Mensaje del 3 de diciembre de 1996

Dice Jesús:

Te pediría que todo lo que has dicho esta noche lo escribieras como si lo hubiera dicho YO pero no lo hagas, solamente deciles a todos que los amo profundamente que todas las palabras que pudiera decir son pocas para poder expresar el amor que siento por ustedes.

Esta casa se ha llenado de gracia de tal forma que ustedes y cada objeto está bendecido y si tocan sus asientos les parecerá que están mojados, es como si hubiera dejado en todos ellos un poco de mi sangre.

 

Lo que has dicho esta noche YO me encargaré de que sea un grito que llegue hasta los rincones más recónditos de la tierra. Ustedes son mis grandes misioneros, no usan hábito ni ninguna insignia pero esto hace conmover los cimientos de la tierra porque no te olvides nunca, cuando un corazón puro ama a sus semejantes con tanta profundidad y sin conocerle si quiera todo esto me parece como si la tierra temblara y el mar detuviera su oleaje.

 

Dice la Virgen María:

Sientan como me he introducido en vuestros corazones… estoy dentro de ellos… estoy corriendo por vuestra sangre… ¡Qué feliz me hacen!

Estamos próximos a festejar el día de la INMACULADA CONCEPCIÓN: todo es muy simple el PADRE toma carne humana al enviar el ESPÍRITU SANTO a engendrar mi corazón… el niño nace en un pesebre como el ser más humilde de la tierra, crece en tamaño y sabiduría, JOSE le enseña a trabajar la madera y en cada palabra hay un conocimiento del hombre… empieza su predicación y pasa haciendo el bien “sanado enfermos, expulsando demonios y resucitando a los muertos”… todo lentamente va llegando al camino del CALVARIO donde la tierra pedregosa va absorbiendo las gotas de su sangre de su cuerpo golpeado y lastimado en todas formas… Esa CRUZ tan pesada la lleva con dulzura como una simple hierba después de los clavos y los martillazos que aún retumban en mi mente… y esa enorme herida sobre el hombro… y la muerte en la CRUZ.

Aún siento el lanzazo en mi corazón… después de unas cinco o seis horas palpé su cuerpo inerte cuando lo trajeron, cuando sentí el olor de la sangre sentí el perfume de la REDENCIÓN que se extendería por milenios… después su Resurrección… y el PENTECOSTÉS. Y aquí está mi HIJO viviendo y palpitando en medio de los hombres. Su CRUZ me recuerda la sangre que derramó para la redención del hombre, pero ÉL está aquí vivo entre nosotros para amarnos eternamente. Salgan a las plazas, métanse en los templos, anden los caminos, y entren en todo lugar donde se pueda entrar y grítenlo desaforadamente: ¡JESÚS ESTÁ VIVO! ¡JESÚS ESTÁ VIVO! ¡JESÚS ESTÁ VIVO! Hasta que los alcance la voz y les dure la vida.

Me iré de aquí entonando EL MAGNIFICAT y quiero que lo copies de la Sagrada Escritura…

“Mi alma alaba al Señor,

y mi espíritu se alegra en Dios mi Salvador

porque se ha dignado mirar a su humilde esclava

y desde hoy todas las generaciones me proclamarán bienaventurada

pues el Todopoderoso ha hecho en mí grandes cosas.

 

Su nombre es Santo

y su compasión con los que le temen pasa de padres a hijos.

Manifestó su fuerza vencedora,

y dispersó a los hombres de soberbio corazón.

 

Derribó a los poderosos de sus tronos

y elevó a los humildes.

Llenó de bienes a los hambrientos

y despidió a los ricos con las manos vacías.

 

Mi HIJO y YO hemos derramado todas las bendiciones y considérense privilegiados aunque a alguno puede no gustarle esta palabra.

Lo que hemos hecho fue retribuirles todo lo que ustedes se merecen, pongan vuestro corazón a cantar, porque lo que ha ocurrido esta noche conmueve los cimientos de la tierra… mi HIJO y YO los amamos profundamente.

Ser discípulo de mi Hijo consiste a vivir de acuerdo a cómo él vivió en base a todas esas virtudes fundamentales que son pilares del Evangelio, maravillosamente concentrado en las bienaventuranzas.

Nada nuevo hay que agregar; sino vivir lo que ya es conocido porque se habla y se habla y se habla, pero no se vive en base a lo que se habla.

Yo sé que estas palabras no serán escuchadas por todos, y también por algunos sacerdotes que son buenos y santos, pero que todavía no quieren oír y tendrás que sufrir mucho para hacer oír estas palabras, pero no te desanimes y sigue adelante. Apóyate en la cruz de mi Hijo. Déjate cubrir con su sangre y refúgiate en las llagas de la cruz, sobre todo aquélla que fue producida por el lanzazo que recibió el corazón.

Por supuesto que mi mensaje quiere ser de una infinita esperanza, pero eso no quita que mi corazón esté tremendamente dolorido por todo lo que veo, por todo lo que oigo, por todo lo que se hace en contra del hombre.

Ya sé que podría concentrar mi mensaje, que te estoy dando en las bienaventuranzas pero quiero decir más cosas, recalcar aquello de mi Corazón dolorido y el Corazón dolorido de mi Hijo, porque las cosas nunca se hicieron como debieron hacerse.

Para todo esto hay que pensar que nadie debe descargar sobre él otras responsabilidades, cargue cada uno sobre sus espaldas las responsabilidades que corresponden.

Hablo del ser más simple que puebla sobre la tierra hasta el más encumbrado desde la simple estructura religiosa hasta la más compleja.

Ya lo he dicho, pero lo seguiré repitiendo, no es que haya ceguera en cadena sólo quiero decir que los Maestros de la Palabra sean realmente mis discípulos, no señalo defectos de nadie, pero sí les digo que quién tiene oídos que oiga y quien tiene ojos para ver que vea.

Estoy cansada de tantas palabras, yo quiero hechos, realidades, testimonios de vida, ejemplos, cada uno empiece por su propia vida a dar ejemplos de cómo debería ser el mundo mejor organizado, más habitable para el hombre donde todos puedan decir sus propias palabras y donde todos tengan un pedazo de pan para llevar a su boca.

 

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