Mensaje del 19 de Marzo de 2007

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¿A quién tengo que pedirle permiso para revelar estas bellezas inefables, a quién tengo que pedirle permiso?.
Mensaje del 19 de Marzo de 2007

Habla Artemio:

19 de Marzo.

Dice la Madre:

Por ahí alguien anda diciendo que dentro de las Revelaciones hay algunas cosas que no son genuinas respecto de Mí, no sé a que se refieren, pero hoy en el día de San José tengo que decirlo, Yo pregunto: ¿les molesta que hable de Mi querido José, Padre Adoptivo de Jesús?, ¿les molesta que Yo diga todo lo que sufrí cuando estaba con Isabel hasta que José fue a buscarme?, ¿les molesta que Yo diga que Mi virginidad fue antes, durante y después del parto de Jesús?, ¿a alguien les molesta eso?, ¿o no pueden entenderlo que es otra cosa?, ¿les molesta que les diga que José me abrazaba tiernamente?, pero por obra del Señor y por ser una familia ideal, nunca se le cruzaba otro pensamiento que un amor virginal por Mí, ¿molesta que diga todas esas cosas?, ¿molestarán también todo lo que iré revelando a través del tiempo de Mis relaciones con José?, Mi amado Esposo, Mi soporte ideal.

Tantas cosas hermosas viví con José y el Niño, tantas cosas hermosas, desde la Navidad y por supuesto también, todo lo que tuvimos, en apariencia padeciendo, pero en el fondo no fue padecimiento.

Ustedes…, claro, esto no está en los Evangelios pero Yo se los digo como Revelación, no les gusta que les cuente por ejemplo cuando huíamos a Egipto, que él se encargaba de juntar los frutos de las palmeras para que Yo nutriera Mis senos llenos de leche para el bebé, ¿no les gusta saber cómo se preocupaba para que comiera miel y leche cuajada?, ¿o la Madre del Señor tiene que pedir permiso para decir estas cosas tan bellas, tan perfumadas de vida, tan llenas de eternidad?, figúrense la escena cerca de un oasis en el desierto, Yo amamantando al Niño, José muy cerquita de Mí y los dos mirando el fuego que se consumía en la noche, Yo tenía en Mi regazo al Hijo de Dios y Dios mismo.

¿A quién tengo que pedirle permiso para revelar estas bellezas inefables, a quién tengo que pedirle permiso?.

Vuelvan a pensar en la escena cerca del oasis, el brazo de José sobre Mi hombro y mirando el fuego y mirando al Niño como tomaba el pecho, cuántas cosas hermosas Mis queridos, ¿Yo podría a ustedes privarles de estas maravillas?, ¿podría Yo privarles de saber cómo estaban turgentes Mis pechos para alimentar al Niño?, ¿podría Yo privarles de todas esas cosas?.

Ya sé que no es muy fácil entender un amor virginal como el de José y como el Mío, ya lo sé, pero también sé que ustedes deben pensar que la Sagrada Familia es justamente eso, Sagrada, y que nada es igual a otras familias, tienen que hacer un esfuerzo para entender con el corazón todas estas bellezas, tal vez sea necesario para entender también muchas cosas de vuestra vida que son o están sin resolver, estoy hablando a todos los hombres del mundo, sin distinción de raza, credo.

Amén.