• CAPILLA ABIERTA TODOS LOS DÍAS

Oración del 21 de Marzo de 2009

Claro, primero hay que preguntarse: ¿los hijos son un fruto del amor?, ese es otro problema, muchos chicos no son un fruto del amor, no, vienen porque vienen, pero ¿se lo buscó con amor?, ¿ustedes saben lo que es ser un hijo no deseado?, ¿saben los problemas que se arrastra el resto de la vida?.
Oración del 21 de Marzo de 2009

Habla Artemio:

Tenemos todos el cancionero 11, todos decimos fuerte: cuando el pueblo alaba a Dios suceden cosas, suceden cosas, maravillosas…

Antes de leer la palabra vamos a pedir la asistencia del Espíritu Santo para que entre en nuestro corazón la palabra del Señor para sanarnos de todos nuestros problemas, nuestras enfermedades, todo lo que nos preocupa y nos trajo a este lugar ¿eh?, a ver decimos todos para pedir el Espíritu Santo: ven, ven, ven, Espíritu Divino, ven, ven, ven acércate a mí…. Cuando nosotros estamos en casa y cantamos esto, hagan de cuenta que vinieron al Santuario, hagan de cuenta que tienen todas las bendiciones arriba, uno tiene que manejarse con el Señor, no con las personas, acuérdense siempre de eso, quien los sana es el Señor ¿mmm?, no piensen otra cosa, cantando por ejemplo lo que acabamos de hacer entra en vos el Espíritu Santo para darte todo lo que necesitás, bien.

Por la señal de la santa cruz, de nuestros enemigos, líbranos Señor, Dios nuestro. Hoy es día de San Agustín, no el San Agustín que conocen sino otro que murió en el Oriente, el Evangelio de Lucas 18, 9-14: “Jesús dijo esta parábola , no sé por qué oigo murmullos por ahí, estamos escuchando la palabra de Dios mis queridos, no hagan ruido ¿eh?, Jesús dijo esta Parábola por algunos que estaban convencidos de ser justos y despreciaban a los demás , entonces Jesús propone una comparación ¿eh?, dos hombres subían al Templo a rezar. Uno era fariseo y el otro publicano, es decir no eran judíos ¿no es cierto?. El fariseo, puesto de pie oraba en su interior de esta manera: oh Dios, te doy gracias porque no soy como los demás hombres, que son ladrones, injustos, adúlteros, o como este publicano que está allá al fondo del Templo. Yo te amo Señor, no soy como los otros, dañinos, ladrones, porquerías ¿mmm?, bueno. Y el otro decía: Dios mío, tené piedad de mí que soy un pecador. Yo les digo, que este último estaba en gracia de Dios cuando volvió a su casa, pero el fariseo no. Porque el que se hace grande será humillado y el que se humilla será enaltecido”, será levantado. Además el fariseo decía: ayuno dos veces por semana, doy el diezmo, la décima parte de mis entradas ¿eh?, el otro simplemente decía: Señor, tené piedad de mi. Esta es palabra del Señor ¿eh?, te alabamos Señor y te damos gracias.

Lamentablemente estamos acostumbrados a oír este tipo de cosas, despreciar a los demás porque o no saben, o no entienden o tantas cosas por el estilo, nadie puede pensar mal de nadie, porque uno no sabe que hay en la conciencia de los otros, uno no sabe, no sabe a veces ni lo que hay en la propia conciencia, porque a veces uno cree que es buenito, que esto, que lo otro, sin embargo es orgulloso, pedante, soberbio, no vieron que hay gente que parecería que tiene toda una corte que lo sigue porque se cree el centro de todo, no, así no es lo que quiere el Señor ¿eh?, y hay muchos que te refriegan en la cara que son de comunión diaria, que esto, que lo otro o que pertenecen a Caritas o la cofradía de Nuestra Señora o del apostolado y entonces con eso creen que pueden golpear a todo el mundo porque se creen buenos, no, así no, esa forma de vivir no es la que conviene ni corresponde, entiéndanlo esto, porque detrás de esto está toda nuestra vida ¿eh?.

Ahora, nosotros estamos muy propensos, es decir, tenemos una gran posibilidad de caer ¿no es cierto?, en este error, creernos más que los demás, mirá, cuando veas a alguien y pensés: yo de este no voy a necesitar nunca, es cuando antes que de otros vas a necesitar ¿eh?, mucho antes que otros ¿eh?, porque todos los seres, todos los hombres somos hijos de Dios y por lo tanto creados a su imagen y semejanza, herederos de su Gloria, cuántas cosas podríamos decir de esto ¿mmm?. A veces a la mañana cuando me levanto veo que alguno pasa en bicicleta con toda la rapidez hacia su trabajo ¿no? y pienso para mis adentros: este hombre es posible que esté más salvado que yo, que voy a la Capilla a rezar, ¿por qué?, un hombre que sale de su casa y va a ganar el pan con el sudor de su frente para traer la comida para sus hijos, un rato y vuelve a salir y llega de noche, cansado, come, se acuesta, para seguir al día siguiente y dale y dale y dale, toda una vida a veces, cuántos de los que están acá dentro no les pasa eso, un montón, cuántos, hombres y mujeres, bueno, tal vez no tengan tiempo de ir a rezar ni se acuerden tanto del Señor pero uno se acuerda sobre todo del Señor en las obras que hace ¿verdad?, porque si yo padre salgo de mi casa a ganar el pan con el sudor de mi frente estoy cuidando a mis hijos, estoy cuidando a mi esposa, le estoy dando seguridad a ellos, para que coman, para que si se enferman tengan remedios ¿verdad?. ¿Cómo voy a suponer que los otros son menos que uno?, cualquiera de nosotros, ¿cómo podemos suponer que los demás son menos?, ¿quién nos dice a nosotros que somos más en algo?, nadie, nosotros nos creemos ¿eh?.

Además pudimos hacer en el día muchas cosas buenas pero cuando amanezca nuevamente tenemos que volver a hacer las cosas buenas, por haber hecho un día cosas buenas eso no alcanza, hay que seguir. Porque Jesús dice: que la santidad no es un lugar adonde se llega sino un tiempo en que se transita todos los días más, más, más, más, más conversión, más conversión, porque nosotros vinimos al Santuario buscando la sanación del cáncer y de cuántas cosas más ¿no?, y cuando vemos que alguien se sanó: milagro, milagro, sí, muy bien, pero Jesús dice: aquél que se convierte, que gira su corazón ciento ochenta grados ha recibido un milagro mucho mayor que la sanación de un cáncer, porque ese hombre estaba en otro camino y empezó a andar por el camino del Señor, el camino de la honestidad, de la humildad, del amor por los demás. De qué valdría todo ¿no?, si uno no tuviera afecto, hay una Epístola en San Pablo donde compara montones de cosas, uno puede tener todo el oro del mundo pero si le falta amor nada tiene, uno puede tener todos los poderes pero si le falta amor nada tiene, uno puede, y todas las cosas, enumera una lista enorme pero si no hay amor nada tiene.

Entonces, habrá que preguntarse seriamente: ¿por dónde va nuestra vida?, ¿cómo somos?, ¿cómo somos con los demás?, ¿cómo aceptamos al semejante?, a todos los hermanos que nos rodean, a los que están cerca o lejos, aquellos que uno ni conoce pero que a lo mejor están necesitando un montón de cosas, ¿qué pensamos nosotros?, ¿somos el centro del universo donde todo pasa por nosotros o somos simplemente seres que estamos en el mundo y que nuestra finalidad es tener en cuenta a los demás?, pero no por interés sino porque uno los ama ¿eh?, se dan cuenta.

Mientras uno decía: yo que hago, yo, yo, el otro decía simplemente: Señor, tené piedad de mí, suponé que los dos estén en pecado pero el primero vuelve a su casa con todos sus pecados y el segundo ya habrá tenido la Misericordia del Señor, ¿por qué?, porque hay en su corazón una actitud de humildad; ustedes dirán: ¿y esto es tan serio?, y sí, porque el orgullo, el creerse más que los demás, el ser soberbio termina enfermándonos, cuánta gente hay enferma de orgullo, cuánta gente hay enferma de soberbia, de creerse el mejor, de creerse el primero en todo, cuánta gente hay enferma de eso, es una enfermedad difícil de sacar porque normalmente el que es orgulloso no cree que es orgulloso, no, porque dice, yo sé que las cosas las se, porque yo ya estoy de vuelta, todos los años que viví, las cosas que hice, nadie puede decir eso. Nunca desprecies a nadie en la vida creyendo que es menos que vos ¿eh?, porque te vas a llevar serias sorpresas.

Estaba yo un día, a lo mejor alguno lo escuchó esto ya, porque me gusta repetir los ejemplos, sobre todo las cosas que uno vivió ¿no?, estaba cerca del río y era un día de verano donde había mucha gente, bueno los que estábamos apartados con la caña tratábamos de pescar pero con el ruido no se pescaba nada y entonces uno miraba toda la gente que iba y venía y entre todos esos que iban y venían había un muchacho que, que se yo, eran esos deshilachados que te parece que se la saben a todas, sí viste, propio de la juventud cuando a veces está un poco tomada o lo que sea ¿no?. Bueno, la cuestión es que este muchachito paseaba por ahí y yo pensaba: los que están cerca mío deben estar pensando lo mismo: pobre tipo, mirá que papel que hace ¿no?. En un momento determinado del otro lado del río, se cae una criatura al agua y se perdió y había cien personas por lo menos que mirábamos, sin embargo, ese que era tan getón diríamos, se tira al agua, desaparece también y sale con el chico medio ahogado, lo pone en la orilla, le empieza a hacer la respiración, le saca el agua, le hace la respiración boca a boca y el chico se repone, la madre contenta lloraba con su hijo recuperado y él se fue caminando ¿no?, nadie dijo una palabra, pero nosotros que mirábamos a ninguno se le ocurrió, también él estaba más cerca, no discuto, pero fue inmediato, lo vio caer y se larga al río ¿eh?, desaparece también buscando y al rato aparece con el chico e hizo todo lo necesaria para salvarlo.

Por eso, como dice el Señor: aquél que menos compasión te inspira es posible que tenga su alma en mejores condiciones que vos, cuidado con esto, porque los seres humanos somos muy propensos a creernos superiores a los demás, o porque sabemos más o porque fuimos más tiempo a la escuela, o porque tienen título o lo que sea. Un día fui de un médico yo y sé que es especialista en montones de cosas, le digo: tenés solamente diploma de médico, y él me dijo: ¿para qué más?, la gente que se entere que soy médico, le digo: ¿y todas tus especialidades?, ah, están ahí debajo de un cajón, todos los diplomas apilados ahí sin que nadie los viera, ¿para qué? dice, lo importante es cómo soy yo con la gente, no los diploma que puedo tener colgados. ¿Ven?, es el mismo ejemplo de hoy, uno dice: yo, yo, yo, miren mis diplomas, y el otro ¿no es cierto?, tené compasión de mí que soy un pecador.

Por eso, tenemos que cuidarnos de todas estas cosas, hombres y mujeres, niños, todos, y tenemos que hacer conciencia en los niños de ese respeto por los demás, pero para que los niños respeten a los demás tienen que aprender sino no los van a respetar, ¿y cómo se le enseñaría a un niño a respetar a los demás?, haciéndoles respetar la vida, un chico que rompe las flores o que le roba como en ese florero que había el doble y se llevaron el resto hoy ¿no es cierto?, esos chicos no pueden aprender a valorar, si son flores de la Virgen cómo las voy a quitar ¿verdad?, a la Mamá, está todo perdonado, no hay nada que decir, pero enseñen a los hijos: no, esas son flores de la Virgen, en todo caso las pedimos, pero sacarla así nomás, no, digo porque las acomodé yo y había casi el doble, aparte, olvidado, pero sepan que uno no se le pasan las cosas ¿verdad?, ¿saben cuándo me da pena?, les cuento, cuando la Virgen y Jesús por las mañanas, ahora un poco más tarde por el cambio de hora, pero se pasean por las plantas del jardín y ¿qué hacen?, tocan las puntitas de las plantas, que rompieron el día anterior, que se llevaron gajitos, las tocan así como queriendo decir: aquí falta, me da una pena porque la Madre las mira con cariño y Jesús también, porque el Señor y la Madre aman todas las cosas, uno cree: nos ama a nosotros por eso murió en la cruz, pero ama a todo.

Lo dije tantas veces y lo repito, un día a la noche viene el Señor, porque hace 14 años ya que todos los días viene ¿no es cierto?, y su Madre también, viene el Señor y yo le dije: que día ¿no?, sí me dijo Él, y al rato agrega: que pena dice que ese pescadito está ahí tirado afuera porque algún chico lo tiró, le digo: Señor, no te entiendo, cómo me decís eso, hoy conté 42 personas con cáncer en el Santuario y vos me hablás del pescadito, no te entiendo le dije, y Él me dijo: es lo mismo, ¿cómo que es lo mismo?, y sí, porque tanto en la muerte de un pececito o en el cáncer de un ser humano se ha roto el orden que Mi Papá en el comienzo de los tiempos imprimió en todas las cosas, el orden, orden. La muerte de un ser por pequeño que sea, al matarlo se desordena todo, porque no es la continuación de la vida, uno la quita la vida y en el caso que tiene una enfermedad, sea lo que sea, también tiene en su cuerpo un desorden, ¿qué es la salud?, el orden que tiene que haber en el cuerpo ¿eh?, uno dice: vivo haciendo equilibrio con los medicamentos o con lo que sea, claro, eso vivimos haciendo porque nos falta tantas cosas, tomamos los remedios, porque algunos dicen: ah, dejá los remedios, no, el remedio también es obra del Señor y el Señor nos habla a través de un medicamento, porque ese remedio salió de algunas manos amorosas que contribuyó a ser más fácil la vida para los demás; vos dirás: sí, pero los laboratorios, sí, vamos a encontrar cosas malas encontramos siempre, la cuestión es que si yo tengo un remedio en la mano tengo que decir: esto es obra del Señor también.

Bueno, tener en cuenta esto, es lo mismo dijo Jesús la muerte del pez y el cáncer, y yo reacciono: cómo Señor es lo mismo, y sí, se ha roto el orden. Porque en los primeros Mensajes el Señor acá, les hablo del año 1995, los primeros meses dijo: Yo vengo a restablecer el orden en todas las cosas, entonces cuando yo veo que la gente se sana estoy pensando: el Señor cumple lo que prometió, viene a restablecer el orden, ¿por qué?, porque quien no tiene salud tiene su cuerpo desordenado ¿verdad?, un dolor es desorden, como un cáncer es desorden, o una hemorroide es desorden, o un cayo es desorden, bien.

Entonces, tener en cuenta esto ¿no?, porque cuando nosotros por ejemplo le enseñamos a un niño a valorar la florcita que está ahí ¿no?, algunos padres dicen: no, a los varones no hay que enseñarles eso porque se los vuelve maricones, esa palabra no se nombre a los chicos porque el chico después averigua lo que significa y no le cae muy bien ¿no?, y además acariciar una planta, un perro, lo que sea, no es ningún signo de afeminado ni mucho menos, es respetar la vida, o quien no acaricia un perro de ustedes ¿eh?, y a veces uno confía más en un perrito porque sabe que no te va a traicionar, habrá mucha gente ¿o no?, al contrario, con su pequeña comidita diaria ya se conformó pero durante las veinticuatro horas vigila para que no te pase nada ¿eh?, bien.

Entonces, tendremos que revisar nuestra vida para ver si somos el primer personaje del Evangelio de hoy o el segundo, si somos o creemos que somos el centro de todo, si nos creemos los que sabemos más, los que tenemos más plata, los que no hay quien tenga el coche como yo, bueno todas las cosas ¿vieron?, y aquél que dice: tené piedad Señor de mí, tené piedad Señor. No quiere decir que uno no valore lo que tiene, de otra manera, no haciendo alarde, si, porque yo tengo esto, es lo mejor, este reloj, a mío me gusta siempre usar lo mejor, bah, un reloj si marca la hora, para eso se usa, para qué más, tenemos que llevar pintado ahí la plata que tenemos en el reloj lujoso que llevemos puesto.

Por eso, tenemos que aprender tantas cosas mis queridos, tantas cosas en la vida, ustedes dirán: ya la sabemos, sí, pero por más que las sepamos conviene repasarlas, conviene volver a vivir, porque quien enseña en cualquier orden sabe muy bien que las cosas se aprenden cuando uno las repite, repitiendo termina por conocer o aprender aquello que está repitiendo.

¿Donde estamos nosotros?, ¿somos un puente roto que nadie nos traga?, ¿somos un ser difícil que golpea, que habla mal, que muestra su mal carácter con su familia, con todos?, ¿o somos aquellos seres humildes y simples que llevamos a casa el pan con el sudor de la frente, que somos armónicos con nuestra familia?, que a veces apagamos el televisor para que no nos metan en la cara comiendo las violaciones y las muertes, que pueden ser muy importante, pero cuando uno come sintiendo de violaciones y muertes la comida no te cae bien ¿eh?, no, te queda ahí como un nudo, estos días por ejemplo con esa bebé ¿no?, bueno.
Entonces, somos aquellos que dice: bueno apaguemos un rato el televisor, conversemos un poco, ustedes chicos que ya parten para la escuela, conversemos un rato cómo les va, cómo viven, qué hacen, díganme los compañeritos, todos, aquellos que se quedaron durmiendo porque salieron hay que respetar un poco, el almuerzo es a una hora y la cena también, no puede ser uno tan deshilachado como para que mamá caliente la comida para uno, caliente la comida para otro, ¿qué es la mamá?, un trapo de piso que tiene que estar siempre disponible para calentar la comida para los nenes y las nenas que se acostaron tarde, te acostaste tarde bancátelo y andá a la mesa a comer, ayudale a mamá a lavar los platos, yo quisiera saber cuántos de los que tienen hijas acá jóvenes les ayudan a limpiar la cocina, me gustaría saberlo, me parece que no ¿mmm?, y las mamás siempre con esa bondad que tienen, a veces excesiva ¿no? siguen sin decir nada, siguen haciendo de todo, cumpliendo con sus tareas, el marido entiende no dice nada, bueno.

No, tenemos que recuperar los valores de la familia, el amor entre los seres de la familia, papá es papá y mamá es mamá ¿mmm?, pero eso no se le puede enseñar cuando el chico ya creció, hay que enseñárselo temprano, desde siempre, es una actitud que debemos tener de ir enseñándoles, porque al respetar respeta mi vida pero también aprende a respetar la vida de otros. Claro, primero hay que preguntarse: ¿los hijos son un fruto del amor?, ese es otro problema, muchos chicos no son un fruto del amor, no, vienen porque vienen, pero ¿se lo buscó con amor?, ¿ustedes saben lo que es ser un hijo no deseado?, ¿saben los problemas que se arrastra el resto de la vida?, cuando la criatura sintió en la panza de mamá que no era deseado, no era deseado, ese ser le va a costar yo diría, depende ¿no? de tantas cosas, pero le va a costar gran parte de su vida o toda su vida para recuperarse y tantas veces a los estudios, a los consultorios de los psicólogos y psiquiatras aparecen esos seres que uno se da cuenta que el problema está, incluso antes de la gestación o está dentro de la panza de mamá o está en los primeros añitos de vida, ¿cómo empezamos?, llamamos a papá y a mamá, toda mi vida lo hice ¿no?, llamamos a papá y a mamá para que tomen conciencia, ¿qué hacemos con todo esto?, ¿qué hacemos con un ser que nació desgraciado?, porque pobrecito, no da pie con bola en ningún lado ¿verdad?, bueno.

Entonces, esta parábola del Señor, esta comparación entre el que cree que se la sabe todo y el otro que humildemente dice: ten piedad de mí Señor, nos está proponiendo un modelo de vida, un modelo de vida como quiere el Señor ¿eh?, hoy venimos aquí desde muy lejos al Santuario o no tan lejos, y venimos porque tenemos una necesidad ¿verdad?, ahora de repente así lo encaramos al Señor y le decimos: mirá necesito esto, como para hacer un trámite bancario o comprar algo en el kiosco de la esquina, no, está fallando algo, tenemos que ser amigos del Señor, compañeros, tenerlo como un Padre, como un hermano, como un compinche que me sigue conmigo en el trabajo y al mismo tiempo se queda cuidando mis hijos en la casa, ese ser que me está mirando y que yo trabajo y le estoy ofreciendo que me mira trabajar, incluso trabajo con más ganas porque sé que me está mirando o somos aquellos que directamente no nos importan todas estas cosas.

¿Saben qué ocurre?, el problema no es que tenemos que ser seguidores de Jesús por que se yo, conveniencia o haciendo un trueque, yo te doy, vos me das, por una razón muy simple, vamos a ser más felices che. Cuando nosotros decimos: hágase tu voluntad, estamos diciéndole al Señor: queremos ser felices en nuestra vida, la vida de nuestra familia y de todos, habrá que ordenar la casa, habrá que pensar: la mesa es sagrada, mirá hay dos cosas en la casa que son sagradas, la mesa y la cama, en la cama ya saben muy bien lo que se hace y se hace con amor ¿no es cierto?, pero el matrimonio tiene todos los derechos de hacer lo que quiere con la puerta cerrada lo que se le ocurra, porque son uno solo, son una misma carne, punto, en la mesa es donde se comparte el pan, la comida, donde: tomá esto, pasame lo otro, qué presa te gusta más, dame la pata, no, yo me quedo con el ala, etc., así donde lo demás tiene importancia. No como un caso que yo vi hace mucho, entré y eran cerca de las doce y estaban comiendo y el papá había hecho asado y los chicos miraban para comer, eran cinco o seis y él decía con el codo: dejá de joder, dejá de joder, dejame comer, y los chicos miraban, no mis queridos, ¿qué podemos esperar de esas critauras?, ¿podemos esperar algo?, no, si se criaron con injusticias. Yo tomo todos los ejemplos que doy de lo que veo diariamente, no, no me pongo de ejemplo por Dios, estoy diciendo como me va por lo que veo ¿verdad?.

Ahora, estamos nosotros acá porque estamos con problemas, estamos enfermos o algo nos está pasando, ya sé, pero ¿y nuestra vida qué mis queridos?, va a seguir así como hasta ahora, deshilachada, desordenada, desorganizada, viviendo de cualquier forma ¿mmm?, porque no es cuestión de tener tantas propiedad ni mucho ingreso ni mucho para vivir dignamente ¿no?, y todo eso se consigue con el diálogo, con la comprensión, con el amor especialmente que es la madre de todo ¿no? y la humildad, se está armando toda la familia en paz, con tranquilidad ¿mmm?, ¿qué necesitás querido, puedo ayudarte en esto?, oyeron, ¿puedo ayudarte?, porque si lo hace solo mejor porque tiene que formarse, ¿puedo ayudarte en algo?, si me necesitás hijo pedime, y cuando veo que mi esposa se quedó sola lavando los platos: vieja, compartamos, así como compartimos la comida compartamos también el poner la cocina en orden, porque no hay derecho que yo me vaya a dormir la siesta y vos te quedes fregando, toda la mañana lo hiciste y ahora seguís con eso, pero no un año o dos, toda una vida, ¿o qué madre no hay aquí que no ha hecho toda la vida lo mismo? ¿eh?, y las hijas y los hijos ¿qué?, un poco de culpa tienen ustedes que no les enseñaron ¿no?, pero no es posible, vieja te ayudo, lavemos los platos porque no es posible vos estás fregando todo el día.

¿Todo esto que dice, sale del Evangelio?, claro que sí, sale de la actitud del hombre humilde que dice: Señor, tené piedad de mí que soy un pecador ¿eh?, tené piedad de mí, porque me falta tanto, entonces yo tengo que empezar a remediar lo que me falta, ¿cómo se crían mis hijos?, ¿cómo vive mi esposa, mi esposo?, ¿cómo soy con los demás, con mis vecinos, con el Señor de la esquina, con el del supermercado?, ¿soy quien despotrica con todo y contra todo?, ¿espero a mi marido a la doce o a la noche para contarle todo el puterío del barrio o para enterarme como le fue a él en el trabajo?, cómo estuviste, estuviste bien, qué hablaste, qué dijiste, despacito, palabra más palabras para que él saque de su interior los problemas que vivió y se sienta comprendido por su esposa, por su esposo, si los dos trabajan, se sientan acompañados en su tareas, porque también eso es un fruto del amor ¿eh?.

Ustedes vieron que yo les digo a cada uno que maneja vehículos siempre, le digo: que Jesús esté siempre a tu lado manejando ¿verdad?, yo les pregunto a las señoras, a las mujeres, ¿le dicen a vuestro marido: que te acompañe el Señor en tu trabajo?, porque tu trabajo es difícil, podés tener un accidente, podés cortarte una mano, podes tener tantos problemas, que el Señor te acompañe para que, y esa expresión de deseo de la persona hace que rodee a ese marido o a ese hombre o a ese hijo de un montón de cosas hermosas, porque el ser humano funciona así, cuando ama a otro se pone en una comunicación directa con el infinito, con el Señor para que todo sea en paz, normal, bueno ¿eh?, los egoísmos en la familia, los celos, la endivia, los celos sobre todo porque destruyen a tantos hogares ¿no?, ¿será así tan lindo esto como para tenerlo en cuenta?.

Señor, tené compasión de nosotros sabés, porque somos bastante burros en muchas cosas, somos burros Señor, no queremos aprender que tratando bien a los demás vamos a ser bien tratados, amando a los demás vamos a ser bien amados, pero tenemos que amar a los otros no porque nos van a amar sino porque bueno son nuestros hermanos che, son tus hijos o tu esposa o tu esposo, lo que sea. Tené compasión Señor y enseñanos, enseñanos cómo debe vivir una persona para estar en paz, que la comida no le haga mal porque los nervios si están de punta hace muy mal la comida, enseñanos Señor ómo puedo pasar un rato conversando con mi esposo o mi esposa, con mis hijos, para los hijos salen pero salen porque no tienen ningún motivo de atracción en la casa, si papá fuera el ídolo, el jefe, el jefe en el sentido del hombre bueno que asiste a su familia el hijo va a querer conversar con él porque hay una razón muy simple, desde los ocho o nueve años hasta los dieciséis o diecisiete el varoncito busca la identificación por su papá y la mujer busca la identificación con su mamá, por una razón muy simple, es la etapa de identificación con el propio sexo, entonces el chico de ocho a dieciséis quiere ver en su papá el tipo fuerte, el tipo sereno, el tipo bien pacífico que sabe resolver problemas, que no es ningún miedoso ante los problemas, el que tiene autoridad en la familia, que aunque a veces tenga miedo pero no lo demuestra, ¿por qué?, porque los hijos tienen que respirar, el varón tiene que respirar de su papá un ser virtuoso, un ser que tiene fuerza, por fuera y por dentro, un ser que dice las cosas de frente, no que anda chichoneando con la mujer: mirá lo que hizo el nene, decile algo, nada, de frente mi querido, ¿qué pasó? ¿mmm?.

Ese varoncito que se cría en la casa si ve todos estos ejemplos de un papá fuerte, que no es un fracasado que anda siempre discutiendo, golpeando, haciéndose el ¿no?, bueno, se va a identificar con su papá y va a decir: pero mi viejo sí que me sirve para ejemplo ¿no?, que bueno que es mi viejo, que maravilla de hombre, porque siempre encuentra la respuesta justa, sabe dar solución a cada problema, nunca discute, busca siempre por el lado de la pacificación, sabe ubicarse siempre, lo mismo mamá, así como el varón se identifica con su papá, la nena con su mamá ¿verdad?, porque la etapa de la identificación del varón y de la mujer será observando distintas partes, así como el varoncito mira a su padre que tenga fuerza, al menos fuerza interior ¿no es cierto?, también mira sus órganos genitales, también mira sus espaldas, también mira muchas cosas, y así como la niña, la mujer en la identificación mira los pechos de su mamá, sus caderas y todo, ¿porqué?, porque ya eso lo trae la persona instintivamente todo ese tipo de cosas ¿eh?, mamá sirve me ejemplo, no es una pituca, arrogante, que a la hora de comer se pinta las uñas, a la hora de comer hace la comida para papá que viene de trabajo, no es una pituca que anda siempre floriándose, también se arregla y se cuida para no parecer mal, pero cuando hay que hacer una cosa no le anda esquivando por tonterías ¿mmm?.

Bien, cuánto nos enseña la parábola esta del fariseo y del publicano ¿no?, cuánto nos enseña, yo tengo la ilusión mis queridos hermanos que cuando van a casa al menos no sé si lo pondrán en práctica o no pero al menos lo van a tener en cuenta, los chicos tienen que vivir de una manera, entre ustedes mis queridos, esposo y esposa tienen que ser honestos, no estafadores si no te quiero más te lo digo y cada uno tomará por su camino pero... (se dio vuelta la cinta)…, y esa criatura que ve que papá y mamá se han separado habrá que tener en cuenta que para el día de mañana esa criatura cuando crezca la idea de pareja está rota, entonces yo tendré que tomar todos los recaudos si me separo de preparar adecuadamente y luego ir solucionando esos problemas de la idea de pareja rota, porque lo estoy condenando a mi hijo o a mi hija a ser infeliz porque no va a ser feliz en su matrimonio, no va a ser, porque papá que era el ídolo y mamá que era la reina del hogar rompieron todos, se pelearon y se fueron. Los chicos van recibiendo como la computadora en el disco rígido, todos los mensajes que uno le va almacenando, la mente de la criatura es lo mismo, entonces si yo le doy un ejemplo así él lo almacena de esa manera, pero ¿cómo, si se amaban tanto y ahora qué?, entonces los chicos a medida que crecen van a pensar: si, pero mi papás no estaban enamorados ni se amaban, eran unos calentones que andaban queriendo descargar sus necesidades.

Despacio mis queridos, no vivimos solos, todos los seres que viven a nuestro alrededor están comprometidos con nosotros y nosotros con ellos, un mal ejemplo que demos lo estamos haciendo para todos los demás más que para nosotros. Cada hombre que vive está poniendo en juego mi propia humanidad, mi propia hombría, cada hombre, si un hombre muere en Buenos Aires me está doliendo a mi también su muerte, si es injusta ¿no es cierto?, si es injusta, bueno.

El publicano y el fariseo nos han dejado un mensaje, humildad que nace del amor, de la sencillez, del pensar en los que tenemos cerca, de sacrificar un poco algo si nuestros hijos están en juego porque, bueno, sí, me enamoré de otra persona pero mientras tanto ¿qué?, mi hijo ¿que está sintiendo?, que papá y mamá cada uno se fue por su lado, a ese chico lo vamos a ser infeliz el resto de la vida con la idea de pareja rota, entonces pensemos muy bien antes de separarnos, no es tan simple, las cosas no son tan simples y menos en nuestra sociedad que está acostumbrada a vivir de una manera.

Por eso, si el Evangelio de todos los días no nos da una lección para vivir mejor no nos da nada, Jesús quiere ser eficaz en la vida nuestra, es decir quiere servirnos, quiere decirnos cosas que nos sirvan para vivir mejor, quiere ayudarnos a soportar el sufrimiento, quiere ayudarnos a que sepamos llevar las cargas, quiere ayudarnos a ser todos los días mejores, más comprensivos, más cariñosos, más amables, a veces uno tiene ciertas dudas respecto a eso porque ahora parecería que todos nos entendemos porque estamos aquí en silencio pero cuando empieza a pasar unas o dos horas los que están acá atrás se enfurecen para conseguir un lugarcito más, che, pará un poco, ¿ya se te fue ahí toda la paciencia? ¿eh?, entonces empecemos por casa ¿eh?, yo no puedo estar diciendo así.

Por eso que entiéndanlo, lo que realmente sana, lo que realmente nos da la vida en abundancia es la palabra del Señor y su explicación, el resto puede suspenderse que no hace falta, si pero yo tengo que decirle que me pasa dicen algunos, mi querido ¿el Señor no lo sabe?, si antes de nacer hace miles de años ya eras una idea en la mente del Señor, ¿Él no va a saber qué te pasa?, tenes que decir, algunos se vuelven y dicen: sí, me olvide decirle que me dolía también el huesito dulce, pero decime: ¿Jesús no lo sabe todo eso?, ¿por qué tanta preocupación por querer comentar lo que me pasa?, yo les digo por qué, porque no confiamos en el Señor, el Señor es un adorno en nuestra vida, algo que queda bien, somos ahí el fariseo, es decir: sí, porque yo, cuando ven que las papas queman ¿qué, te llegás hasta el Señor o a cualquier persona que te saque las papas del fuego?, que no te la sacan tampoco, porque el único que las saca es Él, entonces sí pero yo quiero que sepa cada una de las cosas, el Señor lo sabe todo ya ¿mmm?, y vos dirás: y ¿por qué me trajo aquí entonces si sabe todo?, y por una razón muy simple, porque hace catorce años en el mes de Marzo del 95 decidió acampar en este lugar con su Madre para quedarse para siempre, si te trae al Santuario parece ser por lo que dice Él, que no es lo mismo que ir a cualquier Iglesia, ¿por qué?, porque aquí Él tiene su Casa, desde donde le dirige la palabra a todos los hombres del mundo ¿verdad?, por eso te trae aquí, es decir vos estás pisando, entendelo, cuando vas a protestar después de la cola porque no pasás entendélo que estás pisando suelo Sagrado, aquí lo ha pisado centésima vez ya el Señor, cientos de veces ya ha pasado por este lugar y cada una de las cosas, ahí en el Sagrario ¿eh?, cuando se te vienen las ganas de protestar pensá: no, mejor me voy porque yo no entendí un carajo, no entendí un carajo, nada, nada, nada, porque si me dicen que estoy pisando suelo Sagrado ¿verdad? y yo me pongo a protestar porque otro pasó antes, puedo decirlo amablemente pero de ahí a protestar, a ponerme de punta en blanco, poner todo en desorden ¿no es cierto?, porque quiero pasar antes, quiero llegar,

Fundación Jesús de la Misericordia y Corazón Inmaculado de María  |  Aprobada por Res. 139 A - Gob.de Córdoba – Sec. De Justicia – Dir.de Ins.de Pers.Jur.  |  Dirección: 9 de Julio 1162  |  Teléfono: 03537 – 431197 - 2553  |  Justiniano Posse – (Cba.)

Consola de depuración de Joomla!

Sesión

Información del perfil

Uso de la memoria

Consultas de la base de datos