Mensaje del 07 de Marzo de 2007

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Aquí está cerca de Mí, Juan XXIII, por eso quiero que él les diga unas palabras.
Mensaje del 07 de Marzo de 2007

Habla Artemio:

07 de Marzo.

Dice la Virgen María:

Aquí está cerca de Mí, Juan XXIII, por eso quiero que él les diga unas palabras.

Dice Juan XXIII:

Io sono Angelo Giuseppe Roncalli, e nato en Sotto di Monte, pero ya sigo en castellano, pero dije eso porque uno dice mejor las cosas en el idioma que mamó en el pecho de mamá.

Cuántas cosas hermosas quise hacer yo, porque para ustedes no quedan dudas que yo quise traer nuevos vientos en la Iglesia. Ustedes no ignoran que yo quise dar en todos los órdenes un sentido horizontal para el descubrimiento de todos los hombres y lograr en plenitud las libertades esenciales de la persona humana, no solamente dentro del catolicismo sino en un diálogo con todas las religiones y quise aplicar mucho de lo que puse en práctica cuando era Nuncio en lugares lejanos, pero pasó mi reinado y las cosas volvieron al cauce que antes tenían y lentamente la Santa Madre cada día es más vertical.

No le echen culpas a este querido hijo y hermano Artemio por decir estas cosas, soy yo el que las está diciendo y son montones de teólogos que lo han dicho y además si está introducida mi causa de Beatificación y Canonización quiere decir que se valora lo que yo hice, quiero creer que se valora.

Que hermosa simplicidad y vida total y profunda allá con mis padres en la aldea de Sotto di Monte cuando todavía no conocía todo lo terrible del mundo y era un niño en aquél momento que soñaba, soñaba, ¿y sabés mi querido?, de alguna manera atendiendo a ese tiempo y salvando las distancias, vos también soñabas como yo, y a vos como a mí, siempre salvando las distancias porque esto les gusta a aquellos que manejan datos decir: salvando las distancias, y a medida que fuimos creciendo tanto vos como yo, nos dimos cuenta lo difícil que es vivir para hacer más felices a los hombres, pero yo estuve hasta el último momento queriendo siempre lo mismo y soñando lo mismo que soñaba en la aldea de Sotto di Monte, los mismos sueños que tenías vos en aquella casa grande, con techos de chapa y pisos de baldosas rojas, carcomidas por el tiempo y así como yo pasaba largas horas debajo de los árboles que rozaban mi rostro, así también pasaban los sauces llorones sobre tu cabeza cuando llegabas a conversar con los Ángeles… (se dio vuelta la cinta) …, los Ángeles y la Virgen cerca de la laguna inmensa y yo terminé así soñando y vos también terminarás así soñando.

Tené toda la confianza, que tenés en mí alguien que te apoya totalmente, y además, que está siempre rogándole al Señor que tus sueños se cumplan.

Amén.