son capaces, nadie mire al otro cuánto sino alégrese de esto que pasa, y ¿qué habrá que hacer para que el Señor acampe entre los hombres?, lo que hicieron siempre ustedes, querer que eso suceda. Parece muy simple la respuesta: querer que suceda pero tiene tantas connotaciones, tantas y tantas en ese querer, porque en el querer, porque se refiere a un acto voluntario, como el que están viviendo ustedes en este momento o siempre, es el querer sin ningún interés de por medio, eso no quita de que los hombres pueden ser débiles y precarios y en eso citar montones de cosas pero el momento de contemplación mística que hay en ustedes cuando quieren Mi presencia entre ustedes y oír Mi palabra, ese momento que es bastante intenso, de contemplación mística, de vida mística, solamente puede medirlo Mi Misericordia, ¿y para qué medirlo, para saber de cuánto son capaces?, no, medirlo para multiplicarlo por miles, por millones, ¿para qué?, para llevar justamente una vida diferente, un mundo distinto, una visión maravillosa de las cosas, del mundo y de la vida.

Entonces, Mis queridos, aquellos que quieren así de repente tienen toda la eternidad a vuestros pies, con la misma naturalidad que un granito de polvo en el aire va y viene. Es hermoso que estas palabras lleguen por escrito a todos los hombres que realmente, directa o indirectamente, quieran conocer y amar, pero Yo sigo albergando la esperanza de que algún día va a poder llegar a todos los hombres las inflexiones de Mi voz, las caricias de Mis palabras, el manto Divino de protección que se siente descender sobre uno cuando el Padre común, el Padre de todos les está amparando.

Es cierto, la lectura es muy útil, pero el calor de una palabra conmueve, dije conmueve porque mueve junto, es decir el mensaje de Mis labios llega hasta el corazón del hombre, lo apela en forma casi terrible y el hombre no tiene otra alternativa que decir: Señor mío y Dios mío, Señor mío y Dios mío, Señor mío y Dios mío .

¿Ustedes quieren preguntarme si estoy pensando en alguien determinado, en alguien que profese estas ideas, en alguien que piense de la forma esta?, no, me refiero a todos, porque la palabra conmueve y dejemos allí todo, ¿por qué?, porque no querramos embretar enseguida, si alguien dijo: Señor mío y Dios mío , bueno vamos a invitarlo a la Misa, vamos a regularizar su situación matrimonial, vamos a, vamos a, vamos a, no, nada Mis queridos, cuando alguien desde lo más profundo de su corazón ha sido conmovido para decir: Señor mío y Dios mío, Señor mío y Dios mío, a Mi no me interesa nada más, porque está todo hecho, está todo realizado, está todo completo, está todo plenificado.

Como ven Mis queridos estas palabras terminan por destruir las pocas estructuras que aún quedaban vigentes, desde nuestro ángulo, y este es el hombre que Yo amo profundamente, aquél que sin entender o entendiendo, sin comprender o no, en un instante todo el universo entró en su corazón, entró en su casa para quedarse, ¿y quién puede desmentirlo?, pero Yo que veo las razones y los corazones esto es lo que ando buscando, si se da el resto está bien, que se de por añadidura, pero que se entienda bien, esto es lo que estoy buscando.

Pónganse un poco a pensar, ese hombre que regresa a su hogar y ve a lo lejos una lucecita que titila en el horizonte, y piensa: allí están aquellos que yo amo, y si en el corazón de este hombre ha surgido aquello de: Señor mío y Dios mío hace posible que todo su camino esté lleno de Luz y que antes que él llegue a su casa ya llegó su Luz y los envolvió a todos y al envolverlos a todos santificó todo, privilegió todo, encaminó todo, iluminó todo.

Es hermoso vivir Mis queridos, es hermoso vivir pero sobre todo vivir cuando no se establece ninguna…, ninguna diferencia entre este mientras tanto de la vida y la eternidad y si hay algo que vos lo podés decir con pleno conocimiento y vivencia, lo único que diferencia esto de lo otro es que se termina todo el dolor y empieza esa paz maravillosa, eso de sentir que ya no hay dimensiones, el sentir que toda una vida fue justificada de repente. Sí, es cierto, lo que pasa por tu mente, el sufrimiento denigra al ser humano, claro que sí, es consecuencia de lo que pasó en los primeros tiempos sino no habría sufrimientos, entonces es cierto, el sufrimiento denigra al ser humano y lo vuelve pusilánime y lo vuelve miedoso y lo vuelve como vos decís: como una pielcita de ajo que lleva el viento y que nadie ve, pero Yo vì todo, Yo no olvido, Mi memoria es eterna.

Cuantas cosas se ahorraría el ser humano, si perdiera los miedos a los distintos estados y la base de todo eso está en la entrega total y completa, ¿quiere decir que con esa entrega total y completa los defectos humanos desaparecen?, noo, claro que no, pero ¿un Dios de Misericordia tiene en cuenta los defectos humanos?, si ustedes creen que sí entonces no entendieron nada.

El hombre vive como arañando, la posibilidad de descubrir el amor, cuando lo descubre feliz de él pero no es tan común, hay muchos estados parecidos, pero no justamente al que Yo me refiero. Entonces, como decías cuando todavía eras casi un niño: con tolerancia y bondad Señor que distinto sería tu mundo, porque allí se reflejan todas las virtudes, con tolerancia y bondad que distinto sería tu mundo. Ahora díganme ¿ustedes no lo están viviendo ya en este momento?, este es un mundo en pequeño, el Creador y sus creaturas hechas a imagen y semejanza, el mundo en pequeño en este lugar, por eso en la palabra de hoy dice: “felices ustedes que pueden ver todo esto, porque tantos profetas y reyes y sabios y hombres de toda clase quisieron verlo y no pudieron”.

No quiero demorarlos demasiado, solamente quiero dejarles una imagen en vuestra retina para que conserven, la de ese hombre que regresa a su hogar ya caída la noche y ve a… (se dio vuelta la cinta) … allí están los que amo y en esa sensación de plenitud, es aprovechado por la Misericordia para multiplicar millones de veces lo mismo. Y otra imagen más para que conserven en este día, a veces lo hemos dicho: cuando aquél hijo iba a matar a su madre y al clavar el cuchillo tropieza y cae, casi al mismo tiempo que su madre muriéndose, sin embargo la expresión de esa mujer fue: ¿te has hecho daño hijo mío?, así es la Misericordia del Señor con los hombres, hasta para aquellos que usan sus armas para destruir. Yo les digo: ¿te has hecho daño hijo Mío?.

Gracias por escucharme, gracias por prestarme atención, gracias porque al mirarlos estoy maravillado de haberlos creado a Mi imagen y semejanza, porque como se dice siempre. Las creaturas del Señor son pequeños diositos, pero como ya les dije una vez: ustedes son mucho más que pequeños diositos.

Amén.

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