Mensaje del 28 de Mayo de 2002

No les pido nada, prueben, miren si Mi amor les convence y después acéptenme, convénzanse primero y después acéptenme.

Mensaje del 28 de Mayo de 2002

Habla Artemio:

Jesús está con nosotros

Hoy es 27 si no me equivoco de Mayo... un día después... ¿eh? hoy es 28, perdón, 28 de Mayo, dos días después, no, un día después, ayer, llevaron al dormitorio al cuerpo de mi hermana hace dos años, ¿ustedes saben una cosa?, que mientras llevábamos el cuerpo de ella, al cementerio, al dormitorio, porque cementerio quiere decir dormitorio... este... ella nos acompañaba en el cortejo, ella acompañaba su cuerpo sí, Yo la vi, entonces no nos podemos poner a llorar, hubiéramos hecho el ridículo y cantábamos: ¡Gloria, gloria, aleluya!... y con fuerza cantábamos, porque ella también cantaba, pueden creerme o no, tienen todo el derecho, pero yo les digo que es cierto.

Bueno, aquí esta Señor con nosotros, está siempre nada más que ahora estás visible, y están todos por supuesto, todos, parientes, Santos, Ángeles, ¡up! pero es que hay mucha gente, desconocida..

Dice Jesús:

¿Te gustó, todo lo que te hice decir?... pero, vos me prestaste tu corazón, me prestaste tu cabeza, me prestaste todo tu ser, para que Yo pudiera hablar, ¿mmm?¡Qué lindo, che! si todos los hombres me prestaran... su ser, su cuerpo, sus manos, su cabeza, su corazón, para dar mensajes ¿verdad que no, no cuesta mucho?, ¿verdad que es fácil?... que ésta sea una invitación para... que todos me prestaren su corazón, su cabeza, sus cuerdas vocales su lengua y todo por supuesto, si no ¿cómo hago para expresarme Yo?, necesito de los hombres para poder hablarles a los otros hombres, y vos te has prestado para eso, te digo gracias.

Algunos dirán pero cómo, el Hijo de Dios y Dios mismo, agradece a los hombres, por supuesto, por supuesto, porque usan su libertad y la ponen a mi servicio, usan todo lo que tienen a mano y sus manos, para ponerlas a mi servicio, y, ocurre una cosa, que al, prestarme todo así los primeros que se sienten bien, son los que me prestan las cosas, para hacer sentir bien a los otros, claro todo se da en una relación de afecto, de amor, si no todo esto no se entiende nada, ¿mmm?. Decime vos, ¿quién va a pensar, bien de alguien que derrama su sangre por los hombres, incluso por aquellos que le hacen daño?, claro pero hay que adquirir una nueva forma de mirar las cosas, si Yo les digo: no hay nada más grande que dar la vida por los amigos, entonces ya empezamos a pensar diferente: nada hay tan grande como dar la vida por los amigos, ¿pero nada?, no, no, no, nada, nada, nada; claro y Yo la di, una vez allá hace ya dos mil años en la cruz, y diariamente la sigo dando ¿para qué?, para pagar tantas cosas que deben los hombres y no las pagan nunca. ¡Qué cosa che!, pero, no hay felicidad mayor, que ésta, "dar la vida por los amigos", no hay, todo se transforma, todo es diferente, todo es distinto, parecería que sale un sol exclusivamente para quien lo hace y al decir sale un sol, me refiero a que el sol representa el astro rey, el que da la vida, la luz, sino nada crecería, nada, nada, nada, ¿mmm?. Entonces por eso dijo, como si saliera un sol para cada uno.

Yo los invito a todos, Yo les digo a todos los hombres, no, no quiero más morir muerte de cruz, descuélguenme y háganme vivir entre ustedes, les voy a dar nada más que felicidad, digo así en sentido figurado porque Yo estuve nada más que seis 0horas en la cruz, pero en la medida que me cierran las puertas me vuelven a colgar. Déjenme vivir entre ustedes, déjenme, quiero entrar en todos los lugares donde tienen poder, ¿para qué?, porque quiero influir en esos hombres, sugerirles cosas, decirles como tienen que trabajar en lo que hacen, ¿mmm?, para que entiendan las ventajas de vivir en el amor, quiero entrar en todos los lugares, déjenme entrar, ¿mmm?, déjenme entrar.

No les pido nada, prueben, miren si Mi amor les convence y después acéptenme, convénzanse primero y después acéptenme; quiero estar en todos los lugares, no saben lo bien que lo van a pasar, pero mientras no me abran las puertas Yo seguiré golpeando y golpeando, es algo a lo cual estoy acostumbrado porque hace dos mil años que vivo golpeando puertas.

Bienaventurados aquellos que las abrieron de par en par, Bienaventurados.

Pero aún faltan muchos, Yo les traigo cosas, no les pido nada, ¿qué les traigo?, una forma de vivir diferente, y ¿para qué?, para que sean felices, o ¿acaso no dicen en el Padre Nuestro hágase tu voluntad Señor?, y ¿cuál creen que es mi voluntad?, que mis hijos sean felices. Ábranme las puertas ¿eh?, ábranme hombres de todas las latitudes, van a ver qué hermoso que es, van a ver lo maravilloso que es poder sentir en el alma, el amor para siempre.

Amén.

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