Mensaje del 09 de Agosto de 2002

Porque por más que las cosas de la vida sean difíciles y molestas, por más que haya que renegar con cincuenta situaciones distintas, Yo estoy a tu lado y siempre tendrás Mi apoyo.

Mensaje del 09 de Agosto de 2002

Habla Artemio:

Humildemente Señor te digo que nuestra alma crezca Señor siempre en humildad, que cada día nuestra conversión a vos Señor sea mayor, que todo lo que uno hace Señor, sea agradable a vos Señor, pero yo no te hablo solamente de mi Señor, sino de todos aquellos por los cuales yo debo sacrificarme o darme, o lo que sea, como si fuera el último día, o como si faltaran miles de días, no sé Señor.

Lo fundamental es que me gusta Señor, pensar que si estoy con vos y si te considero el pan de vida y te estoy diciendo cosas, alabanzas o lo que sea, yo sé que tu Misericordia aprovecha todo, absolutamente todo y que esa expresión de deseos de estar cerca de los que sufren, de los que lloran, de los que tienen hambre, de los que tienen sed de justicia y de los desarrapados Señor y de todos los marginados Señor, de todos los que están en la cuneta de la vida; uno tiene la expresión de deseos de que tu Misericordia tome esa disponibilidad nuestra y la aplique Señor en todos esos lugares en los que uno quisiera estar pero no puede estar porque uno es uno solo.

Por eso Señor que ha caído la tarde ya y nuevamente te digo yo y también lo harán mis hermanos, te digo vení a mi corazón otra vez Señor, y mañana te lo seguiré diciendo y todos los días a que alcance mi vida. Entonces ¡qué hermoso es Señor esta relación afectuosa que tenemos! pero que no tiene sentido si no están los hombres de por medio. Si nos amáramos vos y yo solamente y ahí parara la cuestión sería una impostura Señor y sería estéril todo.

Entonces vos me amas, yo te amo y salimos Señor, salimos de nosotros, vos sabes donde, yo no, pero salimos ¿a qué?, a decir recen, ayunen, hagan penitencia, no Señor, no, a acompañarlos en el dolor, a decirles una palabra afectuosa, a recordarles acontecimientos de la vida pasada que los hace felices. Con la expresión de deseo Señor, de que por lo menos haya un pedazo de pan en la mesa del hombre, sino Señor todo se vuelve más triste, yo pienso que como mis hermanos hemos elegido el caminito chiquititito de Teresita de Lisieux, de hacerse pequeñito para que vos nos puedas tener en tus brazos Señor.

Así en la noche cuando me acuesto y siento el calor de tu pecho, siento como tus manos me acunan y me favorecen con tantas cosas , entonces ahí, uno entiende un poquito más Señor, uno entiende un chiquitín más de aquello de que sos, el pan bajado del cielo, ese pan Señor que a veces consagra, vamos a hacerlo de que, que realmente no es digno de hacerlo, pero al hacerlo se vuelve digno porque tomas formas en sus manos Señor y de esa manera ese pan bajado del cielo puede llegar a mí.

Interrumpo Señor estas cosas que te digo para que hables vos Señor.

Dice Jesús:

Sí, realmente Yo soy el pan bajado del cielo, ¿y qué querrá decir eso de que quien lo come ya no tendrá más hambre?, por supuesto que me estoy refiriendo a que ya encontraron el amor, que ahora faltará tiempo para ir descubriéndolo todo los días un poco, pero ya está.

Habla Artemio:

Ya uno está en el camino Señor, está en camino; ese camino que uno conoce hasta este momento Señor, pero no lo conoce, que pasará dentro de un rato, o mañana, o pasado, lo que sea, uno dice con todas sus fuerzas en todo caso Señor estás siempre a mi lado acompañándome, o si querés entrá en mi corazón, de esa forma Señor ya todo será diferente.

Dice Jesús:

Porque por más que las cosas de la vida sean difíciles y molestas, por más que haya que renegar con cincuenta situaciones distintas, Yo estoy a tu lado y siempre tendrás Mi apoyo, Mi palabra, Mi gesto y sobre todo Mi ternura de que seas, de que entiendas, de que sos Mi hijo, que sos una creatura del Señor dispuesto siempre a hacer todo lo mejor para Mí. En esto no hay medidas ni hay cosa para tomar de ejemplo, lo que si hay es un mensaje y la adaptación de ese mensaje en la forma y en la vida de cada uno.

Ya no te sigo dictando porque no estás en condiciones de oírme y decir, estás tan dentro de Mí que ya no podés más hablar, no te preocupes porque lo esencial está dicho.

Amén.

Artemio habla en Lenguas y luego dice:

El Señor me ha hecho decir en lenguas, en Arameo Antiguo que es la lengua que Él hablaba con los Discípulos, me ha hecho decir “mi alma engrandece al Señor y se alegra mi espíritu en Dios y Salvador porque ha fijado sus ojos en la pequeñez de su esclavo, y ahora en adelante, todas las generaciones me llamarán bienaventurado.”

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