Oración del 18 de Enero de 2009

El aspecto humano del Señor, Dios, pero también hombre, con todas las características nuestras, con los mismos sufrimientos nuestros, es una pena que durante tantos siglos hayamos querido desconocer este tipo de cosas, grabemos en nosotros no la imagen de un Jesús muerto en la cruz sino como está ahí al frente, triunfante, lleno de Gloria, lleno de Luz, saliendo de su Corazón esos rayos de Misericordia que todo lo inunda, todo lo puede. Oración del 18 de Enero de 2009

Habla Artemio:


…, o bien eran judíos que habían ido a la Sinagoga o bien eran personas que se habían cultivado un poco, para el caso es lo mismo ¿no es cierto?, pero, es decir ser analfabeto no es ninguna imposibilidad para entender la palabra de Dios, lo aclaro viste porque conviene siempre aclarar sobre todo cuando hay, quien escucha gente muy entendida en esto ¿no?, bueno.

Ahora, uno dice: este es el Cordero de Dios, es decir la palabra Cordero está simbolizando alguien que lo sigue al Señor, Cordero de Dios ¿eh?, y más adelante lo decimos en la Misa cuando expresamos: he aquí el Cordero de Dios, el que quita el pecado del mundo ¿eh?, lo decimos siempre en la Misa esto. Ahora, cuando las personas estas que Él llamaba, le decían: queremos estar con vos, Él les decía: bueno, vengan conmigo, Yo los voy a llevar adonde vivo, las cosas que hago, etc. ¿no?.

Es decir, es un aspecto interesante ¿por qué?, porque Jesús nos hace ver, nos hace ver su aspecto humano, en los otros Evangelios no se ve tanto este aspecto humano del Señor, también se ve, pero no tanto así, y ¿por qué esto?, porque Jesús, el Enviado del Padre, nacido de María, etc., al ser hombre y Dios está mucho más cerca de nosotros, ¿por qué?, porque nos entiende, nos comprende, sabe qué sentimos, cómo nos sentimos, porque es igual a nosotros, tiene manos, pie, ojos, etc., igual que nosotros, además de ser Dios y por otra parte esto nos hace sentir que el Señor vive así como vivimos nosotros, que es humano, que es de carne y hueso, que tiene deseos, necesidades, que le gusta comer alguna cosa más que otra, que también se le rompe el manto y tiene alguien que lo cosa ¿eh?, aunque yo personalmente todas las veces lo veo al Señor con ropa que no tiene costuras ¿no?, incluso cuando son blusones cortos, cuando lleva pantalones no tiene costura, no sé si me explico. Pero eso no es, es decir, usaba muchas cosidas también, es una tradición, porque la ropa cosida parece que no es tan pura como la otra ¿no?.

Entonces, los Discípulos van, se quedan con Él, pasan el día, eran como las cuatro de la tarde pensando en el radio que tenía el lugar ¿no es cierto?, y se quedan hasta la noche y pasan la noche allí, Él comparte las habitaciones con los que Él había elegido, simplemente para hacer notar que era como todos, así de simple. Al revelar esto tan humano del Señor nos llenamos de una profunda alegría porque hace ver que todas nuestras limitaciones, todo lo precario que somos, lo débiles que somos. Él llora en la muerte de Lázaro y llora a su amigo, incluso sabiendo que lo va a resucitar, le cae mal cuando Marta por ejemplo le dice: pero ¿cómo, venís ahora?, ¿no eran tu amigo?, ¿ahora que ya está podrido?, entonces Él la consuela como un hermano consuela a un hermana ¿no?, o bien por ejemplo conocemos que Susana, una de las mujeres que acompañan a Jesús está nombrada tres veces nada más en los cuatro Evangelios, tres veces, Susana, pero Susana fue una persona querida por Jesús, porque ella lo regaloneaba ¿no?, no sé si se usa bien esa palabra pero es decir, le hacía aquellas cosas que al Señor le gustaban, no mucho porque Él untaba sus axilas con hierbas del campo para oler bien por ejemplo, y además se acuerda en una oportunidad que por la mañana su aliento al levantarse no era tan bueno como el nuestro.

Ustedes dirán: y ¿esto qué?, mis queridos, si el Hijo de Dios y Dios mismo se unta las axilas para oler mejor, se lava la boca para no tener mal aliento, está diciendo que se parece a uno, está hecho a nuestra imagen y semejanza, uno a la imagen y semejanza de Él, entonces no es Dios allá lejano que no sabemos que forma tiene y el Espíritu Santo que lo consideramos como una paloma ¿eh?, por ejemplo la Madre dijo: quiero una paloma sobre el Corazón porque esa imagen es de la Inmaculada Concepción pero con esa forma no lo he visto en ningún lado, solamente acá, pero viendo a la Madre parece una paloma, pero son rayos de Luz que tiene el Corazón que parece una paloma ¿no es cierto?.

Entonces, todos estos datos humanos que tenemos de Jesús nos hace ver qué humano que era ¿eh? ¿verdad?, como dice el Evangelio: el compartir la pieza con los Discípulos, el comer con ellos, no es la primer vez porque cuando ellos están pescando en el lago y llegan a la orilla Él ya tenía, porque ya había resucitado, Él ya tenía un pescado asado ¿no?, y es decir montones de veces come con ellos por supuesto, no era como esos místicos que se apartan lejos y no dejan a nadie ver qué es lo que hace, nada que ver con Jesús, Él mostraba todas sus cosas, hasta cosas que diríamos nosotros: íntimas ¿eh?. Si alguien se saca la sotana, o el habito, o la capa o lo que sea para darle a que alguien la remiende, se supone que un momento se queda sin capa ¿no?.

Ahora, ustedes dirán: y bueno pero esto ¿qué?, el gran problema que tuvimos a lo largo de los siglos, los seres cristianos, los seres humanos cristianos católicos es que se olvidó demasiado que Jesús es un hombre además de ser Dios y volvemos al argumento anterior, si es un hombre que siente, llora, tiene dolores, etc., ¿verdad?, entonces se parece a mí, mis dolores son parecidos a los que tenía el Señor, mis angustias también, lloro como Él, como como Él, después de comer puedo reposar un rato para pasar la comida ¿eh?, estos datos del Señor son muy poco conocidos porque siempre se evitó dar estos datos, por una razón, hacerlo a Dios demasiado humano ¿mmm?, pero la cuestión es ni demasiado humano ni demasiado divino, es hombre y es Dios, por eso se lo llama el Hijo del hombre, porque es Hijo de la Virgen María.

Todo esto de la humanidad de Jesús hay que tenerla muy en cuenta, ¿por qué?, porque piensen ustedes: yo invoco a Dios, pero no sé si es una Luz muy grande, no sé si es esto o lo otro, porque no tiene forma, no sé si decir que tiene sexo masculino o femenino, no sé, no sé, porque hay sacerdotes como Leonardo Bof, que nos habla del rostro materno de Dios ¿verdad?, claro, hay que distinguir también que los Ángeles en el Cielo no tienen sexo, porque el alma cuando se desprende del cuerpo va al otro lado.

Bueno, entonces que esto nos resulte como una buena noticia ¿no?, así que el Señor sufría como nosotros, amaba como nosotros pero como dice la Virgen: tienen que distinguir distintos tipos de amores, los amores que nosotros conocemos es el amor de pareja, el amor que tienen los novios, el amor que tienen los padres para con los hijos y los hijos para con los padres ¿verdad?, conocemos todas esas cosas pero a un nivel, el amor del Señor, el amor de Jesús para con su Mamá, para con los Discípulos, para con la Magdalena, porque la Magdalena hizo mucho, escribió mucho en el Evangelio de San Juan, el Evangelio que hemos leído hoy, bueno.

Entonces la Virgen en una Revelación hace ver con, así exactitud el tipo de amor que tenía el Señor o que pueden tener todas las personas que son místicas, que tienen una vida muy cercana al Señor, no es lo mismo que nuestro amor, es más elevado, si nosotros entendemos esto vamos a entender por qué la Virgen María es virgen antes, durante y después del parto ¿mmm?, ¿me explico?. Si nosotros entendemos o al menos queremos entender vamos a ver un poco más claro por qué la Virgen dice que antes, durante y después fue virgen, para el Señor que creó todo, ¿fijate si va a hacer problema que su Madre permaneciera así?, pero si no pensamos en un amor muy superior al que corrientemente vemos no podemos entenderlo, es lo mismo que si pensamos en San José, normalmente en los libros por ahí lo presentan como un viejito que ya las personas de edad saben que virilmente poco ¿no?, bueno, entonces si lo ponemos como un viejito, qué problema hay con que esté casado con una Virgen, pero no mis queridos, San José tenía 28 años, era un hombre muy fornido, atlético, en las Revelaciones está donde la Virgen habla de su Esposo con todas las características que José tenía, más aún, esa vara que tiene en el brazo, que tiene el niño y tiene la vara es justamente el símbolo de la virilidad, no le van a poner la vara esa a un viejito que ya directamente no tiene relaciones íntimas con nadie por su situación, por lo que sea, pero no, San José era un hombre en sus cabales, tenía total virilidad y convivía con María pero sin tener ningún tipo de relaciones.

Bueno, todos estos aspectos que yo le dije que la Madre revela y que hay que entenderlos o tratar de entenderlos con un amor humano muy superior, muy superior al que nosotros tenemos, lo nuestro es precario, es simple, pónganse a pensar, por muy enamorado que uno esté ¿no es cierto?, pero ese enamoramiento de ver con los ojos de la persona que uno ama, de sentir con su corazón, de decir: somos una sola carne, viste hasta un punto después medio eso se va gastando ¿no?, como si se gastara y al último pasan a ser relaciones comunes entre dos personas, por eso, hay otro tipo de amores y solamente esto lo descubrimos cuando vemos los aspectos humanos de la Virgen, de Jesús y de las personas que lo rodeaban, no lo podemos entender sino ¿verdad?.

Ahora bien, Jesús en el Evangelio de hoy invita cuando le dicen: Rabbí, es decir Maestro, los invita a los Discípulos a que vengan a convivir con Él para que vean como es su vida y todo lo que Él hace, que precioso que está esto y sobre todo precioso porque tuvieron que pasar un montón de siglos para que los cristianos descubrieran en gran parte los aspectos humanos del Señor y si yo, vos, vos, vos, somos hechos a su imagen y semejanza ¿verdad?, entonces mi sufrimiento es más comprendido por Él, si me duele algo, si estoy enfermo, si esto o lo otro me duele, pero sé que al Señor también le dolió y entonces está más cerca de mí, ¿qué pasa?, los seres humanos siempre quieren tener cerca las cosas, para creer o para todo, el mismo Tomás no creía: vení, vení, poné la mano acá en el costado y así vas a creer, los seres humanos queremos ver, queremos tocar, por eso, eso no será imposible con Dios Padre y con el Espíritu Santo pero con Jesús nos es posible ¿mmm? y nos es posible también ¿no es cierto?, me voy a hacer a un lado porque lo estoy tocando, está aquí a mi lado ¿verdad?, presidiendo la Asamblea y yo estoy sintiendo su calor en este momento, así como veo que la Madre pasa por todos dando su bendición y está lleno de Ángeles, Arcángeles, Santos y que se yo, y además para los que la vieron, la señora Lidia que ponía siempre los miércoles la silla aquí, está haciéndonos compañía, me parecía raro que todavía no había venido pero hoy está haciéndonos compañía, hace, no sé veinte días, un mes que murió, más o menos y está aquí con nosotros y ya no en silla de ruedas ¿no?, está muy elegante, muy bien vestida como siempre ella quiso ser, no ya en la silla ¿eh?, sino con un porte muy elegante.

Bueno, entonces, les decía esos aspectos humanos uno puede sentir el calor del Señor, puede sentir su aliento, puede sentir su aliento, puede saber que como les dije antes: le gustaba untar sus axilas, claro, no había desodorantes en aquél tiempo, Él mismo dice: los Discípulos me bañan tres veces en el Evangelio pero Yo me bañaba todos los días cuando tenía un río cerca ¿mmm?, pero a pesar de eso, a pesar de eso Él dice que untaba sus axilas con los pastos del campo, los pastos olorosos, diríamos ahora: esas yerbas que se usan como remedios o como para poner en las comidas ¿no?, o acaso nadie se acuerda que nuestras madres o abuelas cuando iban al baile no había perfumes como ahora o tan accesibles y se ponían un ramito de albahaca, digamos en el corpiño ¿no es cierto?, para oler bien, era costumbre ya incluso desde la antigüedad eso de usar los yuyos del campo para oler mejor, eso no quiere decir que evitaba el baño, por supuesto, sino que directamente un yuyo huele mejor que el perfume de la piel ¿no?, bueno.

Entonces, todo esto que estamos diciendo, de repente si nosotros creíamos que el Señor estaba lejano o que teníamos que mirarlo en una estatua, si la estatua lo representa, lo mismo que a la Madre, así como una fotografía, está bien, claro, pero el Señor está cerca nuestro, está brillando con todo su esplendor y su Gloria, así como lo ven en el cuadro, así también está Él, sale de su Corazón un montón de rayos que el calor que hace aquí adentro mucho se debe a los rayos del Señor, que son fuego ¿eh?, y seguramente los estará bautizando, seguramente nos estará dando un montón de Gracias a través de todos esos rayos del Señor de la Misericordia, porque ese cuadro del Señor no es una invención, un invento de alguna persona, es un cuadro dictado por Él, es decir diciéndole a Santa Faustina cómo debía pintarlo porque Faustina no conocía de pintura, ella lo hacía hacer de otra persona que sabía ¿no?.

Pero ese es diríamos el cuadro que ustedes tienen a la derecha realmente es la imagen del Señor o bien aquí que está debajo de la luz con esos ojos, esa barba es exactamente como es el Señor, ahora, pasa que a veces según el momento parece mucho más alto pero el Señor es más vale de cuerpo delgado, se le notan por ejemplo en las partes aquí debajo de las falsas costillas así como entrado, como da la impresión de ser una persona con músculos pero no muy grande ¿eh?, muy fornido no, y además tenemos que pensar que los brazos y el torso eran los propios de alguien que manejaba las herramientas del taller de carpintería de su papá, además de todas las otras cosas que hizo por supuesto.

Entonces, esa es la imagen del Señor, normalmente tiene una estatura digamos 1.80, un poquito menos pero a veces se lo ve mucho más alto, mucho más alto, parecería con gran poder y Gloria, como sobrepasando todo y se mueve de un lugar para otro como todos los espíritu pero en este caso corporizado ¿no es cierto?, con todo el esplendor, la belleza y la Luz que tiene ¿mmm? y está aquí con nosotros, presidiendo la asamblea, oyendo el Evangelio de hoy que habla de sus aspectos humanos, habla de su cuerpo, de sus cosas, de todo lo que Él es, de la comida que le gustaban y de todo ¿mmm?.

No es hermoso pensar en un Dios que tiene también forma humana y está cerquita de nosotros pero tan cerca está de nosotros, porque somos creados a su imagen y semejanza y además con esa costumbre que tiene el Señor de mirar tanto a los ojos, de mirar la cara con ustedes, conmigo, con todos, pasaron por lo menos 5 años desde que Él viene aquí, desde el año 95, Marzo 95, falta poquito para 14 años, al principio no me era posible mantener la mirada de Jesús, tenía que bajar los ojos porque no resistía, a medida que fue pasando el tiempo empecé a resistir su mirada.

Ahora, ¿y por qué tanto esto de insistir en la mirada del Señor?, y sí porque su mirada es la que nosotros necesitamos para que mire nuestra vida, el camino que tenemos, cuál debemos tener, qué cosas debemos hacer, cuándo, cómo, dónde, por eso en la Sagrada Escritura se habla de la mirada del Señor, así como se habla también en el Evangelio de ayer o del miércoles, no me acuerdo, sobre la mano fuerte de Dios ¿eh?.

Jesús tiene una mano relativamente más grande que el normal de la gente, con las uñas alargadas tiene ¿eh?, con las yemas grandes, bien recortadas las uñas ¿verdad?, y por supuesto las heridas siempre están sangrando, a veces más, a veces menos pero siempre están mojadas con la linfa. Todos esos aspectos humanos de Jesús es tan hermoso mirarlo, contemplarlo, pensarlos después ¿no?, es decir, una persona como nosotros, con nuestras características, con toda nuestra forma de ser, que lejos estamos de esos Templos donde en el altar mayor está Jesús muerto che, a quién le da gusto mirar a un muerto como modelo, a mí no, no sé a ustedes y mucho menos a los chicos, tenés que ser buenito como Jesús y el bebé dice: pero mamá Jesús está muerto, y sí, ahí en la cruz está muerto.

Ahora bien, la cruz siempre, tiene todo un valor teológico, todo un valor enorme porque representa todo lo que el Señor hizo para nosotros y por nosotros, en esa cruz derramando sangre pero estuvo seis horas nada más en la cruz, seis y ahora el Señor está triunfante. Por eso me da mucha pena cuando entro a los Templos donde Jesús está ahí, pálido, triste, como están los muertos con los ojos cerrados, no es el Jesús, Jesús tiene todo Luz, es la Luz total, completa, definitiva, ese es el Señor que tenemos que amar, no ese hombre muerto ahí en la cruz, incluso ¿no es cierto?, el mismo San Juan no le da tanta importancia a los sufrimientos de Jesús, se nota en el Evangelio, por una razón muy simple, se sufre de otra manera cuando uno sabe que está sufriendo por algo, es decir y por alguien, se sufre totalmente de otra manera, por qué, porque de esa manera, de esa forma el sufrimiento se sublima, es decir se eleva ¿verdad?, es otra cosa y Jesús padece todo lo que padece y resiste todo ese tiempo porque en su mente estaba nuestra presencia, vos dirás: ¿mía?, sí, de cada uno de nosotros y de todos los hombres, de todos los tiempos que pasaron, pasan y pasarán, todo, ¿no quedará alguno afuera?, no, todos, absolutamente todos. Entonces, se sufre de otra manera cuando se hace por algo, se sufre de otra manera.

Bien, atendiendo entonces todas estas preciosas cosas sobre la humanidad del Señor humildemente decimos, con toda nuestra humildad, que es la madre de todas las virtudes, te decimos: Jesús, vos que fuiste, que tuviste un cuerpo y tenés un cuerpo como tenemos nosotros, sabés qué es el sufrimiento, sabés qué es el dolor, sabés lo malo, lo terrible, la angustia que se tiene cuando a uno lo difaman, le levantan calumnias, dicen pavadas y todas las cosas por el estilo, vos lo sabés Señor porque vos lo viviste, vos sabés lo que es tener el odio de las personas porque vos lo viviste, vos sabés lo que es los empujones, sabés lo que es las patadas en todo el cuerpo, sabés lo filosa que son las espinas que tenías en la cabeza y sabés también toda la sangre que salió en la lanzada que te hizo lonjinos en la cruz, sabés todo Señor y te dolió y mucho, más aún, parecería que has muerto de dolor Señor nuevo, ¿y por quién todo eso Jesús?, cada uno piense en su corazón: por mí, cada uno en su corazón piense: todo eso lo hizo el Señor por mí y para mí y yo ¿qué?, ¿ni siquiera me pongo a pensar en eso?, ¿no me interesa que alguien y que ese alguien, Dios, haya muerto por mí?, ¿no me dice nada eso o me deja inmóvil, ya no puedo pensar si quiera?, no.

Tené compasión de nosotros Señor porque somos precarios, somos debiluchos, ante cualquier dolor nos quejamos, ante cada cosa que no nos va bien nos lamentamos, mientras que vos pasaste todo Señor por nosotros y ni siquiera decir tener una queja ni nada. Quiero Señor, cada uno diga en su corazón ¿no?: quiero Señor tomar conciencia de tu cuerpo, de esas costillas que se pueden contar, de esas piernas todas flageladas, totalmente flageladas por los que te tomaron preso Señor, esas espinas de la frente, de la cabeza, que fueron tantas que podían haberte con eso, suficientemente matado, sin embargo resististe Señor, resististe.

Cada vez Jesús siento que mis dolores no son tantos, siento que soy quejoso, a veces sin tanta necesidad de quejarme y pienso que estoy teniéndome demasiado en cuenta, pienso demasiado en mí mismo, y voy a tener que pensar más en vos Señor y más en mis hermanos en lo que vos estás representado, sí Señor, porque pensar tanto en mí se me acrecientan los dolores, mis problemas me parecen terribles, sin solución y mi vida, bueno.

El aspecto humano del Señor, Dios, pero también hombre, con todas las características nuestras, con los mismos sufrimientos nuestros, es una pena que durante tantos siglos hayamos querido desconocer este tipo de cosas, grabemos en nosotros no la imagen de un Jesús muerto en la cruz sino como está ahí al frente, triunfante, lleno de Gloria, lleno de Luz, saliendo de su Corazón esos rayos de Misericordia que todo lo inunda, todo lo puede. Señor, cuánto necesito que esos rayos que salen de tu Corazón lleguen a mi vida y la cambien. Vos me trajiste a este Santuario Señor, me trajiste aquí porque querías darme una vida nueva, me trajiste a tu Casa Jesús y a la Casa de tu Mamá, así como el Evangelio de hoy dice: que lo llevaste a la casa a los Discípulos, nos trajiste a tu Casa hoy como dice el Evangelio, que suerte que tememos Señor, nos trajiste a tu Casa porque querés darnos lo que necesitamos, querés sanar nuestras enfermedades, limpiar nuestros corazones, ayudarnos en nuestros trabajos, prepararnos para un futuro mejor, cuidar para formar bien una familia o la que tengo que funcione bien, para que haya amor entre nosotros, comprensión, respeto, sí Señor, todo eso, todo eso Señor.

Me lo decís en el Evangelio de hoy donde los invitas a los Discípulos a la casa para que compartan con vos y nos trajiste aquí en este día, nos trajiste a tu Casa también para que compartamos con vos todo lo que es tuyo Señor y que es también nuestro.

Estamos tan contentos Señor, que día realmente maravilloso que nos toca vivir, porque el Señor nos dice en el Evangelio que a sus Discípulos los llevó adónde Él vivía y a ustedes privilegiados los trajo a su Casa también, cuántas cosas pensará regalarle el Señor, debe ser un montón ¿eh?, debe ser un montón, porque la mayoría aquí es la primera vez que viene y justamente en este día tan precioso, ¿no es como para dar gritos y saltos de alegría?, que cosa seria ¿no?, que preciosura.

Bueno, y ya Señor que nos invitaste a tu Casa humildemente te decimos Señor: tené compasión de nosotros, mirá toda nuestra vida, nuestros problemas, nuestras necesidades, toda la enfermedad que tenemos, las cosas que padecemos, nuestros hogares como están, mirá Señor también la vida de las personas que están en nuestro país, los que están sin trabajo para que lo consigan y todos aquellos enceguecidos por el odio puedan empezar a amar a sus semejantes, porque el odio no lleva a ninguna parte Señor ¿eh?.

Te pedimos Señor también, hoy que nos trajiste a tu Casa, por todos los sacerdotes y religiosos de todo el mundo, los Obispos, su Santidad; por todos los que tienen el poder político, no solamente en la Argentina sino en el mundo, para que los gobiernos empiecen a comprenderse y de eso tenemos conciencia, justamente cuando el Señor nos invita a su Casa levantan el fuego en la zona de Gaza, para por lo menos suspender la guerra, por cuánto tiempo no sabemos, pero está suspendida, quiere decir que hay montones de personas que a lo mejor podían haber muerto hoy, ya no, ya no, justo coincidiendo con el día Señor que nos invitas como dice el Evangelio a los Discípulos, a tu Casa, a tu Casa, para que entendamos que sos humano además de Dios y tus heridas sangran, que amás como nosotros y mejor, mucho mejor, que sentís con nosotros, que el calor te agobia, que el frío no te hace bien, como a nosotros, exactamente.

Que cerca te tenemos Señor, que cerquita que estás de nosotros por favor, te da ganas de no irse jamás de este lugar, Señor, qué agradecidos que estamos que nos hayas invitado a tu Casa, así como dice el Evangelio: Maestro, Rabbí, vengan, vengan a Mi casa, vengan a compartir todo lo Mío, y ustedes lo están compartiendo mis queridos hoy ¿eh?.

Que cerquita que estás Señor, tanto que te decimos: tan cerca de mí….

Y si está aquí con nosotros, por que, así como nos invitó a su Casa nosotros le decimos que tenemos necesidad que nos sane de todo lo que nos pasa, que nos de lo que necesitamos, que mire nuestro trabajo, difícil a veces, que mire nuestra familia, los enfermos que hay, todos los que tienen necesidades. Mirá Señor también cada una de las fotos que trajimos, de nuestros familiares, amigos, relaciones, de las personas en las que estamos pensando ¿mmm?, sí Señor y todo juntos no tenemos otra expresión más preciosa y grande que decir: sáname Señor con tu Espíritu….

Sí Señor, yo quiero sentir el fuego de tu amor en mi corazón, que generoso Señor que has sido con cada uno de nosotros justo en este día, donde vos invitas a los Discípulos a tu casa, también a nosotros nos invitaste a venir a la tuya, también a nosotros, que dichosos que estamos Señor… (se dio vuelta la cinta y se terminó la grabación) ….