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Oración del 04 de Febrero de 2009

Vamos a prepararnos para la recepción de la palabra, a ver cómo están nuestros corazones, está con una caparazón de soberbia, orgullo o la enfermedad los tiene tan mal que no los deja pensar ¿eh?, cómo está nuestro corazón, cómo está, ¿cerrado?, ¿está con posibilidades de que lo abramos?, ustedes dirán: pero yo lo abrí, eso vale y no vale porque a cada instante hay que abrir el corazón al Señor, no es un abrir para siempre. Oración del 04 de Febrero de 2009

Habla Artemio:


Empezamos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.

Buscamos en el libro de los cánticos, decimos para recibir al Señor en este nuevo día de Oración 7: canto, canto, canto, porque me llena de gozo…, 11: cuando un pueblo alaba a Dios suceden cosas, suceden cosas, maravillosas…, ahora pasamos a 12 para que cada uno de nosotros, a pesar de nuestra enfermedad, a pesar de todo lo que nos pasa, a pesar de todo, decimos: no puede estar triste el corazón que alaba a Cristo…, pasamos ahora a otro cántico, 23 y decimos: los que esperan, los que esperan en Jesús…. Yo pregunto, hay un proverbio que dice: allí donde puedes, has lo que debes, estos hermanos levantan las manos como las águilas, aquí ninguno, ¿por qué?, vamos, a sumarse, todos, todos, todos, ¿o tienen vergüenza delante del Señor?, si tu esperas, si tu esperas en Jesús…. Saben ustedes que ya los indios antes de la llegada de los españoles decían que las águilas, seres que… (se corta la grabación)…, más cerca del sol y por supuesto más cerca del Cielo, repito porque el micrófono, que las águilas eran los animales que estaban más cerca del Cielo, más cerca de Dios y miren ustedes cuando un águila vuela, parecería que su mundo es el mundo de las alturas, por eso: si tu esperas, si tu esperas en Jesús….

Que hermoso ¿no?, nueva vida tendrán los que esperan en Jesús, para eso el Señor los trajo acá y si ustedes vinieron es porque están esperando del Señor muchas cosas, entre ellas lo principal, la salud, la solución de los problemas, una larga vida sin dolores ni sobre saltos, el trabajo, todo, todo, todo, todo lo que necesitamos para ser gente normal y gente feliz, bueno, como las águilas sus alas levantaran, bien.

Ahora antes de la palabra, pensando que como hay un ochenta por ciento que es gente nueva, piensen el valor de la palabra, nada hay importante como la palabra del Señor, la palabra que se extrae del libro de los libros, que es la Sagrada Escritura y luego la explicación de esa palabra para entender, la bendición final es importante, sí, como toda bendición pero no es nada, absolutamente nada al lado de la palabra, así que quien usa nada más que bendiciones y esas cosas no tiene valor o al menos no es de Dios porque, por una razón muy simple, nadie puede ponerse en centro del universo como el Señor, porque en ese mismo instante uno ya está sirviendo al maligno y no a Jesús, hay que tener cuidado con las cosas ¿eh?.

Por eso, la palabra es palabra de vida eterna, todo está en la palabra del Señor, todo, absolutamente todo, el resto se da por añadidura y si no se da no importa, la palabra es la que sana, por eso terminada la Oración yo digo: ya está todo, pueden irse en paz ¿verdad?, tienen que acostumbrarse a vivir en la casa con la Biblia abierta y si es posible iluminada porque es como algo simbólico, diciendo: Señor, estamos escuchando tu palabra, no un día o dos sino para siempre ¿verdad?. Hace dos mil años la palabra no pasa, los hombres sí pasan, desaparecen, pero la palabra cada día es más grande, así que entiéndanlo eso.

Vamos a prepararnos para la recepción de la palabra, a ver cómo están nuestros corazones, está con una caparazón de soberbia, orgullo o la enfermedad los tiene tan mal que no los deja pensar ¿eh?, cómo está nuestro corazón, cómo está, ¿cerrado?, ¿está con posibilidades de que lo abramos?, ustedes dirán: pero yo lo abrí, eso vale y no vale porque a cada instante hay que abrir el corazón al Señor, no es un abrir para siempre. Lo dice Jesús que la santidad no es un lugar adonde se llega sino un camino donde uno anda y hay que todos los días hacer el esfuerzo laborioso y penoso de estar con el Señor, nadie piense que porque hoy está mañana ya está, está por supuesto pero hay que hacerlo con un corazón lo suficientemente abierto, permeable para que el Señor entre ¿eh?, de nada vale todo lo demás, no, gira el molino y no muele, gira el molino y no saca agua, no se llamen a engaño.

Lo único que permanece en el tiempo y a cada instante es la palabra de Él, la palabra del Señor, por supuesto, la explicación que se hace después es una forma de decir cómo se aplica en nuestros tiempos, es decir cómo es posible en este día vivir el Evangelio, es decir la palabra del Señor, porque puede que a veces entendamos, puede que no, pero si pedimos el Espíritu Santo vamos a entender un montón y en esto nadie puede decir que tiene el privilegio o la totalidad, no sabemos, eso lo ve el Señor pero nosotros tenemos que ser lo suficientemente humildes para pensar: Jesús, necesito estar junto a vos para que ninguna palabra que salga de mí sea contrario a lo que vos querés, que ningún afecto que aparezca en mí no sea ordenado por vos Señor, que ninguna acción que no sea tuya Señor que no exista, por eso tenés que guiar nuestro camino, conducir nuestros pasos, ponernos ante todas las necesidades nuestras y de los otros pero siempre siguiendo tu palabra, tu consejo, tu guía y sobre todo teniendo como es sabido tu amor en abundancia, porque si hay algo inagotable es el amor del Señor, nadie sabe cuánto es grande, ni siquiera cuando uno cree tenerlo nunca llega a saber cuánto es grande el amor del Señor.

Entonces decimos: ven, ven, ven, Espíritu Divino, ven, ven, ven, acércate a mí…. Hoy es miércoles 04 y como todos los miércoles honramos a San José, Patrono de la Iglesia Universal, Padre Adoptivo de Jesús y tantos otros títulos que tiene José. Hoy el Santo es San Andrés, el Evangelio es de Marcos, capítulo 6, 1 al 6:
“al irse Jesús de allí, volvió a su tierra, y sus Discípulos se fueron con Él. Cuando llegó el sábado, se puso a enseñar en la Sinagoga , que era el Templo judío , y mucha gente lo escuchaba con estupor, con admiración. Se preguntaban: ¿de dónde le viene todo esto?, ¿y qué pensar de la sabiduría que ha recibido, con esos milagros que salen de sus manos?. Pero no es más que el carpintero, el hijo de María; es un hermano de Santiago, de José, de Judas y Simón. ¿Y sus hermanas, no están aquí entre nosotros?. Se escandalizaban y no lo reconocían. Jesús les dijo: si hay un lugar donde un profeta es despreciado, es en su tierra, entre sus parientes y en su propia familia. Y no pudo hacer allí ningún milagro, en ese lugar. Tan solo sanó a unos pocos enfermos imponiéndole las manos. Jesús se admiraba de cómo se negaban a creer. Jesús recorría todos los pueblos de los alrededores enseñando” . Esta es palabra del Señor, te alabamos Señor y te damos gracias.

Han llegado nuestros hermanos chilenos, le dejamos el lugar para que pasen, es lógico cuando alguien viene de tan lejos ¿no es cierto?, entre ellos hay un sacerdote jesuita, a ver, que pasen, nuestros hermanos chilenos que vengan para acá, nos alegramos profundamente. Recibimos a los hermanos con un aplauso. Estamos muy contentos de tener a toda esta gente de Chile, nuestros hermanos, sobre todo a este sacerdote que nos acompaña, un santo varón que vino desde nuestra hermana República de Chile ¿eh?, bueno, estábamos hablando del Evangelio según Marcos 6, 1-6.

Entonces vamos a comentar, aclarar un poquito esto del Evangelio de este día, Jesús enseñaba pero en su pueblo, según el Evangelio parece que no les fue tan bien y cuando los Discípulos preguntaron qué es lo que pasaba, Él les dice que normalmente nadie es recibido como corresponde en su propia tierra por su gente y además por sus familias. Es decir, queriéndonos hacer entender, el Señor también usa esa expresión: que nadie es profeta en su tierra, pero ¿cómo, éste no es el Hijo del carpintero?, ¿cómo hace todos estos milagros el Hijo del carpintero?, lo conocimos y todo. Pero nosotros reconocemos en Jesús toda su sabiduría ¿verdad?, pero también tenemos que entender que Jesús no estuvo siempre con su papá, en la carpintería de Nazaret, no. Cuando se encontraron en el año 45, 1945, todos los escritos en un lugar de Egipto, Naj Hammadi, se encontraron los escritos de tiempos muy antiguos, del Siglo I, II y III, es decir, todos esos escritos fueron encontrados 50 años antes en la misma fecha que Jesús empezó a aparecer aquí en el año 1995, el mismo mes, 50 años antes.
Ahora, perdonen lo que me voy a tomar agua y ustedes no pueden tomar,
perdonen.

Entonces les decía que los escritos estos fueron encontrados el mismo mes 50 años antes, casualidad o diosidad, no sé, vaya uno a saber. Ahora, en esos escritos que se encontraron ¿verdad?, es para ilustrar esto que dice el Evangelio respecto a que crecía en sabiduría ¿no?, incluso Lucas dice que el Señor crecía en sabiduría, porque la sabiduría, el que es sabio le viene del Señor pero el conocimiento también es necesario porque a mayor conocimiento mayor amor decimos siempre. Ahora, lo que la Sagrada Escritura no nos dice es qué pasó con Jesús desde los 12, 13 años cuando fue encontrado en el Templo, discutiendo, hablando, cambiando opiniones con los maestros de la ley, fue cuando María y José le dice: pero ¿cómo, te fuiste sin decirnos nada?, entonces cuando lo encuentran allí Jesús dice: es que Yo tengo que ocuparme de las cosas de Mi Padre. Después de este acontecimiento hasta los 29, 30 años no conocemos nada de la vida de Jesús, nada ¿eh?, porque la Biblia no lo dice pero con los escritos que nosotros tenemos a partir de 1945, 50 años justo antes de las Apariciones acá, 50 años justos, en esos escritos sabemos que Jesús, como estaba en una zona que era el paso cerca de allí de todos los barcos que llegaban a Oriente ¿no?, por supuesto que está en estos escritos que son Apócrifos, quiere decir: no malos sino oscuros, la palabra apócrifo quiere decir oscuro, todavía no se puede uno expedir por eso ¿eh?, bueno. Entonces, pero en esos Evangelios que se encontraron en Naj Hammadi, cerca de unos acantilados de Egipto sabemos que Jesús fue por todo el Oriente ¿verdad? y llegó hasta la India, pasó por Afganistán, Irak, todas esas zonas, todas y llegó hasta muy lejos en la India, posiblemente pasó el Mar y llegó más lejos aún, no sabemos con seguridad.

Pero es cierto, Jesús estuvo con su Papá en la carpintería pero según todos esos Documentos Jesús anduvo por todo el Oriente, ustedes dirán: ¿y para qué, si era el Hijo de Dios, qué necesidad tenía?, no nos olvidemos que el Hijo de Dios era mitad Dios y mitad hombre, ese es un acontecimiento que nosotros lo hemos olvidado un poco hasta hace unos años, desconocer bastante al Jesús hombre; y ustedes dirán: ¿y qué diferencia?, y mucha, porque Jesús además de ser Dios es hombre ¿no lo ven acaso ustedes y yo mucho más cerca?, el Jesús que sufre, que llora ante Lázaro muerto, el Jesús que duda un poco en las Bodas de Caná de Galilea cuando la Madre dice: hagan lo que Él les diga, el mismo Jesús que se emociona hasta las lágrimas, como dije recién: ante su amigo muerto, si Él sabía que lo iba a resucitar pero humanamente se emociona y llora junto a María ¿eh?, por el hermano muerto, y lo encontramos a Jesús en muchas situaciones donde realmente es un hombre ¿verdad?, cuando Él dice que untaba sus axilas con yuyos del campo para oler bien, dice: ¿quien dijo que Yo no tenía mal aliento al levantarme?.

Y por eso nos encontramos con este Jesús que el Evangelio lo nombra muy poco pero sabemos por el Evangelio de San Juan y algún otro dato que estaba acompañado por María Magdalena, que parece ser que era mucho más que una mujer que seguía con ellos, era una mujer de mucha sabiduría, además Salomé, María, por supuesto su Mamá, Susana, la que lo regaloneaba a Jesús, a veces sacándole alguna espina o bien haciéndole alguna comida que a Él le gustaba.

Ustedes dirán: ¿por qué todo eso?, estamos refiriéndonos al Evangelio cuando vemos que dice: nadie es profeta en su tierra ¿no es cierto?, porque parece que en Galilea le fue mal, tanto que les dice: no hizo casi ningún milagro porque la gente no tenía fe ¿eh?, claro, era este hombre, pero este hombre no solamente, les digo, había estado en la carpintería de su padre sino que había recorrido todo el Oriente nutriéndose de todas las formas de pensar de ese pueblo que algún día, de esa gente, a que algún día tenía que predicarles o mandar a los Discípulos a predicarles la Buena Noticia, quiso enterarse de todo, así nos dicen los Evangelios Apócrifos, no malos sino oscuros porque no está, como te diré, faltan pedazos, etc. Es decir, todas esas cosas estaban en los tres primeros siglos pero lamentablemente la Iglesia, la jerarquía lo quemó y todo lo que sabíamos de aquél tiempo era en base a los padres de la Iglesia San Ireneo, Daciano y otros padres apologistas, es decir, que hacían cosas de Jesús y hablaban en contra de las otras cosas ¿no es cierto?.

Entonces, al descubrirse eso en el alto Egipto ¿mmm? conocemos muchas más cosas del Señor, vos dirás: ¿altera en algo lo otro?, no, para nada, tenemos más detalles para saber que era un hombre como nosotros, que se emocionaba hasta las lágrimas o bien se sentía sorprendido en algunas cosas o bien se siente un poco triste cuando después de la resurrección de Lázaro todo el mundo detrás de Lázaro y Jesús quedó a una parte, se retira solo a rezar, como si el pueblo no entendiera lo que había pasado y justamente Él se había demorado dos o tres días porque eso debía hacerlo para mayor Gloria de Dios.

Por eso, entonces el Evangelio de hoy nos vuelve a mostrar a un Jesús humano, que en su pueblo prácticamente no lo escuchan, en la zona donde Él había vivido, porque como les dije, son palabras de Él también: nadie es profeta en su tierra ¿verdad?, es decir no se le escucha con la misma atención, cómo se le va a escuchar si era el Hijo de José y de María, que se crió con nosotros, jugaba con nuestros hijos, comía lo que comemos nosotros y todas las cosas por el estilo ¿eh?, bueno.

Dije todo esto para explicar lo que dice el Evangelio de hoy y además también ver cierta tristeza del Señor porque hizo pocos milagros en ese lugar, porque la gente no tenía fe, es duro esto pero nos revela cómo es la naturaleza humana, siempre predispuesta a echar tierra sobre lo que es verdadero, que pena ¿no?, ¿y por qué será esto?, y porque se le tiene un poco de miedo a la verdad, pero ¿qué pasa?, si uno no la tiene en cuenta a la verdad, la verdad termina por aplastarnos porque la verdad es eso, verdad y es como la luz, uno no puede ignorar una luz porque se ve, así de simple.

Bueno, todas estas cosas nos hace pensar y otro ejemplito más, dice Jesús que cuando venían algunos niños a jugar con Él, al principio no lo tuvo en cuenta pero después dice que le molestaba un poco, porque hacían pajaritos de barro o animalitos de barro, pajaritos ¿no?, y llegado un momento daba una palmada y esos pajaritos de barro levantaban vuelo y entonces parece ser que los compañeritos lo invitaban a jugar esas cosas porque Jesús hacía esto de levantar a los pajaritos, todo esto nos revela que también fue un niño como los nuestros, hacía las mismas cosas y también se mostraba un poco incómodo cuando veía que lo estaban utilizando.

Es hermoso que podamos descubrir a ese Jesús ¿verdad?, que hermoso es poder sentir el calor de sus manos, el calor que sale de su cuerpo cuando uno está cerca de Él, tocar sus heridas y ver que es sangre tibia, porque sus heridas siguen sangrando a lo largo del tiempo, normalmente veneramos cinco heridas de Jesús: el costado, las dos rodillas, las piernas y las manos, pero Jesús tuvo el cuerpo todo lleno de golpes, ustedes por ahí tienen una Revelación donde Él mismo dice todas las cosas que le hicieron, las patadas en el estómago, en la zona de los riñones, en las piernas, en los brazos, las veces que lo arrastraron por el suelo tomándolo de la barba o de los cabellos, todos saben hasta qué punto duele mucho tirar a una persona por la barba ¿no?.

Entonces, todo eso nos muestra la humanidad del Señor, además de ser Dios, por eso, como les digo siempre yo, Jesús muere, está en la cruz durante seis horas y después resucita y está triunfante entre nosotros, por eso yo me siento muy mal cuando voy a las Iglesias donde el altar mayor tiene a un Jesús muerto clavado en la cruz, que está muy bien que nos recuerde, todos tenemos una cruz, ésta me la regaló Juan Pablo II y el Cardenal Pironio, no viene al caso pero lo digo, bueno.

Entonces les digo, me molesta ver a Jesús muerto porque yo que he sido educador tantos años a veces los chicos preguntaban: profe, ¿cómo?, usted nos dice que hay que imitar a este hombre tan maravilloso que es Dios también, pero ahí lo tienen muerto, y yo no sabía que responderles, porque la cruz debe estar a un costado pero no en el altar mayor, ¿que le decimos a los chicos, que tomen el ejemplo de un Dios que está muerto, pálido ahí, cayendo su cabeza en la cruz?, cuando el Señor está triunfante en medio de nosotros ¿verdad?.

Decimos todas estas cosas para ilustrar el Evangelio, porque solamente las palabras estas dicen mucho pero hay que aclarar porque justamente las homilías, las predicaciones o los comentarios son para poner con palabras del tiempo en que a cada uno le toca vivir ¿verdad?, para que se entienda ¿verdad?, para que se entienda.

Bien, entonces, además de Dios, es hombre, que padeció como nosotros, sufrió como nosotros, tomó leche y comió miel como nosotros, ¿cómo se crió el Señor?, con leche cuajada y miel, la miel por supuesto, antes el pecho de su Mama ¿verdad?, es hermosa las escenas cuando José cruza el desierto y va para ir a Egipto cuando huía de Herodes Antipas ¿eh?, va con María y el Niño, cuando José cubría el rostro de María porque era tan preciosa que tenía miedo que los beduinos del desierto, los árabes, se la quitaran, se la robaran, entonces con el rostro cubierto no había problemas, pero en la noche cerca de los oasis, oasis quiere decir lugar en el desierto donde hay un ojo de agua, bueno, cerca de los oasis, allí había palmeras por supuesto y José se trepaba para sacar dátiles.

Todos esos pequeños detalles para que vean que el Señor también comió como nosotros, tomó como nosotros, hacía las cosas que hacemos nosotros, quería a algunas personas, a algunas más, otras menos, porque no todas nos caen igual, a la persona la queremos siempre pero con algunos nuestros afectos son más intensos, ¿o acaso ignoramos que quería mucho más a Juan que a otros Discípulos?, será porque era el más jovencito, tenía entre dieciséis y diecisiete años cuando iba con Él, era el más chico, pero yo pienso que teniendo en cuenta las edades del pueblo judío para esa edad ya era grandecito y entonces lo quería porque era su Discípulo amado y vemos que en Él también había preferencias en sus afectos, no era el mismo afecto que le tenía a Pedro que a Juan. Es decir, ¿hacía preferencias?, la persona siempre es amada igual pero con algunos se puede esperar más o menos afectos ¿eh?, se entiende eso ¿no?.

Entonces, este hombre Dios anduvo por el mundo, recorrió tantos lugares, escuchó la voz de su pueblo ¿o acaso Él no vino por los oprimidos, por los que menos tienen, menos pueden y menos todo?, Él los fue a ver por todo el Oriente: Irak, Afganistán, Pakistán y después la India y muchos otros lugares, justamente en las Revelaciones de estos días el Señor lo dice ¿no?, bueno, al verlo así es muy distinto. A Dios Padre, tenemos una idea, como si fuera una inmensa Luz pero tampoco sabemos si es una inmensa Luz, al Espíritu Santo lo representamos con una paloma porque dice la Sagrada Escritura que en el Bautismo del Señor desciende una paloma, Nuestra Madre tiene en el pecho una paloma, pero ¿que pasa?, eso es una forma de mostrar algo pero cuando la Madre está en el pecho tiene rayos de Luz que parecen una paloma, pero no es una paloma, parece ¿eh?, la paloma es para que nosotros veamos más claros, porque para la cosa de Dios son como los niños cuando empiezan a aprender, hay que mostrarle las cosas sino no entienden, entonces la Madre quiso la paloma ahí para que se entienda que es Nuestra Señora del Espíritu Santo, siempre la Inmaculada pero con ese nombre ¿no?, bueno.

Esto nos va revelando cada día más cosas preciosísimas del Señor, es el Jesús no, el Espíritu Santo también pero tenemos que hacer un esfuerzo para sentirlo, a Dios Padre también sabemos que vamos a Él, porque Jesús dice: quien me ve a Mí ve al Padre en el Evangelio de San Juan ¿verdad?, pero nos resulta un poco lejano, mientras que a Jesús no, lo podemos tocar, sentimos su calor ¿verdad?, pero ¿qué pasa?, tal vez todos nosotros nos hemos criado en ambientes donde se nos enseñó bastante poco de todas estas cosas ¿no?.

Yo refiero siempre y lo hago bastante seguido, por lo menos una vez por mes, cuando viene al caso, de aquél hombre que encontró cerca de su casa, vivía en un lugar vecino a las montañas, encontró un huevo ¿verdad?, entonces este huevo lo llevó a su casa, se lo puso a una clueca y vamos a ver que nace de este huevo. Pasó el tiempo, nacieron los pollitos y también nació de este huevo pero era un pichón de águila, un águila, bueno, entonces este pichón de águila se crió con los pollos, hacía lo que hacen los pollitos, dan pequeños saltitos, no tienen casi alas para volar y el pichón se criaba con los pollos y tomó los hábitos de los pollos… (se dio vuelta la cinta)…, como un águila como nosotros decíamos en el canto hace un momento ¿eh?, y entonces dice el pichón: me gustaría ser águila, ay cuánto me gustaría ser águila, y se acercan los pollos y le dicen: pero ya no hay remedio, sos un pollo, sos un pollo, como nosotros ¿me entendieron?. Ve al águila volar tan alto y dice: como me gustaría ser águila, pero naciste pollo, te criaron como un pollo ¿eh?, con los hábitos de los pollos, vieron que vuelan poquito los pollos y se resignó la pequeña águila a seguir viviendo con los pollos, yo me pregunto: en nuestra educación y sobre todo en nuestra educación religiosa ¿no nos habrán criado también como un pollo?.

El cristiano por el Bautismo y los demás Sacramentos está llevado a grandes cosas ¿o acaso no se da en el Bautismo todas las virtudes, dones y carismas en forma infusa?, es decir allí, que necesita después desarrollarse y de acuerdo a cómo es la familia, la sociedad, los pastores que tiene cerca, sacerdotes o lo que sea, te lo digo porque trabajé 38 años con sacerdotes y monjas, bueno. Entonces ¿no será que también a nosotros nos criaron como águilas entre los pollos, por eso nuestro vuelo es tan chiquito y nuestra imaginación llega y da para tan poquito?, muchas veces me lo pregunto y se lo pregunto a las personas. Ahora, y si un buen día nos enteramos que somos águilas y hemos sido criados como pollos ¿no será cuestión de tomar conciencia y ensayar el vuelo?, ¿no será tiempo ya?, les digo a todos ustedes: ¿no es momento ya?, ¿no es momento que dejemos atrás nuestra educación de pollos, en lo religioso y en todos los órdenes y empecemos a ensayar los vuelos?. Qué decíamos antes, que el águila es el animal que más alto vuela, los indios ya antes de que llegáramos aquí, antes del descubrimiento ya veneraban al águila y al sol porque estaban tan cerca los dos.

Vuelvo a repetir: ¿no será que nosotros hemos sido criados como pollos y no tenemos vuelo, no tenemos vuelo, es tan poquito el vuelo de un pollo, por eso ahora vamos a hacer nuevamente este cántico, 23, para ver y comparar lo que acabo de decir: los que esperan, los que esperan en Jesús….

¿No es hermoso?, como las águilas ¿eh?, bueno.

Entonces en este día como todos los días a que alcance nuestra vida pensemos, pensemos un poquito: ¿seremos pollos?, ¿no hay en nosotros un águila que podría llegar tan lejos en el conocimiento y en el amor del Señor o solamente lo que hace un pollito chiquito, sagrado animal por favor, Dios lo bendiga, animalito de Dios pero es un pollo, y nos alimentamos y todo, pero el águila nació para otras cosas y nosotros también ¿entendemos esto?, ¿seremos una cosa o seremos la otra?, cada uno elige lo que le parece ¿verdad?.

Entonces en este día y todos los días a que alcance nuestra vida, Señor de la Misericordia, con toda nuestra fe, la que tenemos, como es un regalo tuyo la fe Señor no sabemos cuán grande es pero creemos en vos Señor y te amamos Jesús, te amamos y hoy nos mostraste en el Evangelio aspectos humanos, como cualquiera, fuiste un poco rechazado en tu pueblo porque eras el Hijo del carpintero, y ¿qué podía hacer un milagro el Hijo del carpintero?, ¿qué podía hacer?, y te fuiste apenado del lugar porque los hombres no tenían fe. No queremos Señor que nos pase lo mismo a nosotros, tenemos la evidencia Señor de tu presencia entre nosotros, clarísimo está y vienen a nuestros oídos las palabras tuyas Señor cuando tus Discípulos te dicen: Señor ¿cómo nos conocerán cuando estemos en lugares lejanos?, y vos respondiste: porque se aman, sanan a los enfermos, expulsan a los demonios y resucitan a los muertos y la palabra, la buena nueva del Señor es predicada a todos los pobres, es decir a los que menos tienen, menos pueden, menos todo ¿eh?.

Señor, todos los días al conocerte más te vamos amando más Señor, más te conocemos y más te amamos y si nosotros tenemos el auxilio del Espíritu Santo entonces vendrá a borbotones en nuestro corazón toda tu realidad del Hijo del hombre, es decir del Hijo de María, mitad Dios y mitad hombre, sí Señor, el que padeció y padece con nosotros, sufre con nosotros, se alegra con nosotros, gime con nosotros, lo mismo que nosotros Señor en todo.

Por eso, todos nosotros que estamos en este lugar no fueron invitados por mí ni por nadie sino por vos Señor, vos trajiste a toda esta gente a este lugar, vos sabrás por qué Jesús, junto a tu Madre, la Virgen, sabrás por qué los trajiste acá, ¿será para que aprendan a no ser pollos?, no sé, ¿será porque tenía necesidad de hacer milagros?, no lo sé, es cosa tuya Señor, ¿será porque querés poner fin a esas familias que se llevan tan mal cuando reparten la herencia, o antes cuando los hijos son chicos y se pelean?, ¿querrás resolver todos esos problemas Señor?, ¿querrás que te amemos hoy un poco más?, no sé, cada uno de nosotros por ser único tiene su respuesta, yo puedo responder por mí pero no por ustedes, cada uno en lo profundo de su corazón, de su conciencia respóndale al Señor sobre todo esto que acabamos de oír. Nadie es igual a otro, nunca se comparen, cada ser es único, inédito, irrepetible, tiene un alma inmortal y es persona, con todos los atributos de persona, sobre todo el de ser un ser libre ¿eh?, para optar por vos Señor o darte vuelta la cara, uno es libre para todo Señor, sí Señor, es lo mejor que tenemos esa libertad que nos diste al crearnos.

Me acuerdo dos meses atrás había un problema con una señora que tenía el maligno ¿no?, adentro y yo me doy vuelta y veo que Jesús y la Virgen me están mirando, le digo: Señor hace ya cuarenta minutos que estoy renegando, hacé algo, no, me dijo Él, digo: ¿por qué Señor?, porque tiene que pedírmelo ella, porque ella fue la que hizo un pacto con el demonio. Entonces yo me quedé allí y vi el rostro apenado del Señor ¿verdad?, porque digo hasta que punto respeta nuestra libertad el Señor, hasta que punto, nos sigue durante toda la vida esperando que abramos nuestro corazón y le demos un lugar, el lugar que Él se merece ¿eh?.

Es cierto que como persona somos el Templo de la Trinidad, Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo pero está como dormido todo eso ahí ¿eh?, habrá que reavivarlo, a veces el reavivarlo mucho o poco les digo, depende de las palabras que hemos escuchado a lo largo de nuestra vida, aquí vuelve el ejemplo de los pollos y el águila, cómo hemos sido educados para entender, para comprender, para que nuestro corazón ame profundamente o que demos esos vuelos cortitos así como dice Jesús: tienen que tener una fe adulta, no como una fe como bebés de pecho, muchas veces pensemos, somos como bebés de pecho con el Señor: te doy dos Ave María para que me hagas pasar el dolor de muela, te rezo un Rosario para ver si la nena consigue novio, te rezo tal cosa, el trueque, esa es la fe de bebé de pecho, chiquitita, chiquitita la fe, esa fe tenemos todavía, trueque: te doy para que me des, voy a hacer una caminata de 10 km para que me concedas tal cosa, no mis queridos, ya te la pido y si te pido esto, que me sanes del cáncer que me está comiendo, te pido esto con todo el amor y vos ya lo hacés, no mañana, ya empezaste a hacerlo, porque cuando uno te pide algo tiene que pensar que ya lo conseguiste porque sino es desconfiar de vos, eso es una cosa tremenda, es hacer algo en contra del Espíritu Santo, es algo muy serio y muy grave no confiar plenamente en el Señor, aunque también vos entendes que somos humanos y que a veces tenemos nuestras caiditas en cuanto a nuestra propia humanidad, por eso como decíamos al principio, que vos decís siempre: la santidad es estar plenamente con el Señor, no es un lugar adonde se llega sino un camino por donde se camina, es decir, exige el esfuerzo de todos los días, laborioso y penoso para estar con vos Señor, para estar digamos recibiendo esa Luz, esa vida en abundancia que viene de tu Corazón, nos traspasa y nos da a nosotros la vida en abundancia, de toda esa vida que vos tenés.

Señor de la Misericordia, estaríamos toda esta tarde y mañana y pasado hablando de vos Señor, como aquellos que descubren que tienen un tesoro y salen a la calle o a cualquier lugar para decirle a todos: tengo un tesoro, no saben lo hermoso que es, ¿nos pasa igual a nosotros?, si no nos pasa igual somos pollos, si salimos a la calle a decir: amo al Señor, Él me ama a mí, mi vida está completa porque en base a eso todo lo demás se va a dar por añadidura, lo tengo a Jesús en mi corazón, a su Madre ahí también, ¿qué más puedo pedir?, mis enfermedades vuelan, mis problemas desaparecen, ¿por qué?, porque está el Señor con nosotros. Si somos capaces de tener un acto así de entrega con el Señor ¿verdad?, todo se da por añadidura el resto.

Entiéndanlo mis queridos, aquellos que tienen un dolor grande en el alma, aquellos que están enfermos, aquellos que apenas se arrastran para venir hasta el Santuario, el Señor les ofrece todo, ¿por qué no lo reciben?, Él quiere estar, quiere tenernos aunque sea en el huequito de su mano para darnos todo lo que nos falta, si todavía el corazón no lo pudimos abrir porque tiene un cascarón de egoísmo, de soberbia y de orgullo, por lo menos entremos en el hueco de su mano para que Él dirija cada uno de nuestros actos, así es, así es mis queridos.

Que lindo es poder estar así todos juntos ¿verdad?, ¿cómo nos van a conocer Señor cuando estemos en lejanas tierras?, y porque se aman, y bueno, aquí estamos de tantos lugares diferentes, como el otro día que había en un banco gente de Jujuy y de Santa Cruz, los dos extremos del país, pero todos hijos tuyos Señor que llegan a tu Santuario por sus necesidades y para decirte gracias o para alegrarse Señor con tu presencia en este lugar, este lugar donde hace ya en Marzo, el 10 de Marzo 14 años que venís todos los días junto con tu Mamá, estamos pisando suelo Sagrado mis queridos, por eso me encanta ver la gente descalza, me encanta ver, me hace recordar ese episodio bíblico de Moisés ¿verdad?, cuando le dice que se saquen el calzado porque están en tierra sagrada.

Bueno, te sentimos tan cerca Señor, pero tan cerquita de nosotros, sentimos el calor de tu cuerpo, el aliento tuyo, estás ahí al frente Señor, presidiendo la asamblea, mientras tu Mamá termina de bendecir a todas las personas, además acompañados de todos los Santos y los familiares queridos que ya están en la otra vida pero que en una de esas ellos los trajeron acá para que conozcan a este Jesús que es el mismo de todos lados pero este parece un Jesús más fácil ¿no?, ¿no es así?.

No crean que por eso es un Jesús que todo lo permite, su amor es muy exigente, pero no es un amor que se impone: te obligo a que me ames, aceptame, no, es un amor que se sobreentiende, así como el esposo o la esposa sobreentiende la fidelidad de la otra parte, el amor del Señor también se sobreentiende, y ¿qué significa esto?, que directamente no nos vayamos porque no hay que hacerlo, porque nunca ofenderíamos a aquello que amamos, entiéndanlo, no es el amor obligado, es el amor que nace espontáneamente y justamente por eso es tan exigente porque no pide nada sino que lo da todo, se da a sí mismo.

Piensen todos los que están acá dentro enfermos, si hubieran pensando en dar más de sí mismo, habría mucho menos enfermedades porque entiéndanlo, todo aquello que uno mastica y lleva adentro: los dolores, la

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