Mensaje del 29 de Octubre de 2003 (1º)

Hace algunos días, concretamente el sábado y el domingo que pasó, había tantas lámparas encendidas, algunas brillaban más, otras menos, pero Yo no me fijo en la cantidad de luz, me fijo si brillan o no.

Mensaje del 29 de Octubre de 2003

Habla Artemio:

Hoy es 29 de Octubre de 2003.

Pocos días antes de la conmemoración de todos los Santos y todos los muertos.

Dice Jesús:

Nadie enciende una luz para ponerla debajo de la cama o de la mesa, sino que la enciende para que los demás se guíen con ese resplandor en la noche.

Ustedes son realmente aquellos que encienden la lámpara y la ponen para orientar a los caminantes o la esconden debajo de la cama. Explico esto, tiene relación con lo que dijiste antes, quien enciende su lámpara es para mostrarla y para guiar a los demás, es decir él es el que habla, dice, conduce, guía a los otros junto a sí mismo hacia la Jerusalén Celestial.

Hace algunos días, concretamente el sábado y el domingo que pasó, había tantas lámparas encendidas, algunas brillaban más, otras menos, pero Yo no me fijo en la cantidad de luz, me fijo si brillan o no.

Repito, he visto tantas lámparas y además por obra de la Misericordia Yo he multiplicado esas lámparas en todo el universo, porque ustedes deben entender como funciona la Misericordia, todo lo que el hombre haga en esa hermosa disponibilidad es aprovechado por el Señor para multiplicarlo en cientos de miles de millones de lámparas.

Por eso… ¡cuántas lámparas vi!, ¡cuántas!, y todas ardían con un fuego muy intenso, cada uno en su lugar, cada uno con su realidad, cada uno con sus cosas, cada uno con su vida, ¿ustedes creen por ventura que la Trinidad, todos los Cielos, pueden olvidar tanto resplandor junto?.

Desde el lunes Yo estoy hablando pero, uso pocas palabras, Mis queridos también Yo tengo mitad naturaleza humana y en consecuencia a veces esquivo un poco el problema o el tema digamos porque Yo también estoy como anonadado, al menos Mi parte humana. ¿Qué quiere decir esto?, me creen si les digo que no creo que haya pasado alguna vez sobre la Tierra tanta gracia junta, no.

Ustedes hablan seguido de la Jerusalén Celestial, es decir de la vida que les espera después que cierren los ojos, pero Yo puedo asegurarles que, en un grado ínfimo, pero ustedes participaron ya de la Jerusalén Celestial el día sábado y el día domingo.

Habrá opiniones diversas, eso tengo que decirlo porque me ocupa también, pero más allá de las opiniones que pueden provenir desde afuera ustedes tienen que tener en cuenta lo que Yo les digo: único Mis queridos, único todo lo que pasó, único y las cosas hermosas que irán pasando, ni se las imaginan.

Se acuerdan cuando muchos años atrás Mi Madre y Yo dijimos: “el yermo echará flor y el guijarro esplendores”, ¿vieron como cumplo todo lo que digo?, cuánto verán Mis queridos, cuánto.

Bienaventurados, porque el Señor reservó estas cosas a los humildes y a aquellos que se consideran tan grandes…, ni siquiera fueron invitados.

Amén.

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