Mensaje del 23 de Septiembre de 1998 - Madre Teresa
Dios les cuide siempre, Jesús siempre esté a vuestro lado con el consuelo necesario y el Espíritu Santo llene siempre vuestra vida.
Dios les cuide siempre, Jesús siempre esté a vuestro lado con el consuelo necesario y el Espíritu Santo llene siempre vuestra vida.
Cuando veía un peligro, cuando veía algo difícil, cuando veía algo terrible me tiraba en sus brazos como un niño se arroja a los brazos de su madre, y me quedaba allí como esperando que ella me diera la respuesta y les puedo asegurar que siempre me dio la respuesta.
Esta forma que les ha mostrado mi Señor y mi Señora, que a lo mejor les parece un poco, no sé si difícil pero no tan simple de llevar a la práctica, yo les puedo asegurar que en montones de oportunidades o a lo largo de toda mi vida, he visto que procediendo de una forma así, todas las puertas se abren.
Y sin querer contradecir lo que dijiste al comienzo, es cierto, mis uñas están sucias, no están arregladas, jamás nadie tocó mis uñas para arreglarlas, yo las arreglaba cuando consideraba que ya me molestaba su largo, pero esto me da pie para decirles: en qué poco se fijan los seres humanos.
Tal vez ese tipo de cosas a ella le cause gracia, mis queridos, todo esto se los dice alguien que mientras estuvo sobre la Tierra difundió hacia los cuatro puntos cardinales el culto a la Santísima Madre de Dios.
Después de tantas maravillas oídas, ¿qué puedo decir yo?.
Cuan do se habló recién sobre las formas en que se dan los Mensajes, tal vez alguno puede llegar a entender que es necesario tener una cultura muy súper abundante para decir muchas cosas, no, el Espíritu Santo inspira todo.
No es cuestión de conocer mucha historia para darse una idea de que aquí se ha procedido realmente con una ferocidad y un desprecio total del ser humano que aterra, aterra.