Mensaje del 27 de Abril de 2004

Necesito la pequeña Luz de tu lámpara, esa pequeña llamita, que dicho con otras palabras es el amor que vos podes sentir por el hermano, no te pido tanto, una pequeña llamita, nada más y Yo la voy a administrar muy bien.

Mensaje del 27 de Abril de 2004

Habla Artemio:

… empiezo a masticar las palabras porque por más que hace diez años que nos vemos todos los días pero, Él es el Señor, es el Hijo de Dios y Dios mismo y uno empieza a…, aunque Él a veces dice: tenés que tomarte más confianza pero qué quieren que les diga, no puedo.

Dice Jesús:

Para corroborar todo lo que se vino diciendo hasta ahora, Yo agrego lo que ya saben: “que soy el camino, la verdad y la vida y quien me sigue no anda en tinieblas”.

Es tan claro esto de decir que soy “el camino, la verdad y la vida”, por qué hacerlo difícil y Yo en esta tarde, te invito a que enciendas tu lámpara, pequeñita aunque sea, no importa, pero necesito que tu lámpara alumbre el camino de tantos de tus hermanos, la lámpara o la llamita pequeña que te pido que tengas también tornala disponible para que Yo la use y así guiar a tantos que marchan en la peregrinación hacia la Jerusalén Celestial totalmente a oscuras.

Necesito la pequeña Luz de tu lámpara, esa pequeña llamita, que dicho con otras palabras es el amor que vos podes sentir por el hermano, no te pido tanto, una pequeña llamita, nada más y Yo la voy a administrar muy bien y la haré reproducir como cuando uno entra en una sala llena de espejos, para decirles de alguna forma algo para que me entiendan.

Necesito tu lámpara, necesito tu llama, necesito toda esa disponibilidad que tenés, que hoy has prometido darme y así Yo la llevaré a tantos lugares y también pensá que María, Mi Mamá, está participando de ello, pensá que los Santos, todos los que están aquí, los Ángeles y todo ¿eh?, es lo que siempre digo: la Comunión de los Santos, esa…, esa forma de vivir en este mundo, pero también estar siempre asomado al otro, tanto que este mundo se transforma prácticamente en el otro. Ustedes dicen todos los días: “creo en la Comunión de los Santos”, pues bien tengan en cuenta lo que les digo, pero Mis palabras no, no son una imposición, son amor que te estimula a ver “el camino, la verdad y la vida”.

¡Vamos!, esta tarde ¿mmm?, quiero que enciendas tu lámpara, si te parece que no podes pedime fuerzas que Yo haré girar, haré girar tu corazón todo lo que sea necesario para que se inunde de amor, que será el combustible de esa lámpara, de esa pequeña llamita que Yo, te repito: la multiplicaré en tantos lugares, te pido que seas co redentor conmigo, todos ustedes como hermanos son co redentores conmigo, redentores juntos, necesito vuestras manos, vuestro corazón, vuestros pies, vuestro cuerpo, todo, después dejen que Mi Misericordia lleve eso a tantos lugares donde ustedes ni remotamente creen que podrían llegar, pero el amor lo puede todo, obra todo.

Sean trasmisores, tengan un efecto multiplicador de la necesidad que Yo tengo de vuestro amor para que Mi Misericordia lo use y pueda llegar a tantos que todavía Mi palabra no llegó e incluso para aquellos en que llegó Mi palabra pero llegó tan difusa, tan diluida, tan sin sabor que no, que no vale casi, pero Yo estoy seguro que la tuya sí vale, porque Yo estoy viendo los corazones y sé que me aman y me aman profundamente.

Dejen aquí todas vuestras penurias, vuestros dolores, vuestras angustias, vuestras tribulaciones, dejen todo aquí, déjenlo, Yo lo voy a quemar con el fuego de Mi amor ¿eh? y sean dóciles para…, para darme todo lo que tengan así Yo lo usaré y esta noche cuando se acuesten les voy a dar un hermoso lugar para descansar, esa herida que no quería ver Tomás como dijeron en la palabra: quiero guardarte dentro de la llaga de Mi costado, solo necesitas decir sí y Yo te guardaré en la llaga de Mi costado, te tendré toda la noche allí y también mañana y pasado y pasado si vos así lo querés.

Les amo profundamente, díganle a todos cuánto les amo y Mi voluntad es que sean felices, díganle a los que quieran oírlo: respiré el mismo aire que respiró Jesús, los Santos, especialmente Mi Mamá, la Virgen y ya mi vida es otra, ya no es igual que antes, porque Yo eso prometí: nadie viene a este lugar y se va como vino, están respirando Mi propio aliento, el aliento de Mi Mamá y de los Santos y de los Ángeles y de todos, es decir están aspirando Mi propia vida.

Nada más por hoy Mis queridos, sepan que estoy debajo y arriba, delante y detrás, a derecha e izquierda de ustedes, pero sobre todo en vuestro corazón y Yo los cuido siempre en el hueco de Mi mano. Amén.

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