Mensaje del 01 de Enero de 1998 - Madre Teresa

Me arrodillo delante de ti, no porque sos un hombre sino porque tenés en tus entrañas el Sagrado Corazón de María, me arrodillo y quedaré toda la noche aquí donde estoy, haciéndote compañía y cuidándote de todo, velando tu sueño y preparando el mañana, me arrodillo delante de vos porque me estoy arrodillando ante el Corazón de María Santísima, su Inmaculado Corazón.

Mensaje del 01 de Enero de 1998

Dice la Madre Teresa:


¡Bienaventurado eres, porque late en tu pecho el Corazón de la Madre de Dios!, ¡Bienaventurado eres, porque late en tu pecho el Corazón de la Madre de Dios!, en consecuencia hasta habrá que hablarte con más cuidado, porque quien te ofende a vos está ofendiendo a la Madre, está ofendiendo a la Madre del Señor.

El pedido que me hiciste el otro día, yo te había dicho que soy tu secretaria, pero ese pedido no lo dejé satisfecho porque las cosas se dan de otra manera, ya vas a ver cómo.

Siento una gran complacencia el estar cerca tuyo, ¿por qué dirás vos, si es tan poco lo que hago?, bueno, poco o mucho, la mirada del hombre es distinta a la mirada de Dios, totalmente distinta.

Me gusta así como están las cosas, no pienses que tienes muchos años para hacer grandes obras, un año, un día, diez, veinte, treinta, cuarenta años, dentro de la concepción del tiempo que tiene el Señor a veces se puede hacer tanto en un día como en diez años, es por eso que nunca debés pensar que hay poco tiempo, nunca, cuando el Padre se dispone a hacer cosas, cuando el Hijo se decide a secundarlo y el Espíritu Santo a comunicarlo, entonces todo toma un cariz diferente, todo es distinto, todo tiene una misión divina y en consecuencia ya no se pueden medir con tiempos humanos, con factores de riesgo humanos o en lo que sea.

Estoy acá en este lugar de Luz, gozando de la presencia del Señor, pero gozando tanto que no podrías entenderlo, pero extraño un poco el andar por el mundo haciendo cosas, ahora las hago también pero de otra manera, me gustaría hacerla más directamente. Vos escribiste una carta a la Congregación en Calcuta, muy prontito, tal vez esta semana llegue, es decir, esto termina mañana, la otra, pero podría llegar mañana también, bueno.

Me arrodillo delante de ti, no porque sos un hombre sino porque tenés en tus entrañas el Sagrado Corazón de María, me arrodillo y quedaré toda la noche aquí donde estoy, haciéndote compañía y cuidándote de todo, velando tu sueño y preparando el mañana, me arrodillo delante de vos porque me estoy arrodillando ante el Corazón de María Santísima, su Inmaculado Corazón.

Bueno, tu resistencia física ha llegado bastante al límite para recibir estos Mensajes, el Señor está sentado en tu cama, la Virgen al lado mío y yo aquí en esta otra cama, junto a Violeta, y aquí nos quedaremos, puedes apagar la luz y dormir.

Amén.

Consola de depuración de Joomla!

Sesión

Información del perfil

Uso de la memoria

Consultas de la base de datos