Mensaje del 31 de Marzo de 1998

Entonces hermanos un consejo terminante, ¿quieren saber algo de verdad?, ¿quieren saber por donde va el camino?, entonces pídanle al Espíritu Santo que les dé todo lo necesario para saber por donde va el camino, pero pídanselo como si fueran bebés recién nacidos de inocentes, para que no haya ningún prejuicio en ustedes y realmente si lo piden escúchenlo, no escuchen lo que ustedes ya sabían, escuchen al Espíritu Santo qué es lo que les dice, de esa forma nunca se van a equivocar, porque acaso ¿Él no dice que el Espíritu Santo sopla donde quiere?, entonces ¿quién puede atribuirse exclusividad en entender algo?, si la persona más simple que está delante de nosotros a veces hace juicios mucho más certeros que hombres llenos de ciencias y sabiduría.


Mensaje del 31 de Marzo de 1998

Dice la Madre Teresa:

Yo nunca tuve demasiado en cuenta lo que dicen los teólogos respecto a la mayoría de los principios religiosos, por supuesto que siempre estuvo dentro de los principios de la Iglesia Católica Apostólica Romana y traté que en mis enseñanzas, en mis palabras, en todo, no salirme de los límites que me impone la Santa Madre Iglesia, pero no fue una preocupación importante de mi vida. Mi preocupación importante fue amar a todos aquellos que consideraban que estaban totalmente faltos de amor, entonces no me podía preocupar tanto ni poco la palabra de muchos teólogos, porque yo he visto como tantos de ellos a través de los tiempos se fueron equivocando en muchas cosas y después tuvieron que desdecirse de lo que habían dicho antes, ¿acaso el documento del Concilio Gaudium Et Spes, no dice claramente todas estas cosas?, que tanto en los laicos como en los religiosos había una consideración muy flaca por ejemplo el Espíritu Santo.

Entonces hermanos un consejo terminante, ¿quieren saber algo de verdad?, ¿quieren saber por donde va el camino?, entonces pídanle al Espíritu Santo que les dé todo lo necesario para saber por donde va el camino, pero pídanselo como si fueran bebés recién nacidos de inocentes, para que no haya ningún prejuicio en ustedes y realmente si lo piden escúchenlo, no escuchen lo que ustedes ya sabían, escuchen al Espíritu Santo qué es lo que les dice, de esa forma nunca se van a equivocar, porque acaso ¿Él no dice que el Espíritu Santo sopla donde quiere?, entonces ¿quién puede atribuirse exclusividad en entender algo?, si la persona más simple que está delante de nosotros a veces hace juicios mucho más certeros que hombres llenos de ciencias y sabiduría. Porque la verdad que manifiesta el Espíritu Santo no puede compararse ni por casualidad con la sabiduría de los hombres y con el accionar de los hombres.

Entonces que quede claro, el Espíritu Santo sopla donde quiere y cuando quiere y como quiere y si en lo profundo de vuestro corazón tienen la certeza que el Espíritu Santo les ha dicho algo, serían tontos si anduviesen preguntando por ahí: esto es así, porque son o no son, si el Espíritu sopla donde quiere, sopla entonces sobre cualquiera de ustedes, en cualquier momento, lo único que hay que hacer es ser un buen receptor de ese Espíritu y la condición esencial como ya se dijo es la humildad, pero no una humildad predicada, sino una humildad practicada, bien practicada. Nadie puede convencer a los demás que es humilde si su accionar cotidiano no es humilde y para terminar les recomiendo, piensen esta noche al acostarse que es la humildad y hasta qué punto ustedes están dentro de esos caminos.

Amén.

 

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