Mensaje del 06 de Agosto de 2003 (1º)

Por eso, a Mí me preocupó siempre mucho más la miopía del corazón que la de los ojos, porque la miopía del corazón hace que el hombre viva en la Tierra como un huérfano, que no espera de nadie ni da nada a nadie.

Mensaje del 06 de Agosto de 2003

Habla Artemio:

… toda la corte celestial, Santos, Ángeles, la Madre.

Bueno, hoy es 06 de Agosto de 2003.

Y como siempre estas son Revelaciones Privadas, pueden creerse o no, no es ninguna obligación, como dice Jesús: lo tomás o lo dejás, no hay ninguna obligación, no se comete nada malo si uno no cree, en absoluto.

Ayer vino mi hermana, habíamos hablado unas cosas de ella y vino como a aclarar ¿no?, ella no dijo que venía a aclarar, pero se notó que vino a aclarar ¿no?.

Dice Jesús:

“Yo soy el camino, la verdad y la vida, quién me sigue no anda en tinieblas”.

Ahora bien, ¿quién me sigue?, cada uno tendrá la respuesta en su conciencia, ¿qué quiere decir seguirme?, ¿a quienes siguen ustedes?, al que les da disgustos, problemas, preocupaciones, ustedes siguen a aquellos que les dispensa afecto y todo lo posible para ser feliz y Yo estoy siempre esperando de la parte de afuera de la casa o digamos del corazón, siempre golpeando durante toda la vida hasta que por fin me abran, ¿para qué?, para entrar en el corazón y quedarme ahí, ¿a cambio de qué?, de nada. Yo soy un Padre que quiere estar con sus hijos, amarlos y darles todo lo mejor, por supuesto que en el mundo hay tantas cosas que se oponen a lo que Yo quiero que no es fácil que eso ocurra, pero hay que vencer al mundo, hay que vencer a todas las cosas que no son buenas, y entonces como dice la Escritura: “entraré y cenaré con él”, ¿qué significa?, compartiré todo, las penas y las alegrías, las cosas buenas y las cosas malas.

Yo recién oía las cosas que vos estabas diciendo respecto a Santa Faustina, pero hay muchas Faustinas por ahí y Faustinos también, que la mayoría no, no tiene en cuenta y no tuvo en cuenta a lo largo de toda la historia de dos mil años, por ahí de tanto en tanto se fijan en algunos y lo elevan a los altares, pero hay un montón de gente a lo largo de la historia que merece estar en los altares, sin embargo de algunos ya se perdió hasta su lápida, por supuesto que esas personas están gozando de la presencia de la Trinidad por toda una eternidad. Pero con esto quiero decirles, que los seres humanos valoran a veces a alguien cuando quieren valorar, sobre todo después de muertos, antes no.

Vos hablaba recién de San Francisco ¿mmm? en vida ¿cuántos daban por él aunque fuese cinco centavos?, ¿aquellos que le amaron estaban cerca?, sí, pero los demás no, pero el hombre no trabaja para que se le reconozcan las cosas que hace, el hombre trabaja para gozar eternamente de la Luz de la Trinidad, por toda una eternidad. Si fuera por el valor que dan los hombres habría muy pocos delante del Padre, pero la Trinidad tiene un parámetro distinto para medir todo.

Por eso ya conocen como pienso, que cualquiera que se cruza con ustedes en la calle, aunque le parezcan lo peor, puede que esté militando dentro de la Santidad y nadie se haya dado cuenta, porque la forma de mirar del Señor es distinta a la de los hombres, porque se mira con amor, en general los hombres no, pero tampoco uno quiere reprochar nada a nadie, por una razón muy simple, cuando el hombre critica cosas no tan buenas en los otros, no siempre, pero muchas veces es para justificar su propia vida. Los que encuentran demasiados defectos en los otros están pensando en sus propios defectos, entonces al recalcarlos está como queriendo decir: bueno, somos muchos los que tenemos esto.

Eso es como una ley natural ¿no?, pero ante, durante y después hay una verdad muy grande, dichosos aquellos que tienen en cuenta el llamado de Mi Misericordia, aquél que deja entrar en su corazón las palabras del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, para que de esa manera fructifique en él y sea un factor de Luz en medio de los demás; por supuesto Luz que algunos verán y otros no.

Por eso, a Mí me preocupó siempre mucho más la miopía del corazón que la de los ojos, porque la miopía del corazón hace que el hombre viva en la Tierra como un huérfano, que no espera de nadie ni da nada a nadie, que todo gira en torno a ellos y nada más que de ellos, no pueden abrir su corazón para que se ventile de las cosas que tienen y entren las cosas sanas y santas.

Todos aquellos que quieren seguir Mis palabras tendrán que decirles a los otros hombres, hombres, mujeres o niños: a mí, mi Dios y mi Señor, deben decir, me dio un mandato, vivir de una manera para que los demás pueden imitar la forma de vivir. Pero por supuesto, cada uno es libre, cada uno tiene derechos a querer a ser huérfano o tener un padre que lo guíe y esté siempre con él y le diga todo lo que tiene que hacer y no hacer.

Por eso, todos aquellos que se donan a Mí y a Mi Mamá, muchos lo hacen realmente de corazón, pero otros no, es como si repitieran algo sin pensarlo, es una pena, se privan de tantas cosas hermosas, porque nada iguala, absolutamente nada iguala al hombre que tiene al Señor en su corazón, porque le cambia todo, la forma de mirar los hombres, las cosas y los acontecimientos, la forma en que mira los dolores o las alegrías, la forma que tiene de reaccionar ante sus hermanos.

Siempre a esta hora Artemio piensa en aquello de: “las aves del campo tienen sus nidos, hasta las fieras tienen sus madrigueras, pero el Hijo del hombre no tiene donde recostar su cabeza”, y esto es así, generalmente sí, hay muchos que dicen estar conmigo pero en el fondo Yo les resulto molesto. Claro, hay que dejar los egoísmos a un costado, hay que dejar de quererse uno mucho para empezar a mirar quien tiene uno cerca o no tan cerca, no es por otra cosa el gran problema de que muchos no me siguen, el grave problema es que si me siguen a Mí tienen que amar a los otros como sus hermanos y están tan poco dispuestos los seres humanos a perdonar, a dejar pasar, a tener una actitud caritativa con todos, no es otra la cuestión.

Hoy leyeron en la palabra aquellos que cumplen como si una ley les ordenara y aquellos que tienen fe y cumplen porque aman, mientras no se esté en este último camino la vida que se vive tiene tan poco valor y es tan aburrida. Es evidente que el amar a los demás trae y tiene sus problemas, pero no hay otro camino mejor que ese.

Ténganlo en cuenta Mis queridos, lo que dije antes: “Yo soy el camino, la verdad y la vida, quien me sigue no anda en tinieblas”, el problema no es solamente no andar en tinieblas sino también está en encender la propia Luz para alumbrar el camino de los otros.

Más tarde, en la otra reunión continuará el Mensaje, mientras tanto piensen: el Señor me ama y quiere para mí todo lo mejor, ¿cuánto le amo yo?, pero de algo estoy seguro, Él me ama, me amó siempre y para siempre, por toda una eternidad.

Amén.

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