Mensaje del 13 de Junio de 1999 (Madre Teresa)

Ustedes dirán que todo el Mensaje de hoy ha sido terrible, sí, terrible, porque apenas se enumeraron algunas cosas de todas las porquerías, de todas las maldades, de todas las suciedades y de todo el desorden que existió siempre acá, pero el Señor va a triunfar y la Luz de la torre más alta de la Iglesia, con su Luz, será el símbolo de un tiempo nuevo.


Mensaje del 13 de Junio de 1999

Dice la Madre Teresa:

Penas, penas y más penas, pero el Señor les ofrece todo un Río de Agua Viva de su Misericordia, aprovéchenlo ustedes y no pierdan una oportunidad para decir una palabra sobre la Misericordia del Señor, ¿o acaso esperan que esas palabras de Misericordia las digan las organizaciones parroquiales que ustedes tienen?, ¿quiénes podrían ser las damas de acción católica?, ¿quiénes podrían ser los hombres que apoyan la labor del Sacerdote?, ¿quiénes podrían ser los que trabajan en CARITAS?, ¿quiénes podrían ser aquellos que siempre detentaron el poder y a través de todas las cosas fueron filtrando su corrupción, su odio y su maldad y no dejando que ninguna planta floreciera?, porque si ustedes se ponen a mirar cualquier capullo que quiso abrir su corola bajo el sol de este pueblo, ellos se encargaron de cercenarlo, pero no cercenarlo de una forma torpe usando un arma, ellos tienen otras armas mis queridos hermanos, ellos tienen el arma de la lengua, que es la peor de todas las armas.

Entonces, salgan a hablar sobre la Misericordia del Señor, digan cuando puedan algo, trasmitan un mensaje, digan, hablen, comenten, no tengan miedo que el Señor está de vuestra parte y pienso que Jesús ha sido generoso en no nombrar más instituciones de este lugar que realmente han contribuido a la decadencia y a naufragar diariamente un poco para encontrarse en este estado deplorable, que a los ojos de todos parece sin salida, sin alternativa y sin ninguna solución de ninguna naturaleza, pero la voz del Padre triunfará, la Virgen Santa tendrá su Templo junto a su Hijo como Jesús de la Misericordia. Y aquí, donde todo fue espinas y dolor y lágrimas par tantos, cambiará muy rápidamente casi de la noche a la mañana, porque por malditos que sean los seres humanos cuando ve el prodigio, al menos por conveniencia, cambian, giran, pero cuidado, no se fíen de esos que giran porque no hay en ellos conversión, hay en ellos una acomodación.

Ustedes dirán que todo el Mensaje de hoy ha sido terrible, sí, terrible, porque apenas se enumeraron algunas cosas de todas las porquerías, de todas las maldades, de todas las suciedades y de todo el desorden que existió siempre acá, pero el Señor va a triunfar y la Luz de la torre más alta de la Iglesia, con su Luz, será el símbolo de un tiempo nuevo.

Amén.

 

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