Mensaje del 27 de Abril de 2002

Sean portadores de Mi Misericordia hacia todos los lugares donde van, hablen del amor del Señor, díganle a todos que los amo mucho.

Mensaje del 27 de Abril de 2002

Comienza hablando Artemio:

Ya está con nosotros el Señor, esta simplemente vestido con una túnica blanca medio sucia, medio rota, nos está regalando el mismo aire que El respira, llénense los pulmones del aire de Jesús, llénense los pulmones del aire de Jesús y el aire de La Virgen y de Santa Teresita y de Santa Faustina y del Padre Emiliano Tardif y del Cardenal Pironio y de la Madre Teresa y de San Benito , el protector contra todas las cosas malas, y de San Martín de Porres que está metido ahí atrás del candelabro, y muchos familiares de ustedes también que yo no conozco .

Muy bien, ¿Señor que nos vas a decir hoy?.

Dice Jesús:

Bienaventurados por estar acá Mis queridos, Bienaventurados por permitirme entrar en vuestro cuerpo, en vuestra alma y sanarles todo lo que ustedes padecen, Bienaventurados ¡eh!. Es decir felices de ustedes que pueden estar cerca de Mi, están siempre cerca pero ahora me pueden ver acá, pueden ver Mis heridas que sangran todavía, pueden ver… todo Mi cuerpo Mi…, también están respirando el aire de Mi Mamá, de los Santos de todos están respirando, los que tienen fotos en sus manos tóquenlas, toquen las personas que están enfermas y toquen la parte dónde está enferma, Yo ya sé don de está enferma pero me gusta que ustedes lo toquen ¿eh?…, y acuérdense también que cuando se hace la sanación hay que tocarse las partes enfermas ¿mmm?, bueno… .

Sean portadores de Mi Misericordia hacia todos los lugares donde van, hablen del amor del Señor, díganle a todos que los amo mucho, ¿mmm…?, que sean justos como dijimos al comienzo, que sean caritativos, que practiquen las obras de la Misericordia en la medida que pueden y como puedan, no se olviden que en primer lugar está vuestra familia, están vuestros esposos, vuestros hijos, están vuestros parientes cercanos y lejanos y todos tienen el deber de rezar por sus parientes y pedir por ellos y si alguno está peleado con algún pariente ¡amíguese!, no podemos Mis queridos estar delante del Jesús de la Misericordia y tener alguna bronca oculta adentro ¿no es cierto?, ¡afuera todas las broncas y los rencores y que me hizo esto y que me hizo lo otro!, no, no, no, no, perdonemos todo.

¿Ustedes saben cuánto Yo me alegro cuando ustedes perdonan?, ¿saben cuánto Yo me alegro?, porque si van a pensar un poquito los primeros beneficiados son ustedes ¿mmm…?, hagan llegar a todos los miembros que se relacionan con ustedes, convénzanlos del perdón, díganle que es un remedio maravilloso para sanar todas las enfermedades, el perdonar, perdonen a todos, perdonen. Se sienten tan bien después que perdonan, ya sé que alguno me dice que se sigue acordando, claro porque tienen memoria, pero una cosa es acordarse con bronca y otra cosa es acordarse porque…, porque sí .

Mi Misericordia llévenla por todos lados pero no diciendo sino haciendo, es decir que vuestra presencia diga: aquí esta Jesús, y también lleven el perdón a todos lados pero, que sea sincero, que les venga de adentro, ¿mmm…?.

Acuérdense que la boca rebosa lo que hay en el corazón, entonces lleven, convenzan a la gente de que deben perdonar, que es el mejor remedio para todo, porque los rencores pasados, las cosas viejas, las cosas acumuladas en el organismo terminan por generar enfermedades, porque los médicos no les dicen a ustedes pero todas las artrosis, las artritis, todos los problemas de los dolores de huesos y todas esas cosas vienen porque…, porque no está ordenado el sistema nervioso ¿eh?, y entonces se va acumulando, es decir con esa palabra linda que se usa que se llama somatización, uno somatiza todas las cosas que no debiera sentir por los otros, a ustedes no les importe si los demás son dignos de perdón o no, ustedes perdonen igual, perdonen igual y acuérdense de las cosas que les dijo Artemio hoy sobre la justicia, hagan valer la justicia, pero la justicia sola no basta, tiene que ir acompañada por la caridad, por el amor.

También dijiste que Mi Mamá dice palabras ásperas, que ella dijo, pero la verdad es que vos no le oíste tantas palabras ásperas en siete años, ¿verdad?; lo que pasa es que una madre siempre habla de amor y a veces cuando llama un poco la atención sobre algo parece que sus palabras son ásperas, pero no.

En la grabación se escucha un llanto de un niño.

¿Oyen que llora un niño?. Piensen tres cuartas partes de la población del mundo ya ni tiene aliento para llorar porque están con hambre, ya ni aliento para llorar les queda y ¿porqué creen ustedes que están con hambre?, me refiero al hambre de pan de trigo, de harina, porque alguno amontona de más entonces le quita a otro, pero también tengan en cuenta que está lleno de hambre de amor no digo tres cuartas partes digo todas, todas las personas tienen hambre de amor, todos, nadie me puede negar que no tiene hambre de amor, nadie me puede negar que no le gustaría que alguien le sonriera, le dijera una palabra amable y cariñosa, al empezar el día o al terminar el día. ¿Saben Mis queridos que por decir tan pocas palabras de amor hay mucha gente que se seca en vida como una planta que no se riega?, ¿eh?, no mezquinen palabras de afecto aunque no tengan relación con las personas, palabras o una sonrisa o un gesto o algo.

Háganme caso se van a sentir de felices después, tan felices se sienten los hombres cuando dan un poquito de amor, y ¿si dan un montón?, bueno no hablemos, entonces su felicidad es completa.

Vayan y digan a los cuatro vientos, estuve con Jesús, y ¿ por qué vino Jesús?, porque me ama ¿y por qué me ama tanto?, porque soy una creatura de El y díganle también, estuve con Jesús que me dijo que me amó desde siempre y me va a amar por toda una eternidad.

Estuve con Jesús, díganle, y El no me lo dijo directamente pero me dio a entender que…, que a vos también te ama y a todos los ama y está ansioso esperando que le abras tu corazón ¡porque El tiene unas ganas de amarte!, El es tan feliz amándote, díganle a la gente eso ¿saben?, si los miran mal, si las miran como si ustedes estuvieran como locos, no importa, ¡dichosos y bienaventurados aquellos que son tomados por locos porque me aman demasiado!. ¡Bienaventurados!.

¿Hace falta que les diga que los amo mucho?. No. ¿Hace falta que les diga que los amo tremendamente?. No.

Aunque Yo ya no esté acá adentro físicamente, pero sigo con ustedes adónde vayan, siempre que ustedes quieran darme la mano o abrirme el corazón, siempre puedo estar con ustedes.

Amén.