Mensaje del 15 de Junio de 2004

Confíen plenamente en Mí, no duden, la fe siempre es un salto al vacío, abandonándose en Mi Misericordia y en Mi amor, sean dóciles, déjenme entrar, llevo conmigo a Mi Mamá, que es la Mediadora de todas las Gracias.

Mensaje del 15 de Junio de 2004

Habla Artemio:

... Jesús de la Misericordia, está su Madre, los Santos, Santa Teresita, Santa Faustina, el Padre Gabriel Guillén, Emiliano Tardiff, la Madre Teresa, familiares, mis familiares, algunos de ellos, no todos, el Padre Pío, San Pío de Pietralcina, Don Orione, San Agustín, San Benito Abad, el Patrono de los exorcistas, San Francisco de Asís, después está la Virgen María, Santa Teresita al lado, Santa Faustina a quién Jesús le dio los Mensajes de la Misericordia ¿mmm?, después está Emiliano Tardiff, el Padre Guillén, Eduardo Pironio, el Cardenal y la Madre Teresa aquí.

Bueno, dice Jesús..., van a oír un murmullo detrás que es la palabra de Jesús en arameo y yo lo voy traduciendo.

Dice Jesús:

Bienaventurados todos los que están aquí y todos aquellos a los que ustedes aman, porque hoy en este día de Junio, mes de Mi Sagrado Corazón derramaré sobre todos infinitas bendiciones.

Estoy muy necesitado de amarlos profundamente y darles todas las gracias que ustedes me piden, confíen en que estoy con ustedes y quiero sanarles, Yo tengo necesidad de que ustedes estén sanos y lo mismo que cuando andaba por los campos sanando los enfermos así también en este día digo: “¿dónde están los enfermos que quiero sanarlos?”.

Confíen plenamente en Mi Misericordia y acuérdense siempre que Mi Misericordia alcanza para todo, todo lo que fueron revisando del pasado en la vida de ustedes déjenmela a Mi que Yo la quiero quemar con el fuego de Mi amor, Mi Misericordia irá repasando minuto a minuto y segundo a segundo todos aquellos días en el pasado, viniendo al presente en que ustedes no vivieron como debieron vivir, porque no estaban bien.

Confíen plenamente en Mí, no duden, la fe siempre es un salto al vacío, abandonándose en Mi Misericordia y en Mi amor, sean dóciles, déjenme entrar, llevo conmigo a Mi Mamá, que es la Mediadora de todas las Gracias.

Confíenme todas vuestras penas, vuestros dolores, vuestras angustias, vuestras preocupaciones, díganme todo que Yo soy un padre, un amigo, un hermano, que quiere ayudarles y darles todo lo mejor, porque los amo tiernamente, tiernamente, tiernamente.

Déjenme entrar en vuestro corazón, necesito estar en él, porque quiero amarlos para siempre y al decir quiero amarlos, les estoy diciendo: quiero sanarlos de todos vuestros dolores, vuestras enfermedades, vuestras preocupaciones, confíen en que Yo puedo hacerlo y lo haré.

Les amo tiernamente, les acompañaré a cada uno a su casa y me quedaré para siempre en vuestro hogar, ¿cómo? dirán algunos, y el Señor es Dios y Dios mismo y puede hacer eso y mucho más.

Les amo ¿eh?, mucho.

Amén.

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