Mensaje del 26 de Febrero de 2007

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Cada vez que hacen cualquier tipo de necesidades no hay ninguna que no sea noble, con ello alaben al Señor.
Mensaje del 26 de Febrero de 2007

Habla Artemio:

26 de Febrero. 07:05 hs. de la mañana.

Dice la Virgen:

Ya las cosas empiezan a proyectar su sombra.
Ya los pájaros buscan semillas y bichitos para sus hijos.
Ya las plantas renuevan su proceso interno por la luz que les acompaña.
Ya los hombres despiertan, casi todos con dolor.
Y Yo y Mi Hijo estamos aquí caminando por este patio, que es enorme, pero para nosotros tiene la dimensión de toda la Tierra.
Los animales que nos rodean son todos los animales de la Tierra, las plantas y flores que aún albergan las gotas de rocío son todas las plantas y flores de la Tierra.
Los peces del estanque simbolizan la vida debajo del agua y eso hace que contabilicemos, ayudemos y llenemos de gracia a todos los animales que viven en la superficie o en las profundidades del mar.

Cuando quieran pueden ofrecer cada célula de las plantas y de los animales y de los hombres que se reproducen, hagan de cada una de ellas una alabanza al Señor.
Por cada brote que aparece o cada hoja que se cae hagan de ello una alabanza al Señor.
Por cada pluma que los animales cambien en las estaciones, que son una infinidad, ofrézcanlas como alabanza al Señor.
De todos los animales, aquellos que están cerca del hombre y aquellos que no, incluso aquellos que para alimentarse tienen que matar, todo ofrézcanlo para alabar al Señor.
Ofrezcan el respirar de cada hombre con todo lo que eso implica ofrézcanlo como una alabanza continua.

Alaben al Señor porque es bueno y alábenlo porque hace maravillas.

Cada una de las tareas del día.
Cada vez que parpadean… (se dio vuelta la cinta) ….
Cada vez que hacen cualquier tipo de necesidades no hay ninguna que no sea noble, con ello alaben al Señor.
Alábenlo en la mirada del perro.
En el trote del caballo.
En los saltos del canguro.
En la carrera vertiginosa de la rata.
En los bramidos nocturnos de los animales de la selva.
Desde las tierras cálidas a las frías.
Desde las tierras frías hacia todas las profundidades, pongan todas las cosas y los hombres a alabar al Señor, porque el Señor es bueno y hace maravillas.

Alaben, siempre alaben y pongan todas las cosas a alabar.